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Una vez en casa, Jungkook trató de no pensar en Jimin o Yoongi, pero los últimos días aquello parecía una tarea imposible.

Quizás había sido algo duro con él al contestarle de ese modo...¡pero él también lo había sido diciéndole aquello!

Su cabeza estaba hecha un lío en aquel momento. No tenía claro que era lo que sentía por Jimin, ni hacia Yoongi, pero una cosa sí la tenía muy clara, y era que, quería ver a Yoongi bien lejos de Jimin.

Obviamente aquello no iba a cumplirse, pues a pesar de ser ex novios, seguían siendo amigos, y Jungkook no podía hacer nada contra eso.

Entonces...¿debería disculparse?
¡Demonios! ¡Se estaba volviendo loco por una tontería! ¿Qué se suponía que debía decirle en caso de que se disculpase? ¿Que sentía ponerse celoso de Yoongi a pesar de no tener por qué?

O tal vez...

Tal vez Jimin acudiese esa noche tambien al parque. Por la mañana, en el baño de la Universidad, le pedido a Jungkook que se viesen ahí. Era una buena oportunidad para disculparse, o lo que fuera que fuese a hacer Jungkook.

Sí, decidido, iría al parque de madrugada, como siempre a las 3:00am, esa hora que se había vuelto tan especial, al menos para Jungkook.

Las horas parecían no avanzar.
Aún eran las 21:40 de la noche, Jungkook ya había cenado y no sabía que hacer hasta la madrugada. ¿Por qué tenía que hacer siempre los deberes nada más llegar a casa?

Pensó en hablarle a Taehyung, pero no, él seguro se reiría de su situación y le contaría a Jin.

De repente tuvo una brillante idea: ponerse a jugar online.

Hacía tiempo que no difrutaba de algún videojuego debido a sus estudios, pero quizás podía jugar sólo un ratito...mientras esperaba a que fuesen las 3 para ver a Jimin.

Y así fue, Jungkook se puso a jugar en su ordenador, perdiendo el sentido del tiempo por completo.

Cuando decidió que era un buen momento para ir al baño, vió el reloj y abrió sus ojos.

—¡Mierda! -gritó cuando se dio cuenta de la hora.

Eran las 03:37, y no sólo había estado jugando demasiadas horas, sino que también había olvidado su "cita" con Jimin.

Apagó su ordenador corriendo y se puso la primera sudadera que vio para salir al frío de la calle.

Corrió con todas sus fuerzas hacia el parque pero...no había nadie allí.

No pudo evitar sentir una puñalada inexistente en su pecho, pero ¿y qué esperaba? ¿Que Jimin realmente fuese a estar allí?

Jungkook se dejó caer sobre el banco, desilusionado. ¿Y si...y si Jimin había acudido pero al ver que no venía se había largado?

Jungkook suspiró cansado.
No, claro que eso no había pasado, probablemente Jimin estaría en su casa, durmiendo, o...o quien sabe, quizás con Yoongi y sus amigos en alguna fiesta, bebiendo y riendo.

Cuando el reloj de pulsera de Jungkook marcó las 04:30, decidió que era hora de volver a casa. Jimin no iba a aparecer, y probablemente no volvería a aparecer jamás después de como le había tratado hoy.

Retomó los pasos andados, de vuelta a su hogar, ignorando el estruendoso ruido que provocaban los locales tales como discotecas y pubs en una noche típica de viernes.

No muy lejos de allí, se encontraba efectivamente Jimin junto a Yoongi, sentados en un sofá de un pub.

Jimin miraba fijamente al suelo, se encontraba bastante mareado gracias a todo el alcohol que había ingerido, y Yoongi acariciaba lentamente los muslos de Jimin con sus manos en forma de arañita, jugando sobre su apretado vaquero y depositando pequeños besos de vez en cuando en el cuello y en la mandíbula cercana a la oreja de Jimin, quien se dejaba hacer, incapaz de pensar si quiera en lo que estaba sucediendo.

—No sabes lo que me sigues excitando, bebé... -susurró Yoongi en el oído del contrario.

Jimin ladeó su cabeza contra su hombro debido a las cosquillas que le provocaba la respiración de Yoongi sobre su cuello.

Tú y yo...-Jimin cerró los ojos, cada vez más y más mareado- Tú y yo somos malos para el otro. Lo nuestro nunca fue sano, lo sabes...

Yoongi mordió el lóbulo de la oreja de Jimin, haciéndole gemir levemente.

—Lo sé bebé, pero también éramos nuestra propia medicina.

Jimin sonrió levemente, aún con sus ojos cerrados.

—Hmm...no quiero...no...no quiero que seas así, Yoongi...

Las manos de Yoongi rodearon la cintura de Jimin, quien ni si quiera se enteró, pues estaba dejando de ser totalmente consciente de su cuerpo.

—Quiero volver contigo bebé...no me gusta ese chico lindo del que tanto hablas...- murmuró restregando su rostro contra el cuello de Jimin, como si de un gato se tratase.

Jimin se mordió el labio.

—Jungkook...hmm...

—No le menciones, ¡mierda!

Jimin tocó sus propios labios y sonrió, luciendo una expresión lujuriosa, recostado contra el sofá, con sus ojos cerrados.

Jungkook...

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