<<Hace mucho tiempo, en una isla remota, una gran depresión fue encontrada, un hueco con un radio de quinientos metros que se sumergía kilómetros y kilómetros hacia el interior de la tierra. Muchos investigadores, científicos, geólogos, aventureros y exploradores han investigado las posibles causas y las razones por las que aquel agujero apareció, pero hasta la fecha no han sido capaces de localizar ninguna pista... Solo valiosos tesoros que fueron recogidos y protegidos en grandes almacenes, y que aún así no se salvaron de saqueos y robos. Aquella depresión se convirtió en un lugar sumamente turístico en el que una gran multitud de personas querían retratar una fotografía o extraer algún material.

Pero, por mucho dinero que ofrecieran, todas las expediciones que sugerían viajar hacia el interior fueron negadas por motivos de seguridad. No precisamente porque fuera peligroso y pudieran caerse o herirse, sino por una maldición que rodeaba las entrañas de aquel terrible lugar. Una maldición que rodeaba a la isla entera.

No se descubrió que había un efecto de la presión que podía ser nocivo hasta que unos emprendedores aventureros decidieron adentrarse más de mil metros. Cuando regresaron tenían jaquecas verdaderamente dolorosas, vómitos, dolor muscular, apenas podían mantener el equilibrio, por lo que muchos regresaban a casa gateando... Aquellos efectos fueron aterradores, pero aun así hubo gente que se aventuró y siguió bajando... Más allá de los mil metros había un extenso prado que iba bajando cada vez más y más, como una pendiente llena de flores de todos los colores, cuando se llegaban a los dos mil quinientos metros, la gravedad dejaba de tener sentido, aunque seguía cayendo hacia abajo, por alguna razón, los árboles crecían en el techo, el agua fluía hacia arriba, y había un enorme magnetismo en aquella zona que impedía usar walkie talkies sin que la señal fuese interrumpida...

Los que temieron continuar el camino y regresaron, llegaron a la superficie completamente paralizados, sus músculos se entumecían y llegaban al límite de engarrotarse como si hubieras sido enviado a la luna... Nuevamente también había jaquecas, vómitos y dolores en los músculos y huesos.

Pero, los que continuaron bajando, se encontraron con una enorme depresión, más pequeña que la de la superficie... pues su diámetro era de seiscientos cincuenta metros. Una gran falla que bajaba casi mil quinientos metros... Situando a los emprendedores que fueron capaces de bajar sin resultar heridos o muertos por las criaturas nativas, se encontraban a cuatro mil metros de profundidad... Terminaron la expedición a esa distancia porque los suministros empezaban a escasear, por lo que volvieron a la superficie... Sus efectos variaron según la persona, pero una de las mujeres que iba explorando entre ellos tuvo un aborto en mitad del ascenso y desgraciadamente tanto el bebé como la madre fallecieron, por lo que se prohibió que mujeres que esperasen un hijo, bajaran a explorar y si se quedaban embarazadas en mitad de la expedición, subirían inmediatamente y no volverían a bajar hasta pasados cinco años después del parto.

El resto de personas padecieron vómitos, alteraciones en los órganos, algunos padecieron ataques al corazón o derrames cerebrales, algunas mujeres también sufrieron alteraciones en el periodo menstrual, por lo demás, sufrieron dolores en el cuerpo similares a que los músculos y los huesos se agarrotaban y se paralizaban por completo, pero a mayor escala, por lo que algunos tenían que ir en silla de ruedas y posteriormente aprender a caminar porque es como si el cuerpo hubiera olvidado por completo como se caminaba o hubieran perdido el sentido del equilibrio.

Pasaron un total de diez años antes de que nuevos exploradores se atrevieran y asumieron el riesgo de la maldición y bajaron más abajo de la enorme falla de los cuatro mil metros... Pudieron llegar más lejos porque se estableció un campamento en la capa anterior a la falla, donde el bosque y las cascadas estaban completamente invertidas, se estableció una especie de hostal o pensión que obligaba a que algunos trabajadores no volvieran a ver la luz del sol, por lo que fueron enviados a ese hostal personas con problemas de piel y gente que era sensible al sol.

Por debajo de aquella enorme falla había un túnel de enredaderas que se asimilaba a una gruta o a un laberinto, tal vez era la madriguera de alguna criatura, pero lo negaron al no encontrarse ni con restos, ni con la especie en si, así que entendieron que aquel territorio no era muy bueno para orientarse, y no lo era, porque había jaquecas constantes entre los usuarios, pero no era por la ascensión, sino por la presión de estar bajando a más de cuatro mil quinientos metros... En aquel terreno, aparte, también faltaba el aire al estar en un espacio cerrado y angosto... Pero pudieron llegar a los cinco mil metros...

Allí les esperaba un enorme termal natural de setas gigantes en las que la visión era nula y prácticamente nula dado al vapor que desprendía el agua caliente que salía a borbotones del fondo y de la parte alta de la cueva. Después de aquel pasillo angosto, vieron aquella cueva con ojos brillosos, y anotaron toda la información que pudieran obtener, el material de las setas, la composición del agua, las razones y las teorías por la cual esta misma brillaba... Muchos cometieron el error de confiarse y meterse en aquellas aguas cálidas para relajarse después de la bajada, sufriendo muertes escalofriantes y sangrientas a manos de una criatura que residía en aquella zona de forma natural, era una especie de erizo gigante albino, el pigmento de su piel era nulo dado al ambiente en el que se encontraba, por lo tanto era obvio que todos tenían el pelaje blanco...

Todos los que fueron atacados no sobrevivieron a esa criatura, por lo que muchos optaron por retroceder a partir de los cinco mil metros y volver a bajar cuando tuvieran armas capaces de enfrentar a esa bestia.

Desgraciadamente... No hubo supervivientes en aquella expedición, pero toda esa información se sabe porque el siguiente grupo encontró los restos de los primeros exploradores, y al contrario que ellos, estos sí lograron volver a la superficie con vida después de conseguir bajar a los cinco mil quinientos metros.

Los efectos fueron, entre los ya conocidos, sangrado por todos los orificios del cuerpo: boca, nariz, oídos, ojos, conducto anal, en el caso de las mujeres también por la vajina... Sin excepción...

Aquellos efectos provocaron un terror absoluto en toda la población al ver llegar a los exploradores completamente ensangrentados y en algunos casos murieron desangrados en los últimos metros de subida en el ascensor que bajaba solamente quinientos metros.

Se prohibió bajar más del hostal o el campamento de la zona invertida por motivos de seguridad, y cualquier que bajara más de esa distancia sería bajo su propia responsabilidad. Eso fue así durante más de cuarenta años... Que fue cuando en la superficie se desarrolló un sistema de profesionalidad entre los exploradores, siendo aquellos que bajaban más del bosque y regresaban con vida, superiores en ese aspecto...

Se establecieron un total de nueve rangos que comprendían los colores del arcoiris, añadiendo el rosa para los bebés del orfanato que cuidaba de aquellos cuyas familias eran exploradores del abismo y estos crecían para convertirse también en exploradores, además de los colores negro y blanco, que eran para profesionales... Posteriormente se fueron agregando más rangos, hasta que se llegó a un total de doce rangos, los cuales ahora incluyeron el bronce, la plata y el oro, que eran para profesionales que habían logrado hazañas de sobrevivir a más de cinco mil metros de distancia, y que con el tiempo se añadió un décimo tercero. Pero eso no es completamente importante ahora.

Sino los efectos que causó la maldición a los que se aventuraron a más de cinco mil metros, sobrevivieron y obtuvieron el distintivo de bronce. Hasta los cinco mil quinientos metros se tenía sangrado por todos los orificios del cuerpo... Pero desde los seis mil metros hasta los nueve mil metros las articulaciones dejaban de funcionar, el cuerpo entero dejaba de funcionar, menos los órganos vitales, el corazón, el cerebro y pocos órganos más y el cuerpo en algunos casos se quedaba como en estado vegetal..., pero el efecto era tardío y no se determinaba hasta pasados dos o tres días desde que regresaban a la superficie.

Por lo tanto, las exploraciones no volvieron a superar los cinco mil metros durante muchísimos años, casi diez años. Una generación nueva de exploradores con nuevas armas y equipamiento, bajó al abismo dispuesto a intentar llegar a lo más profundo, su meta era llegar al menos a los diez mil metros y regresar con vida para contar sus hazañas y explicar lo que había más allá... Fue un grupo de treinta personas... Del cual solo regresaron dos... Dos personas que, con un hilo de voz antes de desplomarse y morir dijeron: "Las anotaciones tienen toda la información" mientras que el otro dijo: "Muchas de ellas se perdieron, uno de nuestros hombres bajó más profundo en solitario". Dichas anotaciones contenían información detallada de todos los apartados desde los cinco mil metros... Llegando a informar sobre los nueve mil quinientos metros como una cueva similar al estómago de una víbora... Una cueva tan oscura y tenebrosa que las antorchas no eran capaces de alumbrar más de un metro. Había más información en la última hoja, información sobre los diez mil metros... "Hemos llegado a una distancia de diez mil tres metros, retrocedemos ahora, hemos perdido la mayoría de las provisiones en el descenso de la cueva, voy a intentar bajar más... Si sobrevivo, regresaré con más información, por ahora me despido." Firmó con su propio nombre, pero ninguno de los dos era esa persona... Y jamás regresó... Por lo que se asumió que tuvo una desgraciadamente muerte.

Aún así, no se pudo evitar volver a re-hacer esa hazaña de llegar tan profundo por tal de recuperar el cuerpo de los difuntos, aquella vez iban al menos unas cien personas de las cuales regresaron veinte, pero solo sobrevivieron tres, pues todas las anteriores tuvieron los efectos de las capas más altas, algunos tuvieron parálisis alternativo e intermitente de los órganos vitales, es decir, unos murieron por paro cardiaco, otros por ictus, otros por derrame cerebral, otros tuvieran un desangrado terminal, la mayoría tenían vómitos de sangre cada vez que comían o bebían algo, por lo que también acabaron muriendo por la falta de alimentos.

Hasta ese momento habían doce rangos, como bien dije anteriormente, pero llegó un punto en el que el hecho de bajar a los diez mil metros se volvió algo tan complicado que se llegó a plantear el hecho de crear un incentivo para los exploradores... Por lo tanto se creó el rango diamante... Aquellos que sobrevivieran a más de diez mil metros y pudieran regresar a la superficie para contarlo y dar información útil para toda la sociedad, y si es posible encontrar el fondo del abismo... recibirían el rango diamante. A día de hoy... Se pueden contar con los dedos de una sola mano las personas que tienen o que han tenido ese rango... Porque todas estás muertas...

Los motivos por los que fallecieron fueron muy desiguales, aquellas cuatro personas murieron en común por depresión y estrés post-traumático. Uno de ellos perdió las emociones y su mirada siempre estaba fija en el suelo, se mecía y se abrazaba, falleció después de tirarse por una ventana muy alta, un quinto piso; el segundo desarrolló esquizofrenia y doble personalidad, los últimos momentos de su vida los pasó en coma dado a los efectos de parálisis de los músculos y la pérdida de sangre; el tercero que falleció fue después de suicidarse, dos días después de regresar del abismo, finalmente... El último que falleció era el líder del grupo... El testimonio de las persona que había llegado más profundo y había vuelto con vida, que no había encontrado el cuerpo del explorador que se separó del grupo hacía algunos años atrás y que había conseguido llegar a los trece mil ochocientos treinta y cinco metros de profundidad, y que cuando ya estaban por rendirse, optimistamente dijo que apenas les quedaban unos metros, pensando que como mucho el abismo tendría catorce mil metros... Lanzó una piedra hacia las profundidades del abismo y en ningún momento llegó a escuchar el eco de la piedra... Por lo que, abatido, se rindió en seguir alentando a sus compañeros para seguir bajando. Es decir... El abismo tendría más de veinte mil metros... Tal vez más de veinticinco mil metros... Aquella persona padeció trastornos del sueño, de alimentación, estrés post-traumático y aunque fue el que más duró de todos, acabó muriendo por la falta de nutrientes.

Por lo tanto... Hasta la fecha, la persona que más profundo ha llegado y ha sido capaz de regresar se encuentra en el punto 13.835 metros. Todos eran conscientes de que obviamente tal vez en algún momento, aquella cifra había sido superada, pero de nada servían exploradores que no habían sido capaces de regresar después de bajar a tanta distancia... >>

- ... Y así... chicos... Es nuestra historia como investigadores del abismo y sus secretos más ocultos...

- El abismo no tiene final...- dijo uno de los chicos...- Si lo tuviera, alguien habría sido capaz de llegar a él y regresar con vida... Y aunque no fuese capaz, lo más inteligente sería que alguien bajara, que parte de la trupe se quedara arriba y que ese grupo que bajó subiera la información en un globo... Que ese globo se fuera subiendo en pequeños grupos y la información no se perdería... Es estúpido ir todos hasta abajo cuando tranquilamente se podrían recuperar tesoros sin tanto esfuerzo...

Todos miraron con escepticismo como aquella persona de cuerpo andrógino de poco más de nueve años y de rango rosa porque no lo consideraban alguien capacitado por lo bajo y escuchimizado que era; hablaba con tanta claridad y facilidad sobre el abismo y como recuperar los tesoros de él.

- No es tan fácil, guiar un globo hasta la superficie no es fácil cuando hay criaturas nativas salvajes que pueden dañarte...

- Por eso se van en grupos reducidos... Aligera el trabajo y aminora los gastos de alimentos...- volvió a atacar con argumentos que para él sonaban completamente lógicos.

Pero a los adultos les desagradaba que un niño tan pequeño y con tan poca percepción de la vida les dijera que tenían que hacer, aunque sonaba muchísimo más lógico que los planes que ellos mismos hacían para recuperar los tesoros. Por lo que se le trataba con inferioridad y desprecio, siendo el que siempre acababa castigado aunque no hubiera hecho nada, el que siempre se la cargaba y el que siempre era la víctima de todo, solo por tener una astucia y un razonamiento superior. Llegó al rango amarillo a los doce años con facilidad, cuando normalmente era a los quince cuando se llegaba a dicho rango... Su potencial superaba el rango azul, pero el odio que había sobre él no le permitía saltarse las reglas.

Aquel intelecto se ganó muchos enemigos, pero también pocos amigos que, a su debido tiempo, lo ayudaron a ir incrementando de categoría... A sus dieciocho años recién cumplidos aumentó radicalmente de rango... Dado a que a partir de la mayoría de edad podía ser experimental o volverse profesional... Así lo hizo... Llegando al rango de oro con solo dieciocho años y bajando con tanta astucia y profesionalidad que horrorizaba a todos. Cuando subió dado a problemas físicos que se achacaron a la maldición del abismo, se descubrió que el cuerpo de aquel profesional no era solo la maldición del abismo... Si no que él mismo informó de que se trataba...

Aún así... Aún teniendo que esperar cinco años para volver a bajar... Al año... Se escapó de su hogar, dejando una carta en la que explicaba que iba a buscar al amor de su vida, que los dos jóvenes que sobrevivieron (Pues uno de ellos padeció por la maldición del abismo y nació muerta) fueran criados en el orfanato, dando además una carta extra que ordenó que solo se les entregara a los jóvenes cuando cumplieran los dieciséis años, y por ende, pudieran empezar a descender profundamente en el abismo.

Con esperanza intentaron encontrarle... Pero la última vez que se le vió fue a los veinte años, mencionando a unos compañeros que llegaron al hostal, que lo habían visto y los había salvado de una bestia terrible en los cinco mil quinientos metros... Les dijo a esas mismas personas que su objetivo era bajar más... Que estaba buscando a alguien que lo estaba esperando en los diez mil metros...

Aquella fue la última vez que se le vió...

- ¡Y ella era nuestra madre!- exclamaron los dos jóvenes a la vez.

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LITERALMENTE ES LA PRÍMERA VEZ QUE UN PRIMER CAPÍTULO DE UNA HISTORIA ME OCUPA 3000 PALABRAS

DIOS

Estoy muy proud :3

Y al mismo tiempo muy preocupada, porque literalmente eso me deja con 19.000 palabras para repartirlas en capítulos, y quiero llegar a los 20 capítulos...

A 1.200 palabras por capítulo...

Ya podéis hacer el cálculo de cuando capítulos habrán XD

Si llego a 20 capítulos es un milagro, definitivamente <:

Anyway...

Qué tal os apreció la primera parte?

Aquí las opiniones -------------->

De hecho el prólogo y el primer capítulo siempre es lo mismo pero con un poco más de detalle.

Esta historia es una excepción jeje

Espero que la disfruten y os esté gustando, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[3108 Palabras]