The second layer (3)
Abrieron todos los regalos y para lo último dejaron la carta de sus padres, y al abrirla y empezar a leerla los dos hermanos abrieron los ojos en shock, solo con las primeras palabras...
<<Felices dieciséis años, chicos...
Seguramente cuando estéis leyendo esto nos encontremos a más de quince mil metros bajo tierra. Lamento mucho que no podamos estar allí justo cuando soliciteis tener el rango verde... Y lamentamos no poder estar cuando seáis aptos para el rango morado dentro de otros dos años... También me disculpo personalmente por dejaros abandonados con un año en el orfanato... Tenía que buscar a vuestro padre... él no podía subir con el resto del grupo... La maldición del abismo le estaba afectando gravemente, no tiene tanta resistencia como yo, y para que no pereciera, acabó quedándose abajo, en los once mil metros... Llegué con vosotros en el vientre y nada más teneros me obligaron a quedarme en la superficie, técnicamente debía quedarme cinco años... pero no era capaz de mantener la calma mientras pensaba en vuestro padre que podría estar muerto en ese mismo momento... Por eso me escapé al abismo y fui bajando durante un año más en el que me escondí en el hostal hasta que tuve la oportunidad de seguir bajando sin que nadie me detuviera... Lo siento pequeños...
Pero ahora necesito plantearos un reto... Muy probablemente, cuando cumpláis los dieciocho, nosotros ya estemos en el fondo del abismo (si es que realmente tiene), os esperaremos allí, chicos... Buena suerte para llegar hasta nosotros...>>
- Imposible... Lo más profundo que se ha llegado nunca son los doce mil o los trece mil metros...- dijo uno de los profesores que estaba supervisando que no hubiera problemas con la fiesta de los hermanos.
- Eso es una cosa... pero otra cosa es que hubiera gente que ha llegado a los profundo del abismo pero no hayan podido regresar con vida...- dijo Keenan.- Tal vez cuando nos dejaron la carta llegaron a los once mil... pero si es como dice y trece años después han llegado a más de quince mil metros...
- Es algo hipotético, algo que no está confirmado que hayan hecho... es muy probable que hayan muerto...- dijo William.
- Siendo su madre lo más probable es que siga dando guerra incluso a los quince mil metros...- dijo un maestro de mayor edad entrando en la sala.- La tuve de alumna... Cabezota y descarada... Valiente pero imprudente, se atrevía con todo...
Los dos hermanos miraron con los ojos brillosos a ese maestro tan tétrico. William y Axel los miraron con cara extraña, se rieron por lo bajinis.
- Nada más cumplió los dieciocho años creció de rango a tanta velocidad que medio año después de su cumpleaños ya era de rango bronce... Pocos meses después se volvió de rango oro... Fue impresionante ver como todos llegaban arrastrándose a la superficie y ella llegaba como si no le hubiera afectado nada.
Todos lo miraron abriendo los ojos con mucha impresión.
- No sabemos cómo lo hizo, pero lo hizo... La última vez que la vieron fue a los veinte años... ya os han explicado la historia... ¿No?
- Si, nos la contaron infinidad de veces...- dijo Álex con una sonrisa.
- Entonces no hará falta que lo vuelva a explicar...
- Gracias a Dios...- susurró William con una expresión amargada pensando que volverían a contarle la historia de sus padres.
- Oh, vamos Will, tampoco la hemos explicado tantas veces...
William los miró mal. Los dos se rieron un poco.
- Bien, chicos... mañana se realizará el examen para el rango verde... Axel, William, en tal que cumpláis los dieciséis también podréis hacer el examen...
- William es de rango naranja...- dijo Axel.
- Entonces debes llegar al rango amarillo... Aunque eso no tiene lógica, a partir de los catorce años ya puedes optar al rango amarillo, ¿Por qué no lo tienes todavía? ¿Acaso no haces los deberes?
- No quiero ser explorador... ¿Cuántas veces voy a tener que decirlo?- se cruzó de brazos apartando la mirada.- Hago todas las tareas... pero no quiero dedicarme a eso...
- ¿Y que se supone que vas a hacer?
- Quiero tener un maldito restaurante... no todo gira alrededor del abismo... No me interesa el abismo, por mí es como si viviera lejos de ese agujero.- habló con el ceño fruncido.
Los dos maestros se lo quedaron mirando y suspiraron profundamente viendo que no lo convencerían a no ser que encontrase una motivación que lo empujara a las profundidades del abismo.
...
Los dos hermanos se encontraban en su primer descenso en solitario como exploradores de rango verde, hasta aquella edad estaban siendo constantemente vigilados por los adultos, porque en cualquier momento alguna criatura podría atacarlos en su descenso, pero a partir del rango verde, ellos mismos ya eran capaces de descender por su cuenta, pero no podría bajar más de los dos mil metros porque aún eran muy jóvenes para soportar la maldición, así que todavía les quedaban otros dos años para poder estar un paso más cerca de sus padres.
Aquel día era bastante tranquilo, al levantar la vista, el sol iluminaba con una claridad inmensa el abismo, era una mañana sin nubes, así que todo se bañaba de claridad. Ambos estaban nerviosos, estaban descendiendo hasta una capa densa de árboles, esa arboleda era la que separaba los primeros mil metros y casi se trataba de una especie de barrera para los novatos, ellos solo podían llegar hasta ahí y observar con fascinación cómo algunas criaturas aparecían volando a través de las ramas, muchas eran dóciles, pero había veces que ha la criaturas que no eran tan dóciles y que normalmente se encuentran en capas más profundas del abismo como los tres mil o los cuatro mil metros... Los dos hermanos fueron bajando lentamente hasta quedar en la entrada de la densa capa de ramas y hojas similares a las de un cocotero, pero con una inmensidad aún mayor, y al haber tantos árboles y tantas ramas, casi parecía una cama sumamente cómoda que permitía incluso caminar sobre ellas sin mucho peligro, desgraciadamente, al acercarse a los bordes, estas ramas se volvían inestables y podrían romperse, pero por eso iban los dos, Álex se quedaba en el medio de la hoja y Keenan era el que descendía, al hacer ese contra peso con una cuerda, Keenan no tendría un accidente aunque las hojas se rompieran... así fue como el hermano menor bajó hasta un rama, y, seguidamente, la cuerda se tensó un poco más, Keenan mencionó que era seguro saltar. Así lo hizo, haciendo un ligero péndulo y sosteniéndose principalmente por la cuerda que Keenan tenía en su cinturón y que había atado parte de ella a la rama para más seguridad en caso de que el péndulo y la energía cinética fuera excesiva.
Ahora simple tuvieron que bajar del árbol con cuidado hasta el suelo y se adentraron un poco hacia la penumbra de los árboles, siguiendo una luz que sorprendentemente fluía en aquella oscuridad de los árboles. Al atravesar la densa capa de árboles, llegaron a un prado veraniego con un cielo falso azul celeste, pues en ese momento, en realidad, se encontraban en una cueva cuyo techo era luminiscente y daba una sensación de estar en la superficie.
El prado descendía lentamente, la hermana mayor comprobó la profundidad en la que se encontraban, mil doscientos metros aproximadamente... Apenas sentían que habían disminuido, pero el terreno en pendiente y la bajada del árbol fueron suficientes para bajar tan rápido doscientos metros... y si realmente todo el abismo era así, que la bajada era tan rápida, llegarían con sus padres de inmediato.
Obviamente no sería así de fácil, solo que en aquellas distancias no había tantas criaturas hostiles, por lo que era más fácil descender y por ello se les permitía a los jóvenes hasta los dieciséis a dieciocho años, descender hasta aquella distancia que como mucho solo encontrarían una criatura similar a una mantarraya voladora que era omnívora y como mucho podría perseguirlos, pero al meterse entre los árboles rápidamente la perderían al tratarse de una criatura con tan mala orientación.
Pero aquella vez todo estaba tranquilo, no había ninguna criatura más que un par de pájaros del abismo, los cuales tenían la particularidad de tener todos extremadamente escandalosos, y como camuflaje se escondían en aquel prado de flores, lo cual era verdaderamente astuto... Aquellos pájaros solo comían semillas de los árboles gigantes que hacían de barrera para los mil metros, por lo tanto, no eran un peligro.
- Yyyyy... ¿Cómo se siente el haber llegado a los mil trescientos metros?- preguntó el menor de los dos.
- ¡Es genial!
- Shhh...- ella se tapó la vida aguantando la risa.- te recuerdo que las mantarrayas son torpes, pero si nos oyen...
- Si, si... es genial...- repitió entre risas.
El hermano rodó los ojos.
- ¿Bajamos un poco más?
- Sip...- Dijo ella empezando a caminar pendiente abajo.
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En realidad no me he basado completamente en el ánime para crear el abismo, he hecho mi propia interpretación, es decir, no es necesario haberse visto el anime para entender esta historia, de hecho, me he distanciado bastante de la historia original, es solo una inspiración.
Por cierto, el soundtrack es de la primera capa, no de la segunda, de hecho, es que me gusta más la música de la primer capa, es más relajante...
En realidad la música de este anime está muy bien hecha y es bastante relajante, es un contraste muy profundo con que en realidad, contra más bajas en el abismo, más te afecta... jeje
Aquí las opiniones ---------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1611 Palabras]
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