Yoon Gi
—Hyung...
Y estaba yo, sin poder moverme en lo absoluto, con la cara completamente ruborizada y mi vaso de café que había caído al suelo. ¿Cómo carajo me tope con esto?
—Pensé que no había nadie en el departamento.
Park Jimin estaba ahí en medio del pasillo completamente desnudo y chorreando agua de su cuerpo, iba tranquilamente hacia la sala cuando salió corriendo como si nada.
Jamás olvidaré la escena de esa trompa de elefante rebotando en el aire.
—Pasa pasa no te preocupes por mí. —Me cubrí los ojos y a ciegas traté de cruzar el pasillo escuchando los apresurados pasos huir de donde estaba hacia unos segundos.
¿POR QUÉ TENÍA QUE ESTAR DESNUDO? Bastante tensión le tenía a ese hombre desde hace años y lo único que pedia a cambio era que no tentaran mis hormonas. Por mi mente estaban pasando demasiadas cosas y no precisamente buenas así que decidí distraerme con una película.
Jimin volvió a los cuantos minutos con unos shorts y con la camiseta a medio vestir, aún tenía el cabello húmedo... Maldito.
—Hyung en verdad lamento lo de hace rato. —Yo no.
—Tienes suerte de que no fue el manager o las estilistas. —Jimin de buenas a primeras se sentó al lado de mi y subió sus piernas a mi regazo, nadie dijo nada y pronto, cuando lo note, ya estaba más que dormido.
Su piel estaba demasiado caliente y con ese enorme sueter que traía puesto me preocupe de que el joven tuviese un cuadro febril, incluso estaba sudando.
—Bien vamos a quitarte eso.
Jimin respiraba rápido y jadeba ante mis intentos de despojarlo de su sueter, estaba más rojo que los mismísimos tomates. Olvidé que mi propósito era enfriarlo un poco, y poco a poco mis manos se deslizaron por debajo del sueter, sintiendo su abdomen marcado, observando las líneas tan estéticas que conformaban su cuerpo.
Siempre me había parecido que Jimin tenía un cuerpo envidiable, digo, con sólo ver su abdomen era suficiente para darme el empujón a ejercitarme un poco también.
—Hyung... —Jadeaba retorciendose en el sofá.
Santa mierda.
Iba a arrancarle la maldita ropa si seguía así, joder que lo haría, subí lentamente el sueter posicionandome casi sobre él, mi intención era dirigirme completamente a sus labios... Ese era el plan hasta que un zapato golpeó mi cabeza.
—¿Te aprovechas de una fiebre? ¿Acaso es que cuando Jimin delira es la única forma en la que te hace caso?
—Llegas un poco temprano.
—Justo a tiempo diría yo, ahora —Dejo caer su mochila y resto de cosas en el suelo— quítate de encima.
Jungkook a veces era un dolor de cabeza constante, es más, era migraña. Me hice a un lado y luego me percaté de que estuve tan ocupado imaginando cantidad de cosas que prestándole atención a Jimin. Le despertamos y el chico se quejo de haber pescado un resfriado.
—¿Cómo se te ocurre ponerte sueter así? Estás loco Jimin.
—Jungkookie... —Le estiró los brazos como si de un bebé se tratará y el susodicho lo cargo como una princesa recién rescatada.
Estaba gritando internamente.
¡Por qué tienes que cargarlo!
—Anda, voy a meterte en la bañera, no puedo creer que te siga tratando como a un bebé.
Di un largo suspiro y apague el televisor, tome mi celular y comencé a buscar en Internet: costo de servicio de paqueteria, de Seoul, Corea a Alaska.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro