Capítulo 6: Idea equivocada
— Escucha esto, abuela, no me lo puedo creer, mira. "Atria Potter, que ya estaba desequilibrada de por sí, nos muestra un paso más de su locura al perder completamente la memoria de forma voluntaria ya que, de otra forma, habría acabado muerta como su padrino, el hombre lobo Remus Lupin, o su novio, Fred Weasley, co-propietario de Sortilegios Weasley" —Mara no puede dejar de leer el artículo, enfadándose cada vez más con cada palabra que lee—. ¡Pero será cerda esa Skeeter!
— ¿No fue tu amiga la que le estuvo mandando vociferadores durante meses para vengarse por un artículo que le había hecho? —pregunta su abuela y Mara asiente.
— Estaba totalmente justificado, no sabes lo mucho que me desahogué escribiendo todos aquellos insultos para Atria se los mandase —le dice a su abuela y se mete una cucharada de los cereales en la boca, empezando a hablar con ella llena.
— ¿Qué te he dicho de hablar con la boca llena? —por supuesto, Cassiopeia se la cierra de golpe y la regaña—. Ahora, explícame de nuevo por qué no me habías dicho nada de que había perdido la memoria. Porque claramente tú ya lo sabías, ¿no?
Sí, quizá la había pillado. Había salido a comprar el periódico antes de desayunar para su abuela y entonces había visto la revista de Corazón de Bruja con un abrazo entre los hermanos Potter, que luego se alejaban y quedaban sus caras en portada. La acompañaban fotos de los Weasley y sus amigos en la estación de tren y el titular "El Salvador del mundo mágico vuelve a clase". No había podido evitar comprarla y volvió a casa de su abuela casi chocándose con todo el mundo por ir leyendo la revista. Y no había dejado de analizarla en ningún momento.
— Puede que lo sepa desde hace... ¿dos meses? —obviamente se lleva un golpe en la cabeza con el periódico de su abuela bien enrollado—. ¡Oye!
— ¿Cómo se te ocurre callarte eso? ¿Y si necesitaban algo? ¡Eres su amiga, Mara! No les hemos ofrecido nuestra ayuda... ¡seguro que no les has dado el pésame de nuestra parte por su novio y su padrino! Ay, niña... qué voy a hacer contigo...
— Abuela, que no es para tanto, que Atria no se acuerda de nosotras —y se lleva otro golpe en la cabeza. Genial, a este paso se le va a quedar la cabeza plana—. ¡Abuela!
— Pues ten cabeza. Te quiero yendo a ver a tu amiga esta misma tarde, ¡sin peros!
— ¡Pero abuela!
Y llega el otro golpe. Y luego un trozo de tarta de melaza. Bueno, no se va a quejar porque le ha caído un poco de comida, así que.
— Eh, Jake, ¿tú qué opinas de lo de Atria?
— Basura —responde el chico y sigue comiendo sus cereales tranquilamente—. Muy grande.
— Coincido totalmente contigo, pensaba que nunca iba a decir eso.
Esa vez se lleva una patada de parte de Jake y Mara no duda en devolvérsela bajo la mesa. Quizá sí que pueden acabar bien, quizá hay alguna forma de que Jake vuelva a decir más palabras seguidas y sea capaz de mantener una conversación. Quizá ella también consigue dejar de estar así. Sí, va a mejorar, está claro, ya ha mejorado bastante desde que ve a Madame Pond. Bueno, Amy. Si se entera de que la ha llamado Madame Pond quizá la terapia se vuelve un "formas de hacer que Mara se vuelva más loca".
— Tu amigo —dice Jake de la nada y Mara deja de leer la revista para mirar a su alrededor. Oh, mierda, George está entrando en el jardín, oh mierda.
— ¿Cómo te atreves? —le grita por la ventana y Mara coge el tazón de cereales y sale casi corriendo a la calle.
— ¡Baja la voz, que te va a oír todo el mundo!
— ¡Pues que me oigan! ¿Cómo has podido...?
No llega a terminar la frase porque Mara le mete una cucharada de cereales en la boca y a George no le queda otra que callarse para no ahogarse.
— Vamos, fuera de aquí, coño, que mi abuela está en la ventana y mi hermano es un cotilla de mucho cuidado. Luego se lo contará a Faith y de ahí a que lo sepa todo el pueblo hay unos minutos porque sus tíos son lo peor —le dice y le empuja hacia la calle mientras que mira a la ventana—. ¡Ahora vuelvo, abuela!
Le da el bol de cereales a George, que lo coge un poco confuso y Mara empieza a empujarle por todo el pueblo hasta que consigue encontrar la casa de sus padres. ¿Se lo tiene que poner tan difícil justo hoy? ¿Y es necesario que se cruce con Adrien justo en esos instantes? Ya tiene bastante, no necesita también ver a su exnovio hablando con la señora Webb.
— Vamos, al segundo piso, por favor. No tires nada, no toques nada y, por lo que más quieras, no grites, que las paredes son de papel y al final se va a enterar todo el mundo antes que yo.
— Bueno, ya se han enterado, ¿no? —dice él, todavía en el rellano y Mara tiene que tirar de él para que entre al piso de una maldita vez.
— ¿De qué estás hablando?
— Si me haces un favor no lo vendo a Corazón de Bruja —la imita y Mara empieza a negar, pero George no la está haciendo caso, de hecho empieza a moverse por el salón, con el bol todavía en la mano—. ¿Me puedes explicar por qué he decidido que confiaba en ti? ¡Porque no lo entiendo!
— Yo no...
— ¡Dijiste claramente Corazón de Bruja y Skeeter, Perkins, no me vengas con esas!
— ¡Pero que no he...!
— ¡Atria está en portada porque te has ido de la lengua, como ya pasó durante el Torneo!
— ¡En el Torneo me engañó!
— ¡Y ahora has decidido que para qué te va a engañar! ¡Qué mejor se lo cuentas tú!
— ¿Sabes qué te digo? —si no va a querer escucharla ella no piensa aclararlo—. ¡Fuera!
Y empieza a empujarle de nuevo hacia la escalera. Le cierra la puerta en la cara y entonces lo recuerda, los cereales, los tiene él. Los cereales son lo de menos, claro, lo que importa es recuperar el bol, así que abre de nuevo la puerta. Le quita el bol de cereales de las manos empujandolo hasta que su cabeza esté dentro.
— ¡Y me devuelves eso! —le grita y vuelve a cerrarle la puerta en la cara. Perfecto, ha sido perfecto, sí. Bueno, quizá no tendría que haberle echado los cereales encima. No, sí que ha tenido que hacerlo porque ni siquiera se ha molestado en escucharla.
Ahora solo tiene que volver a casa y decirle a su abuela que han peleado y que ya no va a ir a la cena de la semana que viene, genial, sencillamente maravilloso, estupendo. Bueno, al menos no iba a mentirle con eso, así que tampoco estaba tan mal, la verdad, por fin le diría una verdad relacionada con George.
Mira por la mirilla de la puerta, para ver si George se ha ido ya o sigue en el rellano y respira, aliviada, al ver que el chico ya se ha ido. Y que ha dejado la cucharilla en el suelo, junto a los restos de leche y cereales, pero eso lo ve cuando sale y le entra la risa, la verdad, porque recuerda que la ha estado gritando con una cuchara en una mano y un bol en la otra y, la verdad, es que es demasiado divertido. Así que decide que se lo va a contar así a su abuela, que niega.
— No tenéis remedio, los jóvenes sois un caso perdido —dice Cassiopeia y luego mira a Jake—. ¿Y tu novia cuándo viene hoy? ¿Puedo llamarla novia o vas a hacer como tu hermana y vas a llamarla amiga?
— ¡Abuela!
— Amiga —Jake responde maliciosamente y Mara aprovecha que va a comer más cereales para meterle la cara en el cuenco. Que se joda. Lleva hoy dos de dos, si sigue así podrá hacerlo con toda la casa antes de irse a dormir.
Aunque la que se jode es ella porque no solo tiene que limpiarle —usa la magia en cuanto su abuela se da la vuelta porque Jake no deja de intentar chuparla—, también tiene que limpiar su habitación y la cocina. Solo por haberle metido la cara en el bol. Por favor, le ha hecho cosas peores, como la vez que a los doce años le metió una serpiente de juguete en la cama. Había tenido motivos, claro, Jake se había aprovechado de que había ido a Hogwarts en su primer año y se había quedado toda la habitación para él. Y sus cosas ya no estaban en su sitio, si no en donde sea que Jake la hubiera puesto.
— ¡Encima que te lo he ordenado! —le gritó por aquel entonces Jake, cuyo terror a las serpientes le había hecho desmayarse.
— ¿Pero qué orden es ese? ¡No encuentro nada!
— ¡Con la pocilga que tenías era imposible encontrar nada!
— ¡Bueno, pues como la pocilga de tu armario!
— ¡Al menos mi pocilga no se ve!
Y con eso habían llegado sus padres, que no sabían si reír porque dos niños de doce años decían pocilga o empezar a regañar a Mara de inmediato. Al final fue una mezcla de la dos, pero Mara recuperó su trozo de habitación y volvió a dejarlo en su orden; con todo por el suelo.
Lo bueno es que Jake ya no removía mucho las cosas de la habitación, lo malo es que tuvo que aguantarle todo el día porque estaba allí con Faith. Y ver a los dos sentados en la cama, riéndose cada dos por tres, no era tan divertido.
La relación de Jake y Faith había ido cambiando poco a poco y Mara había sido consciente del cambio en su amiga y en cómo miraba a su hermano. También podía ver a su hermano y veía al Jake de antes. Así que, si Faith conseguía que su hermano volviera a ser el de siempre ella no iba a quejarse, la verdad, aunque su amiga tuviera un gusto pésimo, ¿cómo había podido fijarse en Jake?
Pero bueno, ya se lo preguntaría en otros momentos, ahora tenía que levantarles de la cama para poder moverla y limpiar debajo. A saber qué había escondido ahí su hermano, la verdad. Así que agita la varita y levanta la cama con ellos encima.
— ¡Mara, pon la cama en el suelo! —chilla Faith, abrazando a Jake, y ahora la que se ríe es Mara.
— Tengo que limpiar —les dice con burla y vuelve a agitar la varita para sacar todas las pelusas que había acumuladas debajo de la cama—. ¿Tienen nombre?
— Farkle y... —Jake dice con seguridad el primer nombre, pero con el segundo tiene problemas para decidirse— Fernando.
— Farkle y Fernando, estupendo, ¿te despides de ellas o también te las vas a quedar para que acompañen toda la mierda que tienes en el armario?
— Me las quedo.
Sí, cuando está con Faith es cuando mejor está. Quizá la chica sí que tiene algo de magia en las venas y le ayuda a mejorar. Nunca van a saberlo, pero Mara espera que no rompan porque entonces también perderá a su hermano.
Acaba bajando la cama y luego finge que vomita cuando ve que se están besando y Faith no duda en tirarle uno de los cojines de la cama de Jake.
— ¿Nos cierras con un hechizo para que tu abuela no pueda entrar? —dice Faith, sonriendo de oreja a oreja y Mara hace como que las arcadas aumentan, con lo que Faith solo ríe—. Menuda guarra estás hecha, como que no te liaste veces con Adrien.
— Yo era más de poner la cómoda delante de la puerta no de hechizarla, ¿sabes?
Faith da un chillido y ahora el que finge las arcadas es Jake, así que Mara considera que se ha vengado esta vez y vuelve a bajar a la cocina, que todavía tiene a medio recoger. Bueno, su abuela no está allí, así que... agita la varita. Es rápido, sencillo y todo va a quedar mucho más limpio que si lo hace ella, así que solucionado, puede irse a dar una vuelta. Ha mejorado mucho, quizá esta vez el sauce llorón vuelve a hablarla.
Amy le ha dicho que no se obsesione con ello, pero Mara no puede evitarlo porque que el sauce le hablase le daba sentido a todo, le decía que lo estaba haciendo bien. Ahora ya no estaba haciendo nada bien, aunque eso ya lo sabía, pero la confirmación dolía demasiado como para ignorarla.
—¿Qué es lo que ha pasado entre tu amigo y tú, niña? —su abuela no parece cansarse durante la cena y lo sigue preguntando.
Tío Marius chasquea la lengua, Jake se intenta aguantar la risa, Faith le da un golpecito suave y ella suspira.
— Se cree que he sido yo quien ha contado a Skeeter lo de Atria.
— ¿Y no lo has hecho?
— ¿Tú también?
— Estás tomando decisiones cuestionables últimamente, a mi no me extrañaría —dice Faith y Jake asiente.
— Horribles —añade él—. Eres un desastre andante.
— Mira quien fue a hablar, el que tiene ahora dos pelusas como mascotas.
— ¿Cómo que pelusas como mascotas? ¡Jake, esas pelusas van ahora mismo a la basura! —ja, ahora es Jake quien recibe la bronca de la abuela.
— Farkle y Fernando se quedan —dice él y sigue comiendo sin inmutarse—. Mara estaba hablando.
— ¿Ahora te interesa lo que cuento?
— No, pero quiero a mis pelusas —Mara no duda en sacarle el dedo y Jake le saca la lengua.
— Cuidado a ver si te voy a dejar más tonto de lo que ya estás.
— Inténtalo.
Bueno, se lo ha pedido, así que le lanza el trozo de pan a la cabeza. Con fuerza. Y Jake le mete una patada. Así que empiezan una pelea silenciosa bajo la mesa mientras que por encima no dejan de lanzarse miradas asesinas.
Es casi como si todo fuera normal.
— Bueno, ¿nos lo cuentas? —Faith para la pelea que está ocurriendo bajo la mesa cuando una de las patadas de Mara llega a ella por accidente.
La para de una manera elegante, al menos para Cassiopeia porque ella solo oye las palabras y no siente como Faith le da una patada en la espinilla a los mellizos. A ambos se les saltan las lágrimas y paran de inmediato, aunque se miran entre ellos. El próximo objetivo es Faith, no hay más de qué hablar. Se vengarán de esa patada, seguro que les deja un moretón en la espinilla.
— Pues no sé si quiero contarlo ya —responde Mara y, disimuladamente, sube la pierna para intentar calmar el dolor, pero la verdad es que no funciona mucho y eso que se pasa la mano varias veces por la zona.
— Pues yo sí que quiero saber, habla —le dice su abuela y Mara suspira.
Bueno, va a tener que mentir un poquito.
— Estamos... en su apartamento y eso —empieza y se mete un trozo de empanada en la boca, para intentar aparentar normalidad—. Y salió el tema de que le habías contado a Atria y a Fred todo lo que pasó cuando atacaron. Así que le dije ¿qué pasa? ¿Qué cuando vinisteis a arreglar el árbol no os contaron nada? Y él cómo pues la verdad es que no. Y como no me apetecía contarlo pues le dije que le preguntara a Atria y entonces soltó la bomba.
Más o menos había sido algo así. Solo había cambiado el lugar y se había puesto mucho más amable de lo que había sido en realidad, pero eso la abuela, Jake y Faith no hacía falta que lo supieran.
— Luego me dijo que no se lo podía contar a nadie y, de broma —lo dice más alto, para que quede bien claro—, dije que obviamente se lo iba a vender a Corazón de Bruja para que Skeeter hiciera un reportaje sobre Atria.
— Solo a ti se te ocurriría soltar eso —se burla Faith y un trozo de puerro le cae en la frente—. Que guarra eres, en serio.
— Aprendí de ti. Y de Dani.
— Ah, sí, luego tengo que hablarte de Dani, que no has querido hablar con ella en todo el verano.
— En mi defensa diré que no he hablado con nadie.
— Con George—dice Jake y su abuela asiente.
— ¿Cuándo nos lo vas a presentar?
— Pues iba a ser la semana que viene, pero... bueno, no creo que quiera hablar conmigo ahora. Esperaré a que se calme y ya hablaré con él —o no, pero eso ellos no tienen por qué saberlo—. Bueno, que me he ido, se lo dije de broma, se pensaba que iba en serio, y como la abuela me había dicho que tenía que invitarle a cenar pues le dije que le guardaba el secreto si venía a cenar.
— ¿Por qué no iba a querer venir? —pregunta Faith y Mara se encoge de hombros.
— No molestar, supongo, no lo sé —o, porque como bien había dicho él, no eran amigos—. Ahora, cuéntame lo de Dani.
— No te lo vas a creer, pero ha conocido en la universidad a otra bruja —empieza a contar Faith y Mara abre mucho los ojos.
— ¿Pero está loca? ¿Se lo ha contado sin más? ¿Pero cuánto tiempo llevan juntas? —eso sí que es fuerte y eso sí que merece la atención de Mara, no como el estúpido enfado de George. Eso sí que no tiene importancia.
— La he conocido este verano, pero llevan juntas desde hace... ¿un año y medio? Creo que Dani dijo eso... —Faith se lía bastante con las fechas, pero Mara se sorprende porque hace un año y medio estaba bien. ¿Cómo no se había enterado en todo ese tiempo?—. Lo han llevado bastante en secreto, supongo que ayuda que no viva en el pueblo. Pero bueno, no es eso lo que te quería contar, era que la gracia está en que la conoces.
— ¿Cómo que la conozco?
— ¿Cuántas amigas brujas tienes que están lo suficientemente locas como para ir a una universidad muggle?
La respuesta a esa pregunta era sencilla. Tres. Tenía tres amigas lo suficientemente locas como para irse a estudiar a una universidad muggle sin haberse acercado nunca a uno o bien no haberlo hecho en años. O sin haber cursado asignaturas muggles. Mara daba las gracias a Wetvalley porque incluso ellos, yendo a Hogwarts, tenían un programa de adaptación en el verano para cursar lo básico de los cursos muggles. Así que mientras que en Hogwarts nadie se preocupaba por saber resolver ecuaciones —sí, vale, tenían poca utilidad, pero ayudaban para formar el cerebro a la hora de resolver problemas o algo así le habían dicho cuando se quejaba— ella sí que tenía conocimientos sobre el tema.
— ¿Cuál de las tres es? —solo esperaba que no fuera Sam. Quería mucho a su amiga, pero si estaba con Dani la peleas estaban completamente aseguradas y la relación condenada a un fracaso por el choque de personalidades.
— ¡Olivia!
Sin duda alguna era la mejor de las tres para Dani. Madre mía, iba a matarla. A las dos. ¿Cómo se atrevían a no contárselo? ¿No sería porque Olivia era su amiga y Dani su ex? No, imposible, si era eso sí que iba a matarlas, ¿cómo podrían llegar a pensar que le molestaría algo así? Bueno, mejor no saltar a conclusiones precipitadas.
— Organiza algo. Con urgencia. Quiero vengarme porque no me lo han contado —le dice a Faith y ella solo pone los ojos en blanco.
— Te habrías enterado si no hubieras estado solo con George —lo dice con una mezcla de enfado y otra de burla y Mara entiende que tiene que disculparse con ella.
Porque todavía no lo ha hecho, así que cuando Faith dice que se va a su casa, Mara la acompaña y se disculpa. Lleva desde enero insoportable con todo el mundo, con ella especialmente y no para con las disculpas hasta que Faith no amenaza con pedirle al sauce que los lleve al mar y tirarla por un acantilado.
Aun así Mara se disculpa una vez más antes de que Faith entre a su casa y su amiga le tira una de sus zapatillas.
— ¡Me la quedo!
— ¡Mañana te la robaré cuando vaya a tu casa!
Sí, está muy bien empezar a estar de vuelta.
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Finalmente se ha descubierto que Mara no ha sido —obviamente— así que ¿quién ha sido? Se sabe próximamente, chan chan chaaaaaan
Realmente Adrien ya debería haber salido antes, pero no me encaja en nada y aquí me parece un buen momento, aunque ya le meteré de nuevo más adelante con cositas jejeje. Y las trillizas —como la echo de menos— también vuelven a salir y que ganas de que las veáis en uno de los próximos capítulos. Además, parece que Mara ya no está tan agresiva si quitamos la parte de las cabezas en los tazones de cereales. Eso es una referencia a Eliana Cheri y si queréis saber quien es ya sabéis, a leer Magneficiently cursed en el perfil de -AprilFools- que nuestras lesbianas ya han llegado a las mil lecturas jffnkdjfn
Eeeeeeeeh no sé muy bien qué más decir, siempre me pasa lo mismo, así que enhorabuena habéis perdido the game y poco más, os veo en dos semanitas :) El título del siguiente capítulo próximamente en instagram, que importantes son la verdad.
De verdad, mil gracias por leer, comentar y votar.
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