Día 11
Una cena entre amigos
No había que ser brujo, ni tener amigos en el más allá para saber que esa noche no saldría bien, todos sabían que eso se saldría de control tarde o temprano, era solo cuestión de tiempo.
—Estás muy tenso.
No hubo respuesta.
Todoroki al verse ignorado, suspiró y se acercó con cuidado al pecoso por la espalda, entonces sopló cerca de su nuca. Eso logró sacar a Izuku de su trance frente al espejo y llevar una mano al lugar afectado en un movimiento veloz.
—¿Q-Qué fue eso?
—Me ignoras.
—N-No es cierto.
—Ahora estás nervioso... ¿por qué? —preguntó.
—Sabes que siempre me pone nervioso el ir a casa de alguien más —declaró con un ligero sonrojo coloreando sus mejillas.
—No es la primera vez que vas a casa de Iida.
—No —coincidió con pesar—. Pero nunca tan... ¿formal?
—A mi me gusta —sonrió y le abrazó por la espalda mientras apoyaba su mentón sobre la cabeza del más bajito—. Me gusta mucho.
—Oh vamos, no me queda tan bien como a ti —murmuró totalmente avergonzado.
—¿Tú crees? —preguntó con supuesto desinterés—. Porque yo no estoy de acuerdo.
Midoriya escondió su rostro avergonzado entre sus manos, y es que se sentía como una adolescente hormonal...
¿Y cómo no estarlo?
Nunca se acostumbraría a lo bien que se veía Shoto con un traje formal. Pese a no ser nada fuera de lo común, siempre le hacía lucir mil veces mejor.
Ambos llevaban un traje negro, camisa blanca. Lo que hacía la diferencia entre ambos, eran sus corbatas, puesto que en lo que Todoroki llevaba una de color verde de un tono mas bien oscuro, Izuku llevaba simplemente una de color negro, todo por petición del heterocromático que insistió en que era la indicada.
—No entiendo el motivo tras esta cena tan... seria.
—Quizá quiera anunciar algo —comentó el más alto sin soltar al muchacho.
—Sí... pero podría hacerlo mediante un mensaje de texto.
—Que gruñón estás hoy —bromeó Todoroki—. ¿Puedo preguntar por qué?
—No es eso —admitió sintiéndose cansado—. Ha sido un largo día, y algo me dice que esta noche no será tranquila como todos esperan.
Shoto llevó sus manos a los hombros del pecoso y comenzó a hacer movimientos circulares con sus dedos, masajeando y apretando de vez en cuando.
—No te preocupes, podremos con esto.
Izuku dejó escapar un suspiro ante las atenciones que estaba recibiendo y su cuerpo se relajó por completo.
—Tienes unas manos mágicas, deberías dedicarte a esto —dijo a modo de broma.
—Quizá, si me llego a cansar de salvar gente y eso —le siguió divertido—. Pero, es bueno saber eso.
—¿Que tienes muchos talentos? —preguntó dejando caer su cabeza por lo bien que se sentía ser atendido de esa manera.
—No —confesó con una sonrisa lasciva—. Que tengo unas manos mágicas —susurró en su oído.
—No me hagas esto —murmuró dejándose llevar, y es que realmente se sentía tan placentero el ser mimado de vez en cuando.
Aunque Todoroki le trataba así de bien constantemente, quizá lo estaba mal acostumbrando.
—Tal vez... —masculló—. Podríamos inventar una excusa y quedarnos en casa esta noche.
Sonaba tan tentador.
Pero no podía hacerle eso a su amigo, y sabía que, dentro de todo, Shoto tampoco dejaría plantado a Iida.
—Eres malvado.
—No has dicho que no —comentó divertido.
Entonces le dio un rápido beso en la mejilla y lo soltó.
—E-Es... porque... sabes que... eh...
Shoto sonrió victorioso cuando vio el rostro del pecoso totalmente rojo, y el oírlo tartamudear por los nervios era algo que siempre adoraba ver.
¿Cómo se podía amar tanto a alguien?
Izuku gruñó ante lo frustrante que le resultaba la situación, y es que siempre terminaba cediendo.
Pero dos podían jugar ese juego.
Comenzaron a buscar las cosas necesarias para salir de casa y cuando estaban cerrando la puerta fue que Midoriya decidió vengarse. En un acto inesperado, tomó al más alto por la corbata, lo acercó y con una sonrisa que anunciaba lo que continuaría, lo besó de manera suave y delicada, pero pronto se emocionaron y sus lenguas hicieron parte del encuentro.
Entonces Izuku se detuvo y sonrió cuando vio a su novio esperando por más.
—Haces una cara muy divertida ahora mismo.
El heterocromático miró al más bajito con sorpresa y entonces suspiró.
—No vuelvas a hacer eso si no quieres dejar a Iida esperando por nosotros toda la noche.
—Bien...
—Bien.
—Aquí estamos.
—Sí, no fue tan difícil ¿verdad?
Izuku suspiró y se armó de valor, intercambió miradas con el chico a su lado y sonrió.
—Veremos por qué tanto alboroto.
—¿Cuánto a que es una tontería? —comentó Todoroki un poco antes de llamar al timbre.
—No... Tenya no haría tanto escándalo por algo...
—¿Quieres apostar?
—Lo haré, porque confío en mi amigo.
El semi albino iba a responder cuando la puerta fue abierta por el dueño de casa, este se les quedó viendo y con una enorme sonrisa les daba la bienvenida a su hogar.
—Chicos, que alegría tenerlos aquí —admitió con una sonrisa en el rostro—. E impecables por lo que veo, muy bien.
Al poner un pie dentro, fue que el sonido de un piano se hizo presente, junto con las charlas animadas de sus amigos. Todos sonrieron en su dirección a modo de saludo, y fue Kirishima quien agitó su mano en el aire, invitando al par a tomar asiento con él.
El rizado se sorprendió al ver lo bien que lucían todos sus amigos con tenidas formales, y para su sorpresa, lo bien que se estaban comportando.
Pero seguía sin saber de qué rayos se trataba todo ese asunto.
—Chicos, que bien se ven —vociferó Eijiro con una enorme sonrisa—. Vengan aquí.
Shoto e Izuku se acomodaron a un lado del pelirrojo y decidieron observar en silencio, esperando por el gran anuncio. Lo que tenía inquieto al pecoso, es que por más que buscaba y buscaba, Uraraka no estaba en ninguna parte.
Aunque, ahora que observaba con cuidado...
¿Dónde estaba Kacchan?
—Kirishima... ¿por qué siento que faltan tantas personas?
Ochako, Bakugo, Tsuyu, Kaminari, Sero...
¿Dónde diablos se habían metido?
—No logré convencer a Katsuki de que usara un traje —sonrió apenado—. Al menos, lo intenté... ¿no?
Izuku le vio con una sonrisa un tanto compasiva, sin saber qué decir o hacer para no hacerle sentir incómodo.
—Kirishima —intervino el semi albino—. Supe que detuviste un asalto hoy por la mañana.
De un segundo a otro, el ambiente se relajó y la conversación fluyó, mientras Eijiro comentaba todo con lujo de detalles y una enorme sonrisa, Shoto opinaba ocasionalmente y lo llenaba de elogios. Midoriya comprendió la intención de su pareja en cosa de segundos, y no podía sentirse más orgulloso de la maravillosa persona que era.
Sonrió y entrelazó sus dedos con los del heterocromático.
Todoroki sin dejar de prestarle atención al pelirrojo, le dio un ligero apretón y descansaron sus manos unidas sobre la rodilla del pecoso.
—Chicos, a todo esto... ¿saben por qué Iida nos citó tan formales y todo?
Los dos negaron en respuesta y entonces la puerta principal se abrió, dejando ver a Kaminari, Sero y tras de ellos, Tsuyu junto con Ochako.
La castaña en cuanto vio a su amigo pecoso, corrió hacia él.
—Ochako, creí que no vendrías.
—Me estaba poniendo guapa —confesó animada—. No sé por qué demonios Tenya insistió con lo de vernos ordenados y tal... ¿ustedes...?
Todos los presentes negaron en respuesta, y es que el chico de gafas se estaba convirtiendo en el gran enigma de la noche.
Y entonces, como si lo hubieran invocado, Iida apareció frente a todos y carraspeó para llamar la atención. Una vez lo consiguió, sonrió a todos su invitados y habló.
—Chicos, primero quisiera agradecer a todos por tomar de su tiempo y venir aquí conmigo hoy, a compartir este momento tan importante.
Todos esperaron, ansiosos, en silencio y con los ojos bien abiertos.
—Ochako... ¿quisieras venir un momento?
Todos los ojos ahora estaban sobre la castaña, quien entre confundida y avergonzada caminó hacia el muchacho.
Nadie entendía que diablos sucedía, y pese a eso, jamás imaginaron lo que venía a continuación.
El chico de gafas se arrodilló frente a Uraraka y tomó sus manos con delicadeza.
—¿Qué diablos? —preguntó Izuku en lo que se ponía de pie a una velocidad increíble.
—Tenya... ¿qué demonios estás haciendo? —murmuró ella sin sentirse capaz de ver a sus compañeros.
—Ochako, sé que esto es muy repentino, que jamás he demostrado nada de lo que siento y pese a que nuestras personalidades son tan diferentes... he caído rendido ante ti y no puedo seguir ocultándolo —entonces miró a sus amigos—. Todos ustedes son una parte muy importante de mi vida, por lo que quería que lo supieran también —y nuevamente, sus ojos estaban sobre la castaña frente a él—. Y es que anhelo, de todo corazón...
¿Le estaba pidiendo matrimonio?
—¿Quisieras salir conmigo?
Todos los presentes suspiraron ante aquello.
¿Por qué era necesario tanto escándalo?
Kaminari iba a bromear sobre el asunto, pero entonces Ochako salió corriendo y todos quedaron con la boca abierta.
—Sabía que no podíamos tener una cena normal —susurró Izuku.
Todoroki sonrió y le besó la frente.
—Yo voy con Iida, ve con Uraraka.
—Gracias.
—También es mi amigo —se encogió de hombros y entonces ambos se separaron.
Midoriya buscó por el jardín y sonrió con ternura cuando encontró a su amiga jugueteando con una rama entre el césped.
Se acercó con cautela y se arrodilló a su lado.
—¿Cuántos insectos has aplastado ya?
—No importa cuantos sean —murmuró—. Sigo viéndolos a todo con gafas y solo los aplasto.
—¿Me dirás que pasó ahí dentro? —preguntó con cautela—. Creí que morías por estar con él.
—Y aún lo hago.
—¿Entonces...?
Ochako suspiró y entonces apoyó su cabeza sobre el hombro de su amigo en busca de respaldo.
—Sabes lo mucho que le quiero —comentó—. Pero... ¿por qué demonios tenía que hacer esta estupidez?
—No te pareció... ¿tierno? —cuestionó inseguro.
—Deku-kun, yo lo quiero —dijo con calma—. Pero no necesito gritarlo ante todos para estar segura de lo que siento.
Entonces, Izuku comprendió.
—Ah... ¿crees que no está del todo seguro?
—¿Todoroki le grita a todos lo mucho que te quiere?
—Eh... no ¿eso importa?
—Por supuesto que importa —agregó—. Porque el hecho de que Tenya lo anunciara así... me hace creer que gritándolo frente a todos es para estar seguro sobre sus sentimientos —dijo desanimada—. ¿Entiendes lo que quiero decir?
Izuku simplemente negó con la cabeza, y entonces recibió un golpe en el brazo.
Uraraka sonrió ante eso y lo abrazó.
—Pero te hice sonreír.
—Los hombres son unos idiotas.
—Sí, lo somos —reconoció—. Pero hay cierto chico en especial que quiere ser tu idiota.
—Sabes, hubiese resultado muchísimo más encantador si me hubiese invitado a comer una hamburguesa y ya.
—Sabes... si nos vamos ahora, de seguro encontramos algún lugar donde comer hamburguesas y papas.
—¿Y sodas muy frías?
—Tanto que se te congelará el cerebro por horas.
Ambos rieron ante eso y se colocaron de pie.
—De seguro piensas que exageré.
—Sí, lo creo —admitió—. Pero me hubiese asustado de ser lo contrario.
Con una sonrisa en sus rostros, los dos decidieron salir de ahí y marcharse en busca de un lugar donde comer aquella comida chatarra que tanto disfrutaban.
Sabía que Todoroki podría manejar la situación con Iida, y es que también sabía que sus amigos no se burlarían de él sin tener una versión completa de la historia antes.
En cosa de veinte a treinta minutos ya se encontraban en un local de comida rápida.
Luego de ordenar, ambos se acomodaron en una mesa al fondo y colocaron sus bandejas sobre la mesa. Izuku suspiró derrotado, y es que era claro que esa dichosa cena no podría salir bien, sus amigos no eran normales, jamás tendría una cena normal con ninguno de ellos.
El pecoso sonrió mientras veía como su amiga bebía de su soda con la mirada perdida.
Se sentía culpable.
La conocía tan bien, que era cosa de tiempo para que le bajara la tristeza, pero antes de poder hablar, una cabellera conocida se robó su atención.
—¿Kacchan?
El aludido se tensó al escuchar aquel apodo, y es que el único que le llamaba así era el rizado, por lo que siguió comiendo mientras lo ignoraba.
—¿Por qué Bakugo está aquí? —preguntó la castaña en un susurro—. ¿Y por qué también va de traje?
—¡Cállate, odio la comida de ricos!
La castaña y su amigo compartieron una mirada llena de confusión y volvieron hacia el rubio.
Midoriya dejó escapar una breve carcajada y susurró...
—Acaso... ¿comías una hamburguesa antes de ir a la casa de Tenya?
Katsuki se puso de pie y sostuvo al pecoso por la corbata.
—¿Qué has dicho maldito nerd?
—Nada, nada... —cerró sus ojos mientras sonreía.
—Voy a matarte —advirtió.
—Kirishima creyó que no querías ir —comentó con temor.
—Y sigo sin querer hacerlo —reconoció una vez le soltó—. Pero supongo que para Kirishima y el cuatro ojos es algo importante... —murmuró molesto mientras desviaba la mirada.
Uraraka tomó su bandeja y la de Izuku y las llevó a la mesa donde comía Bakugo.
—¿Qué diablos estás haciendo?
—Compartir contigo.
—¿Por qué querría compartir con ustedes?
—Porque todos los hombres son unos idiotas —exclamó molesta en lo que se sentaba y comenzaba a comer de su hamburguesa.
Katsuki sin comprender y aún irritado se acercó donde el pecoso.
—¿Qué rayos le hizo el cuatro ojos?
Midoriya suspiró y con extremo disimulo comenzó a narrar lo ocurrido.
Le impresionaba lo mucho que había mejorado su relación con Bakugo. Tampoco eran los mejores amigos y estaban lejos de ser cercanos como lo era con cualquier otro de los chicos, pero ahora podían mantener una conversación sin que el rubio intentara matarlo a cada palabra.
Su instinto asesino aparecía luego de unos diez minutos de plática.
De todas formas, no dejaba de ser un gran avance.
Luego de unos quince minutos, Uraraka ya se había comido unas tres hamburguesas mientras lloraba, sintiéndose culpable por haber dejado a Iida en su casa sin explicación alguna.
Por todos los santos del universo... tampoco es como que lo hubiese dejado plantado en el altar.
Aunque por alguna razón, para Izuku aquel pensamiento fue como una premonición.
—¡Los encontré!
Los tres que compartían mesa en ese momento giraron sus rostros hacia el dueño de aquella voz.
Entonces Ochako casi se ahogó al ver como todos sus amigos ingresaban al lugar.
La castaña se puso de pie y observó a los dos muchachos frente a ella.
—¿Cuál de ustedes dos fue la rata traidora?
Grande fue su sorpresa cuando ambos alzaron su teléfono.
—Yo le avisé a Kirishima —reconoció sin interés.
—Yo a Shoto... —admitió el pecoso con una sonrisa—. Lo siento, pero... en mi defensa, yo solo le comenté que estabas bien y que le contaría en casa... no fui yo quien le dijo que viniera a...
Entonces el par de amigos fijaron sus ojos sobre el muchacho rubio.
—Deja de ser tan dramática y soluciona tu maldito problema —advirtió poniéndose de pie—. Deku, vamos.
Midoriya le vio con intriga, pero antes de protestar, ya estaba siendo arrastrado por el cuello de su camisa.
—E-Espera... Kacchan...
—Si siempre la ayudas nunca enfrentará nada por si sola.
Eso bastó para que el rizado no emitiera palabra alguna y se dejara arrastrar, después de todo, Bakugo tenía razón.
Lo soltó cuando estuvieron entre todos sus amigos quienes hacían un desastre para ordenar.
—¿Cómo te fue?
El pecoso se sobresaltó al oír tan cerca la voz de Todoroki.
—No lo sé realmente, supongo que fue muy sorpresivo todo.
—Te dije que Iida haría una estupidez.
Izuku sacó dinero de su bolsillo y lo depositó en las manos de su novio.
—No puedo creer que mis amigos solo me hagan perder dinero.
—Sí, una lástima...
En lo que todos estaban distraídos en su orden, solo cuatro personas fueron conscientes de que el chico de gafas se acercaba temeroso donde la castaña.
—Iida es un verdadero hombre, podrá manejarlo.
Bakugo simplemente bufó, irritado por tanto bullicio.
—Pero más importante... —Kirishima sonrió de una manera deslumbrante y apoyó su brazo sobre el hombro del rubio—. Gracias por avisarme.
—Sí...
—Por cierto... ¿por qué vas de traje? —preguntó divertido.
—No te interesa.
—Ibas a ir de todas formas...
—Claro que no...
—Katsuki... siempre te haces de rogar —bromeó el pelirrojo.
—¡Cállate de una vez!
Todoroki los observaba con curiosidad, y es que no entendía desde cuándo Bakugo estaba ahí.
—¿Cuándo apareció?
—Larga historia —susurró Izuku totalmente agotado—. ¿Quieres comer algo? —preguntó en un intento de cambiar de tema.
Shoto asintió en respuesta y sonrió, tampoco es como que pudiese hacer algo más, ahora la cena tan elegante, había acabado por convertirse en una salida casual donde todos iban con vestimenta formal, pero comían hamburguesas y papas.
¿Qué les esperaría para Nochebuena?
Ya me daban por muerta otra vez... Lo sé 😅
Pero cumplí, con lo último de batería que me quedaba 😂😂
El día 11 ya o:
Nuevamente, me quiero disculpar por no poder subir ayer 😭
Pero ya lo solucioné, y espero mañana no tener problemas.
(Es horrible depender del wifi de otra persona)
Bueno... Me despido por ahora.
L@s amo tanto, taaaanto 😭💕💕💕💕💕💕💕
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro