Hybe Label -Martes 12:00 hrs 

—Que las costuras sean recubiertas con algodón, si quedan expuestas le molestan en la piel—  le hablé a la modista que estaba en la mesa viendo las telas.

—Costuras recubiertas— anotó en su tableta — ¿Algo más? — me miró de reojo.

— La pretina del pantalón, que no sea tan ajustada y  el es una talla medium ajustada  pero le gusta utilizar una más grande— lo miré a la distancia como le tomaban medidas.

— Tranquila, no tendrá que correr con el traje, será para la toma en un ataúd— sonrió la mujer y se giró para hablar con la chica que terminaba de tomar las medidas.

Estábamos a buen tiempo para el asunto del vestuario, diría que estábamos bien adelantados, pero es que entre los viajes y las grabaciones seguramente lo del vestuario quedaría para el final y no nos convenía.

—¿Todo bien JungKook?—  me acerqué para conocer su estado, llevaba unas horas sobre una tarima y parecía cansado.

— Todo bien gracias, quisiera una ensalada de frutas en el camerino por favor, creo que ya terminamos aquí— miró a las dos mujeres que estaban haciendo pruebas de telas.

— Sí, solo 20 minutos más y estamos listas— me miró la muchacha más joven.

— Bien, voy por la ensalada— sonreí amable y salí de la sala rumbo a la recepción, mientras bajaba por el ascensor pedí una ensalada de frutas al lugar de siempre.

Volver al trabajo luego de estar días tan cercanos, entre caricias, risas y buen sexo resultaba una tortura.

Fingir cordialidad y lejanía era irónico ya que esta mañana me tomó bastante tiempo ocultar un moretón que tenía en el cuello de la noche anterior.

Cuando volví a la sala JK ya estaba en el camerino. Golpee la puerta e ingresé mientras se estaba cambiando y cerré la puerta con seguro por si alguien se atrevía a entrar por error.

—Su ensalada de fruta— dejé el recipiente en la mesa frente a él mientras se acomodaba la hebilla de su cinturón.

Él se acercó a mí y me dio una nalgada sin decir nada, abrió el recipiente y sacó unas uvas, puso una en mi boca acaparando mi atención.

— No hay cámaras aquí Bossy, no te preocupes— sonrió y se sentó para colocar sus zapatillas.

—Aún así hay que cuidar que no vean eso— mastiqué la uva con gusto y saque otra.

—Si nos hubieran visto anoche—  sonrió coqueto — ¿Cómo va tu cuello ?— se levantó a ver la marca tras el cabello que lo cubría, a pesar del maquillaje igual se lograba apreciar — Lo siento— dejó un beso sobre el hematoma y volvió a besar pero esta vez de una forma más erotica — Puedo hacerte otro en otro lugar ahora— susurró a mi oído.

—No, JungKook— susurré a su oído algo alterada por la cercanía.

— No mientas Yunji, se que quieres— sonrió contra la piel de mi oído erizándola — Estoy seguro que ya estas algo mojada para mi— bajó sus manos a mi pantalón y lo aparté.

—Te espero afuera— caminé hacia la puerta, saqué el seguro y salí rápidamente hacia el baño.

Me miré al espejo y mojé un poco mi rostro, estaba ruborizada. Hoy iniciaba una tortura llamada:

No dejes que sepan que estás saliendo con Jeon JungKook

— ¿Todo bien Yunnie?— Seulgi salió de uno de los cubículos del baño para lavarse las manos — Wow que te sucedió en el  cuello ¿Tu novio es vampiro? — rió.

—¿Qué novio?— respondí confundida y preocupada a la vez, miré por el espejo y vi el maquillaje algo corrido en mi cuello y me quejé por lo bajo, no hacía traído conmigo mi base.

—La primera vez que nos conocimos dijiste que tenias novio—  se acercó a mí rompiendo toda barrera corporal y miró de cerca la morada marca —Tengo maquillaje en la oficina, yo te ayudo—  tomó mi mano con la suya que estaba helada por el toque del agua y salimos rumbo a la oficina.

En el lugar Seulgi me sentó y comenzó a pintar como una artista del maquillaje y de paso mejoró mucho mi maquillaje del día haciéndome sentir muy linda.

 —¡Listo! Quedaste perfecta— sonrió y me entregó un espejo — El ondulador hizo que tus pestañas se arquearan más, ahora tus ojos se ven más grandes, luces muy guapa— aplaudió feliz.

—Gracias Seulgi— aun no podía sacarme los ojos de encima, realmente me veía guapa — Tengo que ir por Jungkook y llevarlo al GYM, si gustas almorzamos juntas cuando vuelva—  guardaba mis cosas de la oficina mientras esperaba su respuesta.

— Lindo collar, es un lirio— contestó antes de que saliera de la oficina.—Acepto tu invitación—.

— Sí, es un regalo— acaricié la medalla con la yema de los dedos — Tu elige el lugar, no me demoro nada—.

— Muy bien, te veo allá, te envio la dirección por teléfono—.

Nos subíamos al auto juntos y Jungkook iba a muy pendiente de su teléfono como para notar que me había maquillado, no quería decir nada yo, quería que él lo notará pero todo el camino al GYM fue estar en su teléfono riendo de vez en cuando.

— ¿Vengo por ti como a las 15:00?— lo vi sacar su bolso de entrenamiento.

— Sí, es una buena hora — dijo mirándome fijamente — ¿Te maquillaste?—miró coqueto — Luces muy muy guapa Bossy, con o sin maquillaje— lanzó un beso — Me voy a mantener este cuerpo para seguir impresionandote— guiñó  e ingresó por la puerta trasera al lugar sin ser visto como siempre.

Luego de dejar a JK, Seulgi me envió la dirección de un restorán cerca del centro y reservó una mesa ya que era bastante bueno como para tener una gran fila en el frente. Tomamos asiento en una buena mesa junto a la zona al aire libre.

— No soy muy buena para lo picante— Seulgi miró el pequeño pocillo con kimchi que nos habían dejado en la mesa — Me irrita el estómago, quizás soy alérgica—.

— Yo soy alérgica al kiwi — reí — Eso me irrita la garganta, es horrible— suspiré al recordar mi última vez con alergia por tomar por error un batido verde que contenía aquella fruta entre sus ingredientes.

— Las alergias son lo peor— llevó un poco de arroz a su boca — A todo esto, ¿Tu novio es de la empresa o no?

— No, él trabaja en un bufete de abogados— bajé la mirada, odiaba mentir.
— Wow, abogado, osea que si llega a ocurrir algo con Jungkook shi tienes quien te defienda — rió pero no le encontré la gracia.
— ¿Cómo que puede pasar supuestamente?

— No lo sé, quizás podría propasarse contigo o algo parecido— me miró y comió unos cuantos vegetales — Son cosas que le suelen pasar a las asistentes todo el tiempo

— JungKook es un chico educado y respetuoso conmigo, jamás pasaría eso— me dedique a comer y no decir más.

— Es es guapo— dejó su almuerzo de lado — Siempre lo vi a través de una pantalla pero en persona es más guapo aún, ¿No lo crees? —.

—No es mi tipo— respondí cortante.

En cosa de segundo la bebida de Seulgi estaba empapado mi tableta por completo debido a la torpeza de ella al correr su plato. Levanté el aparato que parecía demasiado dañado y me alteré el punto de secarlo con parte de mi ropa.

Seulgi pidió más servilletas, el camarero vino a limpiar y ayudarnos con el tablet que ni siquiera encendía.

—¡Ay no! — Me cogí la cabeza con ambas manos y cubrí mi rostro con ellas

—¡ Yunnie lo siento, no me fijé!— su voz sonaba apenada — Puedes usar la mía y entrar con tu cuenta, ahí tienes respaldo de todo ¿Cierto?— deslizó su tablet de la empresa sobre la mesa — Fue mi culpa, dejame ayudarte.

Cuando todo parecía calmarse luego del desastre de la bebida y mi tablet que se encontraba en reparación o posterior reemplazo recibí una llamada del entrenador de JungKook.

— ¿Srta Woo?  Soy el entrenador, disculpe que la moleste pero algo extraño está pasando en las afueras del GYM, hay unas cuantas chicas y la administración comentan que es por JungKook ¿Es posible que vengas por él? Está un poco ansioso aquí—.

¿Qué?  La ubicación del GYM era privada, ¿Cómo es que Army está afuera?

—Salgo de inmediato— corté la llamada.

Cuando voy saliendo apurada a buscar a JK una de las coordinadoras me alcanza en el pasillo y me muestra una fotografía que se había viralizado en Twitter, en ella se podía apreciar a JungKook colocándose los implementos para su clase de boxeo y luego un video corto tomado desde la entrada de la sala a su espaldas.

Esto era grave, había una sasaeng tras de esto o uno de los chicos que frecuentaban el GYM estaba vendiendo información.