Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día 5

Visitando a la familia

Estaba nervioso, muy nervioso.

Por todos los cielos, si incluso sintió que le comenzaron a sudar las manos, por suerte Todoroki no había pensado en tomarlas entre las suyas, porque de seguro se llevaría una desagradable sorpresa.

—Izuku, ¿te pondrás así cada vez que visitemos a mi familia? —preguntó el de cabello bicolor viéndole de reojo.

—Tu padre ha enviado un auto por ti cuando dices que irás de visita —comentó—. Mientras que yo te llevo caminando de un lado a otro, entonces sí, entraré en pánico cada vez que visitemos a tu familia porque estoy seguro de que aún creen que no soy adecuado para ti, mucho menos merecedor de...

—Bien, bien... basta ya —solicitó en un tono de voz suave y cariñoso—. Soy feliz contigo, eso debería ser más que suficiente para todos ellos.

—Pero estás acostumbrado a otro estilo de vida, a cosas que alguien como yo no puede ofrecer...

—En serio, sólo tú te preocuparías de esas tonterías cuando ya llevamos tiempo viviendo juntos —sonrió—. Además, estaba acostumbrado a las discusiones y a no salir de mi habitación, todo era una pesadilla —entonces comenzó a acariciarle el dorso de la mano, haciendo círculos con sus dedos de manera repetitiva—. Pero ahora soy feliz... realmente feliz, y es por ti, no por las cosas que tenemos y las que no.

Midoriya se congeló en su lugar, sin decir palabra alguna.

—Por alguna razón siento que estás gritando por dentro ahora mismo.

—Lo hago, y comenzaré a temblar en cualquier momento.

Todoroki suspiró y le dio un ligero golpe en la frente.

—Cálmate ya, Fuyumi y mamá te adoran —le regañó.

—Y yo a ellas, pero si tu padre está ahí, creo que tendré un paro cardíaco y moriré en el lugar —dijo sintiendo un frío recorrerle el cuerpo—. Si eso pasa, te dejo todas mis cosas, solo a ti, y cuida de mamá, por favor.... oh y puedes...

—Nadie tendrá un paro cardíaco —sentenció—. En serio, no tienes que ser tan fatalista.

—Estás conmigo aún si soy así —bromeó, saliendo por unos segundos de su estado de pánico.

—Sí, así loco y todo me enamoré de ti.

—Ya veo tu casa —dijo Izuku cubriéndose el rostro con ambas manos y temblando un poco.

—Tendremos que decir que hace mucho frío —propuso el semi albino—. Así explicaremos el por qué tiemblas tanto.

—Pero tú no tiemblas.

—¿Quieres que lo haga? —cuestionó con seriedad.

Cuando el pecoso iba a reclamar, el automóvil se detuvo, estacionándose frente a la gran casa de los Todoroki.

—¿Puedo esperar aquí? —preguntó en un susurro sin querer salir del vehículo.

—¿Serías tan descortés con mi madre? —inquirió dramatizando.

Todoroki había logrado su objetivo, Midoriya se sentía malditamente culpable solo con escuchar aquellas palabras salir de la boca de su pareja, y es que la mamá de Shoto era muy amable, considerada y divertida, lo trataba de maravilla cada vez que iban de visita, por supuesto que no la dejaría plantada.

El pecoso se armó de valentía y bajó primero, siendo seguido por el heterocromático que sonreía victorioso.

Al menos, le había dado un pequeño empujón.

—Solo respira... —indicaba el más alto cuando ya estaban frente a la puerta principal—. Y piensa en tu lugar feliz.

—No digas eso, o las cosas se pondrán extrañas.

Todoroki soltó una risita ante eso y le besó la frente.

—Saludaremos, comeremos algo, charlaremos un poco y nos vamos a casa ¿bien?

—Bien —respondió atemorizado.

El semi albino tocó el timbre y esperaron.

Ambos casi se fueron de espalda al ser recibidos por un fuerte abrazo por parte de la muchacha albina y una dulce sonrisa.

—¡Chicos! —exclamó sin soltarlos.

—Vaya bienvenida —murmuró Shoto viendo de reojo al pecoso que se encontraba totalmente congelado a su lado, sonrió y le dio un codazo para hacerlo reaccionar.

—Lamento tanto eso —dijo ella soltándolos al fin—. Es que, en serio me alegra tenerlos aquí —sonrió y un ligero sonrojo se posó en sus mejillas—. Pasen por favor, mamá está en la sala y Natsuo en la cocina.

—¿En la cocina? —cuestionó Shoto con sorpresa y diversión en su rostro—. ¿Qué hace, quemarla?

—Mamá le ayudó un poco, pero está cocinando para ustedes.

—Necesito ver eso.

Izuku suspiró entonces y sonrió con disimulo, le gustaba ver ese cambio en Todoroki, había pasado de ser un chico hosco y distante, a sonreír con mayor frecuencia, pero sin duda el paso más grande había sido con su familia.

Ahora charlaba con sus hermanos con naturalidad —o algo por el estilo— pero era maravilloso verlo así, a Midoriya no dejaba de sorprenderle lo fantástico que era ese chico.    

—Esto está... delicioso.

—Izuku basta, esto sabe horrible —afirmó Shoto en tanto centraba su atención sobre su hermano mayor—. ¿Cómo es posible que seas tan malo en esto?

—Oye, me esforcé por las visitas, y tú no eres una —comentó a la defensiva el albino—. En serio, que mal agradecido eres.

—Shoto, tu hermano realmente se esforzó —intervino su madre con una sonrisa amable—. El que sepa extraño no lo hace menos especial.

—¿También tú? —preguntó el chico con una expresión que dejaba muy en claro lo ofendido que se sentía—. Izuku, serás mi nuevo hermano, eres el único que aprecia mi arduo trabajo.

—Oh, de saber que podíamos hacer eso, lo hubiese pedido primero —comentó Fuyumi con diversión.

—Esto ya no es divertido —protestó el heterocromático—. Búsquense otra persona, Izuku no se irá con ustedes.

—Bien, bien... —intervino Rei para calmar el ambiente—. Ahora serviremos la verdadera comida.

Todos los presentes en la mesa le vieron con confusión.

¿Verdadera comida?

—No me digas que...

—Lo siento, no es que no confiara en ti, pero no puedo permitir que nuestro invitado salga de aquí hambriento o intoxicado.

—Mamá, no puedo creerlo.

—Mejor levántate y ve a ayudar a mamá.

—¿Por qué das órdenes ahora? —preguntó Shoto en un susurro.

—Desde que comenzaron las vacaciones que me volví un empleado en esta casa —intervino Natsuo—. Nunca había deseado tanto el tener a Fuyumi ocupada con su trabajo como ahora.

Los hermanos comenzaron a hacerse bromas y platicar animadamente, Izuku sonreía ante la situación —en parte— por lo divertida que resultaba y porque el hombre al que tanto le temía no estaba en casa, eso le había quitado un enorme peso de encima.

—¿Sigues con vida? —preguntó el semi albino en un susurro.

—Oh... sí, sí...

—Mi familia es algo ruidosa, pero te adoran, ya lo has visto.

—Me alegra verte así.

—¿Así? —cuestionó intrigado.

—Ya sabes, tranquilo entre tu familia.

—Sí, creo que los extraño de vez en cuando.

Esa confesión tomó al pecoso por sorpresa, y es que Shoto nunca le había dicho tal cosa, pero lejos de ponerse triste o algo por el estilo solo pudo sonreír de manera deslumbrante, orgulloso de lo mucho que había avanzado su novio en la relación con su familia.

—Entonces... deberías venir más seguido.

—Deberíamos —corrigió—. De seguro me correrían si no llego contigo.

—Eso es cierto —afirmó el muchacho de cabello blanco cual nieve recién caída—. Le has enseñado al pequeño Shoto a ser gente, y si no está contigo anda de mal humor, y no lo queremos aquí si viene de mal humor.

—¿No estabas ayudando a mamá? —preguntó el menor con gesto frío.

—Fuyumi se está encargando del resto —comentó divertido mientras colocaba nuevo servicio en la mesa.

—Pero Shoto siempre fue malhumorado ¿no?

Ahora el semi albino miraba al pecoso a su lado como si le hubiese traicionado de la peor manera.

Claro...

Había olvidado lo rápido que se había ganado a su familia, incluso desde antes de que salieran formalmente que todos lo adoraban ahí —excepto su padre claro, que pese a hacer un esfuerzo, siempre terminaba mostrando su horrible carácter.

Su madre había sido la primera en enterarse de sus sentimientos hacia Midoriya, ella fue quien le ayudó a preparar todo para la navidad pasada, le aconsejó y pese a no estar junto a su padre, seguía viviendo ahí, porque ese era, es y siempre sería su hogar. Enji en su intento por redimirse de todos sus pecados pasaba menos tiempo en casa —en parte, ser el número uno le exigía más tiempo fuera— y también quería devolver de alguna manera el tiempo que le había arrebatado a sus hijos junto a su madre.

Era una vivienda enorme, con suerte y se topaban al salir o al llegar el hombre a casa. Todo iba bien, además Rei estaba aún con dos de sus cuatro hijos, el tiempo que realmente pasaba sola era escaso.

—Listo.

Fuyumi y su madre volvieron con unas enormes sonrisas y sosteniendo unas bandejas con pocillos en ellas.

Por All Might.

Izuku reconocía el aroma, y es que cómo no iba a hacerlo cuando se trataba de su platillo favorito en la tierra.

—Espero que lo disfruten —dijo la mujer con una dulce sonrisa en dirección a su invitado.

—Huele delicioso...

—Izuku, eso es traición —demandó el albino—. Pensé que te había gustado lo que yo preparé.

—Sí, bueno... no estaba mal, es que...

—Oh, por cierto, queremos agradecer por el árbol de navidad, llegó anteayer y es un lindo detalle —interrumpió Fuyumi.

—Sí, chicos, no tenían que hacerlo.

—Te dije que no debíamos —señaló Shoto inexpresivo mientras comía.

—Es lo menos que podíamos hacer... —confesó el rizado ligeramente avergonzado.

Entre la charla amena y la deliciosa comida se produjo un ambiente agradable, cómodo en donde Midoriya cada vez tenía más participación. Shoto se sentía tranquilo, puesto que el rizado al fin había dejado de lado su miedo, de todas formas, cada vez que iban a casa, Izuku comenzaba con sus ideas locas y entraba en pánico sin razón alguna, todo para acabar como ahora, hablando con su familia con entusiasmo y ganándose aún más el corazón de todos ellos.

Pero entonces se escuchó la puerta principal.

El pecoso se congeló en su lugar, mientras que el resto de la familia se quedaba en silencio de manera abrupta. A diferencia de los años anteriores, ya no se quedaban callados por temor o porque le odiaran en extremo, simplemente, no dejaba de resultar incómodo, porque no importaba cuanto esfuerzo pusiera aquel hombre en corregir todos su errores, puesto que había cosas que jamás serían olvidadas.

—Y dime Izuku... ¿has visitado a tu madre? —preguntó Rei, en un intento de acabar con el incómodo silencio.

—Eh... Sí, sí... hace nada, un par de días de hecho.

—¿Y cómo se encuentra ella?

—Muy bien, muy sensible como de costumbre —se rascó la nuca con nerviosismo y sonrió.

Entonces, Enji Todoroki hizo acto de presencia frente a todos.

—Buenas tardes —dijo de manera breve.

—B-Buenas... Buenas t-tardes —tartamudeó el rizado sintiéndose morir.

—Oh, el pupilo de All...

Pero antes de que finalizara la frase, Shoto le dio una mirada severa, entonces el pelirrojo rectificó.

—Midoriya.

Comieron el resto de comida en silencio, Rei le indicó a su ex esposo dónde se encontraba todo y le invitó a unirse a ellos en la mesa.

Aquella mujer resultó ser de corazón blando.

Izuku volvía a temblar y tragó con dificultad mientras no quitaba la vista de su tazón ya vacío, Shoto le miraba de reojo y entonces suspiró.

—¿Vendrán aquí esta navidad? —preguntó Enji, dejando a todos ligeramente sorprendidos y curiosos.

Y ahora... ¿qué insecto le picó?

—No —respondió breve el menor de sus hijos.

—Oh... pensé que vendrían este año —comentó distraído.

—Iré a lavar los trastos —anunció Rei con una sonrisa e ignorando el asunto entre padre e hijo.

—Yo le ayudo —indicó Izuku mientras se ponía de pie a una gran velocidad y comenzaba a recoger todo para llevarlo al lavavajillas.

Entonces ahora eran... Enji, y tres de sus hijos.

—Saben, recordé que ayer compré unas galletas deliciosas —dijo Fuyumi en un tono de voz muy suave—. Iré por ellas, quizá un poco de azúcar haga esto menos... tenso.

—¿Quieres otra navidad con All Might? —preguntó Natsuo con una sonrisa bromista en el rostro.

La mención de ese nombre bastó para tensar al pelirrojo.

—La invitación es para Shoto y su amigo...

—Pareja —corrigió el menor con molestia.

—No para ese sujeto entrometido.

—Admite que fue divertido tenerlo en casa —comentó el albino.

—Nunca creí que All Might tuviese un hijo ilegítimo —dijo el hombre mayor con seriedad y cierta irritación.

—¿Qué estás diciendo? —cuestionó pasmado—. ¿Izuku es hijo de All Might?

—No lo es —explicó Shoto sin real interés—. Ya lo pregunté antes... —murmuró sintiéndose torpe y avergonzado al recordar aquella época.

—Pero...

—He dicho que no lo es...


¿Cómo había terminado así?

Se encontraba en la sala de estar junto a su padre, intercambiando miradas incómodas mientras que el resto de su familia había secuestrado a su novio para consentirlo y bromear como si no se hubiesen visto en siglos.

—¿Es cierto que tú enviaste el árbol? —preguntó Enji en un intento de acercarse a su hijo menor.

—Fue idea de Izuku.

—Ya veo...

No tenían cosas importantes de las que hablar, lo más importante ya se había dicho en su momento, ahora todo era demasiado incómodo entre ellos. Shoto quería salir de ahí, porque no importaba el esfuerzo que pusiera el pelirrojo o inclusive él en llevar una mejor relación, pues bien sabía que tarde o temprano terminarían discutiendo por alguna tontería.

—¿Aún no consideras mi propuesta?

—No.

—Pero, me gustaría que lo pensaras.

—Mi respuesta no cambiará, aunque me tome el tiempo de pensarlo.

—Tienes aún varios días de descanso, podrías aprovechar y meditarlo con cuidado...

—Mis días de descanso son para eso... descansar.

El padre del heterocromático suspiró con frustración, eso no estaba llevando a ninguna parte, además de que por mucho que llevara un tiempo esforzándose en recuperar a su familia, las personas no cambian, mucho menos se corrigen de la noche a la mañana, y para intentar dejar todos sus errores bajo tierra, harían falta más años de los que tenía previsto.

Y es que no era para menos, se había encargado de destruir la vida de sus cuatro hijos y la de su esposa en el proceso, se dejó llevar por la ambición y la ira, le hizo falta estar al borde de la muerte para darse cuenta de todo lo que había arrasado junto con su avaricia y orgullo.

Pero ahora, por alguna razón, estaba especialmente...

¿Melancólico quizá...?

Jamás lo diría en voz alta —aunque tampoco tenía con quién hablarlo— pero en su mente culpaba por completo a las fechas próximas, después de todo, puede que eso de que la navidad sensibilizaba a las personas no fuese solo una bobería.

—¿Cómo lo llevas?

—¿El qué? —preguntó Shoto en lo que observaba la decoración navideña en la sala.

Una sonrisa involuntaria apareció sus labios, y es que al parecer Izuku no era el único que enloquecía con esto de la navidad.

—Vivir con el... con ese chico.

—Tiene nombre, y no es "ese chico"

—No me pidas que me acostumbre, para mí no es fácil aún asimilar todo eso —confesó viéndole fijamente.

—¿Fácil? —inquirió para mirarle a los ojos de manera desafiante—. No tiene que ser fácil para ti ni para nadie, el que está saliendo con él soy yo, el que se enamoró, soy yo —reafirmó—. Y como padre lo has hecho fatal los últimos años, lo mínimo que espero de ti es que lo aceptes y me dejes vivir en paz, soy feliz y le quiero, eso debería bastar para ti y cualquiera que diga apreciarme.

—Shoto, sabes que no refiero a eso...

—¿Lo dices porque es un chico? —preguntó irritado.

—Sí... digo, no.

Los ánimos comenzaron a calentarse poco a poco, creando una tensión palpable entre padre e hijo.

Nada nuevo, pero no por eso era bueno.

—Sabes, si te dieras el tiempo de conocerlo, aunque fuese un poco —señaló molesto—. Quizá aprenderías solo un poco de él, así como lo he hecho yo hasta ahora.

—Ni siquiera me ve a la cara, no esperes que ponga de todo mi esfuerzo si el chico sale corriendo en cuanto me ve.

—Me pregunto por qué será —murmuró volviendo a su habitual gesto inexpresivo.

—Oh basta ya, me estás pidiendo que sea amigo del chico cuando ni siquiera mis propios hijos me dejan acercarme un poco.

—No esperes que te llenemos de besos y abrazos como si fueras el mejor padre de la historia —dicho eso, Shoto se puso de pie y se marchó, dejando al pelirrojo completamente solo, o eso hasta que cierto muchacho temeroso ingresó a la sala en busca de su pareja.

Midoriya sintió como su alma abandonaba el cuerpo al toparse solo con Enji, hizo una reverencia y giró sobre sus pies, dispuesto a regresar por el camino por el cual había llegado.

—Espera un momento... —le llamó—. Por favor.

¿Por favor? ¿Había oído bien?

Tragó en seco y giró, quedando de frente con el que debía llamar "suegro", aunque si alguna vez le decía así en voz alta, estaba seguro de que no viviría para contarlo.

—¿S-Si...?

—¿Por qué tiemblas? —preguntó serio y con su habitual tono de voz grave.

¿Cómo no iba a espantar al muchacho?

—Hace mucho frío —respondió de inmediato—. No... ¿No le parece?

Vaya manera de arruinar una charla y quedar como idiota frente al padre de su pareja y el actual héroe número uno.

—Tienes chimenea ahí si la necesitas, pero por ahora, necesito hablar contigo.

—¿C-Conmigo?

—Sí... ¿ves a alguien más aquí?

—¿Puedo preguntar de qué...? —cuestionó casi en un susurro.

—De Shoto.

Entonces Izuku le vio fijamente, no importaba el temor que sintiera en esos momentos, debía ser valiente y actuar como una persona madura, porque no dejaría que hablara mal del semi albino, sin importar si era su padre.

—Bien.

Enji volvió a su lugar y reinó el silencio, entonces luego de unos interminables segundos, el pelirrojo vio a Midoriya con intriga.

—¿Te quedarás de pie?

—¿Eh?

—Te he dicho que quiero charlar contigo... ¿por qué no te sientas?

Pese a que intentaba suavizar su tono, no podía evitar sonar como si estuviese molesto, y es que era parte de él, algo que le caracterizaba, ya fuese para bien o para mal.

—Oh claro —sonrió apenado y tomó asiento frente a él, aunque en el sofá más alejado.

—El asunto es...

¿Por qué le era tan difícil hablar?

—¿Quiere que le ayude con su hijo? —preguntó Izuku sin rodeos—. Porque con todo respeto señor, no importa lo mucho que desee que arreglen sus asuntos, yo no voy a intervenir.

—¿De qué hablas?

—Si algún día Shoto se acerca a usted y quiere charlar... si algún día él decide perdonarle o no... yo no tendré nada que ver en su decisión.

—¿Qué te hace creer que iba a pedir tu ayuda? —inquirió Enji con intriga.

—Oh, bueno... yo...

Ahora es cuando volvía el Midoriya inseguro y temeroso.

—¿Y ese cambio tan repentino?

—Es que... verá... sigue resultándome muy intimidante y no quiero hacerle enojar cuando soy yo quien está en su casa estorbando. 

—Que bien que lo comprendas.

Izuku sonrió, incómodo.

¿Qué más podía hacer?

No entendía a dónde quería llegar el mayor, solo que no estaba resultando muy bien.

—Pero el asunto es... —suspiró frustrado, como si tuviese un verdadero desafío por delante y una batalla campal en su cabeza—. Supongo que... acepto tu relación con mi hijo...

—Espere... ¿qué?

—Mira muchacho, en serio intento acercarme a mis hijos y ser el padre que ellos merecen —comentó sonando cansado—. Y por lo que veo, no solo te has ganado a Shoto en esta familia.

Quería morir... ¿por qué demonios se había quedado y no corrió cuando tuvo oportunidad?

Y ahora... ¿Qué se supone que respondiera a eso?

—Te ofrezco una tregua...

Básicamente, lo usaría para llegar a sus hijos, y eso le molestó, se sentía usado y le irritó el caer en cuenta de lo manipulador que podía ser ese hombre.

Pero entonces pensó...

Shoto era alguien sensible, demasiado directo en ocasiones y pecaba de inocente en otras, entonces... si ese chico tan bueno era hijo de alguien como Enji, pues quien quita que el padre fuese igual de torpe en algunos aspectos.

Suspiró, no podía evitar buscar siempre lo mejor de las personas, y prefería creer que Enji Todoroki no sabía que más hacer para llegar a su familia.

—Sabe... el que me utilice a mi no servirá de nada, y no pienso ofrecer mi ayuda si solo soy un medio para llegar a sus objetivos —indicó seriamente—. Pero si le nace de corazón el que llevemos esto en paz, por mí no hay problema.

—Eres muy hablador cuando quieres.

—Sí bueno... usted puede no dar tanto miedo... a veces.

—Tampoco estoy diciéndote que seamos amigos, no te emociones —advirtió.

Izuku sonrió y se rascó la nuca para disimular sus nervios.

—Tienes a todos en esta casa comiendo de tu mano.

—Se equivoca —dijo con determinación—. Usted tiene una familia maravillosa que, pese a todo, se preocupan y le quieren.

—¿Quererme? —preguntó para luego resoplar—. Me odian, se supone que estás con Shoto ¿no? —cuestionó interrogándole con la mirada—. ¿Qué versión de la historia tienes tú?

—Conozco la historia, claro... —afirmó viendo el árbol a su lado—. Pero en serio, usted no se imagina el gran corazón que tiene su hijo.

Y eso los llevó a guardar silencio una vez más.

Los segundos avanzaban, y entonces cuando creyó que todo sería paz y tranquilidad, apareció su pareja con una cara de espanto como si hubiese visto un fantasma.

—¿Dónde te habías metido? —preguntó ansioso—. ¿Qué cosa desagradable le has dicho ahora?

—Calma, calma... —le tranquilizó Izuku poniéndose de pie—. Hablábamos de...

—Del clima —intervino Enji.

Shoto y Midoriya le vieron con rareza.

—Bien, creo que es hora de que vaya a ver algunos documentos pendientes —indicó—. Adiós.

Y sin más, se marchó a lo que seguro utilizaba de estudio.

—¿Qué fue eso?

—¿El qué...?

—No esperas que me crea eso ¿verdad?

—Oh vamos, hablamos de lo agradable que está el clima.

—Izuku, estás temblando aún.

—Es de alegría, el frío me hace temblar de alegría —comentó sonriente—. Ahora...

—Ahora nos vamos, porque no he podido pasar tiempo contigo y me estoy volviendo loco.

—Sí... algo en tu rostro me dice que hiciste algo malo y ahora intentas huir.

—No sé de qué hablas.

De un segundo a otro los detectores de humo en la casa comenzaron a sonar, emitiendo ese pitido tan molesto, seguido por un grito y luego el agua comenzó a caer sobre ellos.

—Shoto... ¿qué diablos hiciste?

—Estaba molesto con el viejo y le dejé un regalo en su estudio.

—¿Eh? —preguntó angustiado—. ¿Debería preocuparme sobre que te vuelvas pirómano?

—Izuku, de haber querido quemar la casa con él dentro, hubiese llevado a todos a otro lugar primero.

—Estás loco.

—No, solo un poco enfadado, pero ya está.

Sonrió y sin importarle lo empapados que estaban lo besó, luego ambos comenzaron a reír ante los gritos de Fuyumi junto con los reclamos de Natsuo y su padre.

Sí, la casa ahora era un desastre. 

Cinco días...  Solo quedan veinte 😂😂😂😂

Ahhh, pero bueno, esto pese a tenerme nerviosa, me está gustando, y espero de todo corazón que a ustedes también 😋
De verdad, espero que tengan un muy buen día 💕

Ahora me despido, pero....  No sin antes agradecerle a una persona maravillosa que estoy segura de que todos aquí conocen...
newyorkblues te agradezco por existir básicamente porque eres una persona increíble y de alguna manera que no entiendo, siempre logras subirme el autoestima 😭
Das demasiado a cambio de muy poco, lo siento por eso, pero ya... 

Me largo por hoy, o me pondré dramática 😂
Hasta mañana...  💕

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro