Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Ocho: Oh, no, Dawson está en problemas


Capítulo Ocho: Oh, no, Dawson está en problemas.

Dawson


—¡Basta! —pido riendo a Ophelia que intenta hacerme cosquillas.

Mi amiga y yo nos encontramos en el sofá de mi casa, lo que comenzó como un juego de picarnos con el dedo ha terminado en cosquillas y ahora ella se encuentra trepando sobre mí mientras insiste y estoy riendo.

Conocí a Ophelia en una fiesta de primer año y por alguna razón nos hicimos amigos. Es esta linda castaña de ojos verdes y bonita sonrisa que siempre tiene buena actitud, en serio, es cómo la persona más buena en el mundo y pese a que suelo tener romances fugaces y duraderos, nunca he dado ese tipo de movimiento con ella porque aprecio nuestra amistad y una follada o aventura no vale la pérdida porque soy consciente de que no tengo sentimientos románticos hacia ella y ella no se siente igual. Puede que haya tensión entre nosotros, cómo ahora que básicamente está a horcajadas sobre mí, pero eso es normal considerando que la encuentro atractiva y que me parece una buena persona, sin embargo, puedo resistirme e ignorarlo.

Deja de retorcerse sobre mí y ambos estamos respirando en jadeos mientras le sostengo las manos entre nuestros cuerpos, su cabello es un desastre y su rostro se encuentra muy cerca del mío. Es un momento con mucha tensión y creo ver algo en su mirada que me hace tragar porque espero esté pensando en ignorarlo cómo lo hago yo porque en serio no hay nada romántico sucediendo entre nosotros, sé que no la quiero de esa forma y que intentarlo tampoco funcionará.

—¿Qué hacen?

La voz de Holden, mi hermano mayor, nos sobresalta y básicamente la lanzo fuera de mi regazo al sofá mientras él nos ve de pie con una sonrisa llena de picardía. Me aclaro la garganta porque no quiero que se malinterprete, pero aclararlo demasiado solo le dará rienda suelta a Holden para volverlo más grande o algo que no es, lo conozco muy bien.

—¿Qué haces aquí?

—Hayley me invitó a probar lo que sea que horneará —Responde.

—Ella salió por unos ingredientes —respondo relajándome en el sofá, sintiendo la mirada de Ophelia.

—Ah, de acuerdo —dice mi hermano sentándose en el sofá individual, ve hacia mi amiga—. Creo recordarte.

—Sí, nos conocemos.

—Eso creí. Se veían bastante amistosos.

—Es porque somos amigos —resalto y él sonríe.

—Creo que ya me iré, tengo libros que leer para mi clase, no todos conseguimos terminar la uni tan rápido —comenta Ophelia poniéndose de pie y también lo hago—. Hasta luego, Holden.

—Te veo luego...Eh...Cariño —Termina por decir cuando no recuerda el nombre.

Le hago un gesto con los ojos de "eres un imbécil" y él se encoge de hombros. Caminando detrás de Ophelia la acompaño hacia su auto estacionado frente a la casa y nos detenemos a un costado de la puerta de conductor luego de que la abra.

—Extraño verte más a menudo, es raro no verte en la uni.

—Ahora soy un hombre trabajador —Sonrío.

—Pero sigues yendo de fiesta, solo que no me avisas.

No lo hago porque cuando voy de fiesta estoy en plan conquistador y dejar que pase lo que tenga que pasar y me sienta mal hacerla ir juntos para luego dejarla sola, creo que no resulta positivo para ninguno de los dos y desde que supe que en una fiesta se emborrachó y luego besó a Drake en su habitación, pensando que era yo, decidí poner una distancia entre nosotros sin terminar la amistad, algo que enviara el mensaje de que somos amigos y es todo lo que podemos ser.

Ella no sabe que yo sé lo que sucedió esa noche. Mi copia mal hecha la auxilió porque estaba súper ebria y se supone la haría dormir en mi habitación, solo que mi puerta tenía seguro y él la llevó a la suya para que usara su cama, solo que Ophelia tenía otros planes y lo atacó con su boca en una neblina en donde pensaba que mi hermano, cuyo tatuajes estaban visibles en un brazo, era yo. Le hizo prometer a Drake que no me lo diría, pero nuestra conexión y honestidad está por encima de cualquier promesa hecha a terceros, sin embargo, nunca he mencionado que lo sé.

—Espero que no pasen siglos para que nos veamos de nuevo —Me da un toquecito el brazo.

—Fueron como dos semanas.

—Una eternidad —dice acortando la distancia y dándome un abrazo que le devuelvo de forma breve.

—Te veo pronto, conduce con cuidado.

Me ve durante unos pocos segundos antes de suspirar y subir al auto, no entro a casa hasta que su auto dobla la calle y apenas estoy de nuevo en casa, Holden comienza un interrogatorio.

—¿Tienen algún romance apasionado sucediendo con ella?

—No.

—¿Un romance tierno?

—No.

—¿Un romance sin compromisos?

—No hay ningún tipo de romance entre Ophelia y yo.

—Ah... ¿Y con Merida?

Volteo a verlo con demasiada rapidez y él sonríe sosteniendo mi teléfono frente a mí, pero ¿Cuándo...? Debió caerse en el sofá con todo el desorden que tenía con Ophelia.

—Porque te escribió un "¿Puedes hablar?" y una carita de ojitos suplicantes.

—No es Merida es Mérida —Pronuncio no es que lo haga mucho mejor que él, pero destaco la diferencia— y dame el teléfono.

—Oh, así que nos importa.

—No hables en plural —Intento tomar el teléfono y se ríe alejándolo.

—¿Quién es? ¿Ya la invitaste a salir? ¿Sabe que te gusta?

Gruño y logro arrancarle el teléfono, pero está sonriendo mientras me ve con picardía y no deja de hacer preguntas que ignoro subiendo rápido las escaleras y encerrándome en mi habitación para que no pueda venir a seguir molestándome.

No quiero que Holden sepa que nos conocimos por Martin porque hace tiempo cuando sucedió con Leah, él me advirtió que debía terminar esa amistad y también mencionó que había perdido mis bolas por haber hecho la estúpida promesa de no invitarla a salir.

Me arrojo a la cama y desbloqueo el teléfono, descubriendo que en efecto tengo un mensaje de Mérida. No sé muy bien si estamos haciendo esta cosa de ser amigos, pero cuando hablamos del pájaro poco después hablamos de otras cosas más casuales y a veces divertidas, además tenemos todo este asunto de la no cita el domingo.

Me planteo si responder el mensaje o llamar, pero hago esto último y contesta casi cuando ya estaba a instantes de colgar.

—¿En qué soy bueno? —pregunto luego de saludar.

—Estoy tan cabreada y mi amiga Sarah se encuentra sin batería por lo que no me puedo desahogar.

—De acuerdo —acomodo la almohada debajo de mi cabeza—. ¿Qué sucede?

—Soy socialmente incómoda, no me gusta hablar en público, soy tímida y los chicos guapos hacen que me cueste decir cosas.

¿Tímida? Si noto algunos gestos de timidez, pero estamos hablando de la misma chica que se pone a cantar en español y sobre lo de los chicos guapos...

—¿Estás diciendo que soy feo y que por eso hablas conmigo con total normalidad? —Interrumpo su discurso.

—No eres feo, eres...

—¿Soy...? —Sonrío.

—Atractivo, lindo, sexy —dice con rapidez—, pero el punto es que mamá me hizo ir a este evento social con uno de sus colegas y estaban sus dos hijos. Sexys y hermosos, pero unos idiotas.

»Estuvieron molestando toda la noche sobre que no hablo, que soy silenciosa y luego...Luego dijeron que igual no necesita hablar para chupárselas o gritar de placer —Alza la voz ante lo último— y literal me propusieron hacer eso.

No me queda claro cuando pasamos de falso acosador- mujer engañada a novios de mentira haciendo una parada en veterinario-representante de paciente para terminar en esta conversación. Supongo que, en efecto, quizá somos amigos aunque no sé cuándo ni cómo sucedió.

—Fue denigrante la manera en la que lo dijeron así que la timidez desapareció por mi enojo y les grité, y mamá me acusó de hacer una escena vergonzosa, pero es porque no escuchó lo que me dijeron y llegué furiosa a casa e hice una locura.

—¿Qué hiciste?

—Le pedí salir a Kellan —Hace una pausa—. Es el estudiante dos años adelantados que me parece atractivo. Le envié un mensaje por Instagram y me respondió, pero no he sido capaz de abrir el mensaje.

Uhm, así que invitó a salir a alguien, qué interesante. Cómo "amigo" tengo que decir algo.

—Abre el mensaje, estaré desde aquí dándote apoyo.

—Pero ¿Qué pasa si dice que no?

¿Quién le diría que no? Es hermosa, sexy y divertida, además le gusta ser buena con los animales.

—No creo que te diga que no, pero si lo hace, pasas de él y ya está.

—Lo haces sonar fácil.

—No tiene que ser difícil. ¡Vamos! Ábrelo.

Parece estar de acuerdo y me pide que espere mientras lo hace. Más le vale que le haya aceptado la invitación, porque en serio tendría que ser un idiota para no hacerlo.

—Dawson —susurra.

—¿Si?

—Dijo que sí, él dijo que sí...Me dijo que sería genial y que le haga saber cuándo estoy disponible.

Medio sonrío escuchando su risa nerviosa.

—¿Ves? Sabía que diría que sí.

—No pensé llegar tan lejos. ¿Qué le respondo?

—Dile algo muy casual de tipo "será divertido" y finaliza con que están hablando pronto para organizarse, sin emoticones de corazón.

—¿Por qué?

—Porque es la primera vez que hablan y no quieres verte empalagosa.

—¿Te molestaría si te enviará un corazón? ¿Me considerarías empalagosa?

—A mí no, pero no todos son yo.

—Uy, cuidado —Se ríe—. Listo, lo envié. No me puedo creer que tendré una cita con Kellan y tampoco que seas el primero en saberlo. Lamento si te incomodé ni siquiera sé por qué no me da vergüenza contigo cuando eres físicamente tan wow.

—¿Tan wow?

—Muy wow... ¿Tú tienes novia?

—No.

—¿Por qué?

—Porque no es de mi interés en este momento, no estoy enfocado en conseguir una relación.

Se hacen unos extraños segundos antes de que se aclare la garganta.

—Bueno, voy a colgar —dice con suavidad—. Gracias por esto... Te veo el domingo.

—Te veo el domingo —digo antes de que la llamada finalice.

Entonces justo al colgar, un mensaje de Leah por Instagram llega.

Leah Ferguson: Hola extraño ¿Podemos hablar?

Tardo en responder porque aun todo se siente un poco extraño, pero finalmente lo hago.

Dawson Harris: aquí ya es tarde, Leah pero me encantaría hablar contigo pronto

Leah Ferguson: hablamos pronto

Le envío un emoji y dejo el teléfono a un lado, girando en mi cama y ordenándome dormir.

***

¿Qué pasa con los días que están avanzando tan rápido? Me parece insólito que ya sea domingo.

Tomando mi mochila bajo del auto que comparto con Drake y antes de que pueda presionar el timbre, escucho uno histéricos ladridos.

—¡Leona! No seas grosera conmigo, solo quiero que nos tomemos una foto para enviársela a mamá —Grita la voz de Mérida—. ¿Por qué me odias si yo te amo? ¡Leona, ven aquí!

»Señora Jane ¿Puede pedirle que se tome una foto conmigo? Ella no me lo permite, dígale que me duele.

Hay un silencio antes de que Mérida grite con lo que parece frustración.

Cría cuervos y te sacaran los ojos —grita en español—. Eso es lo que me hace Leona.

Queriendo un mejor contexto de toda esta situación, presiono el timbre y luego abre la puerta una señora con el cabello rubio repleto de canas, ella me sonríe.

—¿En qué podemos ayudarlo?

—Vengo a ver a Mérida.

—Oh, eres ese chico —dice sonriendo haciéndose a un lado.

No sé qué "chico" soy, pero le devuelvo la sonrisa ingresando a la casa que es casi tan grande como la mía. De inmediato la gata está ronroneando hacia mí mientras se desliza por mis piernas, casi creería que esta gata me coquetea y es tan hermosa que si fuese un gato este sería mi tipo.

Agachándome dejo una caricia en Boo antes de avanzar hacia la sala en dónde Leona se encuentra ladrando mientras Mérida la sostiene intentando tomar lo que parece un selfie.

—Me rindo, tiro la toalla. Vete lejos de mí, perra malagradecida —La libera y Leona trota hacia mí—. Nadie sabe para quién trabaja.

Necesito con urgencia comprarme un diccionario de español para aprender y entender cada vez que habla en dicho idioma, lamento que en la vida real no existan subtítulos.

—Hola, Leona —saludo.

—Y llegó el domador de los animales —Canturrea Mérida levantándose del suelo.

La detallo mientras lo hace. Trae un jogger azul o al menos creo que así se llaman, con una camisa básica blanca de mangas cortas que tiene el logotipo de una marca reconocida y costosa en ella. Ojos delineados cómo siempre y sus labios son un poco más oscuros que el carmín habitual. Es la primera vez que le veo el rostro despejado del flequillo porque una bandana roja se encuentra cumpliendo el papel de una especie de diadema. Se ve...Muy bien.

—Hola, Mérida.

Me devuelve el saludo con una leve sonrisa tímida antes de que vea hacia la mujer que me abrió la puerta y que parece estar viendo alguna telenovela en nosotros.

—Ven, vamos arriba, Dawson. En mi habitación tengo al Señor Enrique y así Jane puede seguir con lo que hacía, por cierto ella es Jane la mujer más linda y amable del planeta.

—Un gusto conocerla, señora Jane. Soy Dawson.

Estrechamos nuestras manos y luego camino al lado de Mérida hacia las escaleras, Leona y Boo vienen detrás de nosotros y ella se gira.

—Se quedan aquí abajo, abajo —repite.

Y tengo que ser honesto: parece que la gata le da una mirada de desprecio y que Leona podría meterse en una palea con ella, sin embargo la obedecen y pronto nos encontramos subiendo las escaleras y dejándolos atrás.

—El señor Enrique está tan bonito, no puedo creer que ya lleve casi dos semanas conmigo. Dentro de poco su ala estará curada y podrá volar, lo extrañaré, pero me da felicidad que podrá volver a su libertad.

—Apuesto a que está muy feliz de haber sido rescatado por ti.

No me responde, pero creo ver un sonrojo. Cuando entramos a su habitación estoy gratamente sorprendido por los dibujos acumulados en una de las paredes, no alcanzo a ver mucho, pero se ven impresionantes. Ignoro el desorden porque puedo ver que se avergüenza mientras me explica que no esperaba que lo hiciéramos aquí y me guía cerca del ventanal en donde en su caja al Señor Enrique le pega la luz natural o lo poco que hay de ella.

Mientras saludo al pájaro y le cambió el vendaje, estoy verdaderamente orgulloso de su evolución, creo que se recuperará antes de la cuarta semana y se ve bastante saludable. Además canta mientras lo atiendo y es el ritmo de otra canción hispana con la que Mérida lo acompaña. Son un extraño equipo adorable.

Cuando termino, hay una conversación breve y casual mientras aprovecho de darle un vistazo al hámster que literalmente parece tener una casita para sí mismo.

—Abajo tiene su casa de verano —Bromea Mérida o eso creo.

Después de ello, estamos dejando la caja con la señora Jane que descubro es el ama de llave y luego estamos dentro de mi auto con un silencio un poco incómodo mientras conduzco. Yo no sé muy bien qué estamos haciendo, pero creo que es inofensivo.

—Así qué... —dice cortando el silencio y haciéndome consciente de que se siente incómoda con ello— ¿No habrá problema de que vaya contigo?

—No, les encanta recibir ayuda y tengo el presentimiento de que amarán tenerte ahí, eres muy buena con los animales.

De nuevo silencio y me remuevo en mi asiento.

Quiero difuminar toda la tensión evidente en este auto y soy muy consciente del tipo de tensión que es incluso si quiero ignorarla.

—¿Qué ha pasado con tu cita?

—Será el miércoles, un día súper atravesado, pero es lo que acordamos. No sé a dónde iremos, creo que a cenar, pero no me ha dicho —Suena entusiasmada—. Aun no me lo puedo creer.

—¿Cómo es éste Kellan que te trae loca?

—No me trae loca, solo que me siento atraída y me alegra que podré conocerlo —Hace una pausa— y para responder a tu pregunta, no es clásicamente guapo de cara, pero tiene una sonrisa preciosa al igual que sus ojos, es musculoso y alto, también inteligente. Es muy agradable.

—Uhmmm —Me limito a decir girando a la izquierda.

—Es la primera vez que saldré en meses desde que terminé con mi exnovio, estoy súper nerviosa no sé muy bien todo el tema de citas. Salí con la misma persona durante mucho tiempo.

—¿Hace cuánto fue eso?

—Nueve meses. ¿Tú desde cuando no tienes novia?

—Casi dos años.

Si cuento mi extraña relación con Leah serían unos tres meses tal vez.

—¿Cómo que dos años?

—Sin una relación estable y formal, pero tengo otro tipo de relaciones casuales.

—Oh, lo entiendo.

Nuevamente silencio, pero para mi fortuna llegamos al refugio en dónde me estaciono desesperado porque salgamos del auto y dejemos atrás toda la extraña tensión crispando entre nosotros.

—Hice lo del sexo casual varias veces —dice haciendo que detenga mi caminata hacia la entrada del refugio.

Con lentitud volteo a verla, tiene la vista en sus zapatos.

—¿Funcionó?

—Sí, funcionó bien —Hace una mueca—, demasiado bien, es solo que luego de la primera vez volví con mi ex y las cosas fueron complicadas, después de la ruptura lo hice un par de veces y me gustó.

»Pero soy muy tímida y no sé cómo hablarle a un chico de forma inmediata, de hecho fue un milagro que sucediera esas veces, no soy buena en el coqueteo, pero fue bastante bueno ¿Sabes? Tener toda la experiencia y otras personas con la qué...Y no sé por qué te estoy diciendo eso.

Yo tampoco lo sé, sobre todo porque trae de vuelta toda la tensión que se supone dejaríamos en el auto.

No sé muy bien qué decirle, pero ella no me da oportunidad porque retoma la caminata y la sigo mientras entramos al refugio de animales en donde las cosas se complican un poco.

***

Estoy en problemas.

No sé cuántas veces me he repetido las dos palabras las últimas tres horas en el refugio.

He estado en problemas desde el momento en el que Mérida con los ojos brillosos se acercó a una camada de cachorros que fue abandonada en un basurero, desde que fue dulce con cada animal que estuviese a su alcance y muy curiosa haciendo preguntas sobre su salud, cuidado, historia.

En demasiados problemas cuando ayudó a bañar a cuatro perros adultos y le dio de comer a unos gatitos.

Más problemas cuando parecía extasiada tocando a unas aves cuyas alas no corrieron la misma suerte que la de Señor Enrique.

Estoy en problemas, demasiados de ellos.

Mientras termino mi jornada de atender a los animales que necesitan revisión médica, la observo reír, abrazando a uno de los cachorros de la camada olvidada, creo que es un cruce entre un pastor alemán y algún perro que no tenía una raza en específica.

—Te gusta —dice Micah a mi lado.

Es mayor que yo por tres años, felizmente casado con Wanda – que también trabaja aquí – y me gusta llamarlos mis amigos.

—¿Por qué dices eso?

—Porque en este momento la estás viendo como si quisieras salir corriendo y encerrarte para que no te alcance —Se ríe—. Es un encanto con los animales, parece nata en lo que hace.

—Es que tiene un montón de ellos en casa —Sonrío.

—Entonces sí te gusta.

No respondo, golpeo los dedos contra mi muslo observando que ahora alza al cachorro y le da un beso antes de devolverlo contra su pecho.

—Tiene una cita.

—¿Contigo? ¿Planearon la segunda cita antes de tener la primera? Amigo, qué rápido.

—No es conmigo —Me rio dándole mi atención—. Solo espero no sea con un idiota —Me encojo de hombros.

—Así que no están saliendo.

—No, era el veterinario de su pájaro y ahora creo que somos amigos.

—Interesante —masculla Micah viéndome con ojos entrecerrados—. ¿Te acuerdas cuando me decías que tu gemelo era un tonto por no darse cuenta que la que ahora es su novia le gustaba cómo más que una amiga?

—No te la quieras dar de listo, no es lo mismo.

—Mismas caras diferentes contextos —Ahora es quien se encoje de hombros—. Cómo sea, muchas gracias por haberla traído hoy. Ella ha sido de muchísima ayuda, ojalá decida volver.

Asiento de manera distraída viendo cómo Mérida se acerca hasta nosotros con un puchero en los labios que definitivamente no veo por demasiado tiempo.

—Siento una necesidad fuertísima de llevármelo conmigo —Confiesa haciendo referencia al cachorro—, pero primero debo consultarlo en casa y a mamá no le gustan los mestizos y sé que eso suena muy mal, pero ella es una buena persona. Pero me siento triste de no poderlo llevar.

»Micah, ¿Crees que pueda volver para ayudar? Me gustaría seguir haciéndolo, no debe de haber problema en que ayude en dos refugios.

—¿Qué eres? ¿Una santa? —Bromea Micah.

—Es una Virgen —corrijo y ella me ve con los ojos muy abiertos, sonrío—. Perdón, quise decir que tiene el nombre de una virgen.

—Suena cómo que tienen un chiste privado pasando entre ustedes. Así que los dejaré a solas —dice mi amigo tomando al cachorro de las manos de Mérida— y me llevo a este amiguito a su casa por ahora. Despídete de tu nueva amiga.

—Adiós, perrito bonito —dice ella aun con el puchero.

Cuando el puchero desaparece, suspira volviendo su atención a mí y ahora sonríe.

La tensión incrementa.

—Me ha encantado venir a ayudar.

—Me alegra escuchar eso, ¿Lista para irnos?

—No, pero ya debo volver. Jane se irá pronto y el Señor Enrique no puede quedarse solo.

Asiento y nos ponemos en marcha con las despedidas. Le hago saber a Wanda que haré una actualización en mis documentos con el registro de la salud de los animales del lugar y así aparto la de los que gracias al cielo han sido adoptados. Poco después, Mérida y yo nos encontramos en el auto.

—No te lo he preguntado antes, pero ¿Tienes mascotas?

—No, pero planeo tenerlo en el futuro cuando tenga mi propio espacio.

»Vivo con mis padres y dos de mis hermanos, la casa es bastante grande, pero una mascota es una gran responsabilidad y no es algo que quiera delegar a los demás, también estoy haciendo mi camino profesional y no tengo el tiempo necesario que se debe dedicar a la enseñanza y crianza mientras crecen.

—Tienes un pensamiento muy responsable sobre ello, doctor Harris.

Me mantengo con la atención en la carretera mientras ella parece revisar algo en su teléfono.

—Oh, me escribió Kellan, sí iremos a una cena, pero ahora estoy nerviosa no quiero actuar tonta y no sé qué hacer en una cita —Se escucha nerviosa.

Drake y yo somos gemelos cortados por la misma tijera, literalmente, eso explica porque me meto en cosas que pensé que solo podrían pasarle a él.

No estoy interesado actualmente en una relación, quiero ser amigo de Mérida y seguir con mi vida cómo está y no sé si es en nombre de esa amistad o porque estoy loco, pero las palabras escapan de mí:

—Práctica conmigo, tengamos una cita falsa de práctica para que ese día te sientas cómoda.

Es la idea más absurda e innecesaria de la vida, casi la retiro porque me doy cuenta de lo estúpido que se escucha mi pensamiento impulsivo, pero entonces ella acepta y ahora tendremos mañana una cita falsa.

Pero ¿Qué hice?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro