Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12. Cliché #11: Aparición especial

¿Quién carajos es Jefferson?

Esa fue la pregunta que atravesaba mi mente después de conocerlo.

Hasta la fecha todas mis interacciones con algún chico guapo eran después de saber media biblia informática, agruparla en diferentes planos y documentar en elaboradas diapositivas... no, no soy un psicópata enfermo. Aprovechaba mi búsqueda de información con la aplicación de ejercicios aprendidos en clases; en otras palabras, realizaba tareas mientras examinaba a un chico. Eso era bueno, me hacía sentir seguro y a la vez preparado a la hora de presentarme, pero ahora, estoy en blanco.

Nuestra primera interacción ocurrió en la fiesta de chicos ricos. Cecilia se juntó con algunas chicas conocidas mientras yo era animado por idiotas para beber hasta el fondo, levanté las manos en señal de victoria al terminarlo. Esa ocasión en que mi vista di varió al punto de imaginarme que estaba en mi casa por unos segundos. Luego unos chicos me saludan, después choqué con un chico y al ver sus labios bañados en alcohol, lograron que, cuál abeja con el polen, me apure a besarlo. No lo negaré, fue un beso ardiente, mordió mis labios, nuestras lenguas se tocaron, nuestras respiraciones se combinaron. Dios, de solo pensarlo, me imagino de nuevo en esa situación y me jode que Neil me haya cortado el posible polvo.

Claro, pensaba tener sexo con él y portarme como perra genérica de película de adolescentes; dejarlo después del acto y tratarlo como nada. Pero cómo, el karma me trata como idiota por siquiera pensar eso y ahora, ese chico, no solo acaba de volver a mi vida, sino que es chico que me besó los dedos para luego irse como hojas de heartstopper.

Es que no puedo creerlo, es casi irreal pensar que un chico me haya tratado con dulzura, sin intenciones primerizas de tener sexo o mucho menos como si una mala broma. Porque costó horrores, pero con ayuda de Cecilia encontramos información de ese chico.

Jefferson Bravo.

Las únicas cuentas vinculadas con su información eran dos: Pinterest e Instagram. En la primera tiene varias carpetas con imágenes de varias flores, son hermosas; luego había imágenes de frases de poemarios y, por último, eran fotos de partes de todo el mundo. En Instagram, tiene fotos suyas o, bueno, tiene dos fotos suyas, una tomando un café y en la otra estaba con varios chicos, todos usando un traje de sirvientas negro con blanco. Fuero de eso, no hay nada más, ni una historia, alguien lo etiqueta en redes o menos información sobre sus gustos. Era un lienzo en blanco, un lienzo, hermoso y musculoso.

—En otras palabras, no tengo idea de quién mierda es ese sujeto.

—Pues Theo me dijo que se unió al equipo en el último año, fue el reemplazo de un chico que se cambió de institución. —Dylan mordía su sándwich derramando un poco de salsa en mi mejilla. Eso me pasa por tener mi cabeza sobre sus piernas—. De ahí, dijo que lo conocía muy poco, solo que era muy callado y casi nunca participaba en las actividades del grupo.

—Ósea que es un chico antisocial que participaba en actividades donde varias personas lo veían jugar. —Cecilia afirmó apoyando la cabeza en el hombro de Neil—. Eso es curioso.

—No es la gran cosa —confirmó Neil—. Yo participé en el club de teatro por puntos extras, no porque tenga cara de autor Shakespeariano.

—El punto —puntualice—, es que en varios días no hemos averiguado casi nada de ese chico misterioso.

—¿Eso es importante?

—Dylan, ¿te golpeaste la cabeza?

Todas las miradas se fijaron en Dylan, quien por los nervios dio un suave chillido.

—¿Por...?

—¡Es la primera vez en que un chico me dice que soy bonito y posa sus labios en mi piel! —me levantó para tomar las mejillas de Dylan y que me viera directamente—. Llevo años esperando por un momento de ese estilo, tanto que fácilmente puedo escribir tres libros, pero no conozco de nada a ese chico haciendo las cosas entre curiosas y escalofriantes. Solo destacó su beso en mis dedos.

—Yo no creo que sea una gran cosa, un beso en los dedos —Cecilia se levantó del césped y se limpió la falda negra.

—No es por ser mala gente, Rob, pero Ceci tiene razón —Neil se levanta recogiendo las cosas del suelo.

—Soy consciente de que no es la gran cosa, Zanahorias, pero estamos hablando de que esa cosita, estuvo presente en mis fantasías románticas de toda mi vida, es como un sueño, un hermoso sueño.

De repente, Dylan agarró mis dedos y los besó.

Fue un beso lento, pero corto, apenas sus labios dejaron marcas en mis dedos, casi se podría contar como un beso de la brisa. Sin embargo, fue suficiente para que nuestros rostros se pusieran rojo y en especial por el chico Miller, quien tenía su característica cara de vergüenza.

—Lo siento —logró decir entre pena—, solo tenía curiosidad de si un beso en los dedos era tan especial.

Tragué saliva para volver en sí y tratar de actuar como si eso no fuera la gran cosa.

—Claro que no es la gran cosa, ¿ves? Solo que no sea tan repentino, cualquiera pensaría que me estabas cortejando.

—Lo siento.

—No te disculpes —mencionó Cecilia—. Si siguen de esa manera, puedo crear mi tesis sobre la manipulación de las masas. Muestro fotos de dos chicos y con los ángulos correctos y descripción adecuada, puede manipular al mundo diciendo que son pareja. Eso sería original y dejaría a todos con el culo cerrado.

Otra vez nos quedamos callados, solo que en esta ocasión ni su novio pudo darle ánimo a Cecilia. Fue una idea rara, y miren, que es hipócrita que yo hable de raros.

—Regresando con el chico guapo —habló Neil—: ¿Quieres conocerlo?

—Pues más que estar interesado con él, tengo intriga por la repentina atracción que siento por mí. Ya aprendí a no ilusionarme demasiado, porque no voy a enloquecer buscándolo por toda la universidad. Es como dice Daddy Yankee: si ese amor vuelve es mío, si no, pues nunca fue mío.

La alarma de Dylan que consentía en una canción de Kpop donde voces masculinas gritaban boom como tres veces. La apagó a los segundos y en su rostro se ve entre felicidad y nerviosismo.

—Tengo clases en diez minutos.

—Igual que nosotros —corroboró Cecilia—. Ahora estoy envidiando a los que no se bañan.

—Perra. —Me acuesto en el césped—. Porque mi grupo de portafolios adelantó nuestro trabajo y tuvimos la tarde libre, no significa que no me bañe. Aunque por este sol, empiezo a oler medio raro.

—¿Si sabes que nunca me dije nombre, Rob?

—¿Conoces a otro a quien le dirías ese tipo de bromas?

—Ahí me atrapaste, perra.

—Tú más, ahora váyanse, luego nos vemos.

Los tres se desaparecen entre la aglomeración de estudiantes apurados para llegar a sus clases y sufrir por una hora, mientras que yo tengo que quedarme en el césped, cubierto por la sombra de un árbol, viendo una película de mi celular y esperando a que Dylan termine clases para ir luego a inglés.

Hablando de Dylan, estoy pensando mucho en él últimamente.

En estos días, su compartimento está teniendo un cambio que no sabría decir si son positivos o negativos, en primera: ahora ya no se pone tan rojo cuando le suelto mis comentarios jocosos o con índole sexual, es más, podría decir que le divierte que le diga que se parece como mi chico soñado o que estoy enamorado suyo; no tiene el mismo impacto en estos momentos. No tengo que pensar en un momento muy antiguo para mostrar que también tiene un cambio en sus actitudes, pues ahora realiza actitudes conmigo que no hace con otros: compartir malteadas, pasar su brazo por mi nuca, abrazarme o no hace mucho que besé mis dedos. Quisiera decir que está enamorándose de mí, pero si fue el caso, ¿no debería ser lo contrario? Digo, si con solo hablar con una chica le daba nervios, ¿por qué cuando me muestra afecto no se pone como tomate maduro? Y no es que se volvió arroace o algo por el estilo, puedo notar con algunos suspiros al contar mis fantasías, lo que da entender que también quisiera experimentar eso.

Lo que me deja de nuevo sin una idea clara.

Quiero creer que está consiguiendo esa confianza que todos tenemos con nuestros mejores amigos. Con Neil le puedo decir sin vergüenza que me gusta el pito y que quiero uno en mi interior, como él también me suele decir que un adicto a comprar dlc y jugar hasta que sus ojos sangres... como que yo salgo peor parado que él, pero así son las cosas. Por lo que Dylan, parece que pronto llegará, me saludará y realizará bromas y dejará de ser tan educado, por lo menos conmigo. Lo cual no sé si sea muy bueno, adoro su actitud de pequeño angelito bondadoso, pero si eso lo vuelve feliz, no soy nadie para dejárselo.

Estuvo solo durante mucho tiempo, y conozco de mano propia que la soledad es una hija de puta, por lo que quiero que Dylan sea el mismo conmigo, que me demuestre su cariño de la manera que quiera y pueda sonreír sin miedo a ser detenido. Es curioso cómo me terminé encariñando tanto con este chico, al punto que tengo la esperanza de que encuentre la felicidad de todas las maneras posibles.—Disculpa.

Recompongo la compostura para sentarme y observar a un chico con pantalón de pana y una camiseta negra. Ah, Dios, es el chico guapo.

—No eres fácil de encontrar, Robert.

Sabe mi nombre... En las películas es algo romántico que un extraño sepa tu nombre, pero en la realidad da miedo que alguien sepa mi nombre. El chico guapo se agacha para quitarme residuos de pasto de mi cabello y mostrarme una sonrisa. Tenía dos lunares arriba de sus labios, no pude contener la risa al percatarme de que parecían ojos.

—¿Te parece divertido? —pregunto.

—Lo siento, es solo que tus lunares son divertidos.

—¿Divertidos? —tuve miedo de que mi comentario lo hubiera molestado, pero el chico seguía con la sonrisa en los labios—. Me alegra que te parezcan divertidos, ese es el primer paso para la confianza.

—¿Disculpa... quien eres?

Se levantó y esperaba que se marchara, pero en su lugar me extendió la mano y seguía con su sonrisa. Empezaba a cuestionar que su mandíbula le debe dolor horrores manteniéndola.

—¿Podemos ir a tomar algo, Robert?

A este punto estoy más confundido que emocionado por ser cortejado por un hombre, pero como mi mente curiosa me llama donde no me requieren, pues aceptó su propuesta mientras tomo su mano; era dura y áspera. Caminamos juntos hacia la cafetería y en todo el trayecto nuestro amigo era el silencio, no abrimos la boca para nada. Yo me sentía incómodo e impaciente por decir algo, lo que sea, pero para Jefferson esto parecía de lo más normal, no se lo notaba ansioso o incómodo. Ahora estaba asustado de que ese chico sea como Joe Goldberg y quiere secuestrarme después de tomar algo.

Jefferson abre la puerta para que entre primero y tomamos asientos en una mesa esquinera. Pasaron unos segundos en donde ese chico seguía sonriendo mientras me miraba y yo estaba intentando mostrar mi mejor sonrisa mientras. Soñaba con un momento de este estilo, pero teniendo en cuenta que no conozco de nada a este chico, solo se la pasa sonriendo; y no como mi Dylan. Mientras sus ojos recorrían mi rostro con perspicacia, movía las piernas con inquietud y miraba por todas las direcciones posibles intentando buscar una ruta de escapes si la incomodidad alcanzara niveles catastróficos.

De repente el chico sacó un libro con un corazón en la portada: desfibrilador. Sostenía el libro con una sola mano mientras tenía el suficiente campo visual para ver mi cara de desconcierto.

—Creo que debería presentarme como es debido —deja en la mesa su libro para volver a extenderme su mano—. Soy Jefferson Bravo, tengo 22, sigo la carrera de botánica y estoy genuinamente interesado en ti.

No sabía cómo contestar tras escuchar esa descripción, por suerte, en ese momento llegó la camarera a pedir nuestra orden. Jefferson pidió un té matcha con unas galletas, mientras que por mi lado solo me pido un expreso sin nada. Con la orden dada, la camarera se alejó, dejándonos solo de nuevo.

—¿Por qué sientes interés hacia mí? —creo que nunca me esperaba decir esas palabras con tanta confusión. Es que después de tanto tiempo de soltería, este momento se siente casi irreal—. ¿Tengo algo destacable?

—La verdad... No, no tienes nada destacable. —Ah, muchas gracias, eso me hace sentir mejor—. Sin embargo, desde que me besaste, no puedo sacarte de mi cabeza. Es como si en cada sueño lo único que veo es nuestro beso combinado con nuestros dedos entrelazándose... es casi hipnótico.

Mi corazón latía con fuerza, apretaba mis dedos a la par que no podía quitar la vista de este chico.

—¿Por eso me has buscado?

—Básicamente, necesitaba el nombre del chico que me vuelve loco.

Basta, corazón de mierda, deja de latir por sus palabras.

—¿Eso quiere decir que te gusto? —conteste con algo de pánico.

—Puede que sí, puede que no. No puedo decidirlo con un simple beso, aunque es un buen detonante.

Nuestro pedido llegó y Jefferson agradeció para beber su té con una ligera sonrisa.

—Sabes, muchos se enamoran por cosas muy banales: es que me dijo cosas lindas, es guapo, tiene plata, los dos somos acuarios. —Da un mordisco a su galleta—. Pero tras estar tiempo juntos, se dan cuenta de que no son nada compatibles, por eso nunca he tenido una pareja, pero mentiría si después del beso no hubiera pensado en declararme y pedirte ser mi pareja.

¿Qué carajos? ¿Esto es de verdad? ¿Es una maldita broma de Neil?

—Solo que tengo cerebro y pienso mejor conocerte antes de tomar cualquier decisión —bebe su té—. Es como en el principito: hay miles como tú en el mundo, otro chico del montón, como yo también lo soy, pero si nos llegamos a conocer, puedo convertirme en alguien único para ti, como tú serás único para mí.

Son contadas las ocasiones en las que mi orgullo es derrumbado para adquirir una actitud casi vulnerable, justo ahora es uno de esos momentos. Quisiera decir que sus palabras no fuera la gran cosa o solo adapto una parte del principito, pero con solo tomar esas palabras tan hermosas y transformarlas en una frase digna para marcar, fue suficiente para causar un ataque de vergüenza seguido con las ganas de salir huyendo del lugar para correr y nunca mirar atrás.

—¿Y si no llego a cumplir tus expectativas? ¿Piensas dejarme tirado como un objeto sucio? —empuje la taza para alejarla de mi espacio—. Ya tuve que soportar como cuatro idiotas en mi vida, y alerta de spoiler, fueron unos idiotas de primera.

Jefferson se quedó pensando eso por un buen rato, dándole el tiempo de terminar una de las galletas y beber la mitad de su té.

—No te puedo asegurar nada, lo único que te puedo decir es que estoy interesado en ti, lo cual es lo mismo que te prometería dinero, pero sin un trabajo fijo. Por eso es que no quiero ilusionarte, Robert, no quiero prometerte que me enamore de ti o tú te enamoras de mí, lo único que te pido es que puedas mirarme como yo te estoy mirando, con ojos de curiosidad.

No puede decir otra palabra, es que no sabía qué más decir: Muchas gracias, estaré emocionado de caer rendido a tus pies en cualquier momento. Soñé con un momento igual a este, básicamente me está ofreciendo una oportunidad para el amor y yo no sé qué decir. En mis sueños yo aceptaría su propuesta y tarde o temprano me enamoraría perdidamente enamorado, pero no es un sueño y gracias a varios imbéciles puede entender que una persona puede comportarse como un caballero, pero tratarte como mierda, o pueden que estén enamorados tuyos, pero resulta que no son su tipo. Es complicado amar, por más que lo pinten como la cosa más fácil.

Decidí terminar mi bebida y le entregué cinco dólares para luego levantarme y salir del lugar sin una razón aparte. No se comportó como un imbécil y tal vez esté creando drama donde no existe, pero en estos momentos estoy algo perdido del amor, eso fue el detonante que dejara en plan del chico de mi sueño.

Entré en una crisis de amor.

Desde mi problema ocurrido por el rechazo de Taylor, como que esa emoción por conseguir pareja se esfumó. No me malinterpreten, quiero tener novio, pero ya no voy a caer por el primer pendejo que me diga cosas bonitas. Aprendí de las maneras en que, si estoy con un imbécil, es mejor seguir soltero. Es por eso que no quiero parecer desesperado al aceptar... Lo que sea que decía Jefferson.

—Robert, espera.

Apenas salí de la cafetería, estaba con los brazos detrás de mi espalda mientras esperaba lo que tenía que decirme.

—No soy un romántico, leo poemarios y mis únicos amigos son las plantas, creo que te demuestra que no soy un chico muy popular para las personas. —Espero que no utilice eso para victimizarse—. Sin embargo, quería que sepas algo —se acerca tanto a mi lado que no comprendía sus intenciones hasta que sentí cómo metía algo en mi bolsillo—. No pienso aceptar tu dinero, eso sería descortés, Robert.

—Pero...

—Nos vemos después, Robert.

Dio media vuelta y estaba dispuesto a devolverme el dinero cuando mi celular comenzó a sonar y al ver el apodo de Dylan, decidí contestar rápidamente.

—¿Qué ocurre, Dylan?

—Robert, no es por molestarte, pero estamos por comenzar el inglés y aún no llegas. Recuerda que debemos presentar nuestro proyecto.

—¡Carajo!

Cuelgo la llama y entró en el primer taxi que me para, lo bueno de no devolver el dinero es que puedo utilizarlo para el taxi, aún así, no dejo de pensar en las intenciones de ese chico. Puede que sea buena persona o tal vez otro idiota con una buena mascara. Da igual, eso ni siquiera debe interferir en mis pensamientos. Antes estaban mis estudios, mis amigos y mi cumpleaños que será en menos de una semana; eso sin duda es más importante.  

Ok, algunos ya se habrán enterado de que dos nuevas historias están por estrenarse. ¿No lo sabías? Pues ahora lo sabes. Ya que tengo dos fanfics que me encantó escribirlos y como tienen personajes cuestionables, he decidido que les haré un remake con una temática más convencional y con personajes humanos.

Por ahora les diré que uno es un romance de oficina con el cliché de triángulo amoroso y el otro es un dark romance entre una celebridad y un asesino que termina siendo su guardaespaldas. Estas historias se estrenarán después de la finalización de esta historia, así que espero que se encuentren emocionados por esa noticia. 

Sin nada más que decir, los dejo en su linda noche, tarde o día.

Los quiero, bye <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro