Reino de los centauros (9)
Es posible que uno hubiera hecho trampas al otro y al descubrir la trampa uno entrase en cólera.
Muchos intentaban separarlos y cuando el dueño del hostal, quién había sido testigo de absolutamente todo, lo consiguió expulsando a ambos del interior por armar tal jaleo, eso no hizo que la pelea se detuviera entre ambos, aunque no estuviera permitido pelearse tan brutalmente con lo estaban haciendo, porque siguieron peleando fuera hasta que llegaron los amigos del minotauro y se lo llevaron arrastrando y pidiendo disculpas por los problemas que pudo haber causado, pagando una bolsa de monedas extremadamente valiosas porque su amigo y compañero hubiera hecho trampas en el juego de forma tan deshonesta y cruel.
Aún así todos siguieron mirando con malos ojos a los dos peleantes por lo que habían hecho, y muchos se preguntaron... ¿Donde estaba el Dios de este mundo y porque no lo había parado?
El centauro refunfuñó audiblemente por aquellas mirada incriminatorias al entrar en cólera dado a que el minotauro le hizo trampas; y volvió a entrar en el hostal, cuando el hombre lo miró amenazante, le reprochó que había pagado su maldita alcoba y si no lo quería allí, que le devolviera el dinero. El dueño siguió con sus cosas, permitiendo que se dirigiera a la habitación que había pagado para quedarse a dormir y al día siguiente regresar a su aldea.
Los dos hermanos miraron aquello completamente en shock, y se acercaron esperando que no fuese tan agresivo como con el centauro.
- Ah... Disculpa...- musitó Álex caminando detrás de él subiendo las escaleras de dos en dos, el chico giró la cabeza con el ceño ligeramente fruncido.
- ¿Qué?- su voz amarga y borde resultaba bastante áspera y poco amigable, todavía estaba molesto por la pelea.
Era un centauro de cabellera negra por los hombros, bastante alto, seguramente sería por la especie que era, además la especie de caballo que era tendía a ser bastante grande, era un mustang, tenía patas fuertes y resistentes, cuerpo fornido y amenazante, no les extrañaba nada que no tuviera miedo a meterse en la pelea que se metió antes contra un minotauro. Tenía la piel ligeramente morena y el cuerpo entero cubierto de un denso pelaje marrón canela con toques ennegrecidos en las patas delanteras además de en el lomo. Sus ojos eran de un tono marrón claro, permanentemente entrecerrados como si pudiera matar a alguien con la misma mirada. A su espalda llevaba un arma de hierro, una espada. Dos alforjas a los lados de su cintura en la que podría llevar dinero y alimentos, pero no podían confirmarlo con certeza. El pecho lo llevaba desnudo y sobre su lomo llevaba una tela negra y roja, en su hombro derecho tenía una estrella tatuada y en ambos codos tenía un círculo que rodeaba todo el brazo, por encima y por debajo del codo, también tenía una cicatriz en la espalda, es posible que tuviera algún encuentro violento con alguien, viendo que se peleó con un minotauro no les extrañaría nada que se hubiera peleado con alguien más.
- Estamos de camino hacia el palacio de los centauros...- musitó Keenan con timidez.- ¿Podrías guiarnos hasta allí?
- No soy la niñera de un par de humanos aventureros.
- No somos aventureros... Queremos enfrentarnos al gobernante del reino para ser los próximos Dioses del mundo.
El chico los miró atentamente con desagrado, lo demostró la mueca en su labio con disgusto y molestia.
- No parecéis gran cosa.- despreció arrugando el labio.- Está a menos de medio día de camino desde aquí, hasta un par de bebés humanos podrían llegar.- habló con un tono rancio mientras abría la puerta de su habitación.
- ¿Podemos ir contigo si te pagamos?
- No vais a sobornarme con dinero estúpido, ¿Qué os pensáis que soy? ¿Un tengu? Pedírselo a ellos, son tan tontos y adoran tanto todo lo que brilla que no dudarán en aceptar.- dicho esto, cerró la puerta en las narices de los hermanos.
Los dos se miraron y después hicieron un puchero, rodaron los ojos y se fueron a su habitación. Al día siguiente despertaron temprano para ir a desayunar, hacer un par de recados para conseguir algo más de dinero y justo cuando iban a regresar a la posada para buscar al centauro del día anterior, lo vieron rumbo a la salida del pueblo. Por lo que lo siguieron descaradamente para poder llegar al reino de los centauros.
Este, al notar que lo seguían, se giró y los miró amenazante. Chasqueó la lengua contra el paladar al ver que no se rendían aunque aceleró el paso. Así que se detuvo abruptamente y los encaró entrecerrando los ojos. Aprovechó su estatura y su espada para amenazarlos con que dejaran de perseguirlo o no tendría piedad en hacerlos desaparecer, total, estaban en mitad de la nada y nadie encontraría a un par de cadáveres en el desierto. Los dos hermanos se miraron de reojo, después miraron al centauro.
- Seguiremos siguiéndote hasta llegar al reino de los centauros, ambos nos estamos dirigiendo al mismo sitio, no puedes matarnos por eso, compartimos el mismo destino, simplemente vamos unos al lado de los otros.
- No tengo interés en que un par de críos como vosotros me vayan siguiendo hasta mi reino.- escupió entre dientes.- Si queréis un guía, no seré yo.- habló con rabia en su voz, después empezó a galopar rápidamente, perdiéndose de su vista casi tan rápido que los dos hermanos suspiraron abatidos.
- Pensé que funcionaría...- musitó Keenan con una postura pensativa.
- Lo mismo digo...- dijo su hermana rodando los ojos.- En fin... No perdamos más tiempo aquí, lleguemos pronto al reino de los centauros.
Ambos asintieron con la cabeza y siguieron caminando siguiendo las huellas que dejó el centauro y así llegar rápidamente. La ciudad emergía entre unas dunas y rocas enormes. Era como una ciudad desértica en la que debajo de cada casa había un pequeño huerto de cultivos protegido del calor infernal del sol. Aquel día lo dedicaron a hacer recados y comprar alguna cosa en el mercado, alguna cosa para comer, claro; después fueron a la posada en la que pagaron por una habitación y accedieron a ella para descansar hasta el día siguiente.
Nada más salir del hostal aquel día se encaminaron directamente hacia el palacio, en el que nada más acceder escoltados por los guardias explicaron su situación a la mujer que estaba de pie al lado del trono, por sus prendas, era la reina, la que mandaba allí, ella los miró detenidamente, su expresión era seria, bastante seria. Casi podría considerarse intimidante. Los dos hermanos estaban completamente seguros de que ella debía ser una gran reina, no solo por la mirada intimidante, sino también por el respeto que todos los guardias le tenían, o tal vez simplemente le tuvieran miedo.
Ella era una mujer intimidante, cabellos castaños cortos con una corona sobre los mismos, piel ligeramente bronceada, pero no en exceso, más bien tirando a piel clara, ojos castaños, un tono claro sumamente hipnótico. Su pelaje como centauro era marrón canela al completo, junto al pelaje del mismo tono de su cabello en la cola. Llevaba prendas reales sobre su cuerpo, una prenda que actuaba de capa y se aposentaba sobre su lomo, las ropas tenían tonos marrones, parecía ser el color predominante en aquella ciudad.
Cuando los dos hermanos iban a hablar, un centauro adulto apareció por las puertas a sus espaldas irrumpiendo en la reunión, un hombre tal vez de la edad de la mujer, a la exclamación de: "Oh, hermana mía", lo cual erizó el vello de la piel a los dos hermanos por el tono arrogante con solo aquellas tres palabras, y se apartaron del camino del hombre, tal parece ser que si no lo hubieran hecho, el hombre los hubiera apartado a la fuerza o los hubiera pisado. El hombre, al igual que la hermana, vestía con ropajes marrones, su cabello también era castaño y sus ojos castaños oscuros, su piel era similar a la de la mujer, ligeramente más pálida.
- ¿Qué quieres?- el tono ácido de la mujer dejaba claro que no parecía estar del todo contenta con que hubiera entrado en la conversación y la hubiera cambiado al completo solo porque era un mal educado incompetente.
Tal vez por eso ella estaba en el trono y no él.
- Tengo noticias de que el rebelde de tu hijo se escapó a una aldea de patéticos mecas... Otra vez...- habló con cierto retintín.- No deberías permitir tal cosa sobre todo. . .
- ¿Qué tal si dejas de intentar meter a mi hijo y sus trastadas en esto?- cortó lo que tenía que decir con un tono firme.- No se escapó del reino, yo misma lo mandé a una aldea meca.- El adulto hizo silencio mientras la mujer se acercaba a los invitados.
- Dicen que se peleó violentamente.
Su mirada fue suficiente para callar al hombre, ella miró a sus invitados.
- Disculpen al excéntrico de mi hermano, está deseando arrebatarle el trono a mi hijo pensando que se lo daré al suyo... Eres realmente patético si piensas que haré tal cosa.- lo miró de reojo.- Prefiero que el reino muera antes de que tu hijo reine.
Hubo un silencio tétrico en el que los dos hermanos centauros se miraban con odio.
- Vinieron a retarme para poder seguir con vuestra travesía para convertirse en Dioses... ¿No es así?- los dos hermanos asintieron con la cabeza.- Si fueron capaces de derrotar a los minotauros en puntería me enorgullecerá aceptar vuestro desafío.- dijo ella acercándose a los menores.- Miguel, encárgate de preparar el campo de tiro, yo hablaré con ellos mientras lo haces.
El hombre la miró con recelo, pero aceptó con un: "sí, hermana" y se fue por uno de los pasillos refunfuñando.
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WOWOWOWOWOWOWOW
Le puse nombre al hdp del padre de Gil >:D
Ya sabeis chicos... Ahora, cuando queráis insultar al padre de Gil usad su nombre y apellido: "Miguel Ángel Atxa".
Gil: No será necesario, ya le lanzas puyas sin parar en cada historia en la que le mencionas.
Will: también lo hacía contigo.
Gil: seh... Lo sé... Pero yo estoy acostumbrado y lo mío tiene explicación, lo de mi padre es odio puro, por lo que se le puede insultar libremente uwu
uwu
Sí, el padre de Gil es un ser detestable, y siempre será el malo en cualquier historia (... espero ...)
Ahora sí, dejando de lado el tema de lanzarle puyas al Miguel...
El color de los centauros es el marrón, usan el marrón en todas las prendas, en la arquitectura, etc, etc...
Menos el centauro de la posada, jeje
En fin... Este capítulo ha sido más largo de lo normal porque me lo puse a editar como loca porque no me gustaban muchas de las partes del capítulo xD
uwu
Aquí las opiniones ---------------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1627 Palabras]
Post-edición:
[1827 Palabras]
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