El hombre la miró con recelo, pero aceptó con un: "sí, hermana" y se fue por uno de los pasillos refunfuñando.

- Nos batiremos en tiro con arco, imagino que os habrán informado de nuestra excelente puntería, ¿No es así?- los dos asintieron al mismo tiempo.- Entonces, imagino que habréis hecho una parada en las aldeas de mecas para practicar en los torneos...- volvieron a asentir, aquella vez con la voz y con la cabeza al mismo tiempo.

- Ganamos en el único torneo que nos presentamos sin esfuerzo.

- Excelente. Entonces esto les parecerá casi una broma...- dijo ella de forma desinteresada.- Pasemos a las condiciones...- empezó a caminar hacia por los pasillos hasta llegar a un jardín trasero en el que vieron un magnífico campo de tiro al blanco.- Si ustedes ganan, ¿Qué quieren? Podemos ayudarlos con comida, medicinas o incluso económicamente...

- De hecho...- Álex tomó la palabra.- Nos interesaría más saber cuales son las condiciones en caso de que perdamos...- Dijo ella.

- Ya veo... En ese caso... Serán los sirvientes de mi hijo y mi sobrino hasta que uno de los dos gobierne.- los dos se miraron de reojo.

- No quiero sirvientes, mamá.- se quejó una voz que les resultó conocida a los dos hermanos, al girar su vista vieron al centauro pelinegro de la aldea de los mecas, este también se mostró sorprendido y molesto de verlos.

- Volvemos a vernos...- dijo Álex con una sonrisa de oreja a oreja.

- Desgraciadamente.

- ¿Los conoces de algo?- preguntó su madre.

- En la aldea meca, me siguieron hasta que los perdí de vista al regresar, nada importante.- se encogió de hombros.

No quería hablar del tema de pelea porque si madre era capaz de castigarlo y no le aparecía una humillación así delante de un par de humanos.

Al contrario que todos allí, él llevaba el pecho desnudo, con las alforjas a los lados y la espada cruzada a la espalda. Por la expresión de su madre al verlo, no parecía ser la primera vez, más bien parecía ser algo a lo que todos estaban acostumbrados, aunque fuese el único, claro.

- De acuerdo, ya veo...- dijo ella.- Ellos vinieron a retarme para seguir avanzando por el camino... Aunque hayan ganado el torneo de los mecas y a los minotauros tengo ciertas dudas de que sean capaces de vencerme...- habló ella acercándose a tomar uno de los arcos y una casaca de flechas.- Pero en tal caso de que lo hagan...- miró a su hijo, después miró a sus desafiantes.- Mi hijo viajará con vosotros.

- ¿¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ!? ¡MAMÁ! ¿¡De verdad me vas a hacer esto!?

- Si ellos me derrotan, irás con ellos.- repitió pero ahora de forma firme y feroz, aún así se mantuvo tranquila.- Si no te hubieras peleado con ese minotauro, no tendrías ese castigo.

El pelinegro entrecerró los ojos, se cruzó de brazos y apartó la mirada, casi como si fuera un berrinche.

- Y si se convierten en Dioses, serás rey instantáneamente en tal que regreses.- el hermano de la reina y el pelinegro abrieron los ojos en shock.- Pero si pierden... Ya sea contra mí o contra cualquier persona a la que se enfrenten, tendrás que disputarte el título contra tu primo.- El pelinegro tragó saliva lentamente y asintió de la misma manera.

- B-Bien...- asintió con la cabeza.

Keenan y Álex se miraron de reojo.

- ¡Eso no es justo!- habló el hermano de la reina con el ceño fruncido.- No puedes permitir que un par de humanos decidan el destino de nuestro reino.- exclamó molesto, casi como si asumiera que ella ganaría e igualmente haría a su hijo rey.- ¿Desde cuándo ellos tienen más autoridad que nosotros?

- Ya he tomado mi decisión...- dijo ella de forma firme.

- ¿Qué sucede?- escucharon los pasos de otra voz entrando en la conversación.

Al igual que todos los centauros allí tenía tonos marrones en su ropa, cabello castaño, los ojos oscuros, parecían rojizos, pero la piel inhumanamente pálida, con tonos amarillentos, casi como si tuviera algún problema en la piel. Poniendo cierto detalle en cuenta, el único que tenía tonos negros en el pelaje o el cabello era el centauro que seguieron. Lo que también les sorprendía y no entendían era el por qué de que el chico tuviera la piel morena y el resto tuviera la piel blanca... Era extraño, pero no preguntaron.

- Ellos vienen a retar a mi madre.- dijo el moreno mirando a los humanos.

El centauro recién llegado era un poco más alto que él. De hecho, el moreno era el más bajo de la sala, pero aún así tenía un tamaño similar al de su madre.

- Si ellos ganan, debo irme con ellos, si pierden, serán nuestros sirvientes...- resumió cruzándose de brazos.

Notaron que el chico de cabellos castaños tenía la vista perdida aunque estuviera hablando con el pelinegro, incluso tenía las manos cerca del cuerpo con una postura indefensa, es posible que tener un problema de piel no fuera lo único que el chico tenía.

- ¿Y si hay problemas en el reino durante el tiempo que no estés?- alzó una ceja lentamente.- ¿Implica que seré yo el rey?

- No.- dijo la madre del pelinegro.- Si ellos ganan, William irá con ellos, y si ellos se convierten en los nuevos Dioses, tu primo será el rey en tal que llegue.- el castaño apretó los labios y asintió con la cabeza.- Si ellos pierden aquí o en cualquier enfrentamiento, William y tú os disputaréis el título...- el castaño asintió con la cabeza.

- Él me ganará... Será rey de todas maneras.- musitó con seguridad.- No tengo puntería...

- Eso te pasa porque no eres más que un estúpido e. . .- se escuchó un sonido chirriante que cortó esas palabras con amenaza.

Los dos hermanos se tensaron al ver al pelinegro sacar su espada y amenazar al hombre con el ceño fruncido interponiéndose entre el castaño y el hombre que había alzado la mano, con insinuación para darle una bofetada un golpe al centauro castaño, el pelinegro estaba de parte del castaño, este se acercó y se escondió en el cuerpo del pelinegro abrazándose a su brazo aunque no fuera del todo posible.

Otra nueva muestra de violencia cuando estaba prohibida en ese mundo... ¿Que significaba eso? ¿No se supone que el Dios de ese mundo debía castigar esas acciones?

- Ni se te ocurra tocarlo.

- Puedo hacer lo que quiera con mi hijo.

- Y por eso tiene los problemas que tiene.- entrecerró los ojos.- Si tu hijo tiene problemas de visión no es motivo para que lo trates como lo tratas. Si no quieres que acabe como Jessica, no te atrevas a tocarlo.- apretó el mango con un rostro totalmente amenazante.

- William, Miguel, basta. No es momento de discutir problemas familiares delante de nuestros invitados.- los dos se resignaron en mirarse fulminantes y alejarse mutuamente.

El centauro moreno guardó la espada en su casaca y miró al castaño que seguía temblando mientras se escondía en él.

- Podemos iniciar el juego.- dijo la madre del pelinegro.

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Qué tensión wey.

also me: soy partidaria de que lo maten :3

Alguien más? --------->

¿Solo yo? ¿En serio?

Awww...

Okay...

En fin...

Este capítulo no tiene gran cosa más que lore de los centauros.

Además de la resolución de la pelea que tuvo William con el minotauro con el que se peleó...

En verdad, William es un personaje bastante explosivo, en ese sentido me recuerda a Bakugo de BNHA, pero tbien es muy sobreprotector, solo que lo demuestra de formas poco cariñosas... Es bastante violento en el sentido de que odia que le digan que es tierno o adorable... Pero lo es xddd

Por otro lado... no puedo dar mucha información sobre Jessica, solo puedo decir que es la hermana mayor de Gilbert, el centauro que fue el último en llegar.

La información sobre Jessica estará en una de los extras que publicaré al acabar la historia.

...

Ups...

...

Sorpresa...

Si, olvidé mencionar ese detalle...

Cuando acabe de publicar la historia habrán historias extras como si fueran one-shorts...

De hecho... Habrán 5 extras.

Pero ya daré más información más adelante uwu

Por ahora.... Aquí las opiniones ------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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