Yet To Come Busan
Yet to come -Busan , a horas del show
No recuerdo la ultima vez que estuve tan distante de Jk como ahora y no porque lo estuviera evitando sino porque este chico tiene complejo de impostor y cree que si no ensaya miles de veces al día no saldrá bien.
Me he acostumbrado verlo sudar, correr de un lado a otro, acompañarlo al gym y tomar su rol de papá con Bam siendo yo quien lo va a visitar al centro de cuidados debido a que no se ha despegado de la sala de ensayos y no es menor, un gran show le espera.
Lo bueno de todo es que no he tenido que sentarme a dar explicaciones por la conversación que había escuchado a escondidas aquella mañana en mi casa y ni pensar de hablar acerca de dormir abrazados.
Ese día todo estaba preparado para el gran show cuando el mundo entró en pánico.
—Yun-mi esta enferma, hazte cargo de JungKook por favor— Una de las asistentes me alcanzó en el pasillo y me entregó el vestuario de Jk en una bolsa sellada.
Como el tiempo estaba en contra corrí tan rápido como mis pies me los permitieron entrando al camerino. Todos los chicos ya estaban casi finalizando con el vestuario, otros ya listos con el maquillaje y la sala estaba llena de gente.
—¡Donde esta Jk!—Miré por sobre los hombros.
—Al fondo a la izquierda— respondió Nam a quien seguían maquillando.
Caminé como pude entre la gente y me dirigí a los cuartos del fondo hasta llegar a la puerta.
— JK, soy yo Yunji— no podía ocultar mi nerviosismo.
Jk abrió la puerta con un plátano en la mano, llevaba una camiseta 2 tallas más grande y un buzo, ya figuraba maquillado y peinado, solo esperaba el vestuario.
— ¿Y Yun-mi? —miró extrañado.
—Vomitando seguramente— suspiré — Toma, este es el vestuario, te espero afuera— le alcancé la bolsita.
— Espera, tienes que ayúdame a ponerme esto— apuntó un montón de cables en el sillón.
Dios, soy tu mejor guerrera al parecer porque me das las pruebas más complejas ¿cierto?
No fue hasta cuando Jk comenzó a desnudarse frente a mi cuando me tensé completamente y él parecía muy normal ante mi presencia.
—Yunji dame los pantalones— alzó su mano hacia mi.
— Toma— le alcancé los pantalones con los ojos cerrados respetando su privacidad.
— Como me vas a pasar los pantalones si no sabes donde estoy— rió .— Mírame no hay nada malo en ello—.
Abrí los ojos y figuraba inclinado en una pierna alcanzando el pantalón que estaba a metros de él, ante ello me acerqué algo tímida evitando posar mi vista en su abdomen o en su bóxer negro Calvin Klein.
— ¿Yun-mi te ve así todo el tiempo? —pregunté intrigada.
—Desde que tengo 15 años— subió el cierre de su pantalón y se acomodó el cinturón — Me conoce completo, completo—. se inclinó a recoger sus botas para colocárselas con paciencia.
—Necesitaré tu ayuda para colocarme el dispositivo de audio , ¿puedes acomodarlo mientras me coloco las botas?— apuntó con sus labios a los cables que estaban en el sillón.
Obedientemente me apresuré a revisar los cables identificando los audífonos y la caja de audio como un extremo y el otro.
—Ahora comienza a sacar tiras de la cinta que esta junto a la mesita para pegarme los cables al cuerpo— habló sin quitar la vista de los cordones de sus botas.
No solo tenia que verlo sino que también tocarlo, Dios no me des más guerra, esto es injusto y justo a la vez, prometo no pecar más.
Se levantó y caminó con su polera sin mangas de terciopelo negra hacia el espejo de cuerpo completo que yacía de pie en una esquina de la sala, tomó el perfume de su neceser y roció un poco al costado de sus orejas y tras su cuello. La habitación olía a Jk por completo, me sentía embriagada.
Me acerqué y le entregué los fonos por sobre los hombros y se los acomodó en los oídos para calcular donde debía pegar la cinta y no quedaran tan tirantes los cables que descendían por su columna.
—Asegúrate de que queden bien pegados, la cinta no se va a remover con el sudor pero al bailar a veces se suelta— dijo mirándome a través del espejo.
No sabia que tenia algunas pecas en la parte posterior de sus hombros ni el lunar que reposaba cerca de su costilla en el lado derecho. Su piel olía a leche de almendras y coco, junto a su perfume tan sutil y representativo, recordé el abrazo que me dio aquella noche en la que aún estaba algo borracha.
Pasé mi dedo sobre la cita reiteradas veces para que se ajustara a la piel y al cable que ahora formaba parte de su cuerpo el cual reaccionaba ante mis manos heladas.
—Yunji, tus manos heladas me tienen la piel erizada, mira— me mostró su brazo no tatuado donde podía ver sus vellos erizados.
— Lo siento— le alcancé la polera — Ya estamos listos— suspiré.
— ¿Guardaste la caja del audio en la parte trasera de mi pantalón?— acomodó su cabello frente al espejo.
Miré la caja que colgaba por sobre la nalga derecha.
— Dentro del bolsillo del pantalón hay un bolsillo especial para la caja, solo debes acomodarla ahí, toca con confianza— dijo con algo de picardía.
Salí de esa habitación ruborizada con una mezcla de sensaciones en mi cuerpo y Jk lo notó completamente, lo supe cuando se acercó a mi oído como el otro día en el umbral de mi apartamento.
—Noona, tus manos son hermosas pero muy heladas , caliéntalas antes de que vuelva por el siguiente cambio— guiñó mientras se acomodaba su chaqueta antes de atravesar la puerta, triunfante.
Algún día de estos ese acento de Busan me va a matar.
Con el equipo mirábamos el concierto a través de los monitores en camarines, muchos estaban emocionados al ver a los chicos dar el espectáculo como padres orgullosos, yo solo rezaba por que las cintas en la espalda de Jk no se despegaran ante tal desplante escénico, era todo un profesional.
Una vez que comenzó el interludio uno a uno entraron precipitadamente a la sala para cambiar su vestuario.
Cuando vi a Jk cruzar el umbral supe que la pequeña toalla que tenia en mano para secarle el sudor no serviría de nada.
—¿Lo hice bien?— respiraba agitadamente —Perdí mi collar en el escenario— secó el sudor de su rostro.
Me dediqué a secar delicadamente el sudor de su espalda y me sentí alegre al ver que las cintas seguían en su lugar. Jk subía sus brazos para que pudiera retirar la mayor cantidad de sudor posible.
Nuevamente se aplicó loción y se acomodó su camiseta blanca y la chaquetilla de jeans, acomodó su cinturón y volvió a salir esta vez sin despedirse.
Así fue el ultimo cambio de vestuario que daba la cuenta final de concierto, se veía emocionado y fatigado al mismo tiempo, podía percibir los latidos de su corazón sobresaltado cuando le quitaba el sudor de su pecho al igual que sus ojos mirándome detenidamente mientras lo hacia.
—Lo haces muy bien Yunji— sonrió.
Una vez ya con los del equipo, me topé a Yun-mi entre quienes veían el concierto por el monitor, me acerqué a ella para preguntar si se sentía mejor.
—Unnie, ¿Cómo está?, me dijeron que estaba enferma— pregunté tocando levemente su hombro.
—¿Enferma? para nada— respondió confundida.
—¿Como?— estaba muy confundida —Una chica me entregó el vestuario de JungKook en el pasillo diciendo que no podía usted porque estaba enferma—.
—¡¿Qué extraño?! JungKook me dijo que lo ayudarías con el vestuario hoy, así que apoyé en maquillaje— respondió y se volvió hacia la pantalla que mostraba la despedida de los chicos.
¿Todo fue una idea de Jk para ponerme en aprietos?
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