Dos;;
[Primrose Hill, Londres, Domingo de 1958]
- No entiendo cuál es la razón por la que quieres estar en Cambridge. Aquí también hay escuelas - gruñó el pelinegro, mientras manejaba junto a su esposa a la Iglesia.
- Newnham college me trae lindos recuerdos de mi adolescencia. A demás, fui aceptada para dar clases ahí, ¿No te alegra? Pensé que te emocionarías - chilló en tono triste. Creyendo que su marido estaría igual de contenta que ella de saber que después de tres años por fin tenía trabajo.
- Me alegra. Es decir, sé que te encanta enseñar; pero Cambridge queda a hora y media de aquí, ¿Y si chocas en el camino?
- ¿Qué tan estúpida me crees?
- ¿Para manejar o en general?
- ¡Yoongi!
- Es broma - rió el nombrado, llegando por fin al estacionamiento de la Iglesia - sólo... No sé, hay buenas escuelas aquí en Londres, en Primrose, no me gusta que te vayas tan lejos, puedes ser maestra aquí - le miró, una vez detuvo el auto.
- Todos te conocen aquí, cariño. Yo sólo quiero dejar de ser 'la mujer de' y que me reconozcan por lo que yo he hecho, no por tus logros. En Newnham nadie te conoce - sonrió ella.
- No, porque es un colegio de mujeres - bufó el pálido.
- Por favor, quiero que dejen de tratarme como tu sombra - pidió afligida, haciendo un pequeño puchero que hizo que el corazón de Yoongi se derritiera.
- Está bien, señorita Ally Chapman - se rindió Yoongi, utilizando el apellido de soltera de su mujer - entremos o nos tocará de pie - y sin más que decir, el hombre salió junto a su esposa del auto.
Yoongi entendía la razón de la tristeza de su mujer. Comprendía que en ese mundo, no todas las damas eran reconocidas por lo que ellas eran, sino más bien; por sus esposos. Un ejemplo claro era Antonia Hughes, esposa del mejor abogado de Londres, Richard Hughes. Si no es porque Yoongi era un buen amigo de ella, ni en broma sabría su apellido de soltera (Lennon) ni mucho menos que es una gran escritora de poesía.
Entraron juntos a la Iglesia; eligieron una banca de las más delanteras y regalaron su atención a la ceremonia religiosa hasta el final. Aunque realmente Yoongi se distraía bastante, jugando con sus manos o con las de su mujer mientras el sacerdote hablaba. Por momentos se llegaba a sentir observado, pero el considero aquello algo normal, ya que se encontraban en una de las primeras bancas, teniendolo a la vista de varias personas.
Cuando todo terminó, salió con Ally colgada de su brazo, hasta que una persona inesperada llegó, haciéndoles parar el paso.
- No puede ser - habló con sorpresa aquella joven mujer - ¡Ally Chapman Powell! - exclamó la mujer, sonriendole a la mencionada y tomando sus manos.
- De Min - murmuró el pelinegro.
- ¡Cynthia! - chilló igual de alegre que la contraria - Dios, tanto tiempo, ¿Cómo has estado? ¿Qué ha sido de ti? - preguntó la chica, soltando el brazo de su esposo y pasando directo al de su vieja amiga de universidad, caminando juntas y dejando plantado al pálido hombre.
- Sí, también es un placer. Yoongi Min Chapman, esposo de Ally Min Chapman - saludó a la nada, ofendido de haber sido invisible para esa mujer.
- No te molestes, son mujeres y amigas. Eres lo ultimo que les interesa - rió un tipo alto llegando con el malhumorado pelinegro.
- ¿Y tú eres...?
- David Wevill, esposo de Cynthia - saludó, estirando su mano y recibiendo un apretón de manos del contrario.
- Tu esposa se ha robado a la mía - dijo con gracia el más bajo.
- Al menos no te llevó a ti - rió el contrario.
- Soy...
- Yoongi Min, te conozco - le interrumpió. Yoongi hizo una mueca de sorpresa - has estado en todos los periódicos últimamente. No te hagas el humilde - rió el castaño.
El pálido entendio a lo que se refería. Sonrió complacido de escucharlo - supongo que me está yendo bien.
- ¿Qué te está yendo bien? Amigo, estuve a nada de no poder conseguir tu libro. Se está vendiendo como chocolate - Yoongi se sintió orgulloso.
Min era un escritor, novelista y poeta, sin mencionar que también era un arquitecto, considerado de los mejores en su generación de las dos cosas que hacía.
- Me alegra escuchar eso, ¿Y ya lo leíste? - preguntó, refiriendose a su último libro sacado de poemas, el cual se llamaba 'Cartas de amor a la luna'
- ¡Pero por supuesto!
- ¿Qué te pareció?
- Me encantó.
- ¿Leíste el de 'Corazón de paleta'? ¿Qué opinas sobre ese? - preguntó emocionado.
- Terminé todo anoche. Aunque uno en especial llamó bastante mi atención - le informó. Yoongi lo miró curioso - 'Adios mi amor'
- ¿El último?
- Es por la forma tan explosiva en la que te expresaste. Es decir, en todo el libro hablabas de amor, de aventuras con una persona en específico y lo terminaste con un poema de ruptura, eso fue lo que llamó mi atención - aclaró aquel castaño chico, sorprendiendo al más bajo de que haya entendido a la perfección lo que quería mostrar en el libro - todo inicia como cuento, e incluso en el penultimo poema sigue habiendo romance. Me causó un impacto el hecho de que el final haya sido uno triste. Es como si no hubieras previsto el final de aquella historia. Como si no supieras que terminaría.
- De hecho... Es así - respondió con asombro - vaya. Jamás esperaba a que alguien entendiera eso tan perfectamente - éste tipo ya le había caído tan bien. Ahora era su mejor amigo - quise expresar la forma en la que una relación termina de golpe, dónde no se espera y no se desea acabar - le comenzó a aclarar todo. Contando en realidad lo que aquel bonito libro de poemas expresaba.
- Pero supongo que estás bien con tu mujer.
- Oh, claro que sí. Nos encontramos en nuestro mejor momento - rió el pálido.
- ¿Entonces en quien pensaste al escribir ese libro? ¿Una ex pareja? - preguntó curioso, queriendo saber si uno de sus escritores favoritos del momento se inspiró en algún hecho de su vida, o se inventó todo un escenario para crear tal arte.
- De hecho, sí. Me inspiré en un amorío que tuve a los 17 y 18 años - rió Min.
- ¿Quién era?
- Era-
- Hola - interrumpió un pequeño muchacho rubio llegando con aquellos dos hombres.
- Jimin... - pronunció el pelinegro, soltando aquel nombre con todo el aire que sus pulmones tenían, y con sus ojos abriéndose más de lo normal por la sorpresa de ver a ese chiquillo.
- Tanto tiempo, ¿No crees, Yoongi? - preguntó el más bajo. Min flaqueo - Jimin Park, un gusto - saludó al chico que acompañaba al pálido.
- David Wevill, el placer es mío - correspondió el saludo.
- ¿Y de que...
- ¡David! ¡Anda, vamonos! - interrumpió la esposa del mencionado - siempre te tienes que quedar hablando.
- Bueno - rió el más alto de los tres - creo que ya me tengo que ir. Fue un gusto hablar contigo, Min. Espero poder vernos pronto y terminar esta plática.
- Ya somos dos, amigo. Me agradó por fin conocer a alguien que entiende mis porquerías - sonrió Yoongi, despidiéndose de su nueva amistad.
Antes de que se fuera de la zona, se despidió de Jimin, diciéndole que le gustaría tener una plática más larga algún día y se retiró. Aquellos dos muchachos no tuvieron ni siquiera tres segundos de plática, cuando Ally llegó a su lado.
- Perdón por dejarte - rió la más baja.
- No te preocupes - Le quitó importancia Min.
- ¡Hola! - saludó la mujer al rubio nuevo- ¿Eres amigo de Yoongi?
- Sí - respondió el pálido por JiMin - es un viejo amigo. Nos conocimos hace varios años.
- Un placer, Jimin Park - saludó a la chica - ¿Tú y Yoongi son amigos cercanos?
- ¡Oh! No, no - negó ella rápido, con una risa entre sus palabras.
- Es mi esposa - Soltó con velocidad el pelinegro.
Jimin realmente se sintió desmayar.
Él se encontraba en la panadería de enfrente de la Iglesia cuando vio a aquel chico de ojos felinos, junto a otro tipo hablando y riendo de una plática que Jimin desconocía. Su corazón burbujeó cuando después de tantos años, logró volver a ver aquella sonrisa que cuando era un mocoso de 15 o 16 años le sacó más de un suspiro.
Realmente se había emocionado. Creó miles de escenarios en su mente de como es que Yoongi reaccionaria cuando lo viera mientras se acercaba a esos dos varones. Hizo muchas imágenes en su cabeza, creo distintos diálogos de que es lo que el pelinegro le podría decir y en ninguno de ellos estába el: 'Es mi esposa'. Cuando Min no había negado su conexión con JiMin, sintió su pequeño corazón dar una vuelta completa, emocionado de que no lo haya negado.
Pero esa declaración tan rápida también volco su corazón, sólo que está vez se calló y ahora se estaba deshaciendo en su estómago.
- ¿E-estás casado? - preguntó tímido, sin poder ocultar su desilución al oír eso.
- Cuatro años - respondió.
Park necesitaba una ambulancia. Y no para él, sino para la chica, ahorita la mataba.
- Siempre me ha gustado conocer a los amigos de Yoongi - contó la mujer con emoción - que grosera, no me presenté. Ally Min, un placer - sonrió.
Para Jimin ya no era un placer.
- Sí, un gusto - correspondió el saludo. Más por cortesía que por deseo.
- Creo que ya nos tenemos que ir - habló Min, revisando la hora en su pequeño reloj de mano.
- Fue un gusto, Jimin - se despidió la bajita.
- También fue un gusto, Ally - sonrió con hipocresía - me hubiera gustado más hablar con la mujer de uno de mis mejores amigos, pero supongo que deben de tener prisa.
- ¿Son mejores amigos? - preguntó ella con asombro.
- Amm. No en realidad... Algo así, somos cercanos - respondio Min. Sin saber bien que decir.
- Si son tan cercanos. ¿Quieres venir a una fiesta el viernes? Es una presentación del bebé de mi hermano - le propuso la chica.
- Ammm... En realidad ni sé si yo deba de asistir. Supongo que será algo familiar - se negó con cortesía.
- Anda, Jimin. No hay problema alguno con tu presencia - le incitó Min.
- Claro. Si quieres que vaya, estaré ahí. ¿Dónde es? - Si ese gato malhumorado se lo pedía, JiMin iría. Y sí, le caía mal la chica simplemente por ser esposa de Min, pero Yoongi estaría en el lugar. Yoongi probablemente pase tiempo con él durante esos momentos para no dejarlo sólo...
Tal vez podría volver a escucharlo reír.
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