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Abrazo (5)

Tragó saliva. Isabella comía con la cabeza gacha, la madre igual. Su labio estaba temblando. Miraba de lado a lado, hacia Isabella, hacia Arnold, hacia el padre, estaba frenéticamente cambiando sus ojos de lado.

Sentía que le iba a dar un ataque de ansiedad en cualquier momento.

- No me saques ese tema, estamos en la mesa.- Karan tembló de pies a cabeza, quería irse corriendo.

Estaba respirando mal, estaba muy acelerado, su corazón iba muy rápido, sus sentidos estaban como si tuviera que huir de un depredador. Se sentía como una patética cabrita blanca que va a ser cazada por un feroz lobo. Se sentía como una vulnerable gacela siendo perseguida por un coyote. Se sentía incluso como si fuesen a dispararle en la frente en cualquier momento... Como si lo apuntasen con un revólver. Se sentía como una cría de una pequeña presa indefensa. Se sentía vulnerable.

- Lo sacaste tú.

- No he hablado de los maricones en ningún momento. Pero ya que sacas el tema [. . .]- Ya está, ya no aguantaba más, le iba a dar ansiedad, estaba sudando, estaba temblando, iba a vomitar...

Su cuerpo empezó a temblar, sentía que lo poco que había cenado estaba en su garganta, no podía respirar, no podía tragar, sus ojos estaban cristalizados, escuchaba de fondo a Arnold y a su padre discutir...

Sintió la pequeña mano de Isabella sobre la suya, sintió un espasmo, brincó en el sitio por el susto y giró sus ojos hacia ella.

- Tranquilo, Karan...- musitó ella en bajo.- ¿Te encuentras bien?

Mintió al asentir con la cabeza, ella hizo un puchero. Había acabado de comer, por lo tanto agradeció por la comida, tomó la mano de Karan, aunque este no hubiera llegado ni a medio plato, pero en esos momentos era incapaz de comer más, se le cerró el estómago, incluso la madre se lo mencionó, le dijo a Isabella que esperase a que Karan acabase de comer, y él se escudó con un pequeño dolor de barriga, que no lo sentía, pero que la comida estaba deliciosa, le agradeció con una sonrisa torcida por el miedo; y ella lo sacó de allí con la excusa de que quería jugar con él después de que Karan dijera que la cena estuvo perfecta.

Sintió un gran alivio y quería achuchar a Isabella en ese preciso momento.

Al entrar en la habitación de la infante le sorprendió lo diferente que era su cuarto al de Arnold. El cuarto estaba repleto de muñecas, peluches de princesas y de animales, la habitación estaba pintada de un color fucsia que le quemaba los ojos. Los muebles eran blancos y rosas, tenía una moqueta que cubría el suelo, con un tocador de princesa, sábanas de princesa Disney, un escritorio minúsculo en el que estaban los libros de la escuela. Apretó los labios. A un lado había una cocina con elementos de plástico, comida de plástico, utensilios de cocina de plástico.

La miró, ella se sentó en la cama, lo miró moviendo sus piernas de forma infantil, lo invitó a sentarse junto a ella. Así lo hizo.

- ¿Arnold no te dijo que mentir es malo?- preguntó con inocencia. Al no recibir respuesta por parte del chico ella hizo un puchero.- Karan estabas a punto de llorar, no mientas, no estabas bien.

Le estrujó el corazón verla a punto de llorar.

- ¿Es por lo que dijo mi papá?- asintió con la cabeza en respuesta.- A mi también me dan ganas de llorar cuando se pone así.- confesó ella moviendo sus piernas al entrelazarlas.- ¿Te puedo decir papá?

Karan la miró con sorpresa, sonrió por aquellos ojos tan tiernos que la miraban fijamente esperando la respuesta, ella sonrió pensando que aquello era un "Sí". Abrazó al griego musitando que ahora él sería su papá. Karan ahogó una risilla.

- ¿Quieres que sea tu papá?

- Si, mi hermanito es mi hermanito y tú eres mi papá.- dijo ella con la más absoluta inocencia.

- De acuerdo, cuando estemos los tres juntitos seré tu papá.- ella sonrió ampliamente.- ¿Quieres que algún día Arnold, tú y yo nos vayamos a vivir los tres juntitos y solos?

- ¿... Y mis papás?- ella lo miró con sorpresa, como si hubiera visto un fantasma o le hubieran confesado un crimen.

- Cuando Arnold y yo seamos más grandes nos iremos a vivir juntos algún día...- le confesó explicándole aquello como si fuese un cuento.- Cuando dos personas se quieren mucho, se van los dos juntos a vivir solos.- sonrió por la sorpresa de la menor.- Eso haremos Arnold y yo cuando seamos más grandes. ¿Querrás venir con nosotros?- ella sonrió ampliamente y asintió frenéticamente.

- Si, si, si, si, si.- dijo ella radiante de felicidad.

Pero ambas sonrisas se borraron de sus rostros al mismo tiempo al escuchar un sonido explosivo en la casa, un sonido que parecía el impacto de algo contra otra cosa. Karan se estremeció, Isabella se bajó de la cama y salió corriendo del cuarto para ver que era. Intentó detenerla y retenerla en la habitación, pero fue tarde, ella llegó al salón y llamó a su hermano, se acercó y lo abrazó.

- ¡No vuelvas a contestarme de esa manera!

- Ya basta, por favor.- dijo la madre intentando ponerse en medio para que no siguieran peleando el padre y el hijo.

- Tú cállate, no te metas.

Ahora la pelea empezó entre los dos adultos. Arnold tomó a su hermana en brazos y se fue con paso veloz hacia su habitación, casi huyendo de la situación para que su hermana no viera la violencia doméstica ni el maltrato hacia su madre, tomando a Karan del brazo por el camino. Cerró la puerta y se quedó unos segundos apoyado en la puerta. Suspiró pesado.

- ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?- giró sus ojos hacia la derecha, Karan lo miraba con los ojos desorbitados por ver una zona su rostro sorprendentemente más oscura que el resto de su cara, algo bastante complicado, puesto que la piel de Arnold era bastante más oscura que la de sus padres y hermana.

- Cuando Isabella y tú os fuisteis, mi padre dijo que eras gay por estar con niños pequeños y escapar de los problemas en vez de enfrentarlos.- Karan apretó los labios y tragó saliva.- Te defendí diciendo que en tal caso serías un cuidador excelente, porque cuidabas a Isabella mejor que él.- los dos se quedaron pasmados mirándolo.- ¿Qué?

- ¿Te golpeó por decirle la verdad?- Isabella soltó una risilla tapándose la boca con las manos.- está mal que yo lo diga, pero... sí. Lo poco que he visto me sirve para decir que soy mejor padre.

- Por eso ahora Karan es mi nuevo papá.- sonrió radiante la menor.

Arnold sonrió y los abrazó a los dos.

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Bueeeeno, no es que puedo comentar mucho en este capítulo...

Aquí tenéis armas para matar al padre --------->

UwU

XDDDD

Okay, no a la violencia.

No es la solución...

En la mayoría de los casos TwT

XDDDD

Nah, fuera bromas, por favor que no me venga el pendejo de turno a decir: "Estás reforzando los roles de género, porque sea una niña no tiene porqué tener muñecas y una cocinita".

Yo: Por favor, ve a leer otra historia, no has entendido el mensaje de esta narración, gracias.

LITERALMENTE la historia se llama Freedom / Libertad, y creo que resulta evidente que se llama libertad o Freedom porque Arnold e Isabella se LIBERAN de su padre.

...

Pero bueno...

Siempre hay gente que solo viene a quejarse :')

En fin...

Aquí las opiniones del capítulo ----------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1271 Palabras]

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