Peor que perderte,
es saber que ya estoy por hacerlo.
Pasarme la madrugada
penando en cómo mirarte mañana
a los ojos sin que este adiós
me tiemble el los labios al decirlo.

Estábamos agonizando,
era de esperar que uno de los dos
acabara por dejar morir
algo que debió hacerlo hace tiempo.

En mis manos está la despedida
tan cruel
que aún deseando no volver a verte
me llega a doler todavía.

Me despido de ti desde esta noche,
aún con las sábanas calientes
de tu cuerpo en ellas.
Me despido aún con tu beso intacto
en mis labios,
y con tu última palabra.

No puedo hacer otra cosa
que dejarme sangrar.

Solos no estamos,
podemos olvidarnos sin pensar
que llegar a amarnos fue un error.

Conseguimos hacer un mundo aparte
donde tú y yo éramos no más
que un par de cobardes,
sosteniendo la espada
y un "te quiero" a punta de cañón.

Déjame ir
yo prometo no volver.

Vete sin miedo,
que aunque me esté desangrando
por volver a sentir tus besos,
jamas regresaré para revivirlos.

Cierra los ojos cuanto antes
y deja descansar la furia
antes que nos acabemos por matar
el uno al otro.

Da igual si no es lo correcto
es lo mejor,
ambos lo sabemos.
Estamos mejor solos,
aunque quede rastro
de que aún nos queremos.