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Capítulo 8: Unas verdades

George no sabía que entrar a la casa de Fred y Atria le iba a provocar todo eso. Atria observaba todo con curiosidad, desde el sofá hasta la cocina y luego se metió en las habitaciones, donde encontró su micropuff, John, un poco más gordo de lo que George recordaba. Ni siquiera habían sacado la ropa de Fred de allí, toda seguía en el armario y allí iba a seguir hasta que él mismo la sacase para mudarse a una casa más grande con Atria.

- Vivía aquí con él, ¿no? -pregunta Atria desde la habitación y George siente que ni siquiera puede responder, así que va hacia la habitación de Atria y asiente cuando ella le mira, con el micropuff en brazos-. ¿Cómo se llamaba?

- No puedo hacer esto ahora mismo, Atria.

Se siente mal por dejarla sola en la casa, pero no es capaz de estar allí. Joder, ¿cómo lo va a hacer para vivir allí si no puede estar ni cinco minutos? Necesita el aire, así que baja a la calle y respira profundamente, intentando tranquilizarse. Se apoya en la pared y coge aire, lentamente, para luego soltarlo. Fred está bien, no está muerto, no tiene porqué ponerse así.

Pero la verdad es que hace una semana que no le duele nada raro y ya hace más de un mes en el que no sueña con nada. ¿Y si ahora sí que está muerto y por eso ya no sueña ni siente nada? Quizá eso explicaría porqué cada día la idea de que está muerto pasa por su mente con más rapidez y la del secuestro está en segundo plano. Joder, joder, joder, no puede ser. No está muerto, está vivo, no está muerto, está vivo.

- Deberías disculparte.

No sabe de dónde ha salido esa voz, pero está muy cerca y George se separa de la pared para mirar a la voz. Es de un chico, de su edad. Pelo castaño, ojos azules. Jake.

- Ella es la que debería disculparse -suelta George y Jake niega.

- No fue ella.

- ¿No fue ella? Solo se lo he contado a tu hermana y al poco tiempo sale la noticia en Corazón de Bruja, ¿te crees que no sé que fue ella? -George siente como se enfada más y más. ¿Cómo se atreve a decirle eso? ¿Acaso le ha mandado Mara a que lo cuente? ¿Cómo sabía que estaba allí?

- No nos lo contó -responde Jake y deja de mirarle para mirar su mano-. Me voy a por el pan.

No hay rastro del chico que conoció la primera vez que estuvieron en Wetvalley. Este habla menos, no sonríe, no gasta bromas. Mara no bromeaba cuando dijo que Bellatrix le había dejado mal. Se va y, a mitad de camino, George ve como se cruza con una chica. Se abrazan, se besan y se van de la mano entre las calles del pueblo. Sí que ha cambiado, aunque parece que ha cambiado a sentar la cabeza. Seguramente una consecuencia de que todo lo que conocía y lo que él era cambiase de golpe.

Aunque una parte de George está gritando que Mara solo exagera y Jake está bien. Que todo lo que ha dicho ella es solo para dar pena y nada más. No es que Jake haya mejorado, no, es solo que ella tiene que ser la protagonista de la historia y quiere ser la que más pena da.

George quiere convencerse de eso para evitar pensar que, quizá, ha metido la pata hasta el fondo con alguien que realmente no ha hecho nada.

- ¿George? ¿Estás bien?

Atria baja a buscarle, como si no hubiera pasado nada allí arriba, así que él asiente rápidamente y vuelve a subir con ella al piso. Tienen que buscar otra cama para la otra habitación, así que George de momento duerme en el sofá y Atria se queda su cama. Ella protesta porque no ve normal que se quede ella la cama cuando George no va a entrar en el sofá, pero él se niega a dormir en la cama. No es la suya, no piensa acercarse a ella y se lo deja claro a Atria.

- Eres un cabezota, la cama es enorme, ¿sabes? Entras más que de sobra.

Claro que entra, si Fred y él tienen la misma altura. Bueno, no exactamente, él es un poquito más alto que Fred, solo un centímetro, algo que nadie se da cuenta pero ellos sí que lo han hecho. Joder, como le echa de menos.

Aprovechan la tarde para ir a comprar y la gente les saluda, sobre todo a Atria y ella les saluda de vuelta, a pesar de que no sabe quienes son.

- Si me saludan es porque me conocen, ¿no? -le dice a George cuando le pregunta más tarde por ello, cuando están en el apartamento terminando de cenar-. En algún momento supongo que sabré quienes son exactamente.

No es una mala forma de pensar, le gusta como Atria sigue manteniendo la esperanza de que va a recuperar sus recuerdos. Quizá debería darle sus cuadernos, los reales. Siguen en La Madriguera, escondidos en la habitación de Percy, donde Atria nunca entraría.

- Creo que me gusta vivir aquí -susurra ella por la noche, mientras que están viendo la televisión, con John durmiendo tranquilamente en los brazos de Atria-. Es tranquilo, puedo salir a pasear y tengo a este bichito. Además, nadie se ha asustado cuando aquel chico ha colocado la compra en bolsas con magia.

- La gente aquí conoce la existencia de la magia -responde George y mira a Atria por un momento-. Adorabas este sitio.

- No quiero olvidarlo todo otra vez, George. Me gusta este sitio, no quiero levantarme mañana y haber vuelto a olvidar todo.

Los ojos de Atria están llorosos y George se acerca a ella para abrazarla, a lo que la chica empieza a llorar con ganas. La televisión suena de fondo, y como si las lágrimas de Atria atrajeran la lluvia, empieza a llover suavemente contra los cristales del apartamento. Quiere prometer que todo va a estar bien, pero sabe que va a mentir, así que no dice nada, solo deja que Atria se desahogue hasta que se acaba quedando dormida en el sofá. Entonces es cuando la lleva en brazos hasta la cama y la deja en medio de la cama. El micropuff no tarda en aparecer, subiendo de un salto a la cama y busca un hueco entre los brazos de Atria antes de que ella demuestre que esta de acuerdo con estar en medio de la cama y se va hacia uno de los lados. George supone que es el suyo por la cantidad de cosas que tiene en la mesilla.

Sabe que tiene que dormir, que lo suyo es que al menos lo intente, pero George no es capaz de hacerlo, así que coge sus llaves y no tarda en salir a dar una vuelta bajo la lluvia. Las gotas le van mojando poco a poco, pero no le importa, está bien porque luego volverá, se dará una ducha caliente y podrá dormirse rápidamente.

El pueblo está en completo silencio, probablemente porque no dejan de ser las dos de la mañana y todo el mundo está durmiendo, y es de lo más tranquilo que se ha sentido George en semanas. Es como volver a las misiones para la Orden. Salir sin hacer ruido, sin que nadie te vea, ayudar a todo el mundo y luego volver a casa.

Quizá todos tienen razón y Fred sí que está muerto. Quizá todos tengan razón y él sea el único que no cree en ello porque aceptar que su gemelo está muerto sabe que va a acabar con él como casi acaba con Atria. No había pistas en la chaqueta, no había pistas en la varita, no había nada que dijera que Fred seguía vivo.

George sigue andando, cada vez más hundido hasta que llega al árbol. Ni siquiera se ha dado cuenta, pero allí está, frente al supuesto árbol parlante.

- ¿No puedes ayudarme? ¿Decirme si tengo o no tengo razón? -le pregunta e inmediatamente se siente estúpido.

Es un árbol, no va a contestarle.

"Todavía no estás preparado".

No sabe de dónde sale esa voz, pero logra asustarle. Es una voz tranquila y suave, una que parece que si sigue hablando te puede quitar todas las preocupaciones de golpe.

- ¿De verdad has hablado? -no, no ha podido hablar. Claro que no.

Pero no corre ni una sola gota de aire a pesar de la lluvia y el árbol se mueve, como si estuviera asintiendo. Joder, está demasiado cansado, necesita dormir. Los árboles no hablan y Fred está vivo. Todo lo que está sintiendo, pensando y oyendo es fruto del cansancio por la mudanza. Han hecho todo en un día, han movido todas sus cosas de La Madriguera y el apartamento del Callejón Diagón a casa de Fred y Atria en tan solo un día, por eso está tan cansado.

Así que, por mucho que oiga su nombre a lo lejos, lo ignora. Nadie le está llamando a gritos. Los bosques hacen ruidos de noche y él ha tenido un día con demasiadas emociones así que nada de lo que oye ni lo que ve es real.

La lluvia para en el momento en el que George entra al piso y aprovecha para darse una ducha rápida. Luego va al sofá y allí se tumba, tapándose con la manta que había estado utilizando Atria antes. Pero no se puede dormir, por mucho que lo intenta dormir es algo imposible así que se pone la televisión en un intento de que eso le distraiga y lo único que consigue es ver como las horas pasan delante de sus ojos, el sol vuelve a salir por la mañana y, de repente, como Atria está gritando en la habitación.

Otro sueño, uno que tampoco le cuenta, como no le ha contado el resto y George decide que no puede estar en ese piso así que le dice que va a salir y a Atria no parece importarle porque quiere investigarlo todo. Y George deja que lo investigue porque en Wetvalley no le puede pasar nada y estará a salvo aunque esté sola.

Así que él se va al Callejón Diagón. En ese sofá sí que puede dormir. O, al menos, echar una pequeña siesta. No vuelve a Wetvalley hasta por la noche, cuando está convencido de que todo va a ir mejor esa noche, pero no es así. Tampoco duerme. Ni esa ni ninguna de ellas, así que después de una semana sin dormir, empieza a pasar la noches en el Callejón Diagón y vuelve siempre antes del amanecer, solo para que Atria no se levante estando sola. Aunque, en ese punto, ella ya vive más sola que acompañada.

George se pasa el día encerrado en el despacho de Fred en Wetvalley, mirando todas las ideas que su hermano había ido apuntando. Tenía la puerta llena de post-its -probablemente se los hubiera robado a Atria- con multitud de ideas para próximos proyectos. No quiere quitarlos de allí, así que siempre mueve la silla para tenerla enfrente de los post-its y ese es el motivo por el que, cuando Hermione entra al despacho, le da con la puerta en la cara.

- ¡Lo siento mucho, George! -empieza a gritar la chica mientras él solo se sujeta la nariz. No la tiene rota, pero duele como si lo estuviera-. Verity me ha dicho que estabas en el despacho, no esperaba que estuvieras justo detrás de la puerta.

- Deberías llamar -le contesta, frotándose la nariz, y ella asiente rápidamente.

- Sí, lo siento, es que no tengo mucho tiempo, se supone que estamos en Hogwarts de excursión. Harry ha subido a ver a Atria y Ron y Ginny están fuera, esperando-Hermione no se está quieta y cuando George le señala la silla ella niega.

- ¿Qué es lo que queréis?

- En realidad lo quiero yo, vas a pensar que estoy loca, pero.... Bueno, no quería hacerlo por carta porque no termino de confiar en que ella no ande por aquí y no quería arriesgarme a usar la red flu por lo mismo, porque no sabía si andaba por aquí -Hermione se va moviendo por todo el despacho, levantando papeles que vuelve a dejar en el sitio y revisando bien la ventana.

- Hermione, ¿qué quieres? -George no entiende qué está haciendo porque parece que se está volviendo loca.

- ¿Viste algún escarabajo antes de que saliera el artículo sobre Atria en Corazón de Bruja? -suelta, como si nada y George la mira fijamente.

- ¿Un escarabajo? -¿Todo es por eso? Debe de serlo porque Hermione asiente con ganas-. Pues no lo sé, creo que no.

- ¿Seguro? Ha podido ser en cualquier lugar, ¿no has estado cerca de ninguno? ¿O Atria?

George vuelve a negar, pero luego se pone a pensar. ¿Atria no había estado jugando con un escarabajo una de las veces que fueron a Hogwarts?

- Bueno, Atria estuvo jugando con uno -dice, no muy seguro y entonces es cuando Hermione chilla.

- ¡Lo sabía, sabía que lo volvería a usar! Se va a enterar en cuanto la pille, ya verás, esta vez el chantaje no va a ser como la otra vez, no -dice Hermione y, como ha entrado, planea irse, pero George la agarra del brazo.

- ¿Se puede saber de qué estás hablando? -le pregunta y Hermione solo sonríe.

- De Rita Skeeter, por supuesto, es una animaga ilegal, utiliza su forma de escarabajo para coger todas las noticias que puede -responde ella y se suelta de George rápidamente-. ¿Dónde estuvo jugando Atria con el escarabajo? ¿En La Madriguera?

- En Hogwarts, La Madriguera sigue protegida por el encantamiento Fiddelio, ¿habría podido entrar siendo un escarabajo?

- No, no debería, ninguno de nosotros le daría esa información a esa... bruja asquerosa.

- Hermione tú también eres bruja.

- Pero yo no soy asquerosa -responde ella y vuelve a ir hacia la puerta-. Pienso vengarme de ella y esta vez de verdad.

Con eso Hermione se va sin más y George se queda mirando la puerta. Mierda. La ha cagado con Mara. La ha cagado bastante porque la acusó sin ningún tipo de prueba y ha dejado de hablarla. ¿Por qué la caga tanto últimamente? Mara intentó decir algo y él ni siquiera fue capaz de dejarla hablar. Jake tiene razón y tiene que disculparse con ella. Quizá debería buscar algo que pueda gustarle para ver si así le perdona por la tremenda bocaza que tiene a veces.

Así que empieza a buscar en los cajones de Fred, con un poco de suerte tiene ahí algún tipo de chuchería que pueda robarle o cualquier cosa. Encuentra de todo. Pociones que tienen mala pinta, trozos de papel con hechizos a medio escribir e incluso una caja de condones casi vacía. Joder, no paraban, incluso en ese despacho. George se levanta de la silla rápidamente y no puede evitar sentir un escalofrío. Cuando vuelvan los dos se va a asegurar de dejarles claro que sitios no deben usar para que se acuesten y la tienda es uno de ellos.

Sigue intentando encontrar algo en los cajones, y entonces es cuando encuentra una lista. Y no debería haber leído nada, no, la verdad es que no.

No debía haber leído todas las ideas que tenía Fred para pedirle a Atria que se casará con él.

La lista es larga y la gran cantidad de tachones le dicen que Fred lo llevaba pensando mucho más tiempo del que iba a admitir nunca. La letra cambia durante todo el trozo de papel, algunas veces es más tranquila, otra más apresurada y George nota como se le llenan los ojos de lágrimas. Joder. Intenta centrarse en leer lo que pone y va viendo trozos. Ir al sauce, colocar unas luces, aprovechar una noche de luna nueva. Todo lo tiene pensado y George acaba arrugando el pergamino y lo vuelve a meter en el cajón.

Tenía que haber sido él. Tenía que haberse esforzado más, tenía que haber insistido en que no se separasen. ¿No era curioso como solo les habían herido cuando estaban separados? Había pasado cuando fueron a buscar a Harry, había pasado en las misiones para la Orden y había pasado en la batalla final. Todo había sido porque ellos se habían separado y ahora... ahora todos los sueños que había en la tienda estaban en la basura.

Tenía que encontrarle. Cuanto antes.

Aunque, primero, tenía que disculparse con Mara.

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Debería empezar a ser un poco más clara con las pistas que dejo en las notas porque en la anterior decía John y en esta... en esta mejor me quedo callada, sí, mejor, solo seguid leyendo.

A ver, resumen del capítulo, yo solo quiero llorar a veces no sé por qué hago ciertas cosas luego recuerdo que todo tiene un motivo y bueno, se me pasa el llanto solo un poco porque la otra opción que tenía era mucho peor que la que estáis leyendo.

¿Whisky o güisqui? ¿De qué team de la RAE sois? Es importante para el siguiente capítulo je.

No me enrollo más, que ya estoy empezando a desvariar con palabras rarísimas. Mil gracias por leer y por votar

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