¿Quién me querrá en los días tristes,

y soportará mi inquietud?

¿Quién me amará, si no eres tú?

¿Quién me tomará de la mano

y nada más despierte

me besará la frente

con dulzura y con amor?

¿Quién me dará calor en las noches frías

y rellenará habitaciones vacías,

con el brillo de su presencia ígnea,

sino tú y el fulgor de tu alegría?

¿Sino tú y tu carcajada pírica?

¿Sino tú y el deseo que me incitas?

¿Quién más? ¡Dímelo ya!

¡Porque me desespero aquí en la soledad!

¡Buscándote en otras épocas y eras!

¡En recuerdos de una edad

que ya no volverá!

¡Me pierdo en fotos y mensajes,

me pierdo intentando encontrarte,

sabiendo que jamás

mis labios volverán a besarte!

¡Es una tortura, el tener que acordarme

de cómo se sentía el quererte, el cuidarte!

Nadie me dijo que me dolería tanto así

el tener que dejar tu memoria ir.

Nadie me avisó, hasta que te vi partir.

Y sé que implorar que regreses no es justo,

pero dime, cariño: ¿cuál es el gusto

de vivir sin tenerte aquí conmigo?