29. ESCAPE DE LA MUERTE
-conocí a alguien-por fin se animó a contarle, recibiendo casi al instante un grito de sorpresa y alegría.
-¡que adorable!-exclamo la señora Hudson, mientras terminaba de abrir las cortinas de la ventana del antiguo piso de Sherlock y John.
-sí, nos casaremos, bueno, se lo propondré…-
-lo de Sherlock fue hace poco-
-pues sí…-
-¿y él se llama?-pregunto la mujer realmente emocionada.
-es mujer-
-¿mujer?-
-claro que es una mujer-menciono John, sintiendo que era bastante obvio.
-sí que harás un gran cambio-
-¡señora Hudson! ¿Cuántas veces debo decirle que Sherlock no era mi novio?-pregunto ya algo indignado.
-vive y deja vivir, ese es mi lema-menciono la señora Hudson bastante divertida, pero al doctor eso no le hacia ninguna gracia, no cuando le recordaba momentos tan dolorosos.
-escúcheme ¡no soy gay!-casi grito, pero no pudo borrar la sonrisa de la señora Hudson.
“vaya que era muy ciego… de haberme dado cuenta antes, Sherlock y yo al menos, tal vez si el sentía lo mismo… no, a quien engaño, él estaba casado con su trabajo” pensó, pero de inmediato se aseguró de desechar la idea.
Recordó lo que su psicóloga le había recomendado tiempo atrás: siempre ir hacia adelante.
Se concentró en su futuro, en lo que haría, en esa maravillosa noche que pasaría junto con Mary y el anillo guardado dentro de una pequeña y aterciopelada caja roja, dentro de uno de sus bolsillos.
No podía estar menos que emocionado y bastante ansioso. Iba a ser la mejor velada de su vida, un nuevo comienzo, dejando por fin atrás a Sherlock… Eso hasta que el muy maldito se paró frente a él como si nada, interrumpiendo su discurso al pedir la mano de Mary y burlándose de su bigote, estando disfrazado de mesero.
-bueno, la versión corta… no morí-tuvo que apretar sus labios para contener el nudo en su garganta, como si todo fuera un mal chiste, mostrándole tan cerca lo que no podía estar al alcance de su mano ¿era acaso una alucinación?
-lamento decírtelo así, pudo darte un ataque, quizá aun te de, aunque en mi defensa fue muy divertido-trato de bromear el detective, ciertamente nervioso por el encuentro, pues sus deducciones parecían estar equivocadas ¿no se suponía que cuando una persona ve viva a alguien que creía muerto se lanza a abrazarla? Podría llorar incluso, era algo que podía tolerar mientras se tratara de John, pero solo había silencio de su parte.
Sherlock sentía la mirada fija del doctor sobre él, quien se recuperaba un poco de la impresión, pero no se atrevió a verlo a los ojos, ya que nuevas deducciones llegaban a su cabeza conforme avanzaba la situación ¿ahora lo odiaba? ¿O ya lo había superado?
-ay no, usted…-murmuro Mary al reconocerlo.
-lo sé-
-Dios mío…-
-calma-le pidió Sherlock, esperando impaciente la reacción de John, no soportando esa tensión que se había formado ¿un “me alegra que estés vivo” era demasiado pedir?
-murió, salto del techo…-siguió hablando Mary, sin poderlo creer.
-no-
-está muerto-
-no, estoy seguro, disculpe-dijo el detective, tomando una servilleta antes de remojarla en una de las copas con agua, sintiendo la impetuosa necesidad de hacer algo con sus manos, aprovechando para limpiar los bigotes que se había pintado en el rostro con delineador para complementar su disfraz -y ¿los tuyos también se quitan?-preguntó, lanzándole una breve mirada al doctor, quien se encontraba con la mandíbula tensa, ya bastante seguro de que no era su mente quien le jugaba esa broma.
-por favor ¿es que no se da cuenta?-le reclamo la mujer-¿tienen alguna idea de lo que ha hecho?-
-bueno, John, me acabo de dar cuenta de que quizá te deba una gran disculpa…-se vio interrumpido por un golpe en la mesa que el doctor había dado con su puño. Viendo el estado en el que el John se encontraba, no puedo evitar cuestionarse si había cometido un error.
-ay John… solo trata de…-intento calmarlo Mary, realmente preocupada.
-dos años…-comenzó a decir el doctor apenas encontró su voz-dos años…creí…-tuvo que hacer una pausa al sentir como su voz se rompía por momentos-creí que moriste, estuve de luto ¿Cómo pudiste? ¿Cómo?-le exigió saber John.
Había deseado tanto que siguiera vivo, pero ahora, justo en ese momento, realmente habría preferido que siguiera varios metros bajo tierra, pues sentía como si aquella caída, hubiera sido apenas ayer, con todas sus emociones a flor de piel.
-espera, antes de hacer algo de lo que te arrepientas, una pregunta, te hare una pregunta-pidió Sherlock con seriedad para luego sonreír, señalando su bigote- si ¿te lo dejaras?-
Fue en vano que tratara de resistirse cuando John lo tomo del saco y lo derribo en el suelo, tratando de ahorcarlo, con varios meseros y algunos comensales del restaurante tratando de separarlos.
* * *
Debía irse si quería vivir, pero aun se cuestionaba ¿valdría la pena hacerlo?
El aire frío que chocaba en su cara, con un castañeo de sus dientes que le hacía tensar todo su rostro. Era hora de volver, no podía quedarse lamentando el resto del día, aunque deseara quedarse ahí y morir.
"Rhody aun me necesita, no puedo abandonarlo aun cuando me ha apoyado tanto" pensó, recordando después al chico araña, en el momento que habían pasado después de la batalla del aeropuerto, cuando ambos viajaron de vuelta a Nueva York.
Peter era un gran chico y tenía potencial, quizá algún día se convertiría en un gran héroe y si podría contribuir en eso, tal vez su vida valiera de algo después de todo.
Se levanto con mucho esfuerzo, tomando su casco semi destruido, revisando si aún podía comunicarse por él.
Casi sintió decepción cuando Viernes le contesto, asegurandole que tendría un traje en poco tiempo, deteniendola para que no avisara a nadie, pero Vision parecía al tanto de a situación, ya que el traje llego con el de compañía.
Steve y Bucky habían desaparecido del radar, algo extraño considerando que tuvieron que haber salido a pie de ahí, al menos que tuvieran un aliado.
"No debe importarte, que se congelen si es lo que quieren, no habrá Stark que salga a buscarlos ahora" se dijo a si mismo, agradeciendo que el androide no hubiera interrumpido sus pensamientos, aun cuando este hubiera visto el escudo que cargaba en sus manos, demostrando que algo de Jarvis había quedado en él.
Una llamada urgente de Ross le esperaba al llegar, con la noticia de que al parecer el había tenido razón y que ya habían atrapado a Zemo.
-puedo ir en su nombre si es lo que desea-le ofrecio vision al escuchar junto al millonario el mensaje de voz.
-es mi responsabilidad, yo ire.... y... no le digas nada a Rhody, no quiero.. ya sabes, preocuparlo-le pidió Tony, preparandose a regañadientes para ver al secretario de estado, ignorando la revision medica que debía hacerse, aunque el dolor en el pecho no lo dejara respirar.
Aun trataba de averiguar si era por el golpe o por algo psicologico,ninguna de las dos opciones le agradaban.
No quería tener que ver a Zemo, de hecho no quería ir a donde lo llamaban, pero si quería saber como es que lo habían atrapado. Una respuesta que tuvo apenas vio al rey de Wakanda hablando con Ross, apunto de irse por alguna extraña razón.
Lo que no sabía, era que dada su tardanza de varias horas, incluso cuando T'challa había podido entregar a Zemo y ayudar a cierto par que se encontro en el camino, hizo que el rey se cuestionara si Tony seguía en Siberia, y de ser así, estaria en un peligro de muerte, por lo que el estaba por regresar a ese frío lugar.
Pero ver venir al castaño freno su avance, viendolo fijamente, igual que Ross.
"Limpie toda la sangre de mi rostro antes de venir ¿que demonios ven?" Se pregunto el castaño, ciertamente incomodo.
Trato de no bajar la mirada, rechazando el impulso de observar el suelo.
-¿donde estaba? Lo llame hace una hora-se quejo Ross con molestia.
-estaba... ocupado-mintio el millonario, notando algo en la mirada de T'challa, como si compartieran un secreto.
Al parecer el rey de wakanda no le había dicho al secretario lo ocurrido realmente al atrapar a Zemo... ni menciono a los involucrados.
* * *
Esta vez se encontraban en un restaurante más casual, después de haber sido corridos por la pelea del restaurante anterior, con Sherlock tratando de explicar la situación.
-calcule que había trece posibilidades luego de invitar a Moriarty al techo, quería evitar la muerte, si era posible-comenzó a explicarle Sherlock, con John y Mary frente a él, con el doctor viéndolo asesinamente-el primer escenario implicaba lanzarme en una camioneta llena con bolsas de ropa, imposible, el ángulo era muy inclinado; segundo, un sistema de lucha japonesa…-
-¿sabes que apara ser un genio puedes ser muy tonto?-le dijo John.
-¿Qué?-
-no me importa como lo fingiste, Sherlock-le dijo el doctor, ignorando su queja- quiero saber por qué-
-¿por qué? Moriarty debía ser detenido-contestó el detective, siendo para el uno de los puntos más obvios de todos, pero sabía que no se refería a eso-entiendo… si, porque, eso es lo más difícil de explicar-
-la noche es joven-
-de acuerdo… de hecho, casi todo fue idea de Mycroft-
-¿fue el plan de tu hermano?-pregunto John con sorpresa-pero era el único ¿el único que lo sabía?-Sherlock dudo un poco en contestar, tratando de medir bien su respuesta.
-y otras personas, fue un plan muy elaborado… la siguiente de las trece posibilidades…-trato de desviar el tema.
-¿Quién más?-quiso saber John-¿Quién sabía? ¿¡Quien!?-termino por exclamar, sintiéndose desplazado.
-Molly-
-¿¡Molly!?-
-John…-trato de calmarlo Mary, manteniéndose de brazos cruzados mientras escuchaba todo.
-Molly Hopper y algunos de mi grupo de indigentes, es todo-se apresuró a explicarle el detective, sintiéndose expuesto ante la ira del doctor.
-bien-dijo John en un tono aparentemente calmado-bien, así que solo tu hermano, Molly Hopper y cien vagabundos-
-no-negó Sherlock con una sonrisa-veinticinco máximo-Y nada evito que John volviera a lanzarse contra él, esta vez causándole una leve herida en el labio, pero por suerte, el dueño del restaurante había intervenido-entonces… ¿si vas a dejártelo?-volvió a preguntar por el bigote, tentando bastante su suerte.
-si-contesto John simplemente, más calmado.
-¿seguro?-
-a Mary le gusta-
-Mmmm… no es cierto-lo contradijo el detective.
-le gusta-
-no es cierto-con algo de duda se giró a ver a Mary, quien negó de inmediato.
-ah no-
-¿Qué? ¡Genial!-
-perdón, no-trato de disculparse ella-lo siento, no sabía cómo decírtelo-
-no, esto sí que es encantador, realmente lo extrañaba-dijo con sarcasmo, para luego plantarse frente al detective con molestia-una palabra, Sherlock, era todo lo que necesitaba ¡una palabra! ¡Para decirme que vivías!-
-trate de contactarte en muchas ocasiones… pero me preocupaba que cometieras alguna indiscreción-
-¿Qué?-
-bueno, que hablaras de más-
-¿¡así que es mi culpa!?-volvió a gritar John, viendo la reacción divertida de Mary-¿¡por qué soy el único que piensa que esto está mal!? El único que reacciona como ser humano-
-vaya que reaccionas-se quejó Sherlock.
-claro que reacciono-
-¡John!-lo volvió a llamar Mary.
-¡claro que reacciono! Así que finges tu muerte…-
-Sshh-
-y luego entras bailando como si nada pasara…-
-Sshh-
-y se supone que no debo molestarme ¿no? Porque Sherlock Holmes cree que ESTO ES ALGO SIN IMPORTANCIA-
-¡Cállate John! No quiero que todos sepan que sigo vivo-grito también Sherlock, después de haber intentado callarlo en vano.
-¿así que sigue siendo un secreto?-
-sí, aún es secreto ¿prometes quedarte callado?-
-¡Por Dios!-exclamo John con molestia, pero luego tomando un respiro, tratando de calmarse.
-Londres está en riesgo, John, habrá un ataque terrorista, necesito tu ayuda-le pidió el detective después de unos segundos.
Si volvían a ser compañeros como antes, todo volvería a la normalidad y eso era justo lo que Sherlock quería, seguir donde se habían quedado.
-¿mi ayuda?-pregunto John con cierta indignación, haciendo sonreír a su compañero.
-lo echabas de menos, admítelo, toda esa emoción, la sangre palpitado en tus venas, nosotros dos contra el mundo entero…-un cabezazo y un dolor agudo en su nariz rota por el golpe, le hicieron cuestionarse a Sherlock, si debió dejar que Mycroft preparara a John antes de su encuentro.
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