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15. Amistad antes que amor.

Disfruten el capítulo. 😊

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—Eso fue trampa, amor —mencionó Silvana apenas llegar al piso de su departamento, dónde ya se encontraba la rubia.

—jajaja… eres muy lenta —habló sonriente desde la cocina—. Te dije que corrieras o cerraría el elevador.

—Pensé que estabas bromeando.

—Pues ya viste que no lo fue —sirvió dos vasos de agua y le extendió uno a la pelinegra—. Uy… tengo que enviar mi tarea a la profesora antes de la media noche —Paso a su lado directo a la sala donde se hallaba su portátil para encenderlo—. Amor, podrías pasarme mi bolso, lo dejé en la mesa.

—Voy —terminó de beber el agua dejando el vaso en el fregadero. Tomó el bolso de rápido haciendo que resbalaran algunos papeles del trabajo de Renata. De inmediato, se puso a recogerlos tratando de ordenarlos lo más mejor posible —¿Y ésto?

Colocó las cosas sobre la mesa, y fue con Renata.

—Toma.

—Gracias —buscó entre sus cosas la usb y lo conecto a la laptop.

—Oye, cariño. Por accidente tire tus papeles y al levantarlos encontré esto ¿Qué es?

Dejó de prestar atención a la pantalla para observar lo que tenía Silvana en la mano.

—Oh, es una invitación para una fiesta que realizará Andino por lo del aniversario.

—Vaya, suena importante. ¿Porqué no me habías comentado nada? —se sentó al lado suyo.

—Con todo lo que está sucediendo, lo olvidé por completo. Además, no creo que vaya a asistir.

—¿Porqué no? Deberías ir, amor. Es una buena oportunidad para conocer gente del medio, conectarte con empresas tú sabes, relaciones públicas.

Cerró la portátil un momento y dirigió la vista a la pelinegra.

—Si, lo sé. Pero ahora, estás pasando por este mal momento con tu hermano, no creo que sea correcto ir.

—No te preocupes, por eso amor. Sé que es algo bueno para ti y tú trabajo. Además, sirve en que te distraes un poco.

—Bueno, no es sólo eso. Es que… no me gusta la idea de ir sin la compañía de alguien a quien amo y estimo mucho.

—Amor, sabes que yo no tengo problemas sobre eso. Si así lo quieres, puedo ir contigo un rato.

—Es que, ese es el problema. Si vas y nos ven juntas, sabrán que estamos en una relación. Los medios hablarían, y los chismes están a la orden del día. Ya tienes suficiente con la salud de tu hermano —acarició su mano.

—Me importa poco eso. Sabes que no me gustó que decidieras esconder nuestra relación, pero entendía que querías ser reconocida por tus méritos y no por un apellido o mis influencias. Lo entendí, pero… tal vez sea momento de que el mundo vea la increíble pareja que hacemos ¿No lo crees?

—No sé…

—Cariño, lo único que deseo es ver cumplir tus sueños, permíteme estar a tu lado.

—…

—Al menos dime que lo vas a pensar.

Dejó ir una sonrisa hacia Silvana.

—Okay, lo pensaré.

Besó la frente de Renata para luego levantarse e ir a su despacho a terminar algunos pendientes de la empresa en lo que la rubia acababa con sus deberes escolares.

—Te veo en la cama, amor.

***

—¿Estan listos los estudios del paciente de la habitación 105?

—No, doctor. Aún están con las réplicas de sangre. Mañana a primera hora salen los resultados.

—Bien, cuando los tengan listos, avísenme.

—Si, doctor.

Una vez que el doctor se fue, uno de los internos se acercó a la enfermera que atendió al doctor.

—¿Y bien? —habló de cerca hacia ella para que nadie escuchará nada.

—Ya están listos, estos son los resultados.

Leyó el documento para corroborar los resultados.

—Una de ellas es compatible —sacó el móvil y marcó de inmediato al número que le habían dado horas antes—. Si, soy yo. Ya tengo en mi poder los resultados. Una de ellas puede hacer la donación de médula.

Esperó a que la otra persona respondiera.

—Sigue con lo que te comenté.

—Pero ¿Y si nos descubren? —se alarmó el joven hombre, al recibir la orden de la persona.

—Haz lo que te ordenó, hay un muy buen botín de por medio a cambio de tus servicios.

Pensó un momento en desertar pero realmente necesitaba ese dinero.

—Esta bien, señor. Lo haré.

Colgaron la llamada y volvió la vista a la enfermera que la observaba. Era su cómplice.

—¿Qué dijo?

—Quiere que alteremos los resultados.

—Pero y ¿Si nos atrapan?

—Cielo —se acercó a la chica que la miraba preocupada—. Sabes que necesitamos el dinero. Este será… un pequeño sacrificio y secreto que tendremos que hacer, si queremos vivir como lo merecemos. Además, se trata de una familia a la que no le hace falta dinero, estoy seguro que podrán conseguir algún otro donante en un instante.

—¿Me juras que estaremos bien?

—Claro, ahora entra a ese laboratorio y cambia las pruebas. ¿De acuerdo? —la enfermera asintió y se despidió de su novio para hacer lo que le pidió. Pronto recibirían una jugosa recompensa que los quitaría de problemas por un muy largo tiempo.

***

[A la mañana siguiente]

—No estés nerviosa, cariño. Todo saldrá bien. Ya lo verás —expresó Renata quién iba saliendo de su última clase en la universidad.

—Aún así no deja de preocuparme. No sé qué haré si me dicen que no hay compatibilidad.

—Entonces buscaremos a alguien más, debe haber alguien en tú familia que pueda apoyar.

—Bueno, están mis tíos y… —por una fracción de segundos paso la imagen de la mujer que fue su madre alguna vez pero lo descarto de inmediato—, nada más. Tal vez se pueda hacer algo con eso.

—Estoy segura que no habrá necesidad de buscar a alguien más.

—Así lo espero también.

—Quisiera estar contigo en estos momentos pero mi jefe pidió no ausentarme en estos días.

—Lo sé, descuida estaré bien. Te dejó, estoy por llegar al hospital.

—Mantenme al tanto de lo que suceda. Y, amor…

—¿Si?

—Todo estará bien. Ya lo verás.

—Gracias

—Fin de la llamada.

Guardó el celular para ir directo al estacionamiento. Buscó entre su bolso las llaves del auto que cayeron al suelo cuando las intentó tomar, se agachó a recogerlos pero alguien más lo hizo antes.

—Hola, Renata —habló la chica de cabello corto frente a ella.

Al verla, experimentó una especie de vértigo en el estómago, luego de aquel incidente en su departamento no pensó en cómo se sentiría cuando la viera de nuevo.

Después de todo.

Alondra, era su amiga y la quería, pero la Chef había dejado en claro sus verdaderos sentimientos por ella ese día y difícilmente podría cambiar eso.

—Yo, tengo que irme —se levantó para ir de inmediato a la puerta del auto.

—No, espera. Por favor —la tomó del brazo—, necesito hablar contigo.

—Alondra…

—Por favor, te lo suplico.

—…

Se sentaron en una de las jardineras del parque a unos metros de la universidad.

Era la primera vez que se sentía muy incómoda e intimidada con la presencia de alguien. ¿Qué es de lo que deseaba hablar Alondra?

¿Intentaría de vuelta lo de ese día? Si fuera el caso, entonces… tendría que poner un fin definitivo a su amistad.

—Te extraño —soltó la Chef. 

—Alo —se levantó del asiento—. Si vas a a seguir con lo de ese día, será mejor…

—No, no, no perdona. Sonó mal eso. Quise decir, extraño la amistad contigo. Renata —se agachó apenada—, perdóname. Sé que no estuvo bien reaccionar de esa forma, me dejé llevar por el momento. Y no intentó justificar mis acciones pero… estaba frustrada con lo que sucedía.

—¿Qué quieres decir?

—Me brindaste la confianza con el título de amiga que tuve desde el inicio. Tus acciones, todo lo que giraba en torno a ello, hizo sacar a relucir emociones  en mí que se hacían más intensos conforme pasaba el tiempo, hasta que ya no pude soportarlo.

—Una vez te pregunté si… yo te gustaba y me dijiste que no.

—Si, lo sé. Al igual que recuerdo que en tu vida, ya estaba alguien más ocupando tu corazón.

—¿Te he gustado desde entonces? —preguntó temerosa y sin rodeos.

—Me gustaste desde que nos conocimos —respondió al momento, costaba trabajo descifrar la mirada que tenía Renata al escuchar eso y sabía que muchas cosas golpeaban su mente—, pero… nunca tuve la intención de interferir en tu relación con Silvana eso es seguro, aunque me cayera mal —habló por lo bajo—. Sé y entiendo que ella es tu felicidad, por eso nunca dije nada, la conexión que creció entre ambas fue sincera. Te quise y te quiero, pero por sobre todas las cosas aprecio aún más nuestra amistad. Es por eso que no quiero alejarme de ese lazo, por favor, perdóname y acepta mi genuina lealtad de cariño sincero. Amiga.

—¿Estas completamente segura? No quisiera que salieras lastimada con esto.

—Descuida, se que con el tiempo dejaré atrás este capítulo. De verdad, quiero volver a ser tu amiga. Ana y tú, han sido increíbles personas y no quisiera perder a ninguna.

La observó un momento, no se esperaba que Alondra la buscará para pedirle eso, pero de.cierta forma lo agradecía, era una chica de buenos sentimientos, seguía sintiéndose mal por ella pues el amor no correspondido es algo que difícilmente puede arrancarse así como así, sólo en tiempo daría la última palabra. Pero por ahora sí el destino les brindaba una segunda oportunidad para conservar tan bella amistad, entonces…

—Esta bien, Alo. Tampoco quiero perderte. Sé que será difícil volver a ser amigas porque claramente no será como al principio, pero confío en la madurez de nuestras palabras y si algo aprecio de tí, es tu sinceridad.

Alondra, apenas pudo contener el aliento, estaba nerviosa antes de escuchar las últimas palabras de Renata. Seguía queriendola, era un echo eso, pero apreciaba más la amistad forjada y se sentía feliz de tener ese lado de ella.

"Si nuestro destino no era estar juntas, te doy gracias por compartir un poco de tu historia conmigo"

—Gracias, Ren.

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Ame tanto escribir la parte final de este capítulo.

Por otro lado, se viene el drama para la familia Kofmant.

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