Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Once: La curiosidad mató al gato




Capítulo once: La curiosidad mató al gato

Dawson.


Abro los ojos jadeando con una respiración errática, incorporándome hasta estar sentado y con la erección matutina más dura que he tenido en toda mi vida. Bajando la vista encuentro la punta humedecida de mi miembro sobresaliendo del pantalón de chándal con el que duermo.

Aun fuera de mí veo alrededor dándome cuenta de que estoy en mi habitación, no en la de Mérida. Que no estoy sentado al borde de su cama y que ella no se encuentra sentada sobre mí en su estúpido y tentador pijama que seguramente no tiene.

Con la respiración agitada me oriento y me dejo caer de nuevo sobre la cama, presionando el rostro de la almohada para ahogar mi grito frustrado.

¿Pero qué pesadilla fue esa? ¡Dios mío! Una pesadilla que se siente cómo un sueño ¿Cómo es que conseguí soñar de esa forma con Mérida? ¿Y por qué justo hoy que sé que tendrá su tan esperada cita?

Me siento de nuevo pasándome las manos por el cabello y luego por el rostro, en última instancia en el cuello, estoy estresado y demasiado excitado, cuando bajo la vista encuentro el bulto rebelde entre mis piernas y gimo de frustración.

—No, Dawson, no se te permite soñarla así. Tienes prohibido los sueños húmedos con Mérida ¡¿Y qué carajos?! ¿Cómo consigo estar tan excitado si estábamos vestidos y ni nos besamos?

Sacudo la cabeza cuando me llegan las imágenes vívidas de cómo se sintió sobre mí, sus labios y la mirada de un marrón líquido tentador, pero lo peor no ha sido que fuese un sueño que se dirigía a lo sexual, lo peor ha sido el imbécil de Dawson diciendo que la ama en sueños, la cosa más absurda de toda le pesadilla sin duda alguna.

No la amo ni siquiera nos conocemos a ese punto y no la amaré porque no estamos en ello, pero el Dawson de la pesadilla parecía un cachorrito enamorado dispuesto a susurrarle en la piel que la amaba.

—Olvídate de la pesadilla, eso es lo que fue.

Me dejo caer acostado decidido e ignorando lo mucho, mucho que mi miembro desea mis atenciones. Veo al techo y trato de desviar mis pensamientos a cosas que necesito hacer hoy, pero Mérida es este molesto e insistente recuerdo intentado reaparecer.

Gimiendo una vez más en frustración, giro de costado y tomo el teléfono de la mesita de noche, ignoro los mensajes entrantes y voy directo a la aplicación de Instagram, poniendo la primera letra de su usuario en búsqueda y de inmediato me sale porque la busqué un par de veces. Veo las mismas ocho fotos que tiene en donde tres son de ella y solo en una se ve completa, la que tiene más me gustas, y un comentario del tal Francisco que ella llamó Pancho que dice "¡Dios! Qué hermosa mi novia, quiero comerte, bebé" y debo capturarlo y traducirlo porque lo escribió en español. Esa foto es de hace un año y llevaba el cabello más largo, las otras son de su perfil o de espaldas y las otras solo molestas fotos artísticas porque tampoco sube de lo que dibuja.

Es muy diferente a mí que tengo aproximadamente publicada más de trecientas fotos en mi perfil porque me gusta compartir momentos especiales o algunos espontáneos sin importarme si son estéticos o no, también me siguen un montón de personas desconocidas del mundo que me consideran "guapo", otros que les gusta los tips que arrojó sobre animales, personas que conozco en fiestas, amigos y personas que me siguen por ser el hermano del famoso Holden Harris, eso da un total de setenta mil seguidores sobre sus trecientos veinte.

Veo que al parecer tiene stories recientes y hago clic sonriendo cuando aparece un plano de unos ojos amarillentos debajo de la cama.

Una vez más Boo me da un susto de muerte porque me odia —dice su voz—. Tres de la madrugada y escucho sonidos extraños, me agacho y me da tal mirada espeluznante.

Continúa en la siguiente.

Boo, sal de ahí, ven, no seas aterradora —La gata cuyo ojos es lo que resalta se mantiene viéndola—. Ven aquí, pretenciosa ¡Boo! ¿Será que conseguiré dormir?

La siguiente es una foto de la gata acurrucada al final de la cama y viéndola intensamente, no quiero decir que con desprecio, pero sí parece desprecio.

Me pienso muy bien qué hacer y luego decido que no hay mucho que pensar sobre seguir a alguien de manera amistosa cuando ya hablas con ella, así que presiono seguir y luego bloqueo el teléfono, poniéndome de pie, viendo mi erección y decidiendo tomar una ducha bastante fría para comenzar un buen día o eso espero.

Cuando estoy duchado y vestido, listo para empezar otro día en el trabajo, bajo y me encuentro con Alaska sobre Drake en el sofá, sentada a horcajadas y repentinamente me asalta una vez más mi pesadilla con Mérida en la misma posición.

Atrás, pensamientos desviados, atrás.

—Tan temprano y ya regalándome visiones perversas —comento pasando de ellos e yendo a la cocina para tomar una galleta integral y una taza de café porque no tengo demasiada hambre.

Cuando regreso a la sala, ya se encuentran acurrucados en el sofá, pero lado a lado sin ninguna perversidad. Veo el uniforme de Alaska y luego a mi reloj.

—¿Quieres que te deje en la escuela de camino a la clínica veterinaria?

—¡Jesús agradecido! Yo te amaría más por eso, porque la verdad no debía venir a ver a Drake, podría llegar tarde a clase, pero no pude resistirme a venir a ver su dulce carita.

—La cara que me copió, claramente —Bebo de mi café y me dirijo a las escaleras—. Iré por mi bolso y nos vamos.

—¡Ponte la bata blanca! —grita detrás de mí y giro a verla con desconcierto.

—¿Por qué?

—Porque te ves tan lindo y tan profesional cómo el doctor Harris. Me llenas de orgullo.

Le sonrío y retomo la caminata y para su fortuna, cuando regreso en efecto traigo la bata puesta y poco después tras una despedida con Drake y una rodada de ojos de mi parte, estamos en el auto.

—Estoy seguro de que Drake estará durmiendo de nuevo en menos de cinco minutos —Le hago saber.

—Lo hará —Ríe por lo bajo—. ¿Viste todo lo que ha estado avanzando? Siento que pronto estará muy recuperado, ya no se frustra tanto.

—Ha tenido una buena evolución y está comprometido con ello, eso ayuda.

—Es tan fuerte —dice y no tengo que voltear para saber que está sonriendo, está locamente enamorada, cómo también lo está mi hermano.

Le pregunto adrede sobre química y física para hacerla rabiar porque es pésima en esas clases y siempre quiere obligarme a hacerle la tarea cuando Drake no está y mientras intento enseñarle, siempre terminamos peleando cuando me exige que le haga la tarea. Es divertido, pero admito que siempre me voy para no sacudirla.

No tardamos en llegar a su escuela en donde tiene un breve discurso que pretende ser emotivo sobre cómo es su último año.

—Oye, Aska —La llamo antes de que baje y voltea a verme—. Eres experta en las historias +18.

—¡Dawson! No lo digas así —Se lleva una mano al pecho, se ve escandalizada y ruedo los ojos.

—Entonces ¿Qué significa el +21?

—¿Por qué preguntas?

—Curiosidad —respondo encogiéndome de hombros.

Me ve fijamente y espero verme curioso y no súper interesado en una respuesta. Mérida me dijo que bromeaba, pero dijo algo sobre sexo y +21 que me generó curiosidad incluso si no es cierto.

—Son historias que tienen un contenido más fuerte que el +18, más crudos, pero no solo en lo sexual, también puede ser entorno a la violencia, abuso de sustancias o escenarios que pueden considerarse delicados e incluso tabú y debe ser manejado por una audiencia lo suficiente madura para consumir este tipo de contenidos.

—Sonaste cómo un diccionario —Le hago saber—, pero si este +21 es de sexo, entonces ¿Significa que es todo muy explícito?

—¡Ufs, sí! Y significa incluso sexo que podría resultar oscuro o bien sucio delicioso —Sonríe—. Asusta el concepto, pero te aseguro que hay buen contenido +21 afuera, solo debes encontrar el correcto.

»¿Llenó eso tu curiosidad?

—Algo así, ahora ve a clases.

—¡Ten buen día, doctor Harris! —Me grita cuando se encuentra afuera del auto, haciéndome sonreír.

***

—¡Viniste! —grita una voz familiar detrás de mí.

Giro para ver una castaña guapa de ojos verdes y complexión delgada acercarse a mí. Tengo que admitir que durante unos segundos mis ojos beben de la manera en la que se ve con un vestido corto ajustado negro que abraza sus pechos turgentes y la manera en la que sus piernas se ven kilométricas, pero luego simplemente sonrío de forma amistosa porque no pasa de ahí y se trata de Ophelia.

Me sonríe y posa su mano en mi brazo cuando me besa la mejilla, es casi tan alta como yo por lo que con sus botas de tacón no hay necesidad de que se alce de puntillas.

—Alguien me dijo que viniera a la fiesta de cumpleaños de un miércoles muy atravesado de mi querida amiga —Le hago saber sin dejar de sonreír—. Feliz cumpleaños, belleza, te has puesto más sabia, inteligente y hermosa.

—Oye, pero dame un abrazo —Se ríe y también lo hago en tanto la envuelvo en mis brazos.

Se siente bien, agradable y cálido, también huele increíble, a algún perfume caro y francamente bueno. Aun entre mis brazos, se separa un poco para que nuestros ojos puedan encontrarse y siento la manera en la que se va formando un ambiente denso que me recuerda que estamos en páginas diferentes sobre las emociones, así que retrocedo porque no quiero ilusionarla con percepciones erradas y aunque he intentado poner distancia entre nosotros desde que me confundió con Drake y lo besó, ella siempre elimina esto actuando con normalidad y fingiendo que no es un poco rara las cosas entre nosotros.

Yo también soy idiota fingiendo no saber porque no quiero avergonzarla de cómo se siente o hacerla sentir mal ante el hecho de abordar algo para lo que no se siente lista de expresarme.

Retrocedo dándole una sonrisa torpe y viendo alrededor que hay más que un pequeño grupo de personas.

—Vine por poco tiempo —Le hago saber por sobre la música cuando me guía hacia donde están las bebidas— y solo tomaré un trago, mañana trabajo.

—Oh, cierto, mi querido veterinario —Me entrega una cerveza—. Así que ¿Qué hay de nuevo?

—No mucho —respondo caminando a su lado hacia un lateral de la pequeña casa—. ¿De quién es este lugar? Esperaba que nos amontonáramos en tu diminuto piso compartido.

Mis palabras son en broma porque su apartamento no es diminuto y es un buen alquiler que comparte con otros estudiantes que al igual que ella, no residen en Londres.

—Es de una de mis amigas, lo ofreció y acepté.

—Ah, esas ventajas de ser popular.

—Algo así —responde sonriendo—, pero ven, baila conmigo y no puedes decirme que no porque soy la cumpleañera.

—Eso es chantaje emocional —La acuso—. Solo para confirmar ¿Martin no está aquí, verdad?

No es que sean grandes amigos, se conocen por mí, pero no se llevan mal y no sería raro que lo hubiese invitado.

—No, me dijo que tenía cosas que hacer ¿Por qué? ¿Pasó algo entre ustedes?

—Algo así, preferiría que no coincidiéramos.

—Oh, ¿Algo cómo lo que sucedió con Leah? —pregunta con cautela.

Poco sabe de lo que sucedió, le di una versión distorsionada en donde no sabe que Martin usó mi rostro, para ella éramos dos tontos amigos interesados en la misma chica, lo que la hizo etiquetar a Leah cómo la manzana de la discordia, pero ellas se agradaban mutuamente las veces que coincidieron.

—Son cosas entre nosotros, simplemente no quiero relacionarme con él ¿De acuerdo? Y Ophelia, si algún día te sientes incómoda a su alrededor o algo te parece extraño, habla, a veces no terminamos de conocer a las personas.

—De acuerdo —dice con lentitud ante mi seriedad para después sacudir la cabeza—. Ahora, ven, bailemos.

La dejo guiarme hacia donde los cuerpos se agrupan y en donde saludo a varios de sus invitados. Bailamos un par de canciones y aunque estoy acostumbrado a la sensualidad de estos bailes, cada vez que siento que las cosas se ponen muy cercanas con disimulo lo llevo a un terreno más inocente, pero en algún punto sus brazos terminan alrededor de mi cuello y sus ojos fijos en los míos.

—Siempre con tus lindos ojos, Dawson Harris.

Recuerdo que de pequeños Drake y yo creíamos que éramos defectuosos por eso (culpa de nuestro hermano mayor Holden que para asustarnos dijo que había leído en internet que éramos aliens que en el futuro robarían almas, súper creativo), pero al crecer, específicamente desde la adolescencia descubrimos que nuestra heterocromía, aunque no es tan notable cómo en otras tantas personas —uno de nuestros iris es de un verde musgo, el otro es de color avellana— era algo que llamaba mucho la atención y en la que muchos se interesaban.

Así que estoy acostumbrados a estos cumplidos, pero Ophelia nunca me dio alguno. Cuando su mejilla se apoya en mi hombro estoy aliviado de romper el contacto visual y entonces me pierdo en mis pensamientos. Mientras yo estoy en esta fiesta, Mérida está en su cita ¿Cómo le estará yendo?

Al terminar la canción dejamos de bailar y ella va por otra bebida en tanto tomo una botella de agua.

—Oye, una pregunta —comienzo.

—Una respuesta —Se burla.

—¿Conoces a un Kellan? El nombre no es tan común, él no es tan alto, pero es muy fuerte, ya sabes, ejercitado...Cabello castaño, ojos azules...

—¡Ah! Kellan el de arquitectura, el de la sonrisita que enamora —Sonríe—. Sí, sé quién es ¿Por qué?

—Curiosidad —respondo, pero luego me lo pienso mejor—. Es que está en una cita con una...Amiga.

—¿Qué amiga?

—Una de tantas.

—¿Una amiga real o una amiga con la que te has enrollado?

—Una amiga —concluyo.

—Bueno, ha salido con muchas en la uni ¿Pero quiénes no lo han hecho? No es un mal tipo, siempre escucho cosas buenas de él y esa sonrisa lo es todo, tiene algo que atrapa y no son solo sus músculos.

»Escuché que es amable con las chicas con las que se involucra y todas siempre tienen algo bueno que decir sobre...Sus destrezas.

—¿Quiere decir eso que mi amiga está a salvo?

—Sí, lo está. Quién sabe, tal vez tu amiga consiga ser esa novia que no tiene desde hace mucho.

—Genial —digo viendo hacia donde las personas bailan—, me alegro por ella.

Porque lo hago, me alegro muchísimo.

***

Estoy estudiando nuevas cosas en mi Ipad cuando me aparece una notificación de Instagram y descubro que Mérida me ha seguido antes de que su mensaje directo aparezca.


Mérida Sousa: ¡Ajá! Te he pillado, no te resististe y me seguiste

Dawson Harris: curiosidad

Mérida Sousa: la curiosidad mató al gato

Veo confuso el mensaje intentando entenderlo y no lo consigo.

Dawson Harris: No entendí

Mérida Sousa: es algo que se dice mucho en Venezuela, bueno, creo que en muchos países

Mérida Sousa: significa que cuando eres muy curioso te puedes meter en problemas...O eso creo, buscaré en internet.

También lo busco y tan perdida no estaba en su explicación, cada día se aprende algo nuevo.

Mérida Sousa: tienes un montón de fotos y pareces modelo en muchas

Dawson Harris: Ya dejaste todos tus likes???

Mérida Sousa: no es que te hagan falta, señor famoso y en realidad no las vi todas

Dawson Harris: fingiré creerte


Pero salgo del chat y voy a mi perfil verificando cuáles son las últimas cuatro hileras de mis fotos y son básicamente de mí en situaciones espontaneas, de animales, algunas frases que me gustaron, un par de nosotros reunidos con las hermanas Hans, pero me doy cuenta de que hace meses no tengo una foto con Drake, desde que enfermó y es porque él no se sentía cómodo con ello, tal vez ya se sienta de nuevo listo para impactar al mundo con la belleza que me copió.


Dawson Harris: así qué... Qué tal la cita?

Ya está, había que preguntar.

Le toma un par de segundos responder.

Mérida Sousa: Estuvo buena!! Al principio estaba nerviosa y no sabes

Dawson Harris: que no sé?

Mérida Sousa: Pancho apareció, pero pude correrlo antes de que Kellan llegara y él pensó que te esperaba a ti

Dawson Harris: Pancho es molesto

Mérida Sousa: pero la cita fue bastante buena, fue una comida muy rica y él es divertido y atento

Mérida Sousa: me invitó a salir de nuevo y acepté... También me besó

Mérida Sousa: Está mal que lo hiciera en la primera cita?

¡Vaya! Kellan es rápido, me rasco la barbilla en un estado pensativo antes de responder.

Dawson Harris: no está mal si eso es lo que quieres Mérida

Dawson Harris: me alegra que la pasarás bien y que todo fuese cómo lo esperabas e imaginabas

Mérida Sousa: fue muy buena, me gustó, pero no fue cómo la imaginaba

Me arriesgo a preguntar porque al parecer hoy soy muy curioso.

Dawson Harris: cómo la imaginabas?

Mérida Sousa: pensé que sería exactamente cómo la que simulamos


Escribo un "¿Eso es bueno o malo?", pero borro el mensaje y me limito a enviar un estúpido emoji riendo que estoy seguro desentona la conversación porque luego ella me dice que hablamos luego y se termina la conversación.

—Ten cuidado, Dawson Harris —Me digo—, la curiosidad mató al gato.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro