Capítulo Veintiséis: Cree en mí
Capítulo Veintiséis: Cree en mí.
Dawson.
Tras irnos de la fiesta, Drake y Alaska nos han dejado en la casa de Mérida, hemos sido especialmente sigilosos porque su mamá está durmiendo y no queremos problemas ante el hecho de que me encuentre aquí de madrugada. Estamos una vez más sentados en el techo afuera de su habitación, compartiendo auriculares y escuchando canciones hispanas que ella busca en YouTube.
Dejo cortos besos detrás de la oreja de mi novia y ella se estremece, recargándose aún más contra mi pecho.
Soy un buen novio, eso lo puedo admitir sin culpa ni timidez, me encanta ser mimoso, abiertamente afectivo y consentidor, pero lo que me encanta es que Mérida no se incomode ante este hecho, parece disfrutarlo y poco a poco comienza a también a ser más demostrativa con su afecto.
También me gusta sentirme mimado.
Continuo acariciándole detrás de la oreja en tanto habla en voz baja sobre cómo le gusta todo este arte de maquillarse debido a que le he preguntado cómo aprendió a hacer maquillajes tan increíbles cuando me ha enseñado una foto en su teléfono de Venezuela y al deslizar se había mostrado un maquillaje artístico inspirado en Avatar y después de ese, había dejado algo de la timidez para enseñarme muchos más que iban desde lo artístico de representaciones de películas o animé a maquillajes de fiesta y casuales. Francamente aún me siento impresionado, mi novia es y hace simplemente arte.
—Sarah dice que podría hacer vídeos en YouTube, ya sabes, tutoriales, pero no me creo capaz...
—¿Por qué?
—Soy demasiado tímida ante las personas, contigo es diferente o una vez me siento a gusto, pero la idea de que miles de personas me vean y juzguen me genera incomodidad y me vuelve loca.
—Haces un trabajo increíble ¿Por qué te harían sentir mal?
—Porque las personas son crueles, Dawson y a veces incluso si saben que lo que has hecho se ve y está bien, sienten la necesidad descargar su frustración e inconformidad en comentarios, porque resulta que detrás de una pantalla y con un nombre anónimo, todos se sienten valientes y malos.
—Eso parece un movimiento muy cobarde.
—Lo es y abundan un montón de esos cobardes por internet.
Permanecemos en silencio, con una nueva canción en español reproduciéndose en los auriculares que estamos compartiendo.
—¿Y si lo hago contigo? —pregunto.
—¿El qué?
—Los vídeos. Una vez vi a mi hermana derretirse viendo un tutorial de origami, que ella no sabe hacer, porque el novio de la chica aparecía y pasaban un tiempo divertido en pantalla. Lo haría por ti.
Se incorpora, consiguiendo moverse en nuestro nido de sabana y girándose completo para poder estar frente a mí.
—¿En serio lo harías? ¿Ser uno de esos novios por los que todas suspiran y que me hace sentir cómoda mientras me maquillo y me acompañas?
—Totalmente lo haría.
Puedo ver la manera en la que sus emociones aparecen en su rostro y hay mucha incertidumbre. He visto en Alaska el miedo que puede dar exponerse, principalmente en un principio los lectores de ella no conocían demasiado de su vida o quién era pese a que siempre mostró su rostro en el perfil. Muchas veces Alaska me ha hablado sobre los comentarios hirientes y lo vulnerable que eres cuando compartes tanto en internet para que otros juzguen, así que puedo ver de dónde viene el miedo de Mérida.
—Es solo una sugerencia, no tenemos que hacerlo —Le hago saber, estirando la mano para con los dedos peinarle el flequillo.
Asiente con lentitud antes de volver a la posición original de su espalda contra mi pecho y cambiando el tema con sutileza para hablar de lo bien que se la pasó en la fiesta con mi hermano y Alaska.
—Creo que esto de comenzar a socializar más, me está gustando ¿Te conté que después del desastre de la aplicación en realidad si tengo a dos conocidos? Aun no los llamo amigos —Me cuenta—, pero Sophia y Marcus son bastante agradables, así que la aplicación no fue un fracaso.
—Me alegra escuchar eso —Rio por lo bajo—, nunca estuve en esa aplicación.
—Es que no necesitabas amigos o hacerlos en el campus, eras lo suficiente sociable por tu cuenta.
Hablamos otro poco más y después, cuando verdaderamente el frío se vuelve difícil de ignorar, entramos, sabiendo que de hecho ya debería irme a casa antes de que su mamá sepa que estoy aquí.
—Antes de que te vayas me gustaría enseñarte algo, siéntate aquí.
Saca la silla de su escritorio y tomo asiento estudiando las cosas que hay sobre su escritorio: marcadores, lápices, una especie de hoja especial, notas adhesivas con recordatorios, chicles y pegatinas.
Ella regresa y me entrega lo que luce cómo una tableta, desbloqueada y brillando con un dibujo que me tiene enarcando las cejas de inmediato: soy yo.
Es el mismo formato del dibujo de mi cumpleaños, pero en este yo...Estoy desnudo o algo así.
Me encuentro acostado en la cama, con las sabanas acumuladas en mis piernas, una de ellas está flexionada, mi torso desnudo, los ojos cerrados y un brazo debajo de la cabeza, lo que le da forma a mi bíceps. Están los lunares, los leves surcos de mis abdominales y sobre mi miembro se ve una iluminación que solo deja un breve coqueteo del contorno. Hay una burbuja de dialogo en donde se lee: "Y pronto te follaré duro otra vez."
¡Carajo! Es un dibujo caliente y antes de que pueda hablar, ella desliza la siguiente imagen que es más de mí, sentado en bóxer con las piernas abiertas. Es impresionante la calidad de los detalles y cuán vivido se ve, paso las imágenes encontrándome en diversos grados de desnudez y con diálogos bastante interesantes, estoy absorto e impresionado.
Son al menos once dibujos sobre mí y cada uno de ellos es...Espectacular. Después de ello, los dibujos son de personajes creados por ella y bueno, esos sí no están todos censurados. Veo pollas demasiado realistas y en diferentes formas, tetas para todos los gustos y posiciones sensuales que me tienen removiéndome en el asiento, algunos son simplemente besos apasionados y otras son posturas sexuales que estimulan más que cualquier video porno que haya visto en mi vida.
Veo tanto cómo puedo, pero hay demasiado y quiero enfocarme en cada detalle, pero tampoco quiero quedarme sin ver ningún dibujo, pero siento que no alcanzaré.
Los dibujos, las situaciones cambiantes, los diálogos divertidos e insinuantes, todo es simplemente increíble, podría volverme fácilmente su mayor fan. Creo que eso es lo que soy ahora: su fan.
No sé cuánto tiempo pasa, pero mi vista se cansa y mi espalda también lo hace por la postura en la que estoy, por lo que me veo obligado a parar en el dibujo de una mujer sentada sobre el hombre en una posición muy similar en la que estábamos hace un momento, solo que ellos están desnudos; la mano de él está sobre un pecho mientras se besan y la otra entre las piernas de ella; solo se alcanza a ver un pecho desnudo, pero es increíble el magnetismo sexual que desprende y el dialogo... ¡Demonios! "Mójame los dedos que luego voy a chupar, te voy a saborear" piensa el protagonista.
Mientras veía dibujos también descubrí que hace chicos con chicos (esos parecen gustarle un montón) y algunos pocos de chica con chica, también hubo uno de dos parejas y otro de un triángulo o trío lleno de mucha tensión.
Lo más impresionante es que no todo era abiertamente explicito, muchos llevaban ropa o apenas si se tocaban, otros (como los dibujos de mí) simplemente estaban ahí en alguna posición que te hacía palpar un nivel de sexualidad y sensualidad enloquecedor. Qué impresionante es que con dibujos alguien cuente una historia y te haga sentir tanto.
Bloqueando la tableta, algo reacio porque me queda mucho por ver, alzo la vista y encuentro a Mérida sentada en el borde de su cama, viéndome con nerviosismo y teniendo las mejillas bastante sonrojadas.
Agradeciendo que su silla sea de ruedas, voy hacia ella, dejando la tableta a su lado antes de tomarle las manos y sonreírle.
—Haces arte, cielo. Estoy impresionado, no alcanzo a creerme que mi novia sea así de talentosa, me abrumas. Esos dibujos... Guau, simplemente guau. Son impresionantes, eres impresionante.
Parpadea continuamente y se muerde ese apetecible labio inferior. Estoy duro debido a que los dibujos me han dejado en este estado, pero también estoy emocionado ante las perspectivas de que finalmente ella decidió abrirse conmigo sobre esto.
—Los dibujos sobre mí... ¿Cuándo los iniciaste?
—Hace meses —confiesa con algo de timidez—. No lo planeé, de hecho, me resistí mucho, pero simplemente no pude detenerlo. Comencé con la del pantalón sin camisa y luego fue avanzando. ¿No te enoja u ofende?
—Me encanta, los amé. Creo que me he vuelto tu fan, Mérida, tienes un talento increíble, lo que haces es impresionante.
—¿No me consideras sucia ni pervertida?
—No, cielo, te considero una artista —Le hago saber, amando la manera en la que una sonrisa se desliza por su rostro.
Ríe por lo bajo antes de tomarme el rostro en las manos, besándome con lentitud y dulzura, pero estoy caliente, así que transformo el beso en uno húmedo e intenso que la tiene jadeando cuando me alejo.
—Tengo que irme antes de que te arroje a esa cama, te arranque la ropa y te folle con toda la pasión que has despertado en mí con tus dibujos.
—¿En serio?
Rodando los ojos, le tomo la mano y la presiono contra mi erección.
—Así de duro me la pusiste.
—¿Te ayudo? —Me pregunta con una sonrisa de picardía, dándome un apretón.
Gimo y lucho contra el impulso de aceptar, pero no quiero un trabajo manual y tampoco me bastará con deslizarme en su boca, quiero follarla y ponerla en posiciones que vi en sus dibujos y no parece que eso vaya a suceder esta madrugada, así que le tomo la mano y se la beso antes de ponerme de pie e ir por mi abrigo.
—Guardemos eso para la próxima vez. Ahora me iré, te dejaré dormir y me masturbaré en mi casa pensando en ti.
—El nivel de romanticismo que me gusta —Bromea poniéndose de pie y aceptando el beso que le doy—. Me encantas mucho.
—Y tú a mí. Eres muy talentosa y espero nunca alguien te haga pensar lo contrario, no eres sucia ni pervertida, eso era elegancia, sensualidad y sexualidad, pasión, seducción y amor, arte.
—Gracias —Me sonríe—, es la primera vez que comparto, incluso Sarah ha visto solo unos pocos.
—Qué talento el tuyo para dibujar pollas y tetas ¿Eh?
Eso la hace reír y la beso de nuevo tragándome el sonido.
—Todos me encantaron, tienes que seguir haciéndolo.
—Gracias —vuelve a decirme.
Salimos con sigilo de la habitación, nos despedimos con continuos besos y tiempo después llego a casa para hacer precisamente lo que le he dicho: darme placer a mí mismo pensando en ella.
***
Hago una revisión rápida para asegurarme de que tengo todo lo que necesito en la mochila, no es que se necesite demasiado para pasar una noche con tu novia en un hotel, lo más importante ya lo tengo: condones, muchos, porque es que estoy ilusionado.
Bueno, también llevo algo de ropa, sobre todo porque comprometiéndome a tomar el sábado cómo día libre, me tocará reponerlo mañana domingo que suele ser los días que no trabajo. Generalmente los sábados solo trabajo hasta el mediodía y paso la tarde en el refugio, pero hoy me lo tomé y viendo en el reloj que son las nueve de la mañana, me doy cuenta que lo mejor será ponerme en marcha para pasar por Mérida, pero primero tengo ese desayuno matutino con mis padres y hermanos, aunque Holden al parecer hoy no vendrá.
Estoy tarareando una canción cuando bajo las escaleras y camino hacia la sala, en dónde parecen que están conversando, cuando me detengo en seco al reconocer a una desagradable figura masculina en el lugar.
Está tomando la mano de mi hermana.
Está encantado a mamá que ríe de lo que sea que dice.
Y Drake lo está viendo con los ojos entrecerrados.
Pero ¿Qué mierda está pasando aquí?
—Suelta a mi hermana —digo dando pasos hacia ellos y tirando del brazo de Hayley.
—¡Dawson! —Se queja mi hermana, pero estoy demasiado ocupado viendo fijamente a este maldito bastardo que finge desconcierto.
—Dije que sueltes a mi hermana —repito.
Drake conociéndome demasiado bien y sabiendo que no hago esto cómo una broma o por haberme despertado y levantado con el pie equivocado, se pone de pie.
—Oh, Dawson —dice el imbécil y una risa incrédula sale de mí.
—No vas a fingir esa mierda conmigo, Pancho.
—Me llamo Francisco —dice— y creo que estás lastimando a tu hermana con tu agarre.
—Suéltame —Exige Hayley sacudiéndose de mi agarre y me ve bastante molesta—. ¿Qué mierda te pasa?
—¿Qué mierda te pasa a ti? ¿Qué haces con este imbécil?
—Es mi novio y no lo llames así.
Siento que la palabra "novio" se repite en mi cabeza cómo un eco dramático y trágico, también estoy seguro de que mi expresión es de asco y cabreo porque mi mamá se encuentra exigiéndome saber qué sucede y qué me pasa.
—Este imbécil es una mierda ¿Cómo que tu novio? ¿Es que se te ha volado la puta cabeza, Hayley?
—¡Dawson! —Alza la voz mamá ante mis palabras.
—Tal vez debemos escucharlo —interviene Drake.
Claro que me van a escuchar. Oh, me van a escuchar ¡Maldita sea!
—Conozco muy bien a este imbécil narcisista y bastardo infiel —digo viendo a cada uno de ellos—. Es el exnovio de mi novia.
—¿Tienes novia? —pregunta mamá.
—¿Qué novia? —pregunta Hayley—. Deja las tonterías.
—Tú lo has dicho, Dawson, es mi exnovia, no quiero ningún problema sobre eso —dice Francisco cómo si intentara apaciguarme.
—¿No quieres hacer ningún problema? ¡Ja! ¿No eres el imbécil que ha ido a plantarse en su casa en dos de nuestras citas? ¿No me dijiste en una fiesta que era o sería tuya? ¿Qué yo era pasajero antes de que retomaran las cosas?
—Creo que malinterpretaste las cosas, lo que dije es que no quería que la lastimaras porque te vi coqueteando con otra chica.
—Es que quiero darte un puñetazo —confieso incrédulo ante su descaro.
Me giro hacia mi hermana que tiene una expresión de confusión.
—Hayley, él es el exnovio de mi novia, le puso los cuernos e incluso creo que ella hasta hoy no lo sabe, la hizo sentir mal emocional y psicológicamente luego ha estado yendo a su casa cuando ve que ella tiene citas o cuando quiere molestar, le manda mensajes y me dejó en claro que Mérida es lo que quiere —Hago una pausa porque es muy fuerte lo que diré a continuación—. Posiblemente te está usando o quiere sacar algo de esto.
—¿Quién es tu novia? —pregunta mi hermana.
—Se llama Mérida.
Entonces Hayley ríe y sacude la cabeza, la verdad es la reacción que menos esperaba y me siento tan desconcertado e incluso Drake parece que no sabe qué hacer con toda esta situación.
—Ella fue la peor novia que ha tenido Francisco, le hizo daño ¿Eres consciente de todo lo que le hizo?
—Espera... ¿De qué demonios hablas? ¡Mérida no le hizo nada!
—¡Claro que lo hizo! Seguramente te está envolviendo cómo lo hizo con él y te dice lo que quiere que creas.
—No creo que Mérida sea así... —Habla Drake—. La conozco.
—Francisco cuéntale todo —dice mi hermana.
—Abres la boca y dices algo equivocado sobre Mérida y no vivirás para contarlo —Le advierto.
Él me da un vistazo de pies a cabeza y veo la burla en sus ojos, piensa que sus músculos lo son todo, pero lo que no sabe es que en este momento me siento cómo un demonio queriendo arrastrarlo al infierno.
—Todo lo que este tipo te dijo es una mentira, Mérida no le hizo nada, Hayley ¡Nada!
—¿Por qué tengo que creerle a tu novia y no a mi novio?
—¡Te pido que me creas a mí! ¡A mí! ¿No he sido todo este tiempo un hermano honesto para ti? ¡Joder! ¿Cómo pondrías por encima a un recién llegado?
Parpadea y por un momento veo la incertidumbre en su mirada, pero Francisco murmura un "nena" y le pone una mano en el hombro, y sé que la pierdo.
—Confío en ti, pero estás creyendo las mentiras de alguien más. Le crees a tu novia y yo a mi novio, no creo que lleguemos a un acuerdo aquí.
Veo a mamá en busca de ayuda y sé que no sabe qué hacer porque esto nunca había pasado.
—Mamá no estoy mintiendo y Mérida tampoco, él en una fiesta me lo dijo, básicamente admitió sus infidelidades y...
Hago una pausa pensando en los mordiscos en el cuello de mi hermana, su actitud constante a la defensiva y su manera extraña de actuar.
Lo siguiente que hago es avanzar hacia Francisco y puede que él tenga muchos más músculos, pero soy algo más alto así que lo tomo de la camisa, ignorando su fuerte agarre en mis muñecas.
—¿Qué le estás haciendo a mi hermana, pedazo de basura?
—¡Dawson, suéltalo! —grita Hayley.
—¿De qué hablas, Dawson? —pregunta mamá ahora en estado de alerta.
—Hayley ahora siempre trae marcas, las oculta con maquillaje y le duelen cuando las roza, no parece feliz con ellas. Siempre está a la defensiva y a veces con ojeras.
—Cállate y suéltalo —Hayley intenta tirar de mí.
Mamá se acerca a Hayley y le baja el cuello de la camisa, jadeando cuando encuentra lo que debe ser otros de los horribles hematomas.
—Necesito que salgas de mi casa —Le dice mamá a Francisco y lo libero—. No traje a mi hija al mundo para que alguien la lastime.
—¡Mamá! No es así, me gusta —dice Hayley en una mentira que escucho fuerte y claro—. Yo le pido que lo haga.
—Mentira —dice Drake—, si ni siquiera soportas que te...Pellizquemos la mejilla.
» Vete —Le exige a Francisco—. Fuera de nuestra casa.
—Mamá, si él se va, también lo haré.
—No digas estupideces, Hayley —Mamá le habla con fuerza cómo pocas veces lo hace—. ¿Cómo te vas a ir de tu casa por un hombre que acabas de conocer? ¿Qué te crees? ¿Una princesa de Disney antigua?
»¿Estás dispuesta a perder todas tus comodidades para ser la mujer de alguien que apenas si conoces? ¿Es eso lo que quieres hacer de tu vida? porque si es así, vete, ahí está la puerta y nadie te detendrá. Ahora, quiero que este jovencito se largue de mi casa y no se acerque más.
Mamá no necesita gritar o hacer un escándalo, ella se gira y con dignidad se dirige a la cocina dejando las opciones expuestas para Hayley. No sé qué esperaba mi hermana, tal vez que mamá llorara y cediera para que no se fuera, no que fuese tan sensata y firme.
—Agradece que mi papá no está, porque esta historia sería diferente. Vete, Pancho —Le digo.
—Princesita —Le dice a mi hermana tomándole el rostro en las manos—. Me conoces y sabes quién soy, para evitarte problemas me iré ¿De acuerdo? No vengas conmigo porque lo mejor es que te quedes acá con tu familia y se reconcilien.
—O porque no quieres tener una mujer viviendo contigo cortándote el rollo o no es parte de tu plan —señalo.
—¡Dawson, cállate! —grita Hayley y la mirada que me da, me duele.
—Estaremos hablando por teléfono —Le hace saber él besándola y luego le susurra algo en el oído, a lo que ella asiente.
Después el maldito imbécil se va, no antes de darme una sonrisa que solo Drake y yo alcanzamos a ver.
Está jugando con mi hermana.
—Espero y estén felices —dice Hayley subiendo las escaleras.
Drake y yo la seguimos.
—¿Crees que sueño con cortarte el rollo romántico? Hayley no lo haría si no creyera en lo que te digo, no te miento.
—¡Tú no! Pero tu supuesta novia lo hace ¡No sabes todo lo que hizo! Solo crees en sus mentiras.
—¡Pero si ni siquiera conoces a Mérida!
—Tampoco quiero conocerla —sube el último escalón.
—No seas estúpida, Hayley —Habla Drake.
—¡Oh! ¡qué raro! Drake de parte de Dawson, los dos en contra mí.
—No se trata de eso —Le agarro el brazo y se sacude.
Nos detenemos en su puerta y cuando se voltea, tiene los ojos contenidos de lágrimas, no las derrama porque Hayley pocas veces llora, pero me afecta verla así.
—Hayley, intento cuidarte, por favor, confía en lo que te digo, no quiero que te lastime y te use. Por favor —ruego.
—No quiero hablar con ustedes.
Y entra, cerrándonos la puerta en las caras.
—¡Joder! —Maldice Drake apretando las manos en puño—. ¿Qué carajos fue...Todo eso?
No lo entiendo, nunca ha sido así con sus otros esclavos. Nunca hemos discutido por estas cosas y nunca la sentí tan lejos de mí.
Maldito Pancho, no dejaré que destruya a mi hermana.
JEJEJEJE bueno...
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Twitter: Darlis_Steff
Espero les guste.
Un beso.
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