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¡Eres tan impaciente, Jk!


Mamá y Abuela no deseaban que regresara a Seúl. Solían extrañarme demasiado cuando no estaba pero cuando se trata de ver sus Kdrama en la única TV que hay en casa prefieren que me vaya pronto.

Todo el camino a Seúl pensé en la deuda saldada, la cual era la única razón para seguía trabajando con Jk y Hybe. Había sido bastante cuidadosa con los ahorros estos 10 meses, el alquiler del apartamento no es tan costoso, el trasporte lo provee Hybe entregándome un auto para movilizar a JK cuando era necesario, en comida tampoco gastaba grandes cantidades de dinero así que no tenia razones para derrochar nada.

Si tenia que renunciar o terminar mi contrato debía ser cuidadosa. Aparte de hacer el papeleo y el aviso correspondiente también tenia que anticipar a Jk lo cual me daba un tremendo dolor de cabeza, pecho y estomago. 

                                      ¿Cómo podría decirle que ya no seria más su asistente?

Tendría que decirle esta noche o durante la semana posiblemente arriesgando el viaje a Qatar pero debía hacerlo porque es algo que me prometí a mi misma y a mi familia, continuar con mi vida y comenzar a pensar en grande como siempre quise.

Una vez en el apartamento me di una larga ducha tibia y me puse mi bata de seda para andar en casa y mi ropa interior a excepción del sostén ya que me parecía lo mas opresivo existente. Tenia tiempo suficiente como para preparar algo para comer y arreglarme antes de que Jk llegara a visitarme como lo había mencionado en la madrugada.

El timbre sonó,  aún no era la hora para atender a mi visita pero no voy a mentir acerca de lo feliz que caminé hacia la puerta.

—Hola— mi sonrisa se borra al ver a la Sra. Choi quien alquilaba el edificio.

—Hola Srta...— vivía hace 10 meses y aún no se sabia mi nombre.

—Woo, Woo Yunji—dije amablemente ocultando mi molestia.

—Woo Yunji— anotó en su libreta —Vengo por la renta—.

Su corte melena con alguna canas y su estatura diminuta la hacia lucir como una Edna Moda pero nadie debería dejarse llevar por su aspecto encantador por sus mejillas rebosantes, es una persona peligrosa y sin sentimientos, lo digo porque la antigua inquilina fue expulsada sin mes de garantía por tener un perrito bullicioso.

—Se la cancelo mañana sin falta— suspiré —Vengo llegado de ver a mi familia y no deshecho la maleta y tengo el dinero...—

—Ya sabes, en un sobre con tu nombre y el numero de tu apartamento— escribió— Mañana entonces me paso por el—.

No se despidió, solo caminó hacia el siguiente apartamento el cual estaba a 2 puertas del mio.

Entré nuevamente al apartamento a ver que me colocaría para esta noche. Puede ser algo relajado como un buzo, pantuflas... o algo mas sofisticado como un vestido... Pasé frente el espejo de cuerpo completo junto al armario y noté que la bata y mi cabello recién salido de la ducha lucia muy atractivo en mi así que decidí por no cambiar nada. Solo aplique loción, perfume y me sequé un poco el cabello y lo dejé ser.

Sus ojos lucían preciosos tras las gafas que llevaba puestas, más allá de que las usara por gusto tenia que admitir que lo ayudaban a ver mucho mejor de cerca.

Su camiseta negra lisa de algodón, un jeans ancho algo ochenteros, cabello alborotado secándose a la temperatura ambiente aún tenia vestigios de la permanente de rulos hecha antes de Yet to come Busan.

—¿Me contarás como te fue en el matrimonio de tu amiga?— se inclinó para alcanzar las verduras al vapor que había colocado en la mesa de centro junto a una ración de arroz para cada uno.

—No, la verdad es que es algo aburrido de contar—desvié el tema.— Mejor cuéntame de ti—.

—¿Qué quieres que te cuente si tu ya lo sabes todo?— sonrió — Me quedé en casa como todos los domingos, en la tarde fui a dejar a Bam, volví y llamé a Namjoon Hyung, luego vi series— se recostó en el sillón satisfecho de su comida. —Estaba todo muy delicioso, no sabia que cocinabas tan rico— frotó su abdomen para luego subirse la camiseta hasta la altura del obligo dejando entre ver el elástico de su bóxer.

Sonreí ante su poco sutil insinuación. Quise levantar los platos vacíos de la mesa frente al sillón donde estábamos actualmente pero me cogió de la cintura para recostarme junto él. Su boca se encontró con la mía en un beso lento pero totalmente esperado que respondí con gusto. Me recosté en su pecho y metí mis manos bajo su camiseta para acariciarlo trazando líneas invisibles con mis dedos.

—¿Algo pasó allá que no quieres hablar?— preguntó pasando su mano por mi cabello —Te siento extraña—.

—¿Tan obvia soy?— suspiré y dejé mis manos posadas en su cintura sin perder el contacto de piel con piel.—Ya sabes, típicos comentarios de gente mal intencionada opinando de la vida de los otros—.

—¿Y eso que tiene?— se inclinó buscando mi rostro.

—Hablaron de mi—.

Recordar el momento no fue algo muy agradable y no solemos hacer esto de hablar cosas personales cuando la misión de la noche es comernos a besos. Sentía que contaba cosas de más  y bajaba la guardia que había prometido mantener en alto, ocultando mis sentimientos siempre.

—Sabes que puedes contarme lo que quieras— replicó dejando un beso en la coronilla.

¿Qué esta sucediendo? ¿Besos en la coronilla, acostarnos a hacernos cariño y hablar de nuestro día? Creo que me estoy equivocando, esto no es nuestra forma de hacer las cosas.

—¿Podrías dejar de hacer esto de preguntarme que tal estoy?— me incorporé mirándolo a la cara — Estoy mal y no solo ahora sino que casi siempre y a la gente le divierte ver mi desgracia porque si se comparan conmigo sus vidas lucen mucho mejor— quité mi cabello del rostro — No tolero las injusticias, odio sentirme vulnerable y que me menosprecien por no ser lo que todos esperan— me levanté rumbo a buscar un vaso de agua.

En cosa de segundos tenia a Jk abrazándome por la espalda con su boca cerca de mi oído.

—Podemos olvidar esta noche que nos sentimos mal, evitar dar lastima con lo que nos sucede e irnos a la cama a estimularnos hasta acabar— mordió mi oreja con sensualidad —Te he pensado todo el fin de semana y con esa bata de seda me estas haciendo sufrir desde que crucé la puerta—.

Sus manos recorrieron mis muslos apretándolos levemente subiendo por mi cadera por sobre la tela suave de la bata. Sus labios cálidos y el frío metal se colaron en mi cuello para tomarlo como suyo logrando que olvidara el porque fui a la cocina.

Caminamos hacia el cuarto y lancé al suelo la maleta que tenia abierta sobre la cama para tener espacio.

Tenia la necesidad de sentirme poderosa y capaz de todo esa noche y en la intimidad lograba desatar cosas de mi, liberar estrés y tensiones así que tomé la iniciativa de hacer acabar a Jk a como de lugar, quería que gimiera solo para mi y tener el poder de verlo bajo éxtasis de su propio orgasmo.


Sus ojos se cerraron de inmediato cuando mi respiración rozó su intimidad que permanencia erguida en mi mano. Mis entrañas se contraían de la emoción y la excitación por hacerlo, podía ver que Jk también lo deseaba tanto como yo.

Mi lengua recorrió parte de su base hasta la excitante cúspide en tonos rosa que están lista para ser estimulada entre mis labios húmedos. Mi mano deslizaba la fina y delicada piel que envolvía su miembro desde la punta hasta la mitad donde volvía a subirla con sutileza, veía como aquello lo quemaba por dentro.

—Yunji me encanta como lo haces— suspiró en medio de gemidos.

Su voz se trasformó en un escalofrio que recorrió desde mis oídos hasta mi intimidad la cual pedía atención con urgencia pero tenia a Jk muy atento a como la punta de mi lengua rozaba la unión de su prespucio y su glande de arriba a bajo y luego hacia ambos alternando mi mano para aprovechar la lubricación que el mismo generaba con su excitación.

Sus manos se aferraban a mi trasero el cual encontró en su momento más desesperado de excitación. Como desde su posición, recostado boca arriba no me alcanzaba ya que yo permanecía al final de la cama succionando de forma intermitente su miembro, no hallaba la forma de poder darme placer ante lo cual se me ocurrió la brillante idea de continuar lamiendo y succionándolo pero con mi trasero e intimidad a su disposición girándome hacia él.

No necesité decirle lo que deseaba, sus dedos ya habían tomado la posición que tanto amaba y llevaban un ritmo más acelerado del que yo tenia con mi lengua en su intimidad la cual a cada momento se colocaba más firme.

—Estas muy húmeda, por que no habíamos hecho esto antes— suspiró — Quiero acabar contigo, súbete a mi—acarició mi cadera intentando empujarme para que hiciera lo que él deseaba.

—Jk, vas a acabar como yo quiera— dije sin dejar de sacudir mi mano a un ritmo constante — Quiero que acabes para mi, quiero verte—.

Volví a mi posición anterior mirándolo fijamente lo cual lo sorprendió y me miró fascinado por mi astucia. Debe haber sido un gran espectáculo verme introducir su miembro entre mis labios sin dejar de buscarle la mirada.

Su esperma escurrió por mi mano luego que acelerara el ritmo tal y como él lo pidió. Yo hacia una leve presión para sacar hasta la ultima gota de su interior y limpiarlo con una camiseta que tenia en la maleta del piso.

Satisfecha con mi actitud dominante fui por agua para mi y Jk quien ya se había cubierto con su bóxer.

—Eso fue increíble— dijo luego de beber todo el liquido de un sorbo sin detenerse.

Me fui a la cocina para lavar los platos sucios de la comida, sentía que el sexo me había liberado parte de las tensiones acumuladas por el fin de semana. Jk estaba en mi cuarto como aquella noche pero estaba vez le había hecho un oral sobre mi cama.

La soledad no le sentaba nada bien al maknae quien se acercó a ver como terminaba de secar y ordenar la loza ocupada. Su labios estaban mas rojizos , se había colocado sus pantalones pero  abrochar, su polera había quedado en el suelo del cuarto.

— Tienes tu encanto cuando me mandas— tomó uno de los vasos y los dejó en el mueble sobre su cabeza.

—¿Quieres un café o algo para beber?—  desvié el tema.

—Preferiría hacer algo por ti como tu lo hiciste por mi— tocó mi mano quitándome el plato para dejarlo en la encimera.—Lo digo en serio—.

—¿Cuál es el apuro?— me giré hacia él — Eres tan impaciente Jk, debes aprender a esperar—.

Jk me miró extrañado, quizás había sonado muy distante, puede que él solo quería sentir que estaba haciendo las cosas bien y al parecer yo solo trasmitía el mensaje de: " espérate un poco, eres sofocante"

—Jk — lo llamé ante lo cual me miró con sus ojos tiernos —¿Te han dicho que luces muy tierno cuando miras así?— me acerqué a tocar su mejilla.— Debo admitir que eres muy guapo y encantador— apreté sus comisuras labiales haciendo que sus labios se pronunciaran hacia el frente y lo besé.

Él solo sonrió ante mi acto y me siguió hacia el cuarto donde me recosté junto a él.

—Sigo nervioso por lo de Qatar— mencionó colocando su cabeza en mi pecho —No me siento seguro—.

—Lo harás bien, ahí estaré para apoyarte— acaricie su cabello — Y para quitarte el estrés— sugerí en su oído.




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