¹ 𝘤𝘳𝘰𝘴𝘴𝘣𝘰𝘯𝘦𝘴.
CIVIL WAR.
MARZO 2016, SÁBADO 26.
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Wanda batió con delicadeza su taza con té dentro luego de introducir algo de azúcar en este. Luego dio un pequeño trago mientras miraba a su alrededor.
—Wanda, dime qué ves. —Le dijo Steve a través de su comunicador.
—Unos bobos oficiales —contesta en tono bajo mientras acomodaba su gorra para que nadie la reconociera—. Una pequeña estación... Calle tranquila.
—Es un blanco ideal —dice esta vez Digger, sentado al otro lado de la mesa en donde estaba la sokoviana. Este traía unos lentes de sol mientras comía con tranquilidad un trozo de pastel de chocolate.
—Hay un cajero en la esquina sur, ¿qué significa?
—Cámaras —se apresura en decir Tatsu desde la mesa de al lado.
—Ambas calles son de un sentido, entonces las vías de escape se reducen —murmura la castaña viendo a su alrededor, con simulación.
—Pero no tiene miedo a que lo vean —le dice Harley a Steve, mientras ambos veían por la ventana de una habitación de hotel que habían alquilado esa mañana para ver la ciudad de mejor ángulo.
—Tienes razón, no tiene miedo a crear conmoción al escapar —concuerda el rubio—. ¿Ves esa camioneta a la mitad de la calle? —le dice a Wanda.
—Sí, ¿la roja? —contestó—. Es linda.
—También es a prueba de balas, lo que implica seguridad privada, lo que implica más armas, lo que implica más líos para alguien más, tal vez nosotros. —Se escuchó la voz de Natasha.
—Sí recuerdan que muevo cosas con mi mente, ¿verdad? —ríe la menor de ellos.
—Mira sobre tu hombro, debería volverse un instinto —Digger señaló detrás de ella, en donde estaban Tatsu y Natasha sentadas.
—¿Alguien te ha dicho que eres un tanto paranoica? —escucharon a Sam por el comunicador. Este estaba sobre un edificio, teniendo la posibilidad de ver todo el lugar.
—Nunca al frente, ¿por qué? ¿Oíste algo? —contesta Natasha.
—Ojos en el blanco. —Avisa Steve—. Es la mejor vista de Rumlow en seis veces, no quiero dejarlo ir —el Capitán le avisó a Harley y a Waylon que se prepararan para salir.
Sam ríe—. Si ve que llegamos no habrá de qué preocuparse, creo que él nos odia.
Harley corrió a la otra ventana de la habitación al escuchar ruidos extraños.
—Sam, ¿ves el camión de basura? Analízalo.
El moreno obedeció, mandando a Redwing con uno de sus botones a analizar el vehículo.
—Dame rayos x —pidió, segundos después, los resultados que pidió aparecieron en sus lentes—. El camión está cargado a su máxima capacidad. Conductor armado.
—Vayan —todos escucharon la voz del Capitán y obedecieron—. Nosotros atacaremos a la policía.
Sam se lanzó del edificio para después activar sus alas y dirigirse a la ubicación. Wanda y Digger corrieron al lugar —ya que por suerte estaba muy cerca— mientras que Tatsu y Natasha subían cada una a las motocicletas que tenían para la ocasión.
El camión de basura del que ellos hablaban hace unos minutos, ahora iba en dirección recta a la entrada —cerrada— del Instituto en donde se encontraba la sustancia que Rumlow buscaba. Y el guardia al ver al conductor del camión salir de un salto del vehículo, sabía que nada andaba bien. Así que avisó en un grito que los demás se apartaran ya que este chocaría contra la entrada para poder destruirla, y así pasó.
Dos camiones de inmediato entraron. De allí salieron hombres armados, quienes disparaban a quien se interpusiera en su camino, junto a Rumlow. Todos ellos tenían un casco para evitar respirar el aire contaminado del exterior.
Los hombres se pusieron en línea frente al edificio y lanzaron bombas lacrimógenas dentro de este, por eso llevaban aquellas máscaras.
Uno de los guardias de Rumlow que cuidaba la entrada, se dio la vuelta al escuchar un ruido. Allí pudo ver al Capitán América y a Harley Quinn aterrizando luego de ser dejados por Falcon. Rogers de inmediato lanzó su escudo hacia él y lo dejó inconciente de inmediato. Quinn al ver que dos hombres se les acercaban, golpeó a uno con su bate y al otro lo apuntó con su arma, pero al distraerlo lo golpeó con su bate.
—Armadura completa, tienen AR-15. Cuento siete enemigos —les avisa el rubio por el comunicador al equipo.
Sam soltó a Wanda y a Digger a unos cinco metros del suelo, y estos aterrizaron de pie gracias a los poderes de la Bruja Escarlata. El moreno voló hasta el techo del edificio y venció a los tres hombres que habían allí con un solo golpe a cada uno.
—Yo cuento cinco —avisa Sam.
Wanda creó un escudo frente a ellos con su aura roja al momento en que un hombre armado disparó en su dirección, seguidamente, Digger lanzó uno de sus boomerangs al hombre para matarlo de inmediato. Segundos después, este volvió hacia él. Waylon mientras, destruyó a uno de los hombres que iban a golpear a Wanda por la espalda.
—Tres —corrige el castaño sonriente, guardando su boomerang luego de limpiarlo.
—Rumlow está en el tercer piso. —Avisa Falcon al ser avisado por Redwing.
Harley y Steve corrieron hacia ellos—. Wanda, como en la práctica —avisa el mayor.
—¿Qué hacemos con el gas? —cuestiona la sokoviana antes de alzarlo en el aire con sus poderes.
—Sácalo —manda este antes de entrar por la ventana del tercer piso.
Cuando el Capitán entró al edificio, varios hombres armados fueron hasta él, pero Steve de inmediato los venció junto con la ayuda de su escudo en algunas ocasiones.
Rumlow rompió la puerta de vidrio de un laboratorio para después entrar con hombres detrás de él. Fue directamente hacia el contenedor y al abrirlo, pudo ver el líquido que estaba buscando.
—Empáquenlo.
Wanda comenzó a mover sus manos para provocar su aura roja y comenzar a sacar el gas que estaba dentro del edificio. Mientras, detrás de ella, Waylon, Harley, Digger y Sam se encontraban matando y desmayando a todos los hombres que cada vez llegaban más y más para intentar detenerlos.
Rumlow salió por la puerta trasera del edificio y se quitó el casco que traía puesto, dejando sólo la parte del casco que no dejaba que nadie viera su rostro. Alzó la cabeza para ver el gas ya fuera.
—Están aquí. —Gruñe con rabia mientras uno de sus hombres conectaba un cable que dirigía a tierra para poder bajar.
—Rumlow tiene un arma biológica. —Avisa Steve dirigiéndose a la salida.
—Yo me encargo —le dice Natasha por el comunicador. Esta dirigió su motocicleta hacia la entrada con Tatsu siguiéndola. Cuando estuvo cerca de los soldados, arrastró su vehículo para poder bajar más rápido y lo deslizó hacia él para hacerle caer. Tatsu saltó de su motocicleta y se abalanzó contra los hombres que se les acercaron.
Las dos ya peleaban de manera casi igual. Desde que se conocieron, Natasha le enseñó todas sus habilidades y Tatsu a ella, por eso ambas hacían un gran equipo.
Cuando ambas pensaron que ya habían terminado con esa zona, la pelirroja iba a bajarse de la capota del auto en donde había terminado al golpear al conductor, pero vio a un hombre levantarse detrás de Tatsu y lo electrocutó antes de que pudiera siquiera tocarla.
Rumlow apareció detrás de ella para tomarla por el cuello mientras apuntaba a la japonesa con su arma. Esta sin importarle que estuviera armado, corrió hacia ellos para evitar que se llevara a Natasha —mientras que esta golpeaba todo su brazo para inmovilizarlo y poderse escapar de su agarre, pero no funcionaba—, provocando que un disparo fuera directamente a su hombro.
Cuando Rumlow la tomó por el cabello, esta soltó un gruñido y electrocutó su cuello, pero debido al traje, no le hizo nada.
—Te aseguro que esto ya no va a funcionar —subió al techo del auto aún tomándola por el cabello y la metió por la compuerta superior del camión.
Natasha miró a través del agujero, y pudo ver que este lanzó una bomba al auto para después cerrar la compuerta por donde la había metido. Esta de inmediato, pateó la cabeza del hombre que la iba a capturar y golpeó repetidas veces al que lo acompañaba, para después tomar su cuerpo y lanzarlo contra la puerta al mismo tiempo que la bomba explotaba y poder salir.
La pelirroja comenzó a toser mientras se levantaba para ver a Tatsu.
Steve logró salir por la puerta trasera, el mismo lado por donde Rumlow había salido. De inmediato se cubrió con el escudo debido a que el recién mencionado estaba sobre un auto con una metralleta, disparando en su dirección. El rubio no tuvo más remedio que saltar dentro del edificio nuevamente y correr para irse de allí, pero Rumlow seguía disparando, logrando romper las paredes y ventanas.
Steve saltó por la ventana al final del pasillo por donde corría, haciendo que cayera tres pisos, golpeándose con algunos contenedores.
—Chicos. —Los llama levantándose con trabajo—. Va al norte en un camión blindado. Hay que movernos.
Cuando el camión que transportaba a Rumlow llegó al centro de la ciudad, se detuvo para que los hombres bajaran. Todos se separaron para confundir a Los Vengadores y que no supieran cuál de ellos tenía el arma biológica.
Sam voló hasta el techo de las pequeñas tiendas que habían en el centro, para después analizar todos con sus lentes.
—Ya vi a cuatro, y se separan.
Natasha corrió hacia la dirección de dos de los hombres—. KC se ha quedado con Tatsu, Rumlow le disparó en el hombro. Los de la izquierda son míos.
Harley y Digger se separaron de Steve para ir por los de la derecha. Redwinglos siguió desde el cielo para después ir más adelante hasta los hombres de Rumlow y dispararles a cada uno en la nuca.
Cuando los dos antes criminales llegaron a ellos y revisaron sus bolsas, no encontraron nada.
—Ellos no la tienen —miraron a sus lados—. No hay nada.
Natasha seguía corriendo por el centro mientras esquivaba a las personas que se interponían en su camino. Cuando vio al hombre con el arma biológica venir en su dirección contraria y que quería escapar al verla, saltó hacia él y rodeó su cuello con sus piernas para tumbarlo al suelo, el otro hombre fue hasta ella y de inmediato la pelirroja comenzó a golpearlo.
Cuando logró inmovilizar a uno, tomó su arma que estaba en el suelo y rodó sobre este para después levantarse, darse la vuelta y apuntar al que estaba armado. Mientras, el hombre con el arma, tenía esta misma en mano con sus dedos apunto de abrir el pequeño contenedor para dejar salir el líquido.
—Suéltala. —Mandó, refiriéndose al arma—. O lo abriré.
Segundos después, Redwingapareció entre ellos para después repetir su acción de dispararle a cada uno en la nuca. Natasha les disparó a ambos y dio una vuelta para evitar que esta cayera al suelo y el contenedor se rompiera.
Al levantarse, miró al pequeño dispositivo volador, dijo:—Arma asegurada. Gracias, Sam.
—No, no es a mí.
—No voy a agradecerle a esa cosa —niega la pelirroja mientras guardaba el líquido en su bolsillo de su chaqueta para después caminar en dirección a donde ellos estaban, con el dispositivo de Sam siguiéndola.
—Su nombre es Redwing.
—No le voy a dar las gracias.
—Acarícialo, es bueno.
Rumlow se encontraba golpeando a Steve con ira. El Capitán lograba defenderse y esquivar la mayoría de sus golpes, pero este parecía no cansarse.
El de armadura negra lo pegó contra una pared—. Esto es por derrumbar un edificio sobre mi cara —de su guante salió un afilado cuchillo, que el Capitán logró esquivar para después seguir golpeándolo luego de haber quitado el guante con el arma afilada.
Pero aún así, del otro guante salió uno mucho más grande, el cual comenzó a usar para clavarlo en su pecho y no en su cara como el anterior. De una patada, Steve golpeó su pecho para hacerle caer a un par de metros lejos de él.
El Capitán comenzó a caminar hacia él para después tomarlo por el cuello para mirarlo sin el casco.
—Luego de lo que pasó me veo hermoso, ¿no? —Rumlow dejó ver su rostro, este estaba todo deteriorado ya que fuego había quemado su piel hace unos años en Washington D.C.
—¿Quién es tu comprador? —el Capitán lo ignoró.
—Él te recordó —dice el pelinegro con trabajo—. Tu amigo, tu hermano, tu Bucky —se burla, haciendo que el rubio lo sacudiera—. Supo bien quién eras. Yo estuve ahí, se puso muy sentimental. Después reprogamaron su mente.
Steve se quedó sorprendido y preocupado.
—Él quería que supieras algo. Y me dijo: ¿Puedes decirle a Rogers que cuando hay que irse, hay que irse? —pausó—. Y ahora vendrás conmigo.
El Capitán lo soltó al ver que activaría una bomba con un dispositivo en su bolsillo, pero se sorprendió al ver un aura roja rodear la explosión, haciendo que esta no llegara a él ni a nadie más y se quedara alrededor de Rumlow.
Al voltear, vio a Wanda provocando el aura roja. Detrás de ella estaban Harley, Natasha, Digger y Sam, apenas llegando.
Para la sokoviana comenzó a dificultarse el mantener la explosión allí ya que aún no lograba controlar sus poderes por completo. Y por intuición, alzó los brazos, llevando sin querer a Rumlow junto a la explosión hasta el edificio en donde se encontraban fuera.
La explosión fue grande. Logró llegar a aproximadamente tres pisos, y cuando todos voltearon a ver el lugar, quedaron boquiabiertos.
—No es verdad... —murmura Steve sin aliento. Wanda llevó ambas manos a su boca, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas—. Sam —lo llamó—. Consigue un escuadrón de rescate, el lado sur del edificio. Los demás vamos a entrar —todos obedecieron.
Wanda cayó de rodillas al suelo, comenzando a llorar mientras veía la escena que ella había provocado.
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