Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 32. Plan siniestro.

El día del partido llegó y el estadio universitario estaba a tope. Divisé más abajo a los padres de Trevor, papá no pudo venir y pidió que grabáramos cuando su adorado hijo—mariscal de campo—estuviera en acción. Lena andaba más chiflada que nunca con la jersey que le regaló Adam con el número diez—el número de mi hermano—en tanto nosotras como hermanas optamos por combinar ropa con los colores oficiales del uniforme y hasta las manchas negras que los jugadores se colocan debajo de los ojos.

— ¡Venga! ¡Denles una paliza, cuervos universitarios!

Los gritos eran impresionantes, el día estaba soleado y todo se miraba como un verdadero partido de la NFL.

Traté de levantar mis ánimos y puse toda mi energía anímica en gritar hasta quedarme afónica al ver que salían los jugadores de nuestra universidad, mi hermano era de los primeros y entre ellos se veía Trevor, con el número ochenta y siete.

En eso sentí un ligero codazo de mi amiga, la miré extrañada y ella me sonría nerviosa.

— ¿Qué? —pregunté.

—Mira quien está arriba —indicó con la cabeza hacia las gradas que nos sobrepasaban.

Intenté disimuladamente voltear a ver quién era. Miré a diferentes direcciones hasta... por los libros que leo, se trataba de Ronald; llevaba una gorra negra encima y una barba de tres días, verlo tan cerca hacía que mi corazón fuera pinchado una y otra vez de dolor y emoción. Bajó la vista y me miró, yo aparté la mirada de inmediato y volteé a ver a Lena.

—Creí que no le gustaba venir a estos eventos —comenté un poco ansiosa.

—Ay, Aurora, en serio que a veces eres muy ilusa —dijo Lena exasperada—. Es obvio que vino a verte a ti.

Fruncí las cejas, apenas había pasado una semana y tres días desde que rompimos, y al verlo sentía esa gran emoción y electricidad que recorría todo mi cuerpo.

El partido dio comienzo y aplaudimos cuando salió nuestro equipo a la cancha. Adam gritaba las órdenes y la jugada empezó con una finta de mi hermano hasta que lanzó el pase directamente a las manos de uno de sus receptores para obtener el primer diez sin problema. Volteé a ver a Ronald quien se miraba serio mirando el panorama, me sentía incómoda por tenerlo tan cerca y no ir a correr a sus brazos como de costumbre, ¿Me estaría provocando?

Me quité las absurdas lágrimas, Rachel grababa muy entusiasmada a Adam quien hizo otro pase y cayó en manos de Trevor, nuestro amigo corrió obteniendo veinte yardas. Rachel se quedó asombrada y hasta se miraba roja de la emoción.

Miré una vez más hacia arriba al sentir una mirada clavada en mí, él me observa con esas cejas pobladas y ligeramente fruncidas, desvié de nuevo la mirada sintiendo que mi corazón saltaba de su lugar porque Ronald me viera así. Tomé aliento e intenté calmarme un poco pero era imposible, miré a Lena quien gritaba de la emoción al igual que Rachel al ver a nuestro equipo hacer anotación.

—Iré al baño —le dije a Rachel.

— ¿Quieres que te acompañe?

Sacudí mi cabeza.

—No, vuelvo enseguida, tú sigue grabando.

Me levanté del asiento e inconscientemente miré de nuevo a Ronald, él parecía no quitarle los ojos de encima a alguien, sin embargo, yo avancé hasta entrar por un pasillo interno, y respiré de alivio por la tensión que sentía estando en aquellas gradas.

Antes de salir del baño escuché claramente gritos, pero no de emoción, eran gritos de horror y de terror puro. Quise correr y al momento de tomar la perilla de la puerta oí disparos.

¡Dios mío! No de nuevo, no otra vez. Jalé la puerta y para mi maldita suerte venían dos tipos vestidos completamente de negro. Eran esos sujetos que vi en aquella suburban y los del centro comercial cuando esperé a Ronald afuera del probador.

Mierda.

—Ay, no.

Corrí por otro lado y fue inútil, me agarraron de inmediato para azotarme contra la pared y provocarme al instante una contusión nivel diablo.

— ¿Dónde está? —preguntó furioso el hombre—. Sé que lo sabes ¡Habla!

— ¿Qué es lo que quieren? —inquirí un poco aturdida.

— ¡Al protector! ¿Dónde está?

Pero... ¿Él seguía siendo protector?

— ¡No lo sé! —exclamé.

Me tiraron al suelo e intenté correr pero alguien estaba impidiéndome el paso.

Garrett.

—Hola, preciosa.

—Garrett —susurré con horror.

Me levantó bruscamente del suelo y me arrastró hacia el otro lado del estadio. Seguí el disturbio de la gente, gritos y más disparos, lo más seguro es que hubiera más de estos rastreadores para causar pánico y distracción para sacarme de aquí.

— ¡No! —exclamé—. Suéltame —dije intentando escapar.

— ¡Cállate, Aurora!

Tenía miedo e intenté luchar lo más que pude, pero lograron subirme a una furgoneta negra y arrancaron en cuanto todos estaban adentro.

Me arrojaron una carpeta amarilla y los observé.

—Ábrela —ordenó el tipo.

Abrí la carpeta, mirando una fotografía mediana de Ronald de frente y datos de él. Volteé a verlos.

— ¿Quiénes son? —pregunté.

—No finjas no saberlo, estamos seguros que tu noviecito ya te puso al tanto de los rastreadores.

Fruncí las cejas y miré la carpeta donde señalaban a Ronald como gran amenaza.

—Así que dinos, Aurora ¿Dónde podemos encontrar a Ronald West?

Miré al tipo calvo y de piel oscura que me atemorizaba con su mirada.

—No lo sé —respondí—. No sé nada de él.

— ¡Mientes!—exclamó Garrett.

Cerré la carpeta.

—Imposible, Aurora Blake, el informe que tenemos es que ustedes dos están juntos, el maldito protector se enamoró de su protegida —miré como mostraba su pistola al aire y la preparó para disparar—. Así que te sugiero que hables.

Sacudí mi cabeza.

—Él y yo... no somos... nada—respondí con una voz temblorosa y entrecortada, sintiendo de inmediato un horrible dolor en el pecho—. No sé dónde pueda estar.

— ¿Por qué lo proteges? Responde, Aurora ¿Dónde está?

—Ya les dije que no sé —repetí hastiada.

El tipo parecía perder la paciencia, pero era la verdad, perdí de vista a Ronald en cuanto me alejé y no iba a decirles que estaba en el estadio.

—Esto va a tardar —murmuró Garrett muy molesto.

Sacudí mi cabeza.

—Por favor, déjenme ir, no sé nada de él.

—Cállate —ordenó el calvo y amenazándome con pegarme con la pistola.

Yo retrocedí como reflejo y me apoyé de una parte de la furgoneta.

—Yo me encargo —Dijo Garrett al deslizarse muy cerca de mí.

Me golpeó tan fuerte que solo vi como mi vista se oscureció de un segundo a otro.

════════⚔️════════

La cabeza me palpitaba fuerte y fui aclarando mi vista por cada parpadeo, miré a mí alrededor lo que parecía una oficina vieja y abandona. Había una luz tenue y yo estaba amarrada de manos y pies en una silla.

Había alguien de pie a mi derecha y se trataba de Garrett, estaba apoyado en la pared y de brazos cruzados, observándome detenidamente.

—Siempre me gustaste, Aurora.

Bajé la mirada aun desorientada. Ya iba a empezar con su obsesión.

—Y nunca me hiciste caso.

No dije nada, no tenía por qué contestarle, tomé un respiro profundo y pasé saliva, ¿Cómo rayos iba a salir de esto?

— ¿Qué quieren de mí? —pregunté al fin.

—La verdad... ¿Dónde está West?

—Ya les dije que no lo sé.

— ¿Por qué mientes?

—Es la verdad —protesté, mirándolo a los ojos.

Garrett sonrió y caminó hacia mí con una laptop en manos.

—A ver si después de esto quieres confesar algo.

Dijo con un tono cruel, se sentó sobre una mesa que había frente a mí y colocó la portátil en sus piernas, parecía estar buscando algo hasta que lo encontró y giró la pantalla a mí, era Ronald en un video y... Heather.

Abrí la boca al observar como el video corría, él la abrazaba y Heather le daba un beso en la mejilla, no podía contener mis lágrimas al ver la última escena donde estaban besándose.

—Esto debe de doler —comentó Garrett burlándose de mí y fingiendo una cara triste.

Lo miré.

—Si saben dónde tomarle videos... —aclaré mi voz—. ¿Por qué no lo agarraron en ese momento?

—Son nuestras cámaras las que captan esto, están por todas partes, él ya debe de saber que te tenemos y queremos que venga a nosotros, aparte... es más divertido.

—Está con otra —dije con algo de dificultad para procesarlo.

Sacudió su cabeza y volví a enseñarme otro video, donde parecía que Ronald le reclamaba a Heather y ella intentaba abrazarlo pero él la apartaba.

Simplemente no entendía nada.

—Tal vez no —sostiene Garrett.

Mi corazón se estrujó.

—Dime... ¿Por qué lo quieren?

—Para matarlo.

     Se me revolvió el estómago.

— ¿Por qué?

—Porque... —tocó mi mentón—. Es una gran amenaza, el hijo de puta ha logrado matar a una enorme cantidad de rastreadores en menos de dos meses y hay que deshacernos de él.

—No entiendo, ¿Por qué protegen a esas malditas criaturas?

Parecía que perdía la paciencia.

—No debería de decirte esto, pero —me miró y chitó—. A la mierda, como quiera te mataremos. Nosotros protegemos a las bestias porque también queremos de esa sangre. Llámalo convenio.

— ¿Para qué?

—Para futuras pruebas en humanos y así extender los años de vida en personas importantes. Secretos de gobierno.

Sacudí mi cabeza, aterrada.

—Es un crimen.

—Oh, cierra la boca.

Era difícil asimilar todo.

—Será mejor que paren, los protectores no se detendrán hasta acabar con ustedes —espeté.

—Tú no sabes nada, Aurora.

En eso, un ruido estruendoso sonó a mis espaldas, la ventana había sido quebrada por algo, por alguien. Garrett me sujetó con todo y silla para girarme y apuntarme a la cabeza con un arma.

— ¡Ah! —chillé del miedo.

Al ver a la figura que estaba frente a nosotros me hizo sentir a salvo. Era Ronald, tenía un rostro duro y completamente serio que amenazaba con matar al primer movimiento.

—Te acercas y le vuelo la cabeza, protector.

El rostro de Ronald era de miedo, no quería estar en los zapatos de Garrett, no conocía los alcances de mi nov... protector.

—No lo diré dos veces, quítale las manos de encima o te haré llorar —bramó Ronald con el ceño muy fruncido y un tono siniestro y amenazador.

Garrett se burló y de un movimiento fugaz Ronald lanzó un enorme cuchillo cuando mi secuestrador separó la pistola de mi cabeza, la fuerza fue de tal magnitud que hizo que el cuchillo se clavara en la pared, atravesando la muñeca entera de Garrett quien se ahogó en un grito de dolor muy desgarrador y soltando la pistola por el impacto.

Ronald llegó a mí para cortar las sogas con rapidez pero en eso:

— ¡Vengan acá carajo! ¡Está aquí! ¡Se la llevará!

Contuve la respiración por sentir el tacto de Ronald quien me dedicaba una mirada más suave y con preocupación. Garrett seguía hablando por su radio y mi protector le arrebató de mala gana el aparato para estrellarlo en la pared de enfrente.

Tomó la nuca de Garrett y en su otra mano portaba otro cuchillo, me paralicé al ver que estuvo a punto de degollarlo, pero justo antes de realizar su cometido entraron un montón de tipos armados hasta los dientes, apuntándole a Ronald directamente.

Él retrocedió, colocándose de escudo para protegerme y me arrinconó en una pared.

—De aquí no saldrás vivo, maldito protector.

Tengo pensado subir otro capítulo el viernes, así nos acabamos esto más pronto. ¿Les parece bien?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro