2. Cliché #1: Cambio de Look
Cecilia me mandó un mensaje antes de que el maestro volviera de su charla, que por lo poco que se escuchaba se notaba que era una pelea con su mujer. Los problemas de los heteros.
El mensaje iba con el nombre de un chico.
Carlos Carrión.
—¿Es un mensaje positivo?
El chico del cabello avellana preguntó sin dejar a un lado su sonrisa.
—Amigo, no tienes ni idea.
—¿Puedo saber de qué se trata?
Muestro una sonrisa.
—Solo diré que habrá un cambio en mi vida.
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Llegue a casa, tiré mi mochila en el suelo de mi habitación, cerré la puerta con seguro y para luego tomar mi laptop. Lo primero que puse en Google fue su nombre.
Carlos Carrión.
Cecilia me dijo que era un chico de veintidós años, estudia informática, ojos color olivo, un cabello rizado oscuro, de piel bastante bronceada y dijo que su sonrisa parecía iluminar hasta el puerto más oscuro con el brillo de sus dientes. Todo esto lo saco porque está en la misma clase de inglés.
También me aporto que es bisexual, ya que tenía un parche de la bandera en su chaqueta. Además, que en su perfil de X tenía la bandera acoplada en su nombre. Dato que pude corroborar yo mismo.
Tiene muchas de las cualidades que me gusta de un chico: en fotos se veía alto, tenía mucha masa muscular, y por juzgar de las fotos que publica en Instagram va al gimnasio. Por último, en Facebook tenía de foto de perfil posando con una gorra de béisbol y su perro saliendo de lado, era un pastor alemán bastante lindo. Lo curioso es que la única red que tenía en privado era TikTok, pero dudo que sea un pervertido o bueno, eso espero.
Estaba más que claro, es un chico perfecto para ser un candidato a una futura pareja, solo tenía que hacer que se fije en mí, me invite una cita, me bese y listo, adiós soltería. Ok, creo que esto suena que lo estoy tratando como un nuevo juguete o incluso un objeto. Sé que para uno enamorarse de la persona primero debe conocerla y progresivamente van saltando las chispas, yo he visto un millón de historias de esos, incluso la historia de mis padres es una típica historia de romance. Pero es que es frustrante como en todo los años en que pase soltero ningún hombre se ha interesado en mí, incluso me llegué a plantear ¿Soy yo el problema? Hasta que acepté que los chicos de la comunidad nunca invitaran a otros chicos y más en un país de Latinoamérica, es por eso que tengo que empujar un poco a las personas para que se atrevan a hablar conmigo.
Si están de acuerdo conmigo o no ya es decisión suya, yo planeo dejar de estar soltero y tener un romance de película gracias a mi lista. Hablando de la lista, no tenía que buscar mucho, ya que sabía claramente cuál sería mi primera opción.
Cambio de Look
Cliché caracterizado por estar presente casi todas las comedias de adolescentes de inicios del 2000, no es broma, solo hace falta ver cualquier película de comedia romántica y todas las chicas pasan de tener vestidos con jeans a tener vestidos más provocativos. Van desde la clásica chicas pesadas hasta la graciosa una chica en apuros.
Así que permiso 2000, pero te robaré es cliché por un momento.
Camine hacia mi closet para sacar toda mi ropa y ver que podría usar, mi estilo actual casi siempre es una camiseta con algún póster de alguna película, pantalones jeans y de vez en cuando tener puesto una camisa de cuadros negro con rojo. Superbásico, pero si quería llamar la atención tenía que deslumbrar y tenía que ser rápido si quiero terminar a tiempo para hacer mis tareas.
Mi ropa no iba a ser suficiente, así que fui a la ropa vieja de mi padre para ver que le podía tomar prestado y dios mío las cosas que usaba mi padre. No solo encontré su colección de corbatas que iban de color fosforescente que podían dejarte ciego, sino que encontré unos vaqueros que no sabía si estaban rotos o si la moda era estar como media pierna visible. Claro que no todo fue una pérdida de tiempo, ya que encontré una camisa sin manga verde oscura con un collar lindo que serviría con mi outfit. De vuelta en mi guarida de la soledad, tome unas cuantas cosas más para dejar la ropa preparada para el día de mañana y moría de nervios combinados con emoción. Es que aún no me creo que de una idea que se me ocurrió de la nada, creé una lista de cosas para conquistar un chico y peor aún, lo voy a poner a prueba.
Antes que pudiera volver a poner toda mi ropa de nuevo al closet, mi teléfono comenzó a sonar la melodía de Speed Drive de Charli XCX —Mi cantante favorita—. Miro la pantalla y me sorprende ver que es un número no registrado y si es otra llamada de mi operadora para que me compre un mejor plan, juro que tiro el teléfono contra la pared.
—¿Hola?
—Robert, soy Dylan, el chico de inglés, es que tenemos que hacer una tarea en pareja y quería saber si mañana estás libre como a las doce para hacerla.
Cierto, había olvidado que le había dado mi número para que así nos podamos comunicar cada vez que tengamos alguna actividad o algo relacionado en inglés. Además, tenía pensado llamarlo para invitarlo a pasar tiempo con mis amigos, solo que la emoción de mi plan lo olvidé por completo.
—Claro, solo tengo clases hasta las nueve y media. —Acomodo la ropa encima de la cama—. Te parece que nos encontremos en los asientos del patio.
—Perfecto, yo tengo clases hasta las... guau.
—¿guau? ¿Acabas de hacer el ladrido de un perro?
—Lo siento, estoy afuera de mi casa y justo está aquí el perro de la vecina, es muy lindo. Luego te enviaré una foto.
—Dylan, no es por interrumpir tu conexión especial con su versión animal, pero a qué horas nos reunimos mañana.
—Ah si, pues no tengo prácticas mañana y puedo a las 11, ¿te parece?
—Por supuesto, nos vemos mañana.
—Claro, cuídate.
Finalizo la llamada y recibe el contacto para ponerle un nombre. Solo que, al tenerlo en la mente, lo que más me resalta es comparar con un perro más exacto con un Golden retriever, amos a los chicos con esa personalidad. El mayor exponente es sin duda Nick Nelson, es por eso que con una sonrisa en mis labios escribo su apodo.
Cachorro.
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Para algunos tienen un día en particular para usar rosa, para otros todos los días son de tacones. Pues a partir de ahora, coronó como los martes como los días de locura en la moda.
Llegue a la universidad usando unos shorts cortos que dejaban a la vista mis piernas rasuradas y como además el short lograba resaltar mi trasero. Una camiseta blanca por dentro y como si fuera una chaqueta tenía la camiseta verde de papá. Sé que no es lo mejor y puede que con todo el dinero del mundo pude haber conseguido un mejor outfit. Pero tengan esto en cuenta. La ropa de hombre es una mierda si la intención es devorar. Cualquier cosa que se aleje de los jeans y las camisetas ya levantan muchas miradas. Por ende, tener esta vestimenta es lo más cercano a que una chica que solo usaba falta por debajo de las rodillas y cero maquillajes, de la nada usará minifaldas y maquillaje que resaltará sus ojos.
Por eso deje a un lado cualquier tontería y camine con la mirada al frente. A primeras muchas chicas voltearon su mirada para verme, no sé si era de impresión ver a un chico vestido tan peculiar o que varios chicos tenían sus ojos hacia mí. Pero como si fuera Jamie Lee Curtis en un viernes de locos, me cortaron mi montaje de chicos perplejos por una llamada, en mi caso fue por un mensaje que con solo ver quien era me provocó una sonrisa, me daba gracia su apodo.
Dylan me escribió para ver si nos podíamos encontrar en mi salón, cosa que acepté luego de enviarle un sticker de un pulgar arriba.
Decidí llegar a mi salón con total calma y me sorprendió ver al chico con pelo alborotado con un libro en sus manos apoyando el hombro en una de las paredes. Apenas me visualizó, dejó el libro y sonrió.
—¿Robert eres tú? —sus ojos iban de arriba abajo con una mirada atónita.
—No, soy su gemelo superhetero —respondí mientras golpeaba su hombro-. Qué más, hermano.
—Todo bien, es un gusto conocerte. —Otra vez lo decía con la misma tranquila que te hacía dudar si era un chiste o de verdad se lo creía—. Te ves diferente. Pero te queda bastante bien este estilo.
—Gracias, la verdad son en su mayoría trapos sucios que encontré de la ropa de mi padre, pero gracias.
Doy una liguera vuelta mientras escucho como un chico silba y casi pensaba que era por mi ropa, pero simplemente era un idiota que me llamo mujercita y con toda la calma del mundo le saque el dedo de en medio. Dejando a ese pendejo a un lado, vuelvo a concentrarme en mi amigo.
—Pensé que te vería más tarde, casi no suelo ver a nadie de medicina o enfermería a estas horas.
—Sí, bueno es que quería decirte que hoy nuestro maestro se enfermó.
—Qué irónico.
—Lo sé, pero eso se traduce tiempo libre y a su vez se traduce en tiempo para hacer el deber.
Sonaba bastante emocionado por realizar una tarea que solo es de hacer un crucigrama en inglés. Literalmente lo pude hacer yo solo e igual le hubiera puesto su nombre solo porque me cayó bien. Y no le digo eso a cualquiera.
—Oh perfecto. -mostré una sonrisa mientras aferraba mi bolso—. Pues entonces nos vemos después de clases.
—Claro. Terminas a las nueve y media ¿verdad?
Afirmé con la cabeza, aunque mi mirada se perdía tras ver como Carlos caminaba hacia su salón, y de lo poco que vi puedo resaltar su camisa que estaba demasiado apretada, supondré que lo usaba no por comodidad, sino que así resaltaba a la vista sus músculos, y que músculos. Puede que lo haya visto pasar por estos pasillos en otras ocasiones, pero sin duda ahora tiene toda mi atención.
—Pues a las diez en los asientos —Termino de decir Dylan y yo volví a la realidad.
—Por supuesto, amigo, ahora cada quien para su carrera y dar lo mejor. —Lo dije de forma tan rara por seguir aturdido de estar pensando en los músculos de un chico que ni le había digerido la palabra.
—Está bien, pues nos vemos, Robert.
—Adiós, Cachorro.
Mierda se me salió el apodo que le puse en mi teléfono.
—¿Cachorro?
—Luego te lo explico —Solté con algo de pena.
Con algo de confusión, Dylan se fue con calma mientras que yo entré a mi salón con un ánimo entre felicidad y aburrimiento porque tocaba con la profesora voz arrulladora.
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Fueron dos horas de clases que los sentía como diez horas con la voz tan arrulladora que tiene la maestra, además de que sus clases son de las más aburridas por solo dar teoría y nada de práctica. Es por eso que la denominamos maestra arrulladora. Es imposible no sentirte aburrido por sus clases y más porque siempre son en las primeras horas del día.
Afortunadamente, las siguientes horas fue con un profesor más moderno que si sabe cómo dar clases y no dormir en el intento. Así que esas dos horas se pasaron volando y de la nada ya había terminado mis clases, eso es una ventaja de la universidad, mi horario es tan variado que a veces solo tengo una clase y después puedo vaguear todo lo que quiera.
Pero como diría Tiana: Hay que trabajar duro cada vez, y lo demás vendrá después. Así que tenía que ponerme manos a la obra y hacer que ese chico guapo se fijara en mí de una vez y por todas.
—Por eso necesito su ayuda.
—En serio no dejas disfrutar ni los días libres. —mencionó mi mejor amigo que llevaba el uniforme de prácticas de la carrera de veterinaria.
—Yo debería estar molesta en este momento, tengo una exposición en media hora y mis clases terminan hasta el almuerzo. —añadió Cecilia mientras escribía algo en su cuaderno.
—Si, sí, perdón, pero miren, no me vestí como gay desesperado para que ese chico ni me volteara a ver.
—Te dije que debías ser más pícaro, unas medias de rejilla, o quizá una playera que diga: "I'm gay and you can fuck me".
Si no fuera que es mi mejor amiga y que su novio me podría regañar, no decidí no decirle ningún insulto por esa idea, me quiero evitar la fatiga.
—Porque soy gay y quiero tener novio significa que quiero parecer desesperado. -Pongo mis ojos en blancos—. Más desesperado.
—Dice el chico que hizo una lista —aportó Neil.
—Sabes claramente a lo que me refiero, busco el amor de un hombre, no sus lástimas.
Ambos se quedaron callados, diría que es una victoria para mi ego, pero todo se derrumbó cuando entendí que me querían dar la ley del hielo para no darme la victoria. Mis mejores amigos, damas y caballeros.
—Mira el lado positivo, tu outfit marca mucho tus caderas, atraerás muchas miradas. —Cecilia terminó con un tono juguetón que me daba más rabia.
Verán, los chicos gais se los puede describir de diferentes maneras, está el típico chico que parece más una chica muy pero muy exagerando en su tono de hablar. Luego esta los tipos chicos que son gais, pero en vez de demostrarlo de buena forma, lo hace golpeando a todos e intenta lucir como un macho idiota. Por último, en mi ejemplo pondré a los gais X, es decir que son como cualquier otro chico, solo que, en vez de querer salir con una chica, sale con un chico. Listo, eso soy yo, por eso me molesta cuando alguien me trata como juguete sexual y por ser gay tenga que hablar con una voz chillona y recalcar que soy gay. Odio ese maldito estereotipo.
—Te odio —Suelto un leve suspiro—. Tienes suerte que mi mejor amigo es tu novio, porque hace rato te hubiera abandonado.
—Sabes que no lo digo de mala intención, además me amabas tanto como si fuera una hermana.
—Zanahorias, te puedes llevar a tu novia lejos antes que la asesine.
—Qué cruel, pensé que te agradaba.
—Para nada, solo te utilizo y no siento nada de aprecio.
Para aclarar es obvio que eso fue sarcasmo, ya que la relación que tengo con Cecilia es curiosa, digo, nos hicimos amigos porque dijimos nuestras preferencias sexuales, desde ahí ya es curiosa. Pero todo explotó por decirlo así, cuando empezamos a ir a la casa del otro para hacer trabajos de inglés, solo que todas fueron interrumpidas por mensajes y llamadas de la ex de Cecilia, una chica que está al nivel del innombrable. Me sentía fatal al ver como su sonrisa se iba al saber quién le estaba mensajeando. Esa chica le controlaba todo a Cecilia, donde estaba, que comía, con quien estaba e incluso cuando terminaron, ella amenazó a Cecilia de hacerle volver a la fuerza si ella no le hablaba. La única ayuda que le brindaba era un hombro del cual pueda llorar.
Eso hasta que un día le invité una malteada a la cafetería después de clases y Neil venía con nosotros. Él y ella no se conocían muy bien, pero como ambos eran mis amigos, era el único enlace que los mantenía juntos. Todo parecía estar bien, yo diciendo qué película había visto el fin de semana, Neil presumiendo que superó el nivel secreto de Splatoon 3 y Cecilia solo se limitaba a decir que llevó al veterinario a su gato. Se notaba que estaba algo alterada, así que, para aliviar el ambiente, le dije que mi amigo sería un futuro veterinario y si quería un descuento solo tenía que sobornar con juegos y listo. Por fin le había sacado una risa natural.
Lástima que todo el ambiente se arruinó al salir de la cafetería y encontrarnos con una chica apoyada en su motocicleta, tenía el cabello pintado de rosa, una chamarra de cuero, unos labios carnosos y una mirada que mataría a cualquiera.
Su ex.
Ella era la definición de pareja tóxica, literalmente Cecilia le dijo mil y una vez que no quería volver a verla y ahí seguía con una actitud dominante mientras le reclamaba que no le respondía sus mensajes e insultaba por ser una busca atención. Cecilia estaba al borde de las lágrimas y justo cuando iba a enfrentarme con la chica; Neil se adelantó riéndose de la chica y llamándola reina del drama. La tóxica dejó de mirar a Cecilia para centrarse en mi amigo que seguía riéndose por la actitud tan infantil de una chica madura. La chica le gritaba que se callara o saldría mal parado, pero Neil incrementó la apuesta diciendo que con gusto podría recibir mil y un golpes, pero la que saldría mal parada sería ella, ya estaba haciendo el ridículo en la calle y eso sería la cereza del pastel para quedar como toda una perra. Palabras suyas, pero igual hubiera dicho algo parecido.
Y no conforme con eso, la chica estaba a punto de golpear a Cecilia, pero Neil se puso entremedio de ella recibiendo el golpe, cosa que resalte con un quejido logrando que todos en la calle vieran la escena y ese fue el fin de la tóxica. Literalmente se marchó en su moto para nunca volver a verla. Fue desde escena momento en que la relación entre Ceci y Neil dio sus primeros pasos y pues siguen a día de hoy. Justo ahora Cecilia se apoyó en el pecho de Neil, mientras la abrazaba con ternura. En serio que a veces estos desgraciados demuestran su amor hetero para vengarse de algunas de mis atrocidades.
—¡Robert!
La voz del chico con el teléfono flip me sacó de mis pensamientos. Dylan se acercaba usando unos lentes que destacaban sus ojos cafés y una grata sonrisa. Sin contar que volvía a usar su uniforme de prácticas.
—Miren lo que el viento trajo, si es el futuro bombero.
Dylan se rio ligeramente mientras se sentaba a mi lado. Tanto la mirada de Neil como de Ceci se concentraron en el chico recién llegado, por lo que era necesario una presentación.
—Parejita heteronormativa, él es Dylan, mi compañero de inglés. Dylan, esos dos sacos de amor son mis mejores amigos Ceci y Neil.
—Un placer, como bien dijo Robert, soy Dylan Miller.
Que forma tan cortés de presentarse, de seguro es algo que viene de defecto en los niños ricos. Bueno, sigo pensando que debe ser un niño rico, tampoco planeo decirle si lo es, soy muy directo, pero eso ya sería demasiado.
—Desde ahora te lo digo, será mejor que huyas de las garras de Robert, es un desgraciado. —Puse los ojos en blanco por el comentario de mi mejor amigo.
—¿En serio? —preguntó intrigado Dylan.
—Sí, es capaz de recalcar cualquier error del pasado o se pondrá pesado para que vieras su película favorita.
—Eso no es cierto —recalqué mientras cruzaba las piernas—. Casi nunca hago eso.
—Si claro, pero de que terminaras viendo películas en su casa, terminará pasando, así que mucho cuidado, Dylan.
—Lo tendré en cuenta, muchas gracias.
Esperaba que Cecilia se uniera a las advertencias para Dylan, cuando me percato que tiene la mirada algo atónita, casi como si estuviera sobre pensando algo. Hasta que dejó de apoyarse del pecho de su novio y logró llamar el interés de todos.
—Oye, cariño, me gustaría un café, es para la exposición —Mira a Dylan y a mí—. ¿Alguien más quiere? Es que no me gustaría ser grosera, porque no compras cafés para todos y que te acompañe Dylan, sino que es mucha molestia.
—Claro, no hay problema —respondió algo confundido.
—Perfecto, vayan chicos, bye, bye.
Cecilia despedía a los chicos moviendo la mano mientras yo esperaba que se alejaran lo suficiente para poder centrarme en mi amiga que rápidamente se le cambió la cara alegre por otra más curiosa.
—¿Ese compañero tuyo es otro candidato? Digo, es completamente tu tipo. El alto, algo fornido, se ve alegre, no es afeminado y...
—Y no es gay. Dylan es mi tipo, pero es heterosexual.
—¿Seguro? —inclinó ligeramente la cabeza mientras apoya su dedo en su mejilla,
—Super seguro, si tu intención era incluirlo como un candidato, lamento decepcionarte.
—Qué mal, yo los consideraría un buen ship, supongo que se volverán en mi imperio romano.
Pongo los ojos en blanco.
—Volviendo al drama, ¿pasó algo en particular con tu futuro príncipe azul?
—Pues creo que me vio, por lo que pude que me tenga en la mirada. Pero ese es el objetivo, este cliché solo sirve para que los hombres puedan notar mi presencia, luego mejoraré para la próxima.
—Es gracioso como te tomas tan en serio esto.
—Esto es serio, ¿no ves como pongo mi cara sería para esto?
Finjo total seriedad en mi mirada mientras provocaba la risa de mi amiga. Justo en ese momento unos vasos de café son puestos en la mesa y los dos chicos se sientan mostrando una ligera sonrisa.
—Gracias, amor -Cecilia besa la mejilla de Neil provocando un sonrojo.
Tomo un vaso al alzar y al darme el primer sorbo escupo el contenido manchando la mesa y parte de mi vestimenta.
—¿Estás teniendo un síntoma alérgico? —preguntó Dylan mientras me pasaba unas servilletas.
—No, solo que esta cosa es muy amarga. —respondí limpiando los restos de café de la boca.
—Karma —dijo mi mejor amigo.
—Debiste haber tomado mi café, es que me gusta el café cargado.
—¿Eso siquiera se le puede denominar café?
No digo que amo el café azucarado, pero mierda esa cosa parecía 75% amargura y 25% café. No sé si Dylan lo criaron con esos gustos o lo toma así para estar despierto en sus clases. Cualquiera de las dos opciones me parece una triste historia.
—Lo siento -se volvió a disculpar Dylan mientras agachaba la cabeza, juro que cada vez me recuerda más a un cachorro, incluso solo le faltaba las orejas caídas para terminar el cosplay.
—Tranquilo, solo voy al baño a limpiarme esto.
Me levanto de asiento mientras logro escuchar como Cecilia intentaba ayudar al ánimo de Dylan. Parecía bastante arrepentido por ese accidente, aunque ni siquiera era su culpa, simplemente estaba jugando a la ruleta rusa de los cafés y sin darme cuenta. Entró a los baños y mojó la camiseta mientras frotó las manchas con papel, gracias al cielo no quedó tan malo, incluso diría que podría camuflarlo como un estilo urbano.
En eso, de los baños sale Carlos Carrión, sí, el mismo bombo que vi al inicio de clases, alias mi futuro esposo y padre de mis hijos... ok eso se escuchó muy escalofriante, pensé que sonaría tierno. Se acercó al grifo cercano al mío, se lavó las manos y volteo su mirada así mi.
—Oye te ves muy bien con esa ropa.
Su voz era ronca y áspera, con su cuerpo marcado era la combinación perfecta de un adonis, y gracia a sus fotos, se que es un buen sujeto. Por lo que no es un adonis estúpido, aleluya.
—¿Tú crees?
—Claro, te ves increíble.
Se secó las manos y antes de salir me dio un guiño sensual para luego marcharse. Rápidamente, vi en el espejo que mis mejillas estaban coloradas. Acaba de recibir un cumplido de un chico guapo después de tanto tiempo. Esto es bueno, más que bueno, se acaba de fijar en mí y me pareció sexy.
Salí del baño para regresar a la mesa en donde todos estaban sorprendidos por mi repentina sonrisa y que si por mí fuera pegaría un chillido.
—¿Todo bien? -preguntó Dylan.
—Más que bien -Lo abrace provocando un chillido por mi acción-Gracias a ti puedo dar inicio de la siguiente manera.
—¿Disculpa?
Una cosa particular de esta historia es que muchos pensaran que "Dylan Miller" es casi alguien igual de tierno que "Theo" de "Paper Rings" pero deben saber que el primero que cree fue a Dylan, así que se puede decir que Theo se basa gracias a su primo. También que Dylan originalmente se llama Daniel, pero creo que sabrán por qué decidió cambiarlo.
También quiero agradecer por el apoyo que le están dando a la historia. Sé que muchos vienen por "Paper Rings" y los nuevos les agradezco por apoyar con sus comentarios, votos y recomendaciones. En serio que me hacen feliz por eso.
Ahora sin nada más que decir los dejo en su linda noche, tarde o día.
Los quiero, bye <3
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