Meanwhile... (13)
Los dos adultos hicieron silencio.
- Ya quisiéramos haber encontrado el final del abismo...- musitó Kenai.- Nos hemos rendido...
- ¿Eh...?
- No hemos seguido bajando, nos hemos rendido... Si siguiéramos bajando, moriríamos en el inframundo... ¿Sabéis la falla de los tres mil metros?- asintieron con la cabeza.- Si seguimos bajando hasta los treinta mil metros, hay un abismo dentro del abismo, un pozo sin final de un diámetro simétrico al de la superficie...- Los dos hermanos abrieron los ojos en shock.- No hemos podido determinar el final, y no se vé absolutamente nada... Es como un agujero negro, absorbe la luz, y las plantas a su alrededor se han muerto... Hemos estado haciendo pruebas, y creemos que algo ahí abajo es tóxico, porque no hay plantas, no hay animales, y lo único que hemos determinado es un terrible hedor a estancado... Es decir... Hemos seguido el río hasta llegar a ese abismo, es decir... El abismo tiene final... Porque sino, no habría olor a estancado...- musitó.
- Y tenemos un problema si el abismo tiene final y ya hay olor a estancado.- continuó hablando Kenai.
- ¿Por qué?- preguntó Keenan.
- El abismo colapsará y se inundará por completo.- habló Robert con una mueca indescriptible en el rostro.
Los dos hermanos miraron fijamente a Robert, después a sus padres, estos asintieron con la cabeza.
- Entonces tenemos que hacer una presa o algo para que ese abismo no se siga llenando.
- El problema de eso... Es que debemos hacerlo cuando estemos dispuestos a irnos, que será cuando tapemos el inicio del río, pero eso podría desestabilizar el ecosistema... Así que no sabemos qué hacer realmente... Porque lo que menos queremos es ignorar el problema y cargárselo a futuras generaciones...
- Se olvidan de que estoy aquí y puedo bajar y subir sin recibir ningún tipo de daño por la maldición.- los dos adultos miraron al albino con un rayo de esperanza en sus ojos.
- Vamos inmediatamente.- dijo poniéndose la casaca de flechas y tomando el arco para salir.
Kenai asintió con la cabeza y tomó otra casaca de flechas y un cinturón que rápidamente se colocó al subir las escaleras para salir.
...
...
...
Al mismo tiempo, en capas más altas del abismo, el único superviviente que había resistido del abismo y de la masacre de los 15.000 metros, llegó arrastrándose al hostal de los árboles invertidos, suplicando y rogando ayuda, que lo que había allí abajo era inhumano... Una de sus piernas estaba rota y tenía heridas profundas que le producían un terrible dolor, una agonía irremediable... Cuando se recuperó de aquellas heridas habían pasado algunos días, tal vez cuatro o cinco; aquel hombre fue acompañado a la superficie por los dos hermanos que habitaban el hostal; llegando a la superficie, ambos debían llevar ropas extensas, de manga larga, y cubrir sus rostros con cuidado, más que nada que el sol no les tocase pues tendrían quemaduras extremadamente graves. Lo llevaron hasta el hospital de la ciudad y muchos se sorprendieron al ver al hombre tan herido y sin apoyar la pierna.
- ¿Quiénes son ustedes?- preguntó uno de los médicos que los atendió ayudando al hombre a acostarse en una camilla para llevarlo a urgencias.
Axel en ese momento salió de uno de los pasillos para empujar de la camilla hacia el interior, pero se quedó clavado en el sitio al ver a un castaño de ojos rojos y piel amarillenta y a una chica más alta que él de cabello naranja y ojos también rojos...
- Los herederos del hostal del abismo... Acompañamos al hombre porque apenas podía caminar y nuestros padres nos dijeron que lo llevásemos nosotros. Por eso vamos tan cubiertos.- habló la hermana.- Somos hipersensibles a la luz del sol y de todas maneras deberíamos regresar ya, realmente esperaremos noticias de su recuperación.
- Por su puesto, os lo haremos saber de los primeros, no hay problema.- asintió con la cabeza.
- Buenas tardes...- el hombre asintió con la cabeza y los dos hermanos se marcharon del hospital hacia el abismo.
Axel bajó los ojos a la camilla, después a los hermanos.
- Esperen un momento...- dijo Axel acercándose a los dos chicos.- Sé donde está vuestro primo, y como él no quiere bajar... ¿Qué tal si pasáis a verle?
Ambos se miraron de reojo, una se encogió de hombros, el otro asintió con la cabeza. Axel se giró hacia su jefe, casi como solicitando permiso para acompañarlos y regresaría inmediatamente. Su jefe asintió con la cabeza; por lo que salió del hospital guiando a los dos chicos que prácticamente habían nacido en el abismo y no conocían la superficie.
- Puedo entender que vosotros sois prácticamente inmunes a la maldición del abismo desde los 2.500 metros, ¿no?
- Hemos nacido allí, así que, es cierto que tenemos algo de resistencia, pero para nosotros subir aquí arriba, con el cambio de presión atmosférica es un poco extraño...- asintió con la cabeza el castaño.- Bueno, Jessica si nació en la superficie, tiene algo más de resistencia y facilidades para respirar, pero yo no...- negó con la cabeza.
- No hace falta que dijeras eso.
- Uy, perdón...- dijo con sarcasmo hacia su hermana mayor que se hacía una coleta con sus cabellos rizados y volvía a acomodarse la gorra sobre sus cabellos.
- Tenéis suerte de que el sol se esté escondiendo, pronto os podréis quitar la chaqueta o la gorra...- musitó Axel deteniéndose delante de un comercio que estaba aparentemente vacío y cerrado, pues las luces estaban apagadas.
- Si... esperemos, pero tampoco queremos llegar tan tarde al hostal, podrían regresar más supervivientes en el mismo estado que ese pobre hombre.- musitó Jessica.
- No tomará mucho...- empujó la puerta del recinto y una campanilla sonó.- ¡WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIILL! ¡Tienes visita!
Segundos después se escuchó un: "Tú deberías estar en el trabajo, no aquí bebiendo mojitos como si te hubiera dejado la novia o el novio, o lo que mierda tengas". Sus pasos se escucharon desde la cocina, una puerta chirriante y después se apoyó en la barra.
- Oh... Disculpen los gritos...- se disculpó carraspeando.- Bienvenidos al mejor restaurante de la ciudad, aunque no esté muy concurrido a estas horas, aun así, garantizo servicio de calidad, mi nombre es William Atxa, cocinero, barman, camarero y dueño de este lugar, a su servicio.
- ¿Esa coletilla se la dices a todos con los que te quieres ligar?- preguntó Axel alzando una ceja.
- La próxima vez que abras tu bocaza añadiré carne a tu comida.
- Como hagas eso vomitaré y eso no dará buena imagen a tu restaurante.
- Como vomites te hago tragartelo.
- Como hagas eso te juro que te. . .
- Bonita forma de conocernos, primo.- musitó el castaño con sarcasmo.
El pelinegro giró la vista hacia la chica que los miraba con una cara llena de sarcasmo, casi como fastidiada de que la hicieran esperar, no parecía tener mucha paciencia; y al chico que parecía divertirse con aquello.
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Este capítulo no es relleno.
De hecho, este capítulo es algo importante, porque alguien ha sobrevivido a esa masacre, CHAN CHAN CHAN ewe
jejeje
Aquí las opiniones ------------------->
La ost es G E N I A L
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1198 Palabras]
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