Cap. 26
Al llegar la casa de Kea, mejor dicho, al departamento de su mamá, ella y Ricky los reciben –Hola hijo ¿Dónde estabas? –pregunta ella sonriendo.
-Estaba ocupado. –Responde él dejando pasar a los demás –Mamá, él es mi mejor amigo y mis amigas. –dice refiriéndose a Ariel, Lauren y Zariam. Está a punto de cerrar la puerta en la cara de Rafa pero Ricky lo deja pasar –Y él es Rafael, es un surfista. –habla el pequeño.
-Kea, casi lo dejas afuera. –lo regaña su mamá.
-Lo quería dejar afuera. –corrige él serio.
Ella ofrece comida a todos y cenan en la sala -¿Cómo te fue con Sol? –le pregunta Kea su hermanito.
-Ricky tiene novia. –dice Amelia en un tono burlón, pero él contraataca –Y a ti te gusta Kea.
Ella se pone muy roja de la vergüenza y desea desaparecer justo en ese momento.
-Oye Kea ¿Estás enfermo o algo así? –le pregunta Zariam arqueando una ceja.
-Eh... no ¿Por qué? –contesta confundido.
-Porque tu cara esta roja. –dice ella mostrándole su reflejo con una fuente de metal.
-Ah eso... -suelta una risita nerviosa –Solo es un ruborcito.
Mientras tanto, Lauren aún sigue molesta por lo que pasó con Ariel –Ya Ariel, cuenta todo lo que pasó entre tú y Zoe. –le exige.
-¿Por qué? –pregunta él.
Entonces al ver la situación, los demás se alejan un poco de los dos –Bueno porque... eh... no debemos tener secretos.
-¿Sí?
-Eres mi ángel de la guarda y sabes todo de mí, por eso yo quiero saber todo de ti. –dice seria.
-Ya te lo dije, no debo darte explicaciones. –Él niega cruzándose de brazos –Y que no se te ocurra volverme a pegar porque te lastimaras la otra mano. –le advierte haciendo que los ojos de Lauren se llenen de odio.
-Creo que está a punto de explotar. –murmura Zariam en voz baja.
-Sí, eso creo. –asiente Amelia –Lauren, ahora que mi trabajo en el circo se arruino por la culpa de alguien (Kea) ¿Puedes ayudarnos a buscar un trabajo? –pregunta amablemente haciendo que la rubia abra grande sus ojos azules y que recuerde que ellos están presentes.
-Oh... bueno, sí, claro. Los ayudaré. –dice forzando una sonrisa.
Al final Kea y Amelia terminan juntos, Lauren y Zariam se hicieron buenas amigas aunque no lo parezcan, Rafa está decidido a ser el protector de Amelia y ahora lo es.
Daniel aun no habla con Zariam pero prometió regresar. Ariel tiene un pasado que casi nadie conoce, está Zoe y Renzo también pero las cosas mejoraron mucho para todos.
~Flashback~
K permanece en el hospital, ha estado agonizando por días y nadie ha venido a visitarlo, ni sus fans, ni su familia, ni siquiera Amelia.
-Ya estoy sufriendo y sé que pronto moriré pero, ni siquiera mi familia vino a verme, tampoco Lía. –Piensa y luego se da cuenta que está llorando en silencio –Fui un idiota, no debí lastimarla. –con cada palabra su corazón se parte –Odio el amor. –susurra mientras cierra lentamente sus ojos.
La máquina que controla los latidos de su corazón se detiene y unas enfermeras vienen corriendo e intentan reanimarlo pero es inútil. K abre los ojos, los dolores de su cuerpo se han ido, se encuentras recostado sobre césped verde y bajo un enorme cielo celeste, pero lo extraño es que el cielo no se ve tan distante como se suele ver en la tierra.
-¿Dónde estoy? –se pregunta mirando a su alrededor, está en un verde campo rodeado de flores.
-Estás muerto. –Contesta una persona a sus espaldas –Bienvenido a arriba Kea. –él voltea y se encuentra con ese muchacho rubio que estaba en la competencia. Ariel.
Él está vestido completamente de blanco y lleva un papel –No me llames así ¿Llegué al cielo? –pregunta el castaño confundido.
-Así es, firma aquí. –Ariel le para un bolígrafo y con él firma la hoja.
-P-Pero... ¿Por qué llegué aquí? Fui un asco de persona, debo ir abajo. –cuestiona serio.
-Sé todas las cosas que has hecho, pero te van a dar una segunda oportunidad. –comenta Ariel sonriendo.
-No, debería sufrir y mucho.
-Morir sin nadie a tu lado ya fue suficiente castigo. –habla Ariel dándole la espalda y comenzando a caminar.
-No lo entiendo, ni siquiera mi familia vino a verme cuando estaba en el hospital. –K sigue al rubio tratando de aclara su mente.
-Tú lo deseaste.
-¿Qué?
-Daniel, la muerte, te preguntó cuál era tu último deseo y dijiste...
-Quiero estar solo. –piensa en voz alta el castaño teniendo lo ojos en la nada.
-Ya llegamos. –Ariel se detiene en un círculo de grandes rocas, ambos están en el centro –Bien Kea ¿Estás listo? –hay más personas vestidas de blanco allí, son ángeles.
-No me llames así ¿Listo para qué? –pregunta confundido.
-Para ser un ángel, así podrás reparar todo el daño que hiciste pero deben borrarte la memoria para que olvides todo lo malo. –responde Ariel.
-Espera, antes de eso quiero hagan que no pueda sentir amor ¿Pueden hacer eso? –pide K mirando a los demás presentes.
-Sí se puede. –una chica se acerca a él –Soy Kira, yo puedo cumplir tu deseo. –dice asintiendo.
-Hazlo y si algún día trato de encontrar respuestas sobre mi antigua vida, no me lo digas ¿Está claro? –habla serio mirando a Kira y a Ariel quienes asienten.
-Está bien. –ambos se apartan dejando a K en el centro del círculo, entonces las rocas comienzan a brillar y esa luces van hacia el castaño, cuando todo termina Ariel se acerca, K permanece en su suelo y un par de alas se encuentran en su espalda, lentamente comienza a moverse y levanta la mirada.
-¿Dónde estoy? –pregunta con mucha inocencia.
-Bienvenido Kearrents. –Ariel le extiende su mano y lo ayuda a ponerse de pie.
-¿Kearrents? ¿Ese en mi nombre? –dice arqueando una ceja.
-Sí.
-Me gusta... -Sonríe y luego ve las blancas alas que están en su espalda -¿Y estas alas?
-Eres un ángel, sígueme, yo me encargaré de entrenarte. –Ariel comienza a caminar con Kea siguiéndolo, como en el cielo no hay tiempo para Kea se le hace una eternidad todo.
Tres años después...
-¿Qué te pasa Kea? –le pregunta Ariel al verlo desanimado. Para entonces los dos ya son muy buenos amigos.
-No me gusta este lugar, cuando me ven llegar los demás ángeles se alejan, me siento raro ¿Tengo algo que me hace diferente a ellos? –contesta estando sobre un árbol y recostado por una rama.
-No, no eres diferente. Solo tienen que adaptarse a ti. –dice tratándolo que consolarlo.
-¿Qué quieres decir? Todos ellos me conocen hace siglos y me miran como un bicho raro. –interrumpe serio.
-Sí, tienes razón, yo iré a hacer unas cosas. Llámame si necesita algo. –Ariel se apresura a alejarse porque estuvo a punto de descubrirse, no puede decirle a Kearrents que es mitad humano, esa es la razón por la que los demás ángeles lo evitan y más ahora porque Marie, un ángel hibrida como él, se volvió maligna. Ariel sabe muy bien que no podrá ocultar la verdad por siempre, entonces piensa muy seriamente en cómo le dirá la verdad a su mejor amigo y está listo para contarle todo.
-¡¿Cómo que escapó?! –exclama Ariel sorprendido.
-Ese híbrido se las arregló para burlar a los guardias y bajar a la tierra. –Dice Miguel calmadamente –Todos estaremos mejor sin él.
-Yo no, es mi amigo. –se dice el rubio estando preocupado.
-Ariel, sabes perfectamente las reglas, tienes prohibido bajar porque eres un arcángel ¿Está claro? Estoy seguro de que no te gustará terminar como tu hermano Lean. –habla Miguel cruzándose de brazos.
-Conozco las reglas, ya lo dejaste muy claro. –asiente él alejándose.
En eso, Kea a llegado a la tierra –Wau... ¿Dónde estoy? –se pregunta, mira a su alrededor y hay muchas flores en pequeñas masetas -¿Qué son estas cosas? Mmm... -él lee lo que dice en el cartel que está junto a esas cosas que huelen muy bien –F-L-O-R-E-S... flores. Debe ser comida porque están sobre una masa. –piensa, entonces toma una margarita y se la come.
-¡Está muy rico! –Dice saboreando sus labios, sin que se dé cuenta ya ha comido una maseta entera –Allá arriba no hay estas cosas. –murmura lleno y suelta un eructo. Una vez satisfecho, el ángel sale de la florería y comienza a recorrer la ciudad –Ay no... también hay malditos edificios. –rápidamente tapa su boca al darse cuenta que dijo una grosería.
-Tengo que controlar esto porque las personas se alejaran de mí por grosero. –piensa apenado.
-¡Kea! –dice Ariel apareciendo a sus espaldas.
-¡Ah! Casi me matas de un maldit... digo, me asustaste. –contesta sorprendido.
-¿Por qué escapaste? ¿Estás loco? Sabes que es en contra de las reglas. –lo regaña serio cruzándose de brazos.
-Ya sé pero allá a nadie le agrado, necesito quedarme aquí, por favor Ariel. –pide haciendo una carita de cachorrito abandonado.
-Está bien, quédate. Pero no te metas en problemas oíste, igual sigo pensando que esto es una mala idea. –acepta Ariel sin tener de otra.
-Gracias, gracias, gracias. –Festeja Kea –Chócalas. –dice teniendo su palma arriba. Ariel arquea una ceja confundido -¿Por qué? -pregunta.
-Es para demostrar que estás feliz. –dice sonriendo el castaño, Ariel asiente y chocan las palmas y luego los puños.
-No te metas en problemas Kea. –le pide estando preocupado.
-No lo haré, es más ¿Qué de malo a de pasar? –en ese momento sus alas desaparecen e inicia su accidentada aventura.
~Fin flashback~
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