05 | Kisses
❝Besos❞
┏━━━━ • ✿ • ━━━━┓
Recuerdo
┗━━━━ • ✿ • ━━━━┛
No se lo esperó, mucho menos lo vio venir. De un momento a otro, Douxie -el que ella conocía-, había tomado con fuerza a su yo del pasado y la cola de Archie del pasado, llevándoselos consigo; en un parpadeo los gritos de horror del Douxie del pasado fueron callados ante las presencias que yacían frente a ellos, mientras que Archie miraba con asombro al atacante, empezando a sacar ideas inconclusas con respecto a la intromisión de aquellos jóvenes magos en la escena.
La miró con devoción, Douxie del presente de Stella no fue lo suficientemente rápido como para cubrir a Stella, dejando que su yo más patético del pasado se llevara la gran sorpresa de su presencia.
—Eres ella... ¡Eres la maravillosa Stella!.— exclamó con emoción, doblegando su rodilla derecha y apoyando la izquierda en el suelo, tomando con delicadeza la mano blanquecina de la joven, dejando un temeroso pero ansiado beso en el dorso de esta.
—Doux...— la de mirada zafiro miró al de mechones azules con miedo, hace menos de un minuto le había dicho que no sabía lo que decía, y ahora se llevaba esta sorpresa.
—Oh bella dama, he ansiado ver-verla desde hace un año.— musitó con un suspiro, volviendo a tomar la compostura.—, he preparado cientos de canticos que ni en un milenio se compararían a la belleza que posee en persona...
Mátenme...
—Odio las paradojas de viajes en el tiempo.— murmuró con vergüenza el de mechones azules.
—Stella de mi corazón, aunque su padre no esté de acuerdo con nuestra relación, le juro que la amaré eternamente. Siempre lo he jurado.
—¡Suficiente!.-— un muy apenado Hisirdoux Casperan, activó su brazalete para darle un sueño profundo a su yo del pasado. Encerrándolo en el armario bajo la mirada recriminatoria de Archie.
Y con una Stella Miracle completamente petrificada.
—Ni idea de qué comía en esta época, han de ser alucinaciones.— dijo entre risas nerviosas.— ¿No te asustó, cierto?.
—Creo que no...
—Con una situación vergonzosa menos.— Archie se posó en sus dos patas traseras, dándole la apariencia de estar parado como una persona.—, ¿Podrían explicarme que está pasado?, se supone que Stella debería estar bajo tierra.
—Primero que nada, todo está bajo control.— dijo Douxie luego de haber cerrado el armario.—, segundo, esta no es la Stella del pasado...
—Entonces es del futuro, ¿De cuánto tiempo estamos hablando?.— le preguntó el felino siendo tomado entre los brazos de la fémina, quien quedó callada tras aquella repentina confesión de parte del Douxie de Camelot.
—900 años.— se atrevió a responderle.—, esto es muy loco...
—Demasiado, querida.— le apoyó el de pelaje negro.—, ¿Cómo estás?.
—Con la mente destrozada y el corazón arrítmico, ¿Y tú?.
—Preocupado, ¿Qué dirá Merlín cuando los vea?.— le preguntó con la mirad de tristeza en ella, el semblante que tenía no era el mejor, mucho menos al mencionar el nombre "Merlín".
—No me interesa, por él es que estoy aquí en primer lugar. Todo es su culpa...
—¿De qué hablas?.
—Merlín despertó en el futuro, acabaron con Gunmar y Morgana, luego se le ocurrió la brillante idea de borrarle la memoria a Stella para que tuviera una "vida normal" mientras él se fue a New Yersey; ella recuerda algunas cosas y luego las olvida, hay recuerdos que sí se han quedado...— le explicó Douxie, posando su brazo derecho en los hombros de Stella para darle conforte.
La chica no se incomodó ante el gesto de Douxie, lo hubiese hecho de haber sido el del pasado. Sin embargo, ahí estaba, pensando en Merlín y aquel Troll que ansiaba ver con todo su corazón.
—¡HISIRDOUX, ¿POR QUÉ TARDAS TANTO?!.— el grito de Merlín los estremeció a ambos.— ¡S-STELLA!.
El señor corrió hacia la joven que aun tenía al felino en brazos, estaba asustado, ella no debería estar aquí. Cuando la tuvo de cerca, no dudó en abrazarla, aunque esta no hizo nada por corresponder, no le importaba si él era del pasado, con solo verlo le recordaba las malas decisiones y las consecuencias que ella tuvo que sufrir en Arcadia.
—¿Cómo?, ¿Por qué?.
—No soy tu Stella de este tiempo.— respondió en tono cortante.—, ¿Por qué?, eso debería atribuírtelo a ti y tus decisiones, Merlín.
—¿Merlín?, ¿Qué pasó con "papá"?.— cuestionó confundido.
—Mejor pregúntate esto, ¿Mereces que te llame así?.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
Maldita sea.
El Amuleto no había sido creado.
El Amuleto de la Luz del Día no había sido creado.
Y debió crearse hace 16 años.
Stella ignoraba la discusión acerca de la "traición" que cometía Arturo ante la repulsión hacia los Troll, comenzaba a asustarse, si el Amuleto no había sido creado, su madre no puso salvarse, su alma no fue resguardada nunca en el Amuleto.
La historia ya había cambiado.
—No tengas un ataque ahora, por favor.— suplicó Douxie al ver sus naos temblorosas.
La joven le miró con terror, esperaba que ya se diera cuenta de la situación en la que se encontraban, intentó calmarse cuando la mirada preocupada de Douxie se centraba en la creación de Merlín.
¿Cómo es que no ha creado el Amuleto todavía?
La chica siguió absorta en sus pensamientos, mientras que Douxie, con una cara de alegría, se acercaba lentamente al librero que yacía a unos metros, había logrado encontrar el mapa del tiempo, con eso se aseguraría de llegar a su tiempo sin problemas o cambios en la historia.
Ambos jóvenes tuvieron que tirarse al suelo, Merlín no fue capaz de darle el suficiente poder al Amuleto, que este salió disparado en varias partes aleatorias, amenazando con darle a alguien en la cara. El señor llevó sus manos a la cara con frustración, no le salía absolutamente nada del Amuleto.
Para Stella fue extraño ver que no se ponía a pensar en el porqué no lo creó cuando su madre estaba embarazada.
La historia sin duda estaba cambiada.
—¡Maldición, Douxie! Ayúdame con esto, deja de perder el tiempo.— pidió exasperado el mago.
La joven de cabellos carmesí le acarició el brazo cubierto por su suéter, dándole una mirada de confianza para que se tranquilizara, ya tendrían tiempo de obtener el mapa, y aun seguía en pie lo de no llamar la atención de los demás.
No querían que Gunmar se enterara.
—¿Cuántos fracasos más necesitas para que veas que este Amuleto es inútil?.— cuestionó Morgana con seriedad.—, llevas con eso 16 años, jamás dio resultado.
—El Amuleto pudo haber sido creado hace 16 años si no hubiese tenido un problema.
¿Qué problema?
—¿Ustedes ya piensan decirme qué hace Stella aquí?.— preguntó Merlín, viendo a su pequeña recoger los libros que Morgana tiró al irse del lugar en donde estaban.
La de mirada zafiro no dijo nada, haciendo sentir peor al mago.
El señor frotó su frente con molestia, con Morgana más insoportable sin razones aparentes, su nivel de estrés era demasiado. Y ahora su hija aparecía odiándolo por completo, demasiado cerca de Douxie; no quería más estrés. Con su magia les quitó los libros a ambos, incluyendo el mapa temporal y los encerró bajo una llave secreta.
—Ve con Stella a ordeñas.— pidió. ¿Qué sentido daba si quería separarlos? Se veían demasiado apegados para su gusto, pero al ver que su pequeña solo confiaba en él, debía tragarse todas las maldiciones que anhelaba soltar, y dejar que le hiciera compañía.
Averiguaría lo que sucedió luego.
—Estoy realmente impresionado de lo mal que haces para hacerte pasar por ti mismo.— murmuró Archie con diversión.
Enojando más a los jóvenes.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
—Mejor quédate aquí afuera.— aconsejó Archie buscando una cubeta para protegerse.
—¿Por qué?. preguntó Stella con confusión, era raro ver al felino en ese plante asustadizo.
—Tú solo hazme caso.
Estando en un lugar abierto del castillo, Stella se ocultó detrás de un muro mientras Archie se metía bajo una cubeta. El lugar donde estaba el animal que Douxie debía ordenar se encontraba completamente oscuro, y eso le daba cierta desconfianza.
Tuvo que taparse la nariz y ocultarse más cuando un liquido espero y de color azul fue lanzado hacia afuera, mientras que por dentro un desesperado Douxie gritaba por piedad para que dejara de lanzarle aquella cosa viscosa y asquerosa.
—¡ENTRÓ A MI BOCA!.— exclamó asqueado.
Tras horas y horas del mismo resultado, un Douxie gritando y un mal olor, el anochecer dio comienzo y ambos tuvieron que irse hacia la habitación de Douxie, donde esperaban que Steve ya se encontrara ahí.
Claro, Stella estaba a un metro de distancia de él, el olor era demasiado fuerte y Douxie necesitaba con urgencia un baño.
Una vez que llegaron a la habitación del aprendiz, Stella corrió hacia el moribundo Steve Palchuk.
—Creo que Lancelot me rompió todo.— dijo ahogadamente.
—Estarás bien, la armadura te protege.— le sonrió la fémina con empatía.
Vaya, su primera sonrisa luego de ver a la obra de arte.
—Necesito el mapa, no debemos cambiar la historia.—Douxie tomó asiento en la silla de madera cerca d ela ventana, con Archie al lado de él.
—¡Debemos cambiar la historia!.— intervino Claire en la habitación con miedo, cerró la puerta de golpe y su mirada café se posó en cada uno de los presentes.—, Arturo ya lo decidió, acaran con los Trolls y toda criatura al rayas el sol.— citó las palabras de Arturo.
La fémina de cabello carmesí no perdió el tiempo, y sin la autorización de Douxie despareció con sus portales, algo débiles.
Debía ver al chico de sus sueños.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
Apareció en un pasillo con luz tenue, y varias celdas tanto en izquierda como en derecha; corrió por el enorme y solitario pasillo, ignorando las burlas de algunos gnomos y las "Waka-chaka" de algunos Goblins, debía llegar pronto a su objetivo y asegurar que que estuviera sano y salvo. Se detuvo cuando aquella armadura brilló con intensidad por la cercanía de ella, la joven de mirada zafiro se acercó a las rejas de aquella miserable celda.
Donde aquella obra de arte yacía en posición fetal, al lado de una pequeña ventana donde la luz de la luna se colaba un poco. Dejó escapar el aire que había retenido por miedo a perderlo, sintiéndose más tranquila.
—¡Estás vivo!.— exclamó, apareciendo frente a él dentro de la celda.
El joven hibrido no tuvo tiempo de reaccionar cuando fue aprisionado en un necesitado abrazo que le proporcionaba la fémina, dejó escapar un sollozo débil cosa que lo hizo estremecerse para abrazarle con fuerza, intentando no lastimarla o cortarle la libre respiración. No hacía falta que dijesen algo, la chica estaba completamente feliz de poder abrazarle y verle bien, aunque pronto debía hacer algo para detener a Arturo.
—Creí que te había hecho algo.— admitió ella separándose de él. Miró los ojos azul cielo que él tenía, sin duda era aquel cazador que la había salvado de Gunmar, a pesar de la poca iluminación, la chica pudo ver los ojos cristalinos que él tenía al verla.—, ¿Te hice algo malo?.— cuestionó preocupada.— ¡No quiero hacerte llorar!.
Al diablo todo.
El joven hibrido posó sus delgados labios sobre los de la chica con delicadeza, no quería verse desesperado o incluso brusco, puesto que ahora con su nueva fuerza debía tener cuidado. Se extrañó cuando la chica tardó en corresponderle, pero lo dejó pasar cuando ella acarició el cabello azabache que él tenía, justo como lo hacía antes.
Las miles de mariposas que revoloteaban en el estomago de ella la emocionaban, él no se quedaba atrás, creyó que estaba muerta y que lo había dejado para siempre, necesitaba tenerla cerca y no quería soltarla.
Sin embargo ambos necesitaban aire, tuvieron que separarse con un poco de molestia.
Ninguno de los dos notaba que en una celda, alguien los observaba con atención y curiosidad.
—Necesito preguntarte algo.— dijo ella acariciando las mejillas azulencas de su acompañante, mordió su labio inferior con algo de vergüenza, tras aquel dulce beso que él le había dado y que ella disfrutó gustosa, debía aclarar una duda que la carcomía por dentro.
—Lo que quieras, 'Ella.— dijo con una resplandeciente sonrisa, cerrando sus ojos tras las incesantes caricias tímidas de ella en su cara, para satisfacción de él, ella ni siquiera se apartó cuando posó sus manos en la cintura de ella.
—¿Quién eres exactamente?.
Ella sabía que no le daría un beso así a cualquiera, mucho menos un abrazo. Sin embargo, ella solo conocía al "Cazador", y sabía en el fondo que aquel hibrido era el mismo Cazador, aquellos ojitos soñadores y brillantes no eran de cualquiera.
Maldito hechizo.
La tristeza que ahora surcaba en el rostro de James Lake Jr., no tenía comparación. Preocupándola más.
Ahora Stella estaba con él, ¿Pero no del todo?.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro