Ocho;;
Probablemente haya sido influencia del alcohol el hecho de que Min y Park se encuentren tan alegres y cómodos después de semejante beso que se dieron. El café que Yoongi le invitó a Jimin mágicamente se había convertido en whisky junto con una excusa de: "Lo siento, no tengo cafe"
Estaban a una distancia bastante lejana, pero no paraban de tirar chistes que sólo a un par de borrachos les podría entretener; o más bien dicho, a un borracho.
- Llevas cuatro vasos, Yoongi. ¿Cómo demonios ya puedes estar ebrio?
- Nunca tomo mucho café, lo siento, Jimin - respondio el mayor.
- Ya lo creo, estás tomando whisky, me hacia una idea - rió el menor. El rubio siempre fue un alcohólico sin remedio, por lo que él poseía un muy buen aguante, por ende, tardaba mucho para emborracharse, a diferencia de Yoongi, que parecía que lo único que conocía era el té de limón y el agua; tomando en muy pocas cantidades el alcohol y muy pocas veces.
- ¿Y por qué está en una tasa?- se cuestionó el pelinegro, con esa voz tropezada que comenzaba a mostrar sus efectos de ebriedad mientras veía a ojos cruzados el recipiente de donde bebía.
- Porque dijiste que cuando llegara Ally, querías engañarla y decirle que tomaste té y no alcohol - rió JiMin.
- ¡Es verdad! Shhhhh, no le digas a Ally - siseó tropezado al hablar, poniendo su dedo índice en los labios de Jimin como su gesto de pedir silencio.
- Yoongi, ya enloqueciste - le acusó el rubio con diversión, quitando la mano del contrario de su cara.
- Hay que hacer un restaurante, JiMin. Uno donde entren todos - continuó hablando el pelinegro, ignorando por completo lo que Park le decía.
- ¿Un restaurante? ¿De que tipo?
- ¡De carne! - respondió - cualquiera puede entrar a nuestro restaurante.
- ¿Cualquiera?
- ¡Cualqueira! - aseguró - niños, adultos, católicos, perros, gays, negros y judíos.
- ¿Por qué no habrían de entrar?
- Eso es lo que digo yo, que entren.
- Claro, que lo hagan.
- Pues sí - Santo Dios, ¿Por qué era tan lindo borracho? - pero Mexicanos y Estadounidenses no - tras esta frase mensionada, JiMin soltó una fuerte carcajada. Yoon quiere que entren todos pero no todos.
El tiempo continuó pasando, con un Jimin riendo y emborrachando más a su mayor, quien comenzaba a ver doble, riendo de cualquier cosa mientras que sus ojos se encontraban entre cerrados, luchando por no dormir mientras intentaba contarle al contrario cualquier cosa. Park a penas estaba sintiendo el alcohol, con 7 vasos uno esperaba que al menos él también se encontrara hasta el pito, pero aparentemente aún necesitaba otras siete para estar al nivel de Yoongi.
- ¡Cariño! Ya llegué - se escuchó una voz femenina gritar.
- Llegó el domador, León - murmuró Jimin, ansioso de ver como el chico era regañado.
Por alguna razón, por primera vez desde que conoció a la rubia, Park se encontraba nervioso de verla. Tal vez era el hecho de que besó a su esposo o porque ese borracho le vaya a decir accidentalmente lo ocurrido. Si eso pasaba, había una gran probabilidad de que no volviera a ver a su mayor, y no podía dejar de estar cerca de él, al menos no ahora.
- ¡Ally! Bebé, mira quien vino a visitar - gritó el pálido, esperando a que su esposa apareciera en escena.
- Jimin, Hola - saludó ella alegre, volteando a mirar su alrededor y notando un par de botellas vacías que descansaban mal acomodadas en el piso del lugar - ¿Bebieron?
- Sólo unas poquitas, Alicia - rió Min.
- ¿Quién carajo es Alicia? - preguntó ella en susurro intentando hacer que sólo Yoongi escuchara aquel reproche. Las risas sonoras de Yoongi no evitaron que JiMin escuchara que, incluso aquella joven recatada como lo era ella, soltaba maldiciones de vez en cuando.
- Sólo bromeaba, Ally - vaya broma idiota. Escuchar al chico que te gusta, tu novio, y peor aún, tu esposo decirte el nombre de otra mujer, es realmente una porquería.
- ¿Cuantas se ha tomado? - preguntó ella a JiMin.
- Cinco y medio él - señaló la tasa que el pálido tenía a un lado - ocho yo.
- No es que aguante poco, es que no comí - dijo entre jadeos y risas.
La chica se limitó a sobar los hombros de su esposo, preocupada de su estado. Yoongi no suele tomar, de hecho, muy pocas veces se animaba a probar el alcohol; siendo contadas excepciones los momentos de que alguna fiesta o reunión cuando lo hacia. Aunque también habían otros motivos para su borrachera, y eran cuando se encontraba enojado, triste o deseaba olvidar algo.
Ella rápidamente lo enlazó con lo que pasó con su padre en aquella presentación de su sobrino, lo más probable es que eso era.
- Yoon... - y sus palabras se quedaron en el aire cuando con velocidad, el pelinegro se levantaba para vomitar.
Jimin actuó rápido, pero así también se detuvo cuando vio a la esposa de su amado sobar su espalda mientras que el otro sacaba todo el alcohol de su cuerpo.
Era estúpido, pero incluso esa escena le demostraba a Park cual era su lugar ahí. Ally era la esposa de Yoongi. Jimin a penas y logró volver a ser su amigo.
- Yo me tengo que ir...
- Lo siento, Jimin, es que él no suele beber mucho.
- Tranquila... Vengo a visitarlo otro día. Adiós - y después de decir eso, caminó hasta la salida del departamento mientras que a lo lejos escuchaba a Min vomitar.
- ¿Cogieron?
- ¿Me estás escuchando acaso? Sólo nos besamos. Te dije que Min no era tan fuerte.
- ¿Te das cuenta de lo que haces? Minnie, te estás convirtiendo en el "querer" para simplemente satisfacer tus deseos carnales y emocionales. ¿Qué no ves que ese hombre no es para ti?
- Tae, deberías de estar feliz por mí. Estoy recuperando mi vida y felicidad, ¿No lo ves? Yoongi es eso, mi vida, yo soy feliz a su lado.
- Yoongi no es tu vida, Park - gruñó Taehyung mientras se sentaba a lado del rubio - No es ni siquiera una ligera parte se tu futuro, ¿Por que no logras ver eso tú? ¿Por qué no notas que te hará daño si te continúas aferrando a algo que fue momentáneo en tu pasado? Tu romance con Yoongi es efímero, Jimin, por favor - mientras decía eso, el más alto acuno entre sus manos la carita del rubio, obligándole a verlo a los ojos - te pido que te ames más de lo que lo amas a él.
- Haré lo que quiera - gruñó desviando la mirada de los ojos de Tae.
- Minnie... Hay personas que darían la vida por tenerte y Min no es una de ellas - finalizó el más alto, alejandose del contrario.
- Tú no lo conoces.
- Tú que sí, ¿Qué te hace asegurar que estará contigo? Mientras vivan en Londres no podrán estar juntos...
- ¡Entonces nos mudaremos!
- ¡Jimin, eres tan terco!
- Ultimadamente, es mi vida. Que no te importe que hago con ella - y después de soltar esas palabras, el rubio salió del lugar, yendose a cualquier otra parte donde no tuviera que escuchar los sermones de Taehyung.
Ese chico no es nadie para criticar su vida.
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