El caliente sol de Jeju
Jeju Island
El sol golpeaba mi rostro y yo apenas podía mirar. Eran los últimos rayos de luz antes de que nos fuéramos a un frío inminente. Era un dia precioso y lamentaba que fuera el ultimo en nuestra estadia en Jeju.
—¡Guapa!— alcé la voz al ver a Yunji salir de la cabaña en un sexy bañador, lucia muy guapa a pesar de que mi vista a distancia no fuera la mejor a mis cortos 25 años.
Se acercó un poco más y vi como me mostraba la crema solar asi que corrí hacia ella sacando los pies del agua.
—Luces aún mejor de cerca
—Tu no estas nada mal — me sonrió tapado el sol con la palma de su mano sobre su cabeza —Te pondré crema solar y tu a mi, ¿Te parece?
—Obvio que si
Tomé siendo frente a ella bajo la sombrilla y las mantas que teníamos tendidas a las orillas de la playa. Habíamos visto como los ruidosos vecinos se habían retirado esta mañana y teníamos toda la playa para nosotros así que nos animamos a tomar sol libremente.
Las manos de Yunji acariciaban mi espalda con mucha suavidad y paciencia, era una sensación muy placentera mientras miraba el mar. Cualquiera en mi posición bajaría todas sus defensas y miedos solo para disfrutar este momento.
—¿Recuerdas cuantos tatuajes llevas?— Yunji interrumpió mi meditación mientras colocaba crema solar en mi brazo tatuado
—Ya lo olvidé
—¿Nunca te había dicho que me parecen atractivos?— dejó un beso en mi hombro y me abrazó —Me toca
Me arrodillé y gatee hasta cambiar de posiciones con Yunji, su bikini color violeta con unas cuantas florecitas le daba un toque muy femenino a su figura delicada y curvilinea. Alzó su pelo en un tomado alto para que no se pegara a su piel una vez untada la crema solar.
Se colocó de espaldas hacia mi dejando su trasero a mi disposición, no pude evitar sonrojarme porque esta situación me invitaba a pensar cosas sexuales haciendo que mi cuerpo reaccionara de forma rápida a los estímulos.
Acaricié sus piernas con la crema hasta dejarlas cubiertas por una fina capa que se absorvia lentamente, acaricié sus gluteos apretandolos con gracia haciendola reír y luego subí a su espalda.
—Será mejor que te quites la parte de arriba para aplicar mejor la crema— dije acercándome a su oído.
—¿Es necesario sacarla completa o solo puedo desatar el nudo?— preguntó ladeando su cabeza para hablar mejor.
—Es que después igual tengo que untarte en el pecho así que es mejor que se te lo saques y nos ahorramos tiempo
—Me parece bien— se alzó un poco y desató el nudo de tras de su cuello y el de la espalda con destreza mientras yo la miraba con detención, su espalda y el surco que generaba su columna era demasiado sexy para mi y a plena luz del sol con la playa de fondo era una vista espectacular en todos los sentidos.
Me posicioné tras de ella con la intención de que mi erección bajo el bañador le rozara el trasero, sabía que eso la prendía muchísimo por lo que cada vez que acariciaba sus espalda acercaba bien mi miembro a sus glúteos. Sentia que a medida que aumentaba las repeticiones Yunji alzaba su trasero hacia a mí y frenaba mi avance sintiéndolo más apretado hacia ella.
—¿Me bajarás el bikini o solo haremos esto hasta que acabemos?— interrumpió con una voz desafiante a lo que respondí entre una sonrisa que no podía ver.
El altura de la sombrilla era perfecta ya que hincado bajo ella no tenía problemas, alcé la cadera de Yunji y bajé la tanga con lentitud viendo como un hilo de fluido se separaba de ella, me mordí mi labio por el deseo de tocarla. Acaricié con dos dedos su área sensible mientras me introducía en ella, no vacilé, solo lo hice de a poco para no parecer tan desesperado al tacto, estaba muy caliente.
Introduje mis manos en el arena buscando mantener mi posición más estable ante las embestidas de JungKook, ¡Demonios! me tenía chillando y mordisqueando mis labios para no quedar como una exagerada ante el placer que me estaba dando.
—Jung ...Kook — gemía a duras penas
—¿Quieres cambiar de posición, guapa?— sus embestidas fueron bajando de intensidad —Te vez tan sexy desde aquí, podría correrme en tu espalda
La sola imagen mental me tenía gimiendo, solo estaba siendo estimulada por su glande entrando y saliendo con lentitud.
—Cambiemos de posición— suspiré —Tu abajo
Me hice más adelante y quité la tanga que aún estaba en mis rodillas para tener más movilidad. JungKook se tendió sobre la manta dándole la espalda a la playa boca arriba quitándose el mismo tiempo el short de baño. Me acomodé sobre él y descendí sobre su miembro con amor y paciencia sintiendo como mi centro lo aceptaba completamente.
JK cogió la crema solar y untó un poco en sus manos mientras movía mis caderas en círculos y las llevó a mis pechos esparciéndola de una forma muy erotica, rozando mis pezones con dedicación hasta erectarlos.
—Hazme acabar preciosa— gimió y llevó sus manos tras la nuca expandiendo su pecho mostrándome sus fuertes bíceps y su abdomen contraído.
Brincaba sobre su pelvis lo más rápido que me daban las piernas hasta que lo sentí correrse, su entrecejo se arrugo y se arqueó levemente ajustando sus manos en mis glúteos. Se incorporó hacia mi y me estrechó en sus brazos donde pude descansar, estaba fatigada y mis piernas temblaban algo exageradas, había sido algo muy placentero.
—Somos prácticamente perfectos de esta forma— me atreví a romper el silencio del abrazo, aparté mi cabeza de su hombro y lo miré quitándole algunos de sus cabellos de la frente —Me vuelves loca— besé sus labios con pasión y el corazón a tope.
Yo aún no había acabado y el seguia algo firme dentro de mi, por lo que comencé a frotarme contra él y a gemir, me sentía en la cima sin siquiera intentarlo más allá. Jk limpió sus dedos con arena en la manta y me recostó en ella e introdujo su dedo indice y medio en mi estimulando mi interior con paciencia, lamió mis pezones y los succionó con deseo mientras mis manos acariciaban su cabello con un poco de arena y algo tieso por la sal de mar.
—Acaba en mis dedos, guapa — dijo entre los sonidos eroticos que hacia su boca estimulando mis sensibles pezones.
Nunca fui buena para la playa, no era mucho de mi agrado porque la sensación de el arena pegada en mi piel no me era algo agradable.
Miraba a JK como se zambullia entre el poco oleaje que se formaba, verle su cabello mojado era muy atractivo.
Permanecí sentada en el arena bajo el sol con el cabello tieso por el agua de mar aferrandome a mis músculos con el mentón apoyado en mis rodillas.
—¿En que piensas? — JungKook tomo asiento frente a mi aún mojado.
— En todo y en nada a la vez
— ¿Debería preocuparme? — me miró paciente esperando una respuesta pero no sabía que decir.
—No, quizás estoy nostalgica por la vuelta a Seúl
JK besó mis labios dejando húmeda mi cara y salada dejó mi cabello a un lado sin dejar de mirarme. Era tan dulce y me sorprendía bastante su cercanía desde que entramos en confianza mutua.
—Volveremos juntos, estaremos juntos y eso será lo único que necesito saber, todo saldrá bien— mencionó con dulzura.
— Tenemos que fijar límites para que esto salga como queremos — lo miré precisamente porque es él quien rompe reglas.
—¿Por qué me miras así? — rió incrédulo.
— No tenemos que hacer contacto físico en los lugares públicos— comencé a nombrar —En especial nalgadas y agarrones
— ¿Y si no hay nadie mirando?
— ¿Y si hay cámaras? — abrí mis ojos dejando obvia mi posición
—Ahhh— expresó comprendiendo mi punto —Y tienes que actuar muy amable, decirme: JungKookie, ¿que necesita?
— ¿También debo usar un traje de sirvienta?
— ¿Lo harías por mi? — preguntó coqueto
—No sólo para ti, recuerda que estaríamos en la empresa...
— ¡Aego!— se quejó y me empujó contra el arena.
— ¡Qué bruto! —lo empujé de vuelta quedando impregnado en arena
Me levanté y corrí a la cabaña dejándolo atrás
— El hombre de arena— grité a lo lejos y lo vi correr hacia mi con rapidez a pesar de la tracción del arena.
Era imposible no amar a Jeju, era imposible no amar a JungKook.
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