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Cap. 19

-Ricky pregúntame algo. –pide Kea tratando de averiguar si puede volver a mentir o no.

-Bueno ¿Dónde debería llevar a Sol para que sea nuestra primera cita? –pregunta emocionado.

-Eh... no sé nada de eso. –contesta Kea sincero, entonces se da cuenta de que volvió a ser él mismo.

-No importa, voy a investigar. –dice Ricky volviendo a su tarea.

-Hola. –Saluda su mamá a ambos cuando entra por la puerta -¿Cómo están los hombres de la casa? –pregunta ella con una sonrisa de oreja a oreja.

-Bien. –dice Kea sonriendo.

-Y... ¿Por qué tan feliz? –habla Ricky sospechando de algo.

-Es que un hombre muy guapo me invitó a tomar un café. –suspira mientras se sienta a su lado.

-Ah... es por eso.

-¿Cómo es él? –pregunta Kea curioso.

-Se llama Joaquín Serra y es doctor.

-Okey... bueno, ya es hora de que me vaya para el circo. -Habla Kearrents mientras abre la puerta.

-Hijo ¿Cómo van las cosas con Amelia? –Kea se detiene y contesta –Eh... le grité y ahora me voy a disculpar con ella. –él cierra la puerta y lleva su skate en una mochila pero además también lleva un obsequio de disculpas para Amelia.

Kea baja su skate y sobre él va la circo, prácticamente es un profesional como antes lo era. El muchacho llega al circo y ve a Amelia estando preparada para practicar su número, entonces ella nota su presencia y entrecierra los ojos.

-Es hora. –se dice así mismo, Kea camina hacia ella y se encuentran cara a cara, Amelia está molesta y no está seguro de que su obsequio pueda calmarla.

-Lo siento. –Hablan al mismo tiempo -¿Qué? ¿Te estás disculpando? –dicen de nuevo en un mismo solo.

-Sí. –Kea asiente –Perdón por gritarte. –él se rasca la nuca estando avergonzado.

-No, perdóname a mí por interrumpirte todo el tiempo. –Se disculpa Amelia agachando la mirada -Mmm... yo... te traje esto. –ella le entrega una medalla; esa que tiene forma de corazón con la inicial "A".

Él se queda un momento observando la medalla y un gran sentimiento de culpa crece –Recuerdo eso, fue cuando... -ella le tapa la boca impidiéndole hablar.

-Eso no importa. –murmura ella mirándolo a los ojos.

-Yo te traje esto. –Kea le da una caja de bombones –Recordé que te encanta el chocolate. –habla sonriendo.

Amelia toma la caja rectangular que contiene los bombones y le da un abrazo a Kea, él se sorprende un poco al principio pero corresponde, entonces ella se da cuenta de lo que está haciendo y rápidamente se separa.

-P-Perdón y gracias... -murmura agachando la mirada.

-Hey chico, ven aquí un momento, quiero hablarte. –dice George.

-Nos vemos después. –sonríe Kea mientras se despide de Amelia, ella devuelve la sonrisa y asiente.

-¿Qué quiere, señor? –le pregunta acercándose a George.

-Te felicito por tu primer show, fue impresionante. –contesta palmeándole la espalda.

-Gracias pero alguien pudo ser lastimado y no hablo de mí sino del público. –aclara Kearrents serio.

-Tienes razón chico, por eso esta vez no habrá explosiones ni nada de eso. –habla George sintiéndose un poco mal pero para Kea no es muy convincente que digamos.

-Está bien. –acepta pero no del todo convencido. Entonces es momento de que la actuación comience y Kea es el que inicia -¿Qué debo hacer? –le pregunta a George.

-Te vendaré los ojos y cuando escuches al presentador tú te la quitaras y solo... improvisa. –le explica cubriéndole los ojos con una tela negra y luego lo empuja hacia el escenario.

-No veo nada. –Dice él tratando de ver algo pero solo escucha los aplausos del público, en ese momento el presentador aclama y Kea se quita la venda –El indestructible los sorprenderá, esta vez se enfrentará a un feroz tigre.

-¡¿Qué?! –la venda era para impedirle ver que él entró a la jaula del tigre y tiene al animal frente a frente, se ve hambriento y comienza a acechar a Kearrents. El tigre comienza a caminar en círculos y él hace lo mismo –Debo salir de aquí. –piensa mientras ve la puerta de entrada, la misma está cerrada con cadenas y con un enorme candado, no podrá salir por ahí entonces toma dos de los hierros que forman la reja y los abre para poder escapar y lo hace justo a cuando el tigre da un poderoso salto para atraparlo pero Kea consigue salir.

El público aplaude por el increíble escape entonces el muchacho reconoce a dos personas en las tribuna.

-¡Sí! ¡Ese es mi muchacho! –Grita su mamá estando muy orgullosa – ¡Ese es mi hermano! –Ricky también está presente.

-Jaja ¿Qué están haciendo aquí? –se pregunta riendo.

-Vuelve a la jaula y pelea con ese tigre. –le ordena George molesto.

-¡No voy a pelear! –se niega rotundamente desafiándolo.

-Vas a pelear por tu vida. –habla el hombre liberando al tigre, entonces las personas se espantan y salen corriendo.

-Ay no. –Kea ve que el animal corre rápidamente hacia su mamá y hermano entonces él se interpone en su camino para protegerlos.

-¡No Kea! –grita su madre, en eso el tigre salta sobre él dejándolo inmóvil por el gran peso que tiene el felino, Kea tiene cara a cara al tigre quien le enseña sus afilados dientes pero después se tranquiliza y comienza a lamer su rostro.

-No, basta. –dice él riendo.

-Está bien, esa cosa solo está jugando. –habla su mamá calmándose un poco.

-No, cebra, suéltalo. –Le ordena Amelia con una voz firme, el tigre camina hacia ella, la muchacha lo acaricia con toda confianza y después le entrega un pescado como premio –Buena chica, vuelve a tu jaula. –Lía le entrega el pescado y logra meterla otra vez en la reja.

-¿Cebra? –pregunta Kea poniéndose de pie y sacudiendo la tierra de su ropa.

-Ese es su nombre. –Contesta Amelia asegurando la jaula -¿Estás completo?

-Un poco con baba pero estoy bien. –Habla mientras mira al público y solo quedaron Ricky y su mamá –Gracias por venir a verme. –saluda Kea sonriendo.

-¡Casi me matas de un infarto! ¡No vuelvas a hacer eso! –exclama ella molesta pero aliviada que su hijo esté bien.

Después de haber hablado con Ariel, Lean camina furioso por las calles, tiene sus manos en los bolsillos de sus pantalones y va con la cabeza agachas. Él piensa que debe distraerse y divertirse con los de su clase, así que entra a un bar donde le gusta jugar a las cartas con un amigo. Entra por la puerta principal y todos los presentes dirigen si vista hacia él, los sujetos más agresivos y rudos evitan mirarlo a los ojos porque varias veces pelearon y Lean siempre fue el ganador.

En la última mesa de póker, en la esquina más alejada del lugar se encuentra un muchacho, no está jugando sino que se encuentra durmiendo, esta recostado en su silla con los pies sobre la mesa y la visera una gorra roja cubre sus ojos.

-Hey. –Lean patea la silla haciendo que su amigo caiga al suelo.

-¡Eh! ¡¿Qué?! ¡Estoy despierto! –Dice levantándose rápidamente –Vaya... pero si es mi amigo Leandro. –sonríe acomodándose su gorra.

-Sabías que estarías aquí Rafa. –responde él golpeando los puños como saludo.

-Me gusta verte pero para la próxima no me despiertes así. –reclama un tanto serio.

-Solo dormías. –habla Lean en su defensa tomando asiento.

-Corrección, estaba soñando. –aclara inclinándose sobre la mesa, sus ojos apenas pueden verse por la visera, son marrones con un tono verde, en ocasiones son verdes y en otras marrones, depende de su ánimo. Debajo de su gorra tiene un cabello castaño, tiene gruesas cejas y un lunar en su mejilla izquierda que le queda muy bien.

-¿Qué estabas soñando? –pregunta Lean desinteresadamente.

-Muchas cosas, primero era un esquiador profesional, un paracaidista, un doctor y después... era mujer. –Rafa cuenta con los dedos de su mano estando emocionado.

-Cálmate, cálmate. –lo interrumpe porque cree que es demasiada información.

-No sabes lo que es soñar amigo. –sonríe Rafa recostándose en su silla.

-No, no sé. Creo que eres el único ángel que puedes soñar. –comenta Lean tomando un trago de cerveza que estaba en la mesa.

-Lean, sabes muy bien que dejé de serlo hace mucho, mucho tiempo. –murmura poniéndose serio, en eso los ojos de Rafa de hacen verdes –Sí, Nina y Miguel me convirtieron en el primer maldito exiliado. –dice con su voz llena de odio.

-¡Rafa! –grita Lean –No pienses en eso. –habla cruzándose de brazos.

-Tienes razón. –asiente, sus ojos cambian a marrón –Puedo soñar gracias a ellos ¿No? –vuelve a sonreír.

-Mmm... -Lean se queda en silencio mirando pensativo el vaso de vidrio vacío. Rafa nota eso y no tarda en preguntar: -¿Qué pasó ahora?

-¿Qué?

-Pasa algo ¿Qué es? –insiste mientras alza su mano llamando a la camarera, quien es una hermosa chica con una falda muy corta.

-¿Sí? –pregunta teniendo una bandeja con vasos vacíos y otros con cerveza, ella tiene una mirada neutral hacia ambos y, por su aliento, masca un chicle de menta.

-Dos botellas de cerveza. –encarga Rafa mirándola de pies a cabeza.

-¿Una para tu amigo también?

-No, las dos son para mí. –aclara poniéndose de pie, ella arquea una ceja y asiente pero antes de que se aleje él la toma del brazo acercándola a su cuerpo –Esto es de la cerveza y propina para ti. –susurra en su oído mientras le entrega el dinero.

-Aja, sí. –dice ella soltándose, no es la primera vez que un sujeto desconocido la molesta así. Cuando se da vuelta y pasa junto a Lean, ella siente que alguien le tocó su trasero, mira con rabia a Lean y le da una fuerte cachetada marcando toda su mano en la mejilla derecha de él.

-¡Vete a la mierda! –le grita alejándose. Él toca su rostro mirado a Rafa quien tiene una descarada sonrisa.

-Jaja, ¿Viste eso?

-Me pegó por tu culpa. –dice molesto.

-Es natural y estoy seguro de que lleva una tanga roja. –comenta mientras ríe.

-Gracias por la información, ligué también. –habla Lean molesto.

-Bueno... cuéntame lo que te paso. –indica Rafa volviendo al asunto.

-Es que... Ariel está aquí y habló conmigo. –contesta agachando la mirada.

-¡Ja ja...! –Ríe Rafa a carcajadas hasta quedar sin aire –Es el mejor chiste que me han contado. –dice mientras limpia las lágrimas de sus ojos.

-Eh...

-Espera, ¿Es cierto? –Pregunta al ver que Lean está muy serio -¿Ariel está aquí?

-Sí ¿Y sabes qué? Él me perdonó. –murmura rascándose la cabeza.

-¿Qué le dijiste?

-Lo mismo que él me dijo cuando me desterraron. –Responde dando un fuerte golpe a la mesa con su puño.

-Eso sin duda le dolió, jaja. –Bromea sabiendo muy bien que su amigo está enojado -¿Cómo van las cosas con Sky o Amelia como se llame?

-Todo estaba bien, hasta que apareció un maldito sujeto llamado Kearrents que resulta ser el ex novio de ella y ambos tuvieron una relación muy fuerte. –le cuenta tomando su cabeza con las manos.

-¿Kearrien? Qué nombre más extraño. –Murmura Rafa pensativo frotándose la barbilla –Si la amas, pelea por ella. –aconseja.

-Ya pensé en eso, lo ataqué y Ariel apareció defendiéndolo.

-Wau... estás meado por un dinosaurio, las desgracias te persiguen ¿Eh? –habla teniendo los ojos bien abiertos.

-No me lo recuerdes. –roda los ojos, en ese momento la camarera regresa y le entrega las cervezas.

-Gracias señorita. –agradece Rafa sonriendo. Ella voltea para irse y siente otra vez el toque pero esta vez la cachetada va dirigida para él.

-Ahh. –finge dolor mientras toma su rostro con las manos.

-Abusaste de tu suerte. –dice Lean sonriendo.

-Jaja con estas ya son 500 en total, debe ser un nuevo record.

-¿Sabes qué? Este sujeto, Kea, es un ángel. –menciona haciendo que Rafa se atragante con la cerveza que estaba bebiendo.

-¡¿Qué?! –Tose un poco –Eso es imposible porque...

-Ya no y el mismo Ariel lo confirmó. –interrumpe Lean arrebatándole una botella.

-Ah sí que... es un ángel mitad humano, ¿Un hibrido? –comenta su amigo pensativo.

-Sí, también trabaja en el circo en donde estoy, ya ves la suerte de mierda que tengo.

-Mmm... -asiente Rafa –Quiero conocerlo. –se propone poniéndose de pie.

-¡¿Qué?!

-Sí, vamos al circo. –dice decidido y antes de salir del bar se pone un buzo morado, Lean se encoje de hombros y lo sigue, no tiene de otra porque cuando Rafa se propone algo nada ni nadie pueden hacer que cambie de opinión.

-¿Quieres conocer a ese fenómeno? –le pregunta Lean mientras caminan por la calle hacia el circo.

-Sí ¿Por qué no?

-Él es el enemigo. –Le recuerda pero Rafa es algo terco -Es tú enemigo, no el mío, creo que yo no tengo enemigos.

Multimedia: Rafael

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