Miro el paquete en sus manos brevemente, preguntándose quien podría habérselo mandado. Grande fue su sorpresa cuando comenzó a leer la carta que venía con el paquete, sin necesitar de mucho para saber de quien se trataba.

Tony
Me alegra que volvieras al complejo, no me gusta la idea de que estés deambulando solo en una mansión.

Inconscientemente leyó su contenido, sintiendo una extraña sensación que recorría su cuerpo ante cada palabra. Miles de preguntas rondaban en su cabeza, sintiéndose confundido, sabiendo que no deseaba saber las respuestas, pero aun así su cabeza se empeñaba en pensar en ellas.

Su corazón latía con una fuerza que le lastimaba el pecho, pero no supo identificar el porqué.

Todos necesitamos una familia, los Vengadores son la tuya, incluso más que mía.

¿Los vengadores su familia? Sí, claro, tal vez tuviera que recordarle al rubio que lado habían escogido.

De los que realmente se había quedado con él, Vision no contaba, había sido Jarvis y Rhody mucho menos, ya que siempre había estado para él.

Así que no, los vengadores no eran su familia, ni de cerca.

Me he cuidado solo desde los dieciocho. La verdad nunca, encaje en ningún lado, ni en el ejército.
Mi fe se centra en la gente, supongo, individuos. Y... me alegra decir que en su mayoría, no me han decepcionado, y por eso tampoco los decepcionare.

¿Se refería a él con eso de "la mayoría"? Tal parecía que se encontraba dentro de las personas que lo habían decepcionado. Eso explicaba porque Steve también lo había decepcionado.

Las cerraduras se remplazan, pero tal vez no deberían.
Sé que te lastime Tony, supongo que creí que al no decirte lo de tus padres, te estaba protegiendo pero, ahora entiendo que yo me estaba protegiendo, y lo siento. Espero que un día tú lo entiendas.
Que mal que no coincidimos con los acuerdos, me hubiera gustado. Sé que crees en lo que estás haciendo y es todo lo que puedes hacer. Lo que todos deberíamos hacer.

Tony contuvo un gruñido, eso que quería escuchar del rubio, había llegado demasiado tarde. Los acuerdos habían perdido prioridad cuando se supo lo de sus padres.

Así que no importa que sea, te prometo, que si nos necesitas, si me necesitas, ahí estaré.

Leyó varias veces la carta, preguntándose que se le había metido a ese rubio idiota para que dijera todas esas palabras carentes de sentido. Al menos él no se lo veía.

Busco dentro de la pequeña caja, encontrándose con un celular, sonrió inconscientemente al reconocer el aparato.

Había sido el primer teléfono de Rogers, aquel que le había hecho cambiar por uno de sus sofisticados equipos.

"Si me necesitas, ahí estaré"

Comenzó a reír de forma amarga por aquellas últimas líneas.

Curiosamente, estaban ahí cuando los necesito, pero no le habían servido de ayuda... ahora que no estaban, el millonario no pensaba llegar a necesitarlos.

-Llamada prioritaria del secretario Ross-le dijo Viernes, interrumpiendo sus pensamientos-hubo un escape en la prisión la balsa-

"El gran y honorable capitán América no dejaría a nadie atrás" pensó con sarcasmo y burla. Él se había quedado atrás y nadie había parecido notarlo.

-Comunícame-ordenó el castaño.

-Tony, tenemos un problema...-

-Oh, espere-le dijo apenas escucho la voz del general, con una sonrisa a medias por aquella travesura.

-No, no...-fue lo que se alcanzó a escuchar antes de ponerlo en espera ¿qué clase de hombre seria si no cumplía sus promesas?

"Piérdanse Rogers, piérdanse para siempre" deseo con gran ira, pues no soportaría tener que mirar esos ojos una vez más.

Metió con brusquedad de nuevo todo a la caja de cartón, dejándolo sobre el bote de basura y caminando con prisa hasta la salida. No tardo más que un par de minutos en regresar, sacando de nuevo con una mueca de disgusto el celular y la carta, dejando la caja vacía en el mismo lugar.

Guardo ambas cosas dentro de uno de los cajones, sintiéndose débil por no haber podido deshacerse de ellas.

Pero sabía que lo peor aún no ocurría, aún faltaban las pesadillas, que estaba seguro lo acecharían por las noches. Y si eso no ocurría, el insomnio vendría a ocupar su lugar, hundiéndolo en un profundo sentimiento de abandono, soledad y tristeza.

"Puedo salir de esta" pensó, aunque doliera en su alma, él debía salir adelante.

Sin embargo, no pudo evitar recordar, que Ultron había sido creado por ellos. Recordó su visión, doliéndole aún más el pecho, porque él había hecho todo eso por ellos. Se odiaba así mismo por haber llegado a preocuparse a ese nivel.

Pero ¡bah! A la mierda los vengadores, a la mierda Bucky, a la mierda Steve ¡Que más daba! No se preocuparía por personas que no se preocupaban por él.

* * *

Dejo caer su caja con papas de pescado al suelo, apenas escucho de labios de Mary que John estaba en peligro. Su mente se concentró de inmediato, obligándose a actuar de forma rápida, como nunca lo había hecho.

Robo una moto sin pensarlo, bajando a sus pasajeros de ella sin perder tiempo, acelerando los más rápido que podía hasta Saint James the less, siendo la única dirección que le habían dado de pista por el mensaje de texto que Mary recibiera.

Esa sensación que tenía ya la había sentido antes, cuando viera al doctor con explosivos en su primer encuentro con Moriarty. Pero ahora era una sensación mucho más fuerte, más intensa.

8 minutos y contando.

2 minutos.

Lástima señor Holmes, John parece un gran tipo.

Eran los mensajes que seguían llegando.

No hubo forma de explicar lo que sintió cuando comprendió lo que estaba por ocurrirle a John, cuando vio aquel montón de madera encenderse en una gran fogata, con un shock en su cabeza casi doloroso, con su mente lógica deduciendo que el doctor se encontraba en el interior.

Mary grito al ver hacia donde se dirigía el detective con tanta prisa, asustada y preocupada, viendo y tratando de ayudar para sacar a John de entre los pedazos de madera, con el espectáculo siendo visto por varias familias, que horrorizadas, miraban como "la noche de las hogueras" estaba por convertirse en tragedia.

Trato de quitar las maderas a toda prisa, con el olor a gasolina quemándole la nariz. No tardo en encontrar el cuerpo de John, importándole muy poco la irritación en sus manos a causa del fuego y los rasguños de la madera.

-¡John!-grito apenas lo saco, con su mano golpeando levemente el rostro del doctor, tratando de hacerlo entrar en razón, sintiendo pánico al ver que no le respondía.

Suspiro de alivio al verlo parpadear, se encontraba aturdido y con una herida con sangre fresca en su cabeza... pero seguía vivo.

-John...-murmuro Sherlock, con su respiración volviendo a la normalidad, pero con su mente trabajando aún bastante deprisa.

¿Quién había hecho aquello? ¿Tenía relación con el intento de arrollar a John tiempo atrás? Bien podría ser Sanders, pero nada lo ligaba, al menos no directamente.

-he llamado a una ambulancia-dijo Mary, aun bastante impresionada, con su voz varios tonos más arriba de lo normal, pero también pareciendo encontrarse más tranquila.

Escucharla trajo la realidad de nuevo hacia Sherlock, quien tuvo que fingir indiferencia y dejar que ella acompañara a John cuando la ambulancia llegó.