Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16. Cliché #15: La cita

—¿Cómo dices qué dijiste?

Si mi imitación de Hannah Montana no fuera suficiente, mi rostro, todo sorprendido con los ojos bien abiertos y mi mandíbula a punto de caerse de mi boca, debió ser suficiente para mi sorpresa.

—Como dije, me gustaría tener una cita contigo, Robert.

Desde que Jefferson se postuló para acompañarme a un evento de mi carrera, ya sentía que algo tenía entre manos. Tal vez era mi cerebro pensando más rápido de lo que podía controlar, o simplemente acababa de ver Paranoia de nuevo. Fuera cual sea el caso, nunca de los nunca me esperaría que justo en el momento que estoy recogiendo los pedazos de globos reventados me fuera a pedir eso.

Los eventos de mi carrera en su mayoría son una mierda, son simples eventos mal producidos y con pocas ganas. En esta ocasión era una celebración por los 20 años de fundada la carrera, pero eso no bastó para estar por dos horas soportando el sol, tener que escuchar otra hora palabras que eran las mismas, pero dichas de forma más elocuente y por último un concierto en donde las canciones eran típicas ecuatorianas, por lo que entenderán que estuve con una cara de fastidio por todo. Y para rematar, a mi semestre le tocó limpiar todo el desorden, así que ahí va otro desperdicio de tiempo. Gracias al cielo que Jefferson se presentó después de terminado el concierto para hacerme compañía y poder desquitarme con alguien. Mis otros amigos siguen con sus clases y Dylan... pues no lo he vuelto a ver desde hace una semana, más específico después de dar el examen oral, parece como si la tierra se lo hubiera comido, y siempre mete la excusa de que tiene tarea extra o las prácticas lo están matando. Cosa que puede que sea cierta, después de todo, los enfermeros apenas si tienen tiempo para dormir, según las series, claro. Pero que ni el sábado ni el domingo haya tenido tiempo, eso sí es raro. Tal vez debería comprarle un mini pastel como excusa para poder hablar con él.

Volviendo al presente...

¡JEFFERSON ME ESTÁ INVENTADO A SALIR!

Espera, Robert, recuerda que Marcos también te había invitado a salir y terminó siendo un infiel de mierda.

Eso es verdad.

—¿Se puede saber por qué causa, motivo, razón o circunstancia me estás pidiendo una cita?

—¿Tengo que repetirlo todas las veces? Porque estoy...

—Sí, sí, que estás interesado en mí. Pensaba que sería hermoso que alguien lo estuviera, pero cada vez que lo repites, ya pareces asesino en serie.

Al igual que Dylan tiene esa inocencia y vergüenza tan marcadas, con Jefferson tiene algo parecido. Tiene una indiferencia de muerte. Su rostro pocas veces muestra una sonrisa más que una línea curvada, no tiene nada de contacto físico (que no sea cuando está caliente) Y tiene un raro complejo de gato con sacar un poco la lengua, y claro, su cariño por la lectura, pero eso es más por vivir en una casa con dos escritoras como madres.

—Entonces... ¿Aceptas?

Sigo preguntándome qué ve en mí, solo nos dimos un beso algo caliente y nada más. No tengo ningún atractivo destacable y mucho menos... Oh, por Dios, ¿están leyendo esto? Me estoy menospreciando porque un chico está interesado en mí. Y sé que cuando mucho una persona insiste en algo, hay que frenarlo y todo eso, pero solo me está invitando a una cita, ¿qué es lo peor que puede pasar?

—Bueno, acepto —logré ver una suave sonrisa en su rostro—. Pero nada raro y que termine en algo sexual.

—No todo tiene que ser sexual, Rob.

—Mejor prevenir que lamentar, Jeff.

Estoy a punto de tomar la mejor/peor decisión de mi vida.

═══════ .˚♡˚. ════════

Tengo un armario repleto de ropa de todos los tipos y colores y sigo sin saber qué mierda ponerme.

—Podrías ponerte mi regalo. —Menciona Ceci, quien estaba acostado en el suelo, apoyando sus piernas en mi cama—. Te verás increíble con eso y te marcará un culazo.

—Solo porque tienes a tu novio presente, no te digo los mil y un insultos que me estoy guardando.

—Por mí dile, ahora estoy molesto con ella. —respondió Neil.

—Qué malo, y yo que te trato de maravilla.

—Eso dile a mi uniforme de práctica. Le hiciste un agujero con la pancha.

—Quería sorprendente planchándote ese uniforme todo arrugado.

—Pero ¿cómo pasas de eso a que termine con un agujero?

—Niños, niños —terminé callándoles la boca con mi mano—. No se desconcentre, todavía me tienen que ayudar con esta cita.

Se supone que llamé a mis mejores amigos para que me ayudaran en mi vestimenta y hasta ahora lo único que han hecho es discutir por ese incidente, que es justo lo contrario de lo que buscaba en ello.

—¿Es necesario que lo pienses demasiado? —cuestionó Neil—. Solo será una cita sin más y ya.

—¿Cómo que una cita sin más? Literalmente estoy a punto de tener la cita que lo cambiaría todo, puede que aquí encuentre al amor de mi vida o simplemente otro rechazo a la lista.

—Creo que estás exagerando un poco —afirmó Cecilia.

—¿Tú crees? —corroboró su novio.

Puede que sea más el TDAH actuando, pero tengo una oportunidad gigantesca con Jeff. De todos ha sido el más lindo y simpático. Está más que claro que tengo una desconfianza muy marcada. Por más que tenga una actitud de intelectual y tenga unas madres increíbles, nadie es completamente bueno como nadie es completamente malo. Solo para asegurar es que decidió optar por una ropa casual, pero sin ser la típica ropa que usaría todos los días.

—¿Qué dicen? —doy una vuelta esperando aplausos y gritos de júbilo.

—Decente.

—Sigo pensando que mi regalo era mejor.

—Los odio con toda mi alma.

La parejita me abrazó a la par, logrando que muestre una sonrisa.

—Te ves fabuloso, Robert, verás que Jeff quedará rendido a tus pies.

—Y si no, pues podemos pensar en otra cosa y dejar a los chicos, por un lado, ¿verdad?

Lo que decía Neil era verdad; si todo esto con Jeff fracasa, puedo dejar de pensar en chicos por un rato. El mundo no se acabará si no tengo a nadie a mi lado, por más que me siento solo en cada momento en que mis amigos se marchan. Puedo vivir sin pareja y no tengo que desesperarme con que Jeff es mi única opción.

Sin presiones.

═══════ .˚♡˚. ════════

No estoy sorprendido de que, de todos los lugares posibles, esta cita sea en un restaurante minimalista que parece el típico restaurante de una película de los años 20, estoy fascinado con las vistas. Por más que trato de lucir completamente seguro de mí mismo, por debajo de la mesa no para de mover la pierna, los nervios me consumen y tengo que tronarme los dedos en cada segundo que pasa y no hay rastro de Jeff.

No sería la primera vez que alguien me deja plantado.

Hace un año un chico guapo me invitó a comer a un restaurante y, como era guapo y educado, decidí aceptar. Esperé por dos horas y nunca se presentó. Terminé cenando solo, pero al llegar a mi casa me puse a llorar sin control. Y por ahora parece que de nuevo se va a repetir la historia.

Con esto me llega la siguiente pregunta:

¿Soy yo el problema?

Nunca he tenido una relación de verdad, jamás tuve un novio al que podría definir como tal. Simplemente, tuve algunos encuentros sexuales y listo, nada que podría categorizar como novios. Pero, ¿era mi culpa? Trataba de cambiar todo de mí para ser lo más parecido al novio perfecto que alguien buscaba, deje de cantar y presentarme en obras de teatro, solo para ser más normal. Estoy usando ropa que antes despreciaría solo para gustarle a un chico y ahora sigo esperando como un idiota. Quisiera decir que todo esto es por ser gay, que es difícil para un hombre encontrar otro hombre y que aparte sea buena persona. Pero el primo de Dylan tiene un novio y vive una relación hermosa. Varias personas tienen parejas de ensueño y todos parecen ni esforzarse para conseguir pareja, mientras que yo estoy haciendo una puta lista de mierda y lo único que encuentro es un vacío que es difícil de llenar.

—Robert.

Antes de que pudiera limpiarme las lágrimas, una mano me extendió un pañuelo celeste con una letra J bordada.

—Jeff...

Se veía de la mierda, literalmente. Estaba cubierto de tierra hasta el cabello con su ropa rasgada y sucia.

—¿Qué mierda te pasó?

—Lo mismo te pregunto: ¿qué ocurrió?

Tomó una silla y se sentó enfrente mío mientras me miraba con detenimiento. Abrió primero la boca para soltar un suspiro.

—Lo lamento, ocurrió un incidente con mi huerto. Quise escribirte para explicarte mi situación, pero mi teléfono está muerto —Sacó de sus bolsillos su celular que, en efecto, no encendía de ninguna manera—. No quiero excusarme por mi retraso, solo quiero que sepas que no era mi intención hacerte esperar.

Tomé el pañuelo que me ofreció Jeff y lo pasé por mis ojos intentando ocultar la mínima gota de llanto; no fue fácil por la mirada atenta del chico que está sentado enfrente mío.

—¿Qué ocurrió, Robert?

—Nada, nada —literalmente nada había pasado—. Solo pensaba que ya no vendrías, eso fue todo.

Jefferson se acercó con su asiento para poner su mano en mi mejilla. No le importaba que estuviera llamando la atención del lugar, y que incluso algunos estuvieran murmurando por su acto. Él solo tenía sus ojos para mí mientras no apartaba su mano de mi piel.

—Nunca rompería mi palabra, y menos cuando tenía tantas ganas de verte, Rob.

Puse mi mano encima de la suya a la par de que algunas lágrimas salían de mi rostro. De verdad estoy escuchando cómo un chico moría por verme, no quiero ilusionarme, pero no puedo evitarlo. Estoy encantado con tan poco, tanto que quería quedarme en esta posición por un gran rato.

Tuvimos que componerse a los minutos por la repentina aparición de uno de los meseros, ocasionado que ese mágico momento se esfumara. Pedimos lo primero que miramos en la carta y el silencio nos hizo compañía. En otra ocasión estaría tan ansioso que diría cualquier cosa para cortar el momento, pero estoy sin palabras, lo cual es tan raro en mí.

Todo transcurrió con normalidad, recibimos nuestra comida y terminamos sin decir grandes cosas. No quería arruinarlo con algún comentario estúpido o chiste que terminaría ofendiendo a Jefferson. Él es un sujeto tan formal y con clase que quiero comportarme como él. Por eso sonrió en cada momento en que me vio y guardó silencio. Hasta que hizo esa pregunta:

—¿Acaso te estoy incomodando?

—¿Cómo?

—Robert, la razón por la que te invité a esta cita, fue para que nos pudiéramos llevar mejor y comer mientras hablábamos. Y si me disculpas, te conozco como un chico alegre y energético, no como un chico callado que solo sonríe sin decir nada.

Mis mejillas fueron las primeras en responder ante sus palabras, ahora mi autoestima de oro parecía derrumbarse por sus palabras.

—Lo lamento, es solo que no quería arruinar este momento por mis tonterías.

—Jamás lo harías —respondió a los segundos—. Todo lo que eres en verdad es lo que más me atrae de ti.

Sus palabras me endulzaban la mente a tal nivel que no podía dejar de escucharlo. Quería que me hablara por horas de esa manera tan romántica hasta que terminara durmiendo y soñando con él.

—Gracias, Jeff, eres lindo.

—No, no lo soy, solo estoy diciendo la verdad, Rob. —Muestra una leve mueca—. Solo quiero que veas que soy alguien con quien quieras confiar y espero que tú también puedas confiar en mí.

Terminamos saliendo del lugar acompañados con algunas gotas de lluvia que ayudaron a limpiar la descuidada apariencia de Jeff. A este no parecía importarle que los rastros de tierra resbalaban como agua marrón por su rostro. Él seguía utilizando sus manos para cubrirme de la lluvia.

—No es necesario que hagas eso, Jeff, no voy a morir porque algunas gotas de agua se deslizan por mi cara. De hecho, amo la lluvia.

Le apartó las manos para dar unas vueltas y ser bañado por el agua. Para muchos la lluvia refleja tristeza y un sentimiento asociado a la soledad, pero para mí la lluvia es algo mágico, como el mundo tiene un nuevo color al llenarse de agua, limpiando todo lo malo en su camino y logrando que las cosas se vuelvan más hermosas con la simple capa de lluvia agregada.

—Eres como un lirio de lluvia, Rob.

—¿De verdad? ¿En qué sentidos?

—En que ambos se vuelven más hermosos al estar en la lluvia.

Como ha sucedido desde que empezamos con esta cita, mis mejillas se pusieron coloradas por sus palabras y todavía se intensificaron cuando agarró mi mano, me dio una vuelta para acercarme a su dirección y darme un beso en la mejilla.

— "Tu piel junto a mis labios provoca que cada hormigueo adquiere tu nombre para no olvidarte"

Reconocía el tono con el que repetía algún poema que había leído, pero no por eso sus palabras perdían valor, al contrario, eso intensificó el momento como uno de los mejores que he tenido.

—Deberíamos marcharte, Rob, podrías resfriarte.

—¿Qué hay de ti?

—Una de mi madre viene a recogerme, y perdón, si no te podemos dejar en tu casa, tenemos una reunión en la noche.

—Tranquilo, no tienes que explicarme todo.

—Pero quiero que de ese modo no tendrás falsas ilusiones de mí.

Tomé el primer taxi que pasó para conservar ese momento como lo último de la cita y llevarme como un tesoro, un tesoro que no pienso dejar escapar. Por más que me cueste la vida.

Saben que, como muchos, están felices por el regreso de esta historia y yo estoy emocionado porque termine. Hagamos una especie de trato. Miren, yo subo un nuevo capítulo cada 200 lecturas. Espero que no sea demasiado, pero de ese modo me demuestran que quieren más de la historia de Robert.

También quiero decirles que el viernes, como día del amor y la amistad, tengo una novedad con respecto a Paper Rings, así que estén muy atentos con lo que ocurrirá.

Sin nada más que decir, los dejo en su linda noche, tarde o día.

Los quiero, bye <3




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro