27 | Infinite Memories
❝Memorias Infinitas❞
┏━━━━ • ✿ • ━━━━┓
Paz
┗━━━━ • ✿ • ━━━━┛
「ULTIMO CAPITULO PT. I」
Stella Miracle
Suspiré con cansancio, estaba asimilando cada escena, cada sentimiento y cada experiencia que viví con mi memoria; a penas y la acoplaba a lo que había vivido con aquel hechizo en mi interior.
Sin embargo ya no podía seguir con rencores hacia Merlín, no existía un porqué. Él se había ido.
Evité el llorar cuando escapé de la escena donde mi padre no era más que un montón de cenizas que el frío de la media noche se atrevió a arrebatarme. Ahora evito llorar donde me encuentro.
Ver a Piedracorazón destruida no era lo más lindo, pero sí lo más desolado que necesitaba.
No soy una cobarde
Caminé por todo lo que quedaba de Mercadotrol, de ser el lugar más vivo que existía bajo tierra, pasó a ser el lugar más triste y lleno de traumas de los que me había salvado hace 901 años.
No me sorprendió matar a los últimos Goblins que habían quedado aquí, me lo esperaba realmente; por primera vez me sentí feliz de verlos, me recordaban que no era una inútil débil que vencían fácilmente.
Jamás en mi vida había odiado llorar como lo hacía ahora, parece ser que es lo único bueno que hacía mi cuerpo; llorar. Patético.
Mis pies se detuvieron en cuanto estuve en lo que había sido mi habitación, y frente a mi escritorio, yacía mi celular sin batería y muchos trozos de papel hechos puño.
Sonreí sabiendo el porqué de dichos papeles, tomé el primero que encontré para leerlo.
《Te amo, James Lake Jr.》
Eran los borradores de la carta de despedida que me costó hacer para Jim, mi dulce y único Jim.
Me deshice del vestido destrozado que llevaba puesto junto al suéter de Douxie; volvía a colocarme los habituales shorts verdes y mi blusa morada que dejaba mi hombro descubierto, luego mis tenis blancos y me sentí como hace meses antes de la primera tragedia.
Donde Jim era el sencillo humano que me cautivó y yo no era un desastre de dolor y lágrimas andante.
¿Por qué me volví débil?
Aquella pregunta me hizo pensarlo varias veces, supuse que el hecho de vivir toda mi existencia protegida y llena de magia me hizo confiar que cuando me quedé a mi suerte junto a los Tarron no tenía recuerdo de que era protegida por algo o alguien; me enojé con aquel hechizo, papá Merlín no merecía más suplicios, él merecía una muerte tranquila y un descanso eterno junto a mamá.
—¿Qué debo hacer, mamá?— me atreví a preguntar consciente que no obtendría respuestas.
Entre mis cosas, vi una prenda celeste perfectamente doblada y conservada; supe al instante de quién era y el porqué yo lo tenía.
Era una sudadera de Jim.
Me la había dado en uno de nuestros patrullajes nocturnos, y yo ansiosa por recordar sensaciones ajenas que probablemente jamás volverían a ocurrirme, me coloqué con gusto aquella prenda. Me quedaba mejor que la de Douxie, pues Jim no había sido tan alto como ahora.
Me abracé con fuerza al sentir que la sudadera aún conservaba el aroma del perfume que aquella obra de arte usaba, cerré mis ojos guardando de nuevo aquel olor que me hacía sonreír. Era ridículo querer conservar un recuerdo de algo que ya había pasado, pero de tenerlo todo a no tener nada, quiero aferrarme a lo que me hizo feliz alguna vez.
Quería sentirme con vida de nuevo.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
Irónico y estúpido; aquellas dos palabras se repetían constantemente en mi mente, como si recitarlas una y otra vez me trajera la paz al mundo y tranquilidad a mi caótica vida.
Abrazada de mis piernas, estaba metida en el lugar más reconfortante que existía, al que jamás esperaba volver y menos por cuenta propia.
El Reino de las Sombras parecía el mejor lugar a partir de ahora.
No había porqué malinterpretar mi accionar, no pensaba volver para quedarme, sin embargo, por primera vez actúe como cobarde y tentada por las ansias de estar a solas, en silencio y en paz, prefiriendo unos minutos ahí que viendo el llanto de los demás por la muerte de Merlín y yo obligándome a no soltar lágrima alguna para no mostrar debilidad.
Solo Jim tenía permitido verme de aquella manera, y Douxie, pero este último fue por la misión "Memories" que me devolvería su felicidad infinita.
Suspiré recordando al Cazatroles que me había cautivado desde que mis ojos fueron abiertos y mi alma liberada.
—Maldita cobarde, prefieres quedarte aquí escondida que rescatar al nuevo Jim.— me reproché en tercera persona, había descubierto la facilidad que tenía por insultar mis capacidades y rebajarme ante los demás; como si yo fuera la plaga a la que debían eliminar.— No te mereces a Jim...
No me merezco a Jim
Rasqué con furia mi brazo izquierdo, ya que el derecho seguía vendado; odiaba las nuevas sensaciones que mi cuerpo mostraba, era como si hubiese llegado un límite y este mismo estallara en mi contra.
Pero tenía razón, no merecía a Jim.
Él estaba luchando por sobrevivir ante los semi dioses y yo estaba aquí pudiendo ayudar.
¿En qué momento me convertí en una inútil?
Todo se resumía en la simple frase, todo esto es tu culpa.
Tragué saliva con nervios al dejar de rascarme y pasar mis uñas a mis labios, queriendolos masticar.
Estaba derrumbandome.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
—¡Pero qué linda reunión familiar!.
No sé como, cuándo ni mucho menos porqué había terminado derribada contra una roca que levitaba en el Reino, teniendo a Morgana pisandome el cuello y mirándome fijamente.
No supe descifrar si quería matarme como venganza o para liberarme, ella había vuelto de la muerte.
—¿Qué demonios haces aquí?.— le pregunté tomando su tobillo, soltando una descarga mortal para cualquier humano, que lo dejaría muerto y con el cerebro quemado en segundos.
Pero ella y yo no éramos humanos cualquiera.
—No estoy aquí por la Or.-
Ni siquiera la dejé hablar por atacarle, mi frustración se estaba descargando con ella y por más que una parte de mí me pedía a gritos que me detuviera, la otra parte traspasaba mi razón cegándome por completo.
Ella detuvo un puño que estaba por impactar en su cara, por lo que la alejé de mí con una patada en sus piernas.
Todo era su culpa para mí, todo. La muerte de mamá, la muerte de Merlín, la herida de Jim; podía haber tenido la culpa en el pasado que se cambió, pero mi dolor e ira iban contra ella.
—¡Ya no te creo!.— le grité tomándola del cuello y acercándola a mí.— pudiste evitarlo...— susurré cuando un nudo en mi garganta me impidió respirar como se debía.— pudiste detenerlo...
Ambas sabíamos que ella pudo detener a Arturo y salvar la vida del único familiar de carne y hueso que me había quedado.
—No tengo tiempo para discutir contigo, niña.— dijo poniéndome la daga que asesinó a mi madre justo en mi cuello.— vengo para salvar a mi hermano.— me aclaró con molestia.
—Gracias, Amelia también está feliz en la vida eterna.— dije con sarcasmo, sin embargo logré desaparecer su daga y que esta misma apareciera en mis manos.
Ahora yo la apuntaba a ella.
Ventajas de ser tía-sobrina.
—Tú quieres salvar a tu Arturo.— hablé aumentando mi agarre en ella.— y yo quiero salvar a mi Jim.— dije con la misma molestia que ella.
Tal vez... su alma pudiera estar aquí.
Quise tragarme mis palabras durante un momento cuando solté:
—¿Tregua?.
Estúpida lengua
—Tregua.— aceptó mi trato.
Como era de esperarse, ambas nos dimos un apretón de manos y colocamos nuestras manos izquierdas en donde estaban situados nuestros corazones, validando nuestro trato que desde ahora sería irrompible hasta cumplir nuestra misión.
—Siempre supe que teníamos más en común de lo que crees.— comentó la mujer de mirada esmeralda, comenzando a avanzar.— como si estuviéramos conectadas.
—No, gracias.— solté con falsa cortesía; ni en mil años quería tener algo que ver con la familia de mamá, eso era segurísimo.
Ambas comenzamos a buscar.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
—Espera.— hablé luego de minutos largos de silencio. Tomé la mano de mi familiar y detuve su andar.
Comencé a desesperarme, sentía a Jim demasiado cerca, como si estuviera junto a mí y eso significaba que mi objetivo se encontraba cerca.
Mi corazón se emocionó de solo pensarlo.
—Puedo sentirlo.— admití contenta. En aquel momento no me importaba siquiera sentir mi mano sujetar la de Morgana, la sensación más linda que Jim me daba volvía a llenar mi ser de una grata calidez.
Seguí mi corazón que ansiaba ver a Jim una vez más.
Mi corazón se detuvo y mi respiración se cortó.
Muertenfrente
Ahí estaba el puente, tan intacto como lo recordaba. Y encima de él, Jim Lake caminaba con su espada de la Luz del Día en su mano derecha, buscando a algún enemigo.
—Ahí está.— chillé emocionada y llegué hasta el puente para correr.
Por Deya, quise llorar al ver su versión humana caminar hacia mí, mi desesperación me hizo correr hacia él para abrazarlo y no volver a soltarlo nunca más, ni siquiera presté atención a las palabras que Morgana me había dicho.
Solo quería estar con él.
Y cuando lo tuve enfrente, pasó de largo.
Jim me había traspasado y eso me dolió mucho.
—Te dije que no tenía caso hacer eso, el puente ata su alma y lo tortura tanto que no sabe diferenciar la realidad de la ilusión.
¿Cómo es que de querer llorar de felicidad pasé a querer llorar de tristeza y dolor? Benditos sean los humanos por su resistencia.
—Lo sé.— sorbí mi nariz sin mirarla.— hiciste eso con mi amiga Claire.
Cómo olvidar las circunstancias en las que le dije "Te amo" a Jim
—Ah ya lo recuerdo.— dijo un poco apenada.— fue ¿Divertido?
No te des por vencida
Dispuesta a luchar, comencé a caminar al lado de él. Había pasado tanto tiempo sin verle en su forma humana que tuve que guardarlo en mi memoria para no olvidarme del rostro que me salvó. Lástima que él estaba semi transparente y de color morado.
—Vamos, Jim.— dije sin apartarme de él.— ¿Recuerdas cuando me salvaste? Casi corto tu cuello cuando desperté.— patética, Stella.— ¿O cuando te besé antes de sacarte de las tierras oscuras?.— no pude respirar bien.— recuerdas... ¿Cuando te dije te amo?... ¿O como cuando te besé de improvisto en la clase de gimnasia?.— me quebré.— ¿Recuerdas cuando me diste Arena de Gom-Gom?, ¿Cuando dormimos bajo las estrellas y tu mamá nos dio la "charla" y me traumé porque fue demasiado explícito?.
Limpié mis lágrimas.
—¿Me recuerdas...?.— supliqué aunque sea por una mirada, pero no obtuve nada.— Perdóname, por mi culpa tú estás así.— sollocé.— mereces más que una chica de 917 años que trae guerras y traumas con ella, apuesto a que hubieras sido feliz con Claire si yo no hubiera despertado.
Me dolió confesarlo, pero parecía que Claire hubiese sido mejor opción que yo y ahora reconocía eso. Una chica castaña normal que tuviera la estabilidad emocional intacta.
Definición de perfección
Acaricié su rostro, como aquellas veces en las que tenía la oportunidad para hacerlo cuando y donde quería.
—Te juro que intento luchar contra todo, tiempo, espacio y contra mí para salvarte.— dije con más lágrimas, él no merecía esto.— quiero que regreses y que sepas que ni un sueño eterno va a hacer que deje de amarte, ¿Si?.— volví a besarle los delgados labios que tenía, dueños de la preciosa sonrisa con los primeros dientes un poquito separados.
Cerré mis ojos recargando mi pecho en su armadura, soltando un suspiro, ansiaba aquel contacto cálido con él. Ansiaba tantas cosas que no podía tenerlas, era raro.
—¿Mi 'Ella?.
Levanté pronto mi mirada, me estaba viendo. JIM ME ESTABA VIENDO.
—¡Jim!.
Hasta que sus huesos crujieron y se separó de mí, aquella bestia que la Orden Arcana había creado estana frente a mis ojos dispuesto a atacarme.
—¡SÁLVAME!.
Fue lo único que rugió antes de querer golpearme y que Morgana me llevara con ella lejos de él.
—Debemos irnos.— aconsejó.— ya no es seguro estar aquí.
—Puedo salvarlo.— dije cuando entendí sus palabras y asentí.— ¡Puedo salvarlo antes de que sea tarde!
Cueste lo que cueste
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
—¡Lo logramos!.— exclamé cuando Morgana y yo traspasamos mi portal, cayendo contra un suelo perfectamente pulido.
Habíamos encontrado a Arturo, él se rehusaba a dejar ir a mi mamá y a Gwen, su ex esposa, y terminó al igual que Jim. En lo que lo habían convertido.
—¡Protejan a Stella!.— exclamó Claire Nuñez al verme llegar con Morgana.
Todos corrieron hacia nosotras con una arma en mano, en el caso de Krel, con una enciclopedia en su mano.
Sin embargo, debía seguir protegiendo a Morgana.
—¡Alto!.— les grité dejando a Morgana detrás mío, petrificando a mis amigos más fieles, mi voz había sonado más como una orden y llegué a sentirme incómoda cuando todos me obedecieron sin protestar.— ella no es nuestro enemigo y no quiero que la ataquen.— dije con seriedad.
Miré a Blinky y Aaarrrgghh, ambos me miraban con una sonrisa a pesar de haber hecho una de las órdenes más locas del mundo.
Corrí para abrazarlos.
—Los recuerdo.— dije con emoción. De ellos abracé a Krel con fuerza, él me correspondió un poco torpe; seguí con Claire y Toby.
Me alejé de ellos para apreciarlos mejor, unos meses nos habían cambiado a todos.
¿Y Douxie?
—Los recuerdo.— volví a repetir más para mí que para ellos.
Hasta que un templor me hizo caer junto a Morgana, compartimos una mirada seria y corrimos sin decir explicación alguna. Entre los pasillos ella confirmó mis sospechas.
—Nos encontraron.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro