9. Cliché #8: Conflictos
Si ya tengo molestias por ir temprano al gimnasio con Cecilia, entonces ni les hablo del enojo que tengo por levantarme temprano en el día libre de clases. ¿Saben lo difícil que es tener un feriado? En el colegio había feriados casi cada tres semanas, pero ahora en la universidad siento que los feriados son como los pokémons shiny; muy raros de encontrar. Lo bueno, es que no tuve que despertarme cuando ni salía el sol, pude dormir un poco más, pero igual no podía librarme de las llamadas de Neil.
Neil no es la persona más charlatana del mundo, prefiere vivir la vida con silencio infinito antes que ser como yo, es decir, no cerrar la maldita boca. Para él le funciona y ya estoy acostumbrado a ser siempre yo el que habla y él es el callado. Pero cuando se trata de Cecilia la cosa cambia. Es como si mi amigo se fuera para volverse Sebastián (segundo nombre de Neil) el chico que le pregunta cómo estuvo su día a la chica de su corazón. Es tierno, no voy a mentir. Solo por eso acepté acompañarlo al centro comercial, apenas abrieran y comprar todo lo necesario para una cita romántica en su casa.
La mayoría de los ingresos eran ancianos acompañados por sus nietos y uno que otro rarito que venía al centro comercial en sandalias. Casi no hay nada abierto, solo el supermercado que justo es la primera parada. Tomamos un carrito y mientras él lo empujaba por todo el lugar en busca de las cosas necesarias, yo tomo una de las revistas y como estaba abierta, me pongo a chequear su contenido.
—¿Te traje para que me ayudaras o para que supieras que dice tu horóscopo? —Neil se detuvo en la zona de pastas.
—Calla, quiero ver qué dice sobre los escorpios... ¿En serio?... ¿Debe ser mentira?... no puedo creerlo.
—¿Qué?
—Dice que los escorpios deberían estar descansando en cama y no como abuelas en el supermercado.
Neil pone los ojos en blanco mientras mi sonrisa es cubierta por la revista.
—Si ibas a venir para quejarte cada minuto, era mejor que no me acompañes.
—Oh, vamos —le apreté la mejilla a Neil—. No te pongas gruñoncito, solo estoy jugando... y te recomiendo que lleves el penne, es el favorito de Cecilia.
Espero que no tengan cinco años y se hayan reído porque una pasta se llama igual que el aparato reproductor masculino. Porque si fue así, espero que me hagan espacio, no puedo aguantar la risa cuando Neil puso de nuevo los ojos en blanco y sus mejillas se bañaron en un ligero color carmesí. A regañadientes pone la funda de penne en el carrito.
Es por eso que estoy aquí, no para hablar de penne, sino porque yo soy amigo de Cecilia, por no decir que soy su mejor amigo. Por lo que conozco en mayoría las cosas que le gustan y no le gustan. ¿Y Neil, cómo su novio, no debería saber eso? Pues obvio que lo sabe, pero el muy baboso suele ser como... ¿Decirlo de manera linda?... un reverendo pendejo. Porque en su mente piensa así: ¿Por qué llevar penne? Ya debe de comer mucho de eso en casa. Mejor le llevo pasta cabello de ángel, aunque no sé cocinarla y pueda quemar la cocina, lo llevaré. Como novio quiero ser original y romántico, blah, blah, blah. Por lo que necesita mi ayuda para centrarse y no comprar cosas de las que luego se arrepienta.
—Uhhhh, quien es mi crush de celebridad, este test me interesa.
—Robert, céntrate.
—Tienes razón, mejor hagamos este test para ver si eres un gran novio.
—¿Disculpa? —detuvo el carrito y termino chocando con su espalda.
Amo como estas revistas para adolescentes siguen teniendo test absurdos que supuestamente si los aplicas tendrás las respuestas a tus preguntas más importantes. Lo que no amo es ver la cara refunfuñando de mi amigo.
—Primera pregunta: ¿si tu chico está hablando con una desconocida cuál sería tu primer pensamiento? Sentir celos, indiferencias o calma.
—¿Tengo que contestar? —cuestiona.
—Obvio, bobis.
Se cruza de brazos.
—Calma. Conozco a Ceci y ella me conoce, nosotros nos queremos y si ella está hablando con otra persona, mi primer pensamiento será de calma, sé que no me estaría engañando. Espero que piense lo mismo de mí.
—Aburidoooo, porque ustedes, los heteros, son tan predecibles. Estoy seguro de que Ceci y yo seríamos indiferentes, puede que no sea nada o puede que sea algo más.
—Qué tonterías.
—Siguiente pregunta: ¿Cuánto dinero estás dispuesto a gastar en una cita? —miró el carrito que apenas tiene la funda de penne y salsa verde—. En tu caso, apenas llegan a los dos dólares.
Seguimos viendo cosas para la cena especial de Cecilia, en donde al final Neil hará una pasta verde con un acompañante de pan de ajo y tocineta. Es la primera vez que lo hará, pero como Neil cocina hasta para sus padres y la receta es bastante simple, le quedará rico. Mientras calificaba las respuestas del test, casi destruyó la revista al ver que Neil salió con un cien por ciento; mientras que mis respuestas me dejaban como un novio de sesenta por ciento.
—Siguiente test: ¿Cómo es tu chico de ensueño?
—Robert, me hiciste pagar esa estúpida revista y ese es el siguiente test.
—¿Qué tiene? Solo piensa que, en vez de él, es una ella o, más exactos, Cecilia.
Otra vez... ya perdí la cuenta, ponía los ojos en blanco mientras llevamos las compras, nos detuvimos en una de las tiendas que empezaban a abrir. Una tienda de detalles para parejas en donde su mayor atractivo es que hacen ramos personalizados.
—¿Quisiera que ese chico te comprara rosas o chocolates? No soy fanático del chocolate, así que prefiero las rosas, aunque tampoco soy mis favoritas... sin ofender, amigo.
—Te estoy odiando como no tienes una idea.
Neil retiró su pedido que hizo con un día de anticipación. Consistía en un ramo de orquídeas en donde están algunas fotos de ellos dos y, por último, un lazo dorado que tiene escrito una frase de la canción favorita de Cecilia.
This love is Good, this love is bad, this love is alive back from the dead.
En ese momento dejó la revista a un lado, me quedé observando el rostro sonriente de Neil al recibir el ramo, no dejaba de sonreír aun cuando el ramo no era para él. Se levanta temprano para comprar las cosas necesarias para una cena especial, un detalle para sorprenderla y sin recibir nada a cambio. Neil no es de los que, por realizar todo esto, espera algo a cambio. Él sería capaz de gastarse todo su dinero en Cecilia y no esperar nada, solo con tenerla feliz es más que suficiente. Ahora entiendo su resultado en el test. Busca la felicidad de su novio a toda costa.
—¿Te parece lindo? —Neil tenía las mejillas ligeramente rosadas mientras me mostraba el obsequio—. Pienso que es demasiado.
Poso mi mano en su hombro mientras dejo a un lado cualquier intención de burlarme para simplemente sonreír y decir:
—Es perfecto. Ella lo va a amar.
—Gracias.
—Para eso están los amigos.
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Termine todos los cuestionarios de las revistas y saque las siguientes conclusiones.
Mi crush de celebridades es Timothée Chalamet.
Soy una persona emocionalmente inestable.
Tengo terror de quedarme despierto hasta tarde.
Y, lo que me interesa. Mi tipo ideal es un chico sincero, de buen corazón, que me bese enfrente de todos y diga que soy lo más bello que le ha pasado.
No exagero, todas esas respuestas estuvieron en estos cuestionarios con frases cringe como: "súper potaxio", "la queso", "trak". Entiendo por qué esas tonterías ya ni se venden. Pero tengo que admitir que no se equivoca en que mi chico soñado se parece a la descripción que brinda esta revista.
—¿Crees que Taylor cumple con todos esos requisitos?
Daba un mordisco a mi emparedado cuando Neil preguntaba eso. Agradezco que luego de acompañarlo de compras, me haya invitado a su casa y me prepare un emparedado como almuerzo. Pero no pensé que eso también significaba un interrogatorio gratuito.
—Pues dime tú, Cecilia es la fanática número uno de Taylor Swift, ella debe saber si cumple con todos los requisitos... aunque según escuche tiene una canción para todo.
Neil simplemente se cruza de brazos esperando una verdadera respuesta.
—No sé... Él me entiende, sabe mucho del cine, es atento, considerado y muy amable. Además, estoy seguro de que tiene atracción hacia mí.
—¿Por qué? —declaro—. ¿Por qué miro raro a Dylan?
—Obvio, eso demuestra que solo me quiere para mí y...
—¿Y qué? Eso no significa que te ama, tal vez solo quiere tener sexo contigo o incluso solo es un maniático. No lo conoces, Robert, ese chico puede ser un imbécil.
Apreté los puños.
—Tú tampoco lo conoces —acuse mientras dejaba a un lado mi comida—. Y claro que es un extraño, no lo conozco al cien por ciento, pero tú tampoco conociste bien a Cecilia cuando te volviste su novio.
—No puedes comparar a Cecilia con ese chico. Ceci es buena persona y...
—¿Y qué? ¿Es una mujer? ¿Es frágil y nunca haría daño a nadie?
—No lo quiero decir, Robert.
—¿Pues qué carajos quieres decir, Neil? —Me levanté de mi asiento con enojo—. Estoy harto de que tenga que fingir encanto viendo cómo tú puedes comprarle cosas lindas a tu novia. Mientras que tú, lo único que haces es quejarte de mi plan.
—Porque es un plan de mierda.
No me dolió que dijera eso de mi plan, me dolió en cómo lo dijo. En cómo me gritó, en cómo alzó los brazos, en cómo quería tomarme de los brazos y sacudirme para que me diera cuenta de eso.
—Robert, mira, entiendo que quieres tener novio y puede que Cecilia y yo no somos conscientes de demostrar nuestro cariño enfrente tuyo. Pero esto de conseguir chicos alzar hasta caer a alguno. Es de personas bajas y tú...
—¿Soy una mierda?
—No.
—Pues parece que lo único que quieres decirme es que soy una mierda por querer conseguir novio. ¿Qué se supone que haga? ¿Qué esperé? Ya esperé toda mi vida para que un maldito chico se acercara y nadie, si no fuera por este plan, ningún chico fijara sus ojos en mí. Así que sí, soy una persona baja por querer ser feliz por una vez. —Tomo mi celular y me alejo de Neil.
—Robert, mira...
—No. —Abro la puerta, no sin antes voltear a ver a mi amigo—. Disfruta tu cena, al menos uno puede ser feliz.
—Robert...
Tomó el primer taxi que apareció y, sin dejar que Neil me persiguiera, le doy la dirección al taxista. No era mi plan pelearme con mi mejor amigo. Pero no puedo seguir escuchando su insulto a mi plan y más cuando su único aporte es tacharme como una perra urgida.
Taylor es diferente, yo sé que sí, estoy seguro de eso.
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—Cómo se encuentra mi hermosa comunidad, espero que estén más que bien... ¿Lo hice bien?
—Estuvo excelente, Rob.
La habitación estaba impecable, e incluso con un olor a canela con manzana que endulzaba el ambiente. Taylor lucía su vestimenta cromática acompañada de unos lentes que incrementaron sus ojos. Tuve algo de miedo de que rechazara mi propuesta de hacer otro pódcast hoy, pero no solo tuve una aceptación inmediata, sino que me dejo iniciarlo y escoger el tema.
—Como podrán escuchar, mi comunidad, nuestro Robert se apoderó del show y tiene un tema más que especial para nosotros, ¿Rob?
Trataba de controlar mis latidos al escuchar "nuestro Robert". Tomó fuerzas de quien sabe dónde y abro la boca.
—Así es, Taylor. —Pasé una mano por mi cabello—. Sé que estamos cerca de iniciar la mejor fecha del mundo. Halloween, pero no podemos menospreciar el 3 de octubre.
—¿Por ser el día de Chicas pesadas?
—También, pero el 3 de octubre también es el día del novio. Por lo que, en este episodio, tenía pensado hablar sobre nuestros crush de películas.
Eso del día del novio no es falso o una tontería que me inventé; es otra celebración que se crea la gente con pareja, como el día de las flores amarillas o ese día donde se regalan carros de juguetes. Esta fecha es real y supuestamente es un evento en donde pasas tiempo con tu novio y le demuestras cuánto lo amas. Y como yo estoy soltero, pensaba pasar este día con Taylor y qué mejor utilizando esto como excusa del crush de películas para saber cuál es su chico ideal y terminar el pódcast con algo así:
«Qué mal que no me parezco a tu crush, pero espero que me puedas amar igual, ¿quieres ser mi novio?»
Todo es a prueba de idiotas, tengo todo para ganar y lo mejor es que si nos volvemos novios, nuestro aniversario será en el día del novio. Más cursi no puede ser.
—¿Crush de películas? Me encanta, pero siento que me demoraría toda la vida en describir lo enamorado que estaba de Megan Fox en Diabólica tentación.
Bueno, tal vez ocurran algunos tropiezos.
—¿Jennifer's Body? Es una curiosa... opción.
—Vamos, estaba guapísima y ni hablar su voz tan seductora, rayos, de solo recordarla se ruborizan las mejillas.
—¿Es decir que te gustan las chicas con curvas y mucha pechonalidad?
Suelta una risita.
—No exactamente, solo digo que el título no mentía para nada, ella era una diabólica tentación. —Espero que no me quiera disfrazar de ella para Halloween—. ¿Qué hay de ti, Rob? ¿Quién es tu crush de película?
La respuesta no era tan complicada, ese hombre fue la razón de que viera la televisión y me preguntara seriamente: ¿soy gay?
—El papá de Bambi.
Taylor no pudo aguantar la risa y mi rostro se cubrió en completo rojo de pena. Solo Neil sabía ese dato y ahora Taylor y los seguidores de este. ¿Pero me pueden culpar? Ese maldito ciervo tenía una voz tan grave y una mirada matadora.
—No te burles, es un gran padre y una demostración de que la belleza se encuentra en los lugares menos esperados.
—Perdón, perdón, es solo que no me esperaba esa respuesta —se reía a lo bajo mientras no paraba de mirarme—. ¿Algún otro crush del que necesité saber?
Seguimos comparando crush en donde casi siempre salía mal parado por gustarme chicos fuera de lo común como Deadpool, Bowser y Adam Sandler en la película de diamantes en bruto. Mientras que Taylor solo nombra personajes guapos como Brad Pitt, Capitán América, Lara Croft y en lo que debatimos por casi todo el show.
—Ok, según te gusta Harry Potter —puntualizó—. Eso lo entiendo... ¿Pero cómo frutas piensas que es más guapo que Draco Malfoy?
—Es el protagonista, es millonario y no tiene el cabello grasiento.
Llevo mi mano a mi pecho con mucha indignación.
—Eso es cruel, Taylor, incluso para ti.
Entre risas, Taylor observa su reloj y supo que están cortos de tiempo.
—Bueno, ¿tienes una última cosa que proponer, Rob?
—Sí, creo que no soy el único que, tras escuchar todo esto, le entró la duda: ¿Quién es el tipo de persona que te gusta?
Taylor se inclinó en su silla mientras se rascaba la barbilla. No podía dejar de sobar mis manos entre mis piernas, tenía nervios. No lograba esperar sentado sin saber su respuesta, aunque sabía cómo terminar sus palabras.
—Pues, me gusta que alguien sea amable, lindo o linde —ambos sonreímos—. Con gran sentido del humor, amantes de las películas y si quieres que sea más específico, quisiera que tuviera el cabello rubio.
Llegó el momento.
—Entonces, ¿solo tengo que pintarme el cabello para gustarte?
Esperaba una risa gentil, una mirada sonrojada, ojos como estrellas, cualquier cosa que me hiciera sonreír al mínimo segundo. No estaba preparado para observar cómo Taylor se reía de manera burlona, teniendo que cubrir su boca con sus manos para evitar hacer un escándalo.
—¿Qué es tan divertido? —intentaba mostrar una sonrisa.
—Perdona, es solo que la mera idea de tenerte como mi pareja me provoca risa.
Mi alma abandonó mi cuerpo mientras mis uñas se clavaron en uno de mis muslos; eso ni siquiera se equiparaba al dolor que tuvieron esas palabras en mí.
—¿Por qué lo dices? —mis labios temblaron—. ¿Qué tengo de malo?
—Nada, es solo que nunca te vería como una pareja. Además, no eres mi tipo.
—¿Tu tipo?
Pero dijo que le gustaban las personas divertidas, amantes de las películas y que sean amables. ¿No soy nada de eso?
—Sí, en chicas no tengo mucho problema. Pero cuando se trata de chicos, deben tener unos requisitos específicos, tú sabes. Nada de gordos, ni morenos, debe ser más bajo que yo, con una figura esbelta y tiene que tener esa actitud delicada.
—¿Delicada?
—Ya sabes, que parezca una mujer.
—¿Nunca te gustaría alguien como yo?
—Nunca, eres todo lo que no busco en una pareja: tenemos la misma altura, no tiene figura femenina, tu voz es grave y Dios, antes pensaría que eres mi hermano, que alguien que pueda salir conmigo.
Escuché cómo se despedía de su público.
Escuché cómo termina la grabación.
Escuché cómo suspiraba de felicidad.
Todo lo que pasaba lo escuchaba fuerte y claro, pero no era capaz de creerme que estoy viviendo esto.
—Este capítulo será genial, creo que elevará las audiencias en todo sentido...
—¿Todo lo que dijiste era verdad?
Puede que haya exagerado solo para impresionar a su público. Era posible que el Taylor que me invitó un café, que dijo que era suyo, que me miraba con gentileza. Ese mismo Taylor, que tengo sentado delante de mí, no acababa de decir eso sobre mí.
—Bueno, tal vez exageré un poco —Un brillo recorrió mi cuerpo—. No adoro a Pedro Pascal, solo lo dije por mis seguidores.
No podía más, necesitaba aire, todo me daba vueltas.
—Me voy.
Salgo por la puerta seguido por Taylor quien tomó mi brazo.
—¿Qué ocurre, Rob?
—Por favor no me llames así. —No podía soportar escucharlo con su voz.
—¿Hice algo malo?
—Tú me gustas...
Hubo un silencio que se alejó tanto que olvidaba el sonido. Mis oídos zumbaban mientras lo único que lograba escuchar es mi corazón latiendo con fuerza.
—¿Quieres que suba el capítulo de hoy?
—¿Disculpa? —logré preguntar.
—¿Quieres que lo suba? Puedo eliminarlo o no sé.
Apreté los puños mientras lo miraba con un fuego ardiente.
—¿Esa es tu mayor preocupación? Acabas de decirme que soy un asco para ti y te preocupa más tu pódcast.
—¿Y qué quieres que haga? ¿Disculparme? ¿Disculparme por no corresponder a tus sentimientos? Pues así son las cosas, no te voy a aceptar por lástima. No me gusta y nunca me gustarás. Que te quede claro.
Parecía que Taylor se arrepintió de decir esas palabras, pero ya era demasiado tarde, atravesaron mi corazón de tal manera que mi único movimiento es salir huyendo del lugar, tomar un taxi y abrazar mis piernas en el transcurso del viaje.
Las palabras que me dijo Taylor no me dolían porque sean crueles, me dolían porque eran verdad. No podía obligarlo a que me amara, por más que sentía cosas por él. Pero saber que yo soy todas las cosas que odia de un hombre, logró clavarse en mi corazón como una estaca. Puedo cambiar mi ropa, puedo cambiar mis gustos, puedo cambiar mis objetivos. Pero no puedo cambiarme por completo, no puedo ser otra persona para así lograr gustarle.
¿Soy un problema para gustarle a los hombres?
Le pago al taxista y, tras estar un minuto con las manos temblando, logré abrir la puerta con la llave. Lanzó mi bolso lejos de mi vista y golpeó una caja vacía que había en el suelo. Camino en círculos mientras mi corazón latía con más fuerza y respiraba con dificultad. La vista se me nublaba y no podía mantenerme en equilibrio. Todo me daba vuelta, podía escuchar cómo retumbaba de mis oídos lo dicho por Taylor.
"Jamás saldría con alguien como tú"
—Basta...
"Eres justo todo lo que odio de un hombre"
—Para.
"No me gustas y nunca le gustarás a nadie, eres de lo peor"
—¡Para!
Mientras soltaba jadeos pesados saco mi celular de mi bolsillo y entre todos mis contactos logro marcar a la única persona con la que no está enojado conmigo.
—Hola, Farfalle... ¿Robert qué ocurre?
Dejo el celular en el suelo mientras sigo respirando con dificultad. Llegué al punto de llorar mientras mi pecho se alzaba por cada lágrima que deslizaba por mis mejillas. ¿Estaba llorando porque un chico me rechazó? Soy tan patético.
—Robert, respira, por favor, necesito que te concentres en algo positivo... Batter Up, ¿Recuerdas?
Mi vista se fijó en la pantalla donde solo lograba ver el apodo de Dylan.
—Respira hondo con cada número que diga, por favor, piensa en cosas positivas. Uno.
Ver películas es mi pasión.
—Dos.
No necesito hombres como ese lunático.
—Tres.
Logró salir adelante por más que duela.
—Cuatro.
Yo valgo más que eso.
—Cinco.
Tengo a Dylan quien me está ayudando.
Mi respiración poco a poco se normaliza. Mi vista ya no está tan borrosa y recuperó algo de fuerza como para tomar mi celular y activar la cámara. Pongo los ojos como platos al notar que Dylan estaba llorando, sus ojos estaban rojos, de ellos caían ligeras lágrimas y apenas me puedo ver una sonrisa invadió su rostro.
—Gracias a Dios, ¿te encuentras mejor?
Tomo unos segundos para respirar hondo y soltar el aire.
—Mejor... gracias.
Pensé que yo tendría que seguir llorando, pero Dylan fue el primero en continuar con su llanto al punto de intentar abrazar el celular como si se tratara de mí.
—Estaba tan preocupado, nunca te había visto de esa manera. —Se limpiaba las lágrimas de los ojos mientras enfoca mejor la cámara—. ¿Dime que ocurrió, Robert?
—Juras no burlarte y no cortarle a Neil.
—Robert, tuviste un ataque de pánico, eso no amerita ninguna burla. Sabes bien, que puedes decirme lo que quieres y cuando quieres. No necesariamente ahora, sino cuando estés listo, ¿de acuerdo?
Ahora era yo quien no podía contar las lágrimas.
Logre contarle todo y tal como prometido, nunca se burló o me menosprecio. Ello no ayudó a que parara de llorar.
Un dato curioso es que la trama ocurre en octubre, no se debe a que estamos en octubre. Recuerden que esta historia iba a salir antes de Paper Rings, por ende toda la trama ya estaba planeada.
Así que es muy curioso que justo el capítulo se estrene un día después del día del novio. Eso sí que es mucha suerte. Y Feliz día, para los que tienen novio y para los solitarios como nosotros, tenemos historias gay que disfrutar.
Sin nada más que decir, los dejo en su linda noche, tarde o día.
Los quiero, bye <3
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