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ʚ Extra: Beso Francés.

Lentamente, volvió a separarse de su novio.

— Ahora los otros diez – Chenle rió.

— Me dijiste lo mismo cuando llevábamos quince, Jisung — el menor puchereó.

— Yo te dije que me debías treinta y cinco.

— Me dijiste que te debía solo cinco porque no paré de besarte toda esta semana – Recordó y el puchero de el moreno aumentó.

— ¿Acaso no ves que solo quiero besarte un rato más? – Cuestionó, abrazando al rubio que estaba sentado encima de el, con un tono de voz tierno intentando sonar triste.

Chenle rió y tomó el rostro del menor para darle otro beso.

Cuando Chenle se separó, Jisung inmediatamente volvió a juntar ambos labios. Chenle soltó una pequeña sonrisa y continuó.

Un par de segundos más jugueteando suavemente entre sus labios y se separaron.

— Te amo – Chenle soltó inmediatamente y Jisung sintió su corazón palpitar frenéticamente al oírlo.

— Y yo a ti – Apoyó su cabeza en el hombro del mayor. Respirando suavemente para recuperar el aliento que aquellos besos le habían quitado.

Era así, cada semana, Jisung contaba la cantidad de besos que Chenle no había podido darle para saciar esa deuda al final de la semana, en una pequeña pijamada sea en casa de uno o de el otro, dónde solo se encierran a besarse hasta el cansancio con un poco de música de fondo cuando era temprano para que los padres de ninguno sospechen.

Jisung estaba seguro, los labios de Chenle eran alguna clase de droga, una que no debería de ser legal por lo adictiva que era. Sentía como si el chino siempre le gritara un "bésame" sin hacerlo realmente.

Desde que se habían vuelto novios su relación se resumía en besos, besos, mimos, citas, besos y muchísimos más besos.

Estaba seguro que la deuda completa que tenía de más de doscientos besos, ya Chenle lo había saldado hace tiempo, pero aun así quería más.

Abrazó el cuello del rubio, enterrando su rostro en este.

— ¿No te puedes quedar todos los días? – Murmuró en un tono de decepción. Las manos de Chenle acariciaron con cariño su espalda y una de ellas subió hasta acariciar el cabello de su novio.

— Son las once de la noche, debimos habernos dormido hace dos horas. ¿Crees que estaríamos bien viviendo juntos así? – Una pequeña sonrisa. Jisung empezó a dar pequeños besos en su cuello — Llevamos poco tiempo saliendo y somos menores de edad, no podemos pensar mucho ese tipo de cosas.

— De pequeños siempre decíamos que nos íbamos a mudar juntos, ¿Lo recuerdas? – Pequeñas sonrisas nostálgicas ante aquello.

— Decías siempre que vivirás a base de mi comida y que nunca cocinarás tu.

— Una vez quemé palomitas de microondas, Chenle. No puedes esperar a que sea un buen chef – Ambos rieron.

— Yo puedo enseñarte poco a poco.

Jisung soltó una sonrisa boba — Si eres tú mi maestro, puedo volverme un Chef profesional y aun así seguiría pidiéndote clases – Ambos rieron.

Un pequeño silencio cómodo dónde Jisung disfrutaba las pequeñas y tiernas caricias que su novio le otorgaba en su cabeza.

— Chenle – Llamó con los ojos cerrados — ¿Y si me das las buenas noches con un beso francés?

Calor subió a las mejillas del rubio.

— ¿B-Beso francés? – Jisung asintió y miró de frente a su novio.

— Ya sabes, un beso con lengua – Una pequeña sonrisa mientras tomaba el rostro del mayor con sus manos, pegando la mirada a sus labios. Aquel rojo llegó hasta las orejas del más bajo.

— ¿T-Tu... Quieres hacer eso? – Cuestionó tembloroso.

— Tranquilo – Una sonrisa — si tú no lo quieres no te voy a obligar ni nada de eso.

— O sea, ¿Si quieres? – Jisung negó divertido y plantó un pequeño pico en los labios de su novio.

— Si, pero no te voy a hacer dármelo por capricho – Otro beso — Vamos a dormir, ¿Si?

— Está bien...

Ambos se acomodaron y acurrucaron juntos. Dándose otra pequeña sesión de besos antes de caer dormidos.

Sin embargo por la mente de Chenle seguía pensando lo mismo.

Un beso francés...

Un beso con lengua...

Removió la suya dentro de su boca, lamiendo sus dientes y finalmente tragando.

Su rostro se enrojeció al imaginarse con su lengua moviéndose en la boca de su novio.

¿Cómo haría algo así?

Si algo sabía era en lo incómodo que podía llegar a ser ese tipo de cosas. Más cuando se trataba de gente inexperta que nunca había hecho algo así en su vida.

Exactamente como Chenle.

De ahí pensó en algo.

¿Jisung ya había hecho algo así antes?

Su pecho se hundió al pensar en eso, pero suspiró.

No era momento de pensar en eso, debía pensar en cómo aprender a dar un beso francés para satisfacer a su amado novio.

Recurrió a lo primero en su lista: pedir consejo a alguien que seguramente ya haya hecho algo así.

Pero no se le ocurría nadie.

Y es vergonzoso ir y preguntar "¡Hey! ¿Ya has dado un beso con lengua? Dime cómo se hace." Era un rotundo no.

Suspiró derrotado, se tiró a su cama y solo tomó su celular con un enorme sonrojo de vergüenza.

No podía creer que iba a googlear como dar un beso francés.

Pero lo hizo.

Y abrió un par de páginas.

Leyó los conceptos y se sonrojó aún más al ver cómo en todos recalcaban el erotismo que cargaba ese tipo de beso.

Ugh, nadie lo estaba viendo, pero se sentía tonto y expuesto por hacer eso.

Pero todo sea por hacer feliz a su novio.

Uno; en todos aquellos artículos, recalcaban la necesidad de unos buenos labios para que la pareja disfrutaba máximo.

Chenle pasó dos dedos por sus labios.

Jisung siempre le recalcaba los suaves y deliciosos que supuestamente eran.

Sin embargo se preocupó al sentirlos un tanto resecos.

Rápidamente se levantó y salió del cuarto.

Fue a la cocina y bebió dos vasos de agua de una sola vez y luego fue hasta el cuarto de su madre.

Rebuscó entre las cosas de su madre y consiguió sus maquillajes. Sabía perfectamente que tenía varios brillos con distintos sabores.

Tomó uno con sabor a cerezas y antes de que su madre le cuestionara que hace y porqué, salió de la habitación.

Según leyó, tenía que colocarlo una hora antes de besar. Así que lo colocó en su tocador para no olvidar ponérselo al día siguiente cuando vaya al instituto y vea a su novio.

Agradecía tener una buena higiene bucal y buen aliento la mayor parte del tiempo, así que pasó a lo siguiente. Dónde empezaban las verdaderas lecciones para el beso francés como tal.

Un buen ambiente.

Una cita y luego traerlo a casa para buena privacidad es lo primero que se le viene a la mente.

Quizá la invite a tomar algo luego de clases.

Lentamente fue leyendo el resto.

Contacto visual, movimientos lentos, inclinar la cabeza...

"La idea es comenzar con movimientos lentos para ir abriendo la boca. Para saber cómo mover la lengua al besar, asoma tu lengua lentamente y ve acariciando el borde de sus labios, invitando a la otra persona a abrir la boca contigo."

Todo aquello iba en forma de notas mentales a Chenle. Seguía sonrojado de vergüenza, pero igualmente sentía que sería útil.

Tragaba constantemente al leer las indicaciones.

Si Jisung se llegase a enterar de que estaba haciendo esto se iba a burlar de el de por vida.

Miró la hora en la esquina de la pantalla y suspiró para poner a cargar su teléfono y acostarse a dormir.

Un alegre moreno se abalanzó hacia el entusiasmado.

— ¡Chenle! ¡Te extrañé mucho! – Abrazó su cuello con fuerza, Chenle abrazó su cintura con una sonrisa boba.

— También te extrañé, lindo – el rubio respondió y Jisung tomó su rostro para darle un pequeño y rápido pico.

Antes de que el chino protestara, habló.

— Nadie nos vio, tranquilo – Otro pico que luego el chino le devolvió con una sonrisa antes de empezar a caminar juntos.

— Jisungie – Llamó, recibió un "¿Mhm?" Que lo hizo proseguir — ¿Quieres comer algún pastel cuando salgamos y luego ir a mi casa?

Los ojos de Jisung brillaron entusiasmados y abrazó con emoción a su novio.

— ¡Por supuesto! – Chenle sonrió, pues sabía que el moreno le emocionaba mucho más la sesión de besos en el cuarto del rubio que la cita en la pastelería.

Todas las clases, Jisung no pudo despegar ni un segundo la vista de los labios de su novio, exceptuando cuando iban a clases distintas.

Se veían más rojos, esponjosos, lindos y besables.

Relamió sus propios labios.

Quería besarlo, ahí, en medio de la aburrida clase de matemáticas, en frente del aburrido profesor de matemáticas.

— No – Chenle aguantó las ganas de sonreír victorioso al ver que tomar tanta agua y aquel brillo labial habían servido bastante.

— ¿Pronto me darás ese beso francés? – Tenía muchas ganas de aquello, lo cual se domostró al mirar a los labios contrarios con intensidad.

— Pronto – Confirmó. Los ojos de Jisung brillaron y subieron hacia su novio.

— Oh, por Dios – Abrazó al rubio — ¡Ya quiero que me lo-...!

— ¡Señorito Park! ¿Acaso quiere que lo separe de Zhong? – Se enderezó en su asiento, regio.

— Me comportaré. No lo haga – A pesar de mantenerse derecho, se notaba como rogaba en aquel tono. Chenle rió. El profesor asintió y volvió a lo suyo.

Jisung entrelazó su mano con la del mayor y se apoyó en su hombro suavemente.

— Estoy emocionado – Murmuró.

Chenle sonrió.

— Yo también.

En lo único en lo que Jisung podía pensar en la cita eran dos cosas.

Lo lindos que eran los labios de Chenle y, en cuanto quería besar estos.

Pero, para su gran fortuna, ya estaban camino a casa del chino, lo cual tenía al moreno mordiendo su labio inferior de emoción.

A penas Chenle abrió la puerta y ambos entraron, Jisung se abalanzó a los labios ajenos.

Chenle sonrió un poco, pero siguió el desesperado beso que su novio le brindaba.

Abrazó sus hombros y empezó a mover sus labios a la par de los de la más baja.

Jisung abrazó su cuello y profundizó más el beso. Demostrando todas aquellas ganas reprimidas que había estado teniendo todo el maldito día.

Y aquello a Chenle le sacó una pequeña risa que la hizo separarse de la mayor.

— ¿Te divierte torturarme? Eres una mierda, una mierda de unicornio, Chenle – Chenle solo volvió a reír y tomó el rostro de la mayor.

— Vamos a mi cuarto, tengo que hablar contigo.

Cejas alzadas y una mirada y sonrisa pícaras por parte del moreno y Chenle inmediatamente se sonrojó.

— Uh, que emoción por "hablar" – Chenle desvió la mirada avergonzado y solo tomó la mano de su novio para subir con el.

Jisung, en medio del recorrido, no pudo evitar algunas veces parar, pegar a su novio a la pared más cercana y besarlo. Esto se repitió unas cinco veces en el corto recorrido de la puerta principal al cuarto de Chenle.

Una vez entraron, Jisung tomó sin pensarlo más el rostro del chino y volvió a besarlo, saboreando aquellos dulces y suaves labios que tantos suspiros le habían arrancado en el día al mirarlos.

Chupaba estos, sin piedad, luego se movía y chupaba el otro. Chenle solo se dejaba, disfrutaba muchísimo cuando Jisung tomaba el control de los besos.

Entre pasos torpes, sin separar sus bocas, Jisung llevó a Chenle a la cama y se sentó en esta para que el se ponga en su regazo y seguir besándolo.

El aire faltó y ambos se separaron con enormes sonrisas mientras relamían sus húmedos labios.

Los pequeños brillos del labial que usaba el rubio estaban esparcidos en todos lados, menos en sus labios. Jisung sonrió por eso.

— Digámosle a todos lo de nosotros – Repentinamente, Jisung soltó y Chenle rió.

— ¿Por qué?

Lo tiró suavemente del cuello de su camisa — ¿Cómo que por qué? ¡Quiero besarte frente a todos! Que sepan que eres mío y que tus labios me pertenecen.

— Soy tuyo, mis labios te pertenecen. Pero no quiero andar exponiéndome en todos lados.

Jisung lo soltó y se cruzó de brazos.

— Lo que no quieres es que sepan que tienes dueño.

Chenle volvió a reír.

— Créeme que si alguien se me acerca de más, le dejaré muy en claro que tengo dueño – Jisung le sonrió satisfecho y dejó un pequeño pico en sus labios.

— ¿Mi beso francés? – Bromeó, pero el rubio tragó grueso, poniéndose levemente nervioso. Jisung lo notó y soltó una pequeña risa — Era brom-...

— Quiero dártelo.

Jisung se quedó quieto unos segundos. Relamió sus labios por instinto y miró con sorpresa a su mayor.

— ¿Qué?

— Que quiero dártelo – Rascó su nuca y desvió la mirada, nervioso — Es solo... Sabes que no sé nada de eso y-...

— Oh, vamos, Chenle. ¿Piensas que yo sé algo de eso? – Cuestionó en medio de risas.

— Bueno, no se...

— Puedo ver películas, leer libros y esas cosas, pero mi primer beso como tal fue contigo.

La expresión de Chenle se volvió una seria e hizo una mueca.

— ¿No que habías besado a Donghyuck antes? – Jisung soltó una carcajada al seguir sintiendo los celos de su novio por eso. Nunca dejaba a Donghyuck coquetearle en broma por eso.

— Fue un pico. Bueno, no uno, quizá tres – La indecisión del moreno no le dio ni una pizca de risa al mayor, quien rápidamente tomó su nuca y lo empujó hacia si mismo para besarlo con fuerza.

Jisung correspondió el beso con una pequeña sonrisa burlona y Chenle se separó de el arrancándole un suspiro.

— Tú me robaste mi primer beso – Recordó y Jisung se sonrojó al recordar esa noche.

— Estaba desesperado, ¿Si? Te veías tan... Lindo durmiendo – Sus mejillas se enrojecieron y Chenle sonrió.

— Eso es abuso.

— ¡Lo sé! – harto, exclamó y se ocultó en el cuello del chino — Perdón. ¡Pero estabas despierto! – Se enderezó — ¡Tú te dejaste!

Chenle negó divertido y dejó un pico en los labios contrarios.

— Nos desviamos del tema – Jisung le dio la razón, asintiendo — La cosa es... Quiero darte el beso francés, ¡Pero sin burlas! Ya es suficientemente vergonzoso haber buscado sobre eso como para-... – Al darse cuenta de lo que dijo. Jisung lo miró atentamente, curioso.

— ¿Buscar sobre eso? – El calor subió al rostro de Chenle y Jisung sonrió — Lele, ¿Buscaste como dar un beso francés?

— Y-Yo... – Jisung inmediatamente soltó una carcajada — ¡No te rías! ¡Soy una niño! ¡No sabía nada de eso!

Las risas de Jisung se calmaron.

— ¿WikiHow? – Retuvo la enorme carcajada y miró divertida a su novio, quien tenía un enorme color rojo que cubría todo su rostro.

Lo peor es que si, esa era una de las varias páginas que había visto, y esto lo notó Park cuando el rubio desvió la mirada avergonzado y su risa aumentó.

— ¡Jisung!

El moreno intentó calmarse y finalmente lo hizo. Abrazó la cintura del mayor y se acercó peligrosamente a su rostro, mirando fijamente los rojos labios de Chenle, aún húmedos e hinchados por la enorme cantidad de besos de antes.

Zhong tragó grueso ante esa mirada y solo tomó con nerviosismo el cuello del menor.

— ¿Puedo saber que aprendiste?

Sin pensarlo dos veces, Chenle juntó sus labios con los de su novio.

Primero exploró el terreno, un beso común, como todos los que se daban, movimientos de labios y leves chupadas a estos.

Chenle, con lentitud, inclinó su cabeza y el beso se volvió más apasionado, Jisung no pudo evitar un pequeño Jadeo.

Y había empezado, su lengua tocó el labio inferior del moreno, éste se sobresaltó levemente, pero solo dejó al mayor tomar el control.

Tanteó el labio de la menor con su lengua y Jisung entendió, dio el permiso separando un poco más sus labios.

Con torpeza y apretando sus ojos, se acercó más a Jisung e introdujo su lengua en su boca.

Un gemido de Jisung debido a esto hizo al mayor separarse de inmediato.

— Y-Yo... ¿No te gusta? Y-Yo lo sien-... – Jisung tomó su rostro y lo acercó repentinamente a el.

— Calla tu bendita y deliciosa boca y continúa lo que hacías – La mirada levemente obscura de la menor y su tono ronco y firme hicieron a Zhong tragar y volver a pegar sus labios a los ajenos.

Repitió exactamente el mismo proceso, lo besó, saboreó sus labios e inclinó su cabeza para volverlo más profundo y apasionado. Las manos de Jisung se posicionaron en las caderas del chino.

Está vez fue inmediato el acceso permitido para la boca del moreno. Por lo que Chenle tomó su rostro y con movimientos torpes introdujo su lengua en la boca de su novio.

Nuevamente ese sonido, un gemido de Jisung, Chenle hasta ahora entendió que el sonido significaba el disfrute del menor.

Nuevamente con torpeza, su lengua hizo pequeños movimientos y Jisung sintió de todo en su cuerpo. Un escalofrió que terminó el entrega completa hacia el chino, pegando por completo sus cuerpos.

Se sentía bien, para ambos. Sentían un extraño sentimiento de intimidad y entrega al otro.

Jisung rodeó la cintura del chino con sus brazos y lo pensó, pero al final, movió su lengua y ambos hicieron ese bonito sonido de gemido cuando se chocaron y sintieron la superficie caliente, húmeda y rugosa del otro.

Las manos de Chenle bajaron y tomaron con fuerza cuello de su novio. Sus bocas hacían todo el trabajo.

Movimientos torpes en dónde chocaban sus lenguas. Escalofríos constantes y diferentes sensaciones en todos sus cuerpos.

Chenle olvidó por completo de todos esos tutoriales, solo se dejó llevar por el delicioso sabor de su menor. Movía su lengua al compás del contrario con torpeza.

Unos segundos más y sus pulmones rogaron por aire, sus bocas se separaron y relamieron sus labios sin mirarse la uno al otro. Ambos tenían sus rostros ardiendo.

Jisung se ocultó con vergüenza en el cuello de su novio, preocupando a éste.

— ¿Q-Qué pasa? ¿N-Note-...?

— Cállate y sigamos así por favor – Murmuró.

Chenle desvió la mirada, pero aun así dijo lo que había en su mente.

— ¿Y si quiero volverlo a hacer?

Jisung salió de su escondite y lo tomó por los hombros — ¿Me quieres matar? ¡¿Quieres que pierda el control?!

— ¿De qué-...? – Fue callado por los labios del menor. Ni siquiera pudo recomponerse de la sorpresa cuando ya la lengua del menor estaba de nuevo en su boca, y gimió por esto, pero correspondió el beso.

Jisung tiró su peso en el, cayendo encima de el sobre la cama, tomó su rostro y encima del rubio siguió con el beso.

Chenle como pudo siguió el beso. Pero los movimientos desesperados del menor lo desconcertaban.

Nuevamente se separaron.

— ¿De... – Intentaba recuperar el aliento — qué hablas? – completó la pregunta que quedó a medias.

Jisung volvió a esconderse en su cuello, dónde dejó pequeños y húmedos besos.

— Es que... Es vergonzoso...

— Jisung, yo busqué como dar un beso francés en Google, ¿Qué podría ser más vergonzoso que eso? – Una risa.

— Que esté excitado y quiera seguir hasta hacerte el amor – La risa de Chenle cesó, todo su rostro se tiñó de un tono carmesí y su corazón aumentó el número de latidos por segundo.

— Q-Que... ¿T-Tú...?

— ¿Ves? Eso sí es vergonzoso – Se acomodó hasta quedar a sentado nuevamente en la cama del chino y mirarlo al rostro — ¡Y antes de que digas algo! – puso su dedo índice en sus húmedos labios para impedir que hable — Es otra cosa a la cual no te quiero presionar ni nada de eso, ¿Bien? Solo cuando ambos estemos listos.

Chenle asintió y se empujó con sus brazos para quedar nuevamente sentado en el regazo del menor.

— Todo a su tiempo – Jisung asintió.

— Te amo.

— También te amo.

Y otra sesión de besos empezó, una sesión llena de besos franceses. Y por medio de esto descubrieron una cosa.

Ese era su tiempo.

Por lo que Chenle miraba al techo con uno moreno abrazado a su torso por debajo de las sábanas dejando besos en su cuello, hombro y pecho desnudos, mientras pensaba en que momento pasaron de tiernos besos a estar ambos desnudos y el con sus piernas débiles.

— Oh por Dios, Jisung. Te odio. – Una enorme sonrisa en el menor mientras tomaba su rostro y dejaba un pico en sus labios.

— Ahora no solo tus labios son míos – Su dedo índice delineó desde su cuello hasta su pecho con una enorme sonrisa — también lo es todo tu cuerpo.

— Si no camino mañana estaré molesto contigo mucho tiempo, Jisung – Chenle seguía intentando mantenerse regio, cosa que cada vez le costaba más por los pequeños mimos y besos que el menor le otorgaba.

— Ahora tienes algo más para endeudarte.

— ¡Jisung! – El mencionado soltó una carcajada y besó con ternura sus labios.

— Te amo, te amo demasiado, Chenle – Juntó su frente con la de el mencionado — Te amo, quiero estar contigo mucho tiempo.

Chenle sonrió bobamente y cerró los ojos para disfrutar la sola presencia de su menor.

Lástima que solo bastó un aviso de llegada de los padres de Chenle para que ambos corrieran con desesperación a vestirse. Bueno, solo Jisung, Chenle solo se tambaleaba de aquí para allá.

— ¡Abuela, abuela! – La pequeña niña tomaba la mano de su abuela y la arrastraba dentro del local — ¿Crees que ella esté ahí? ¡Quiero verla!

La mujer soltó una pequeña risa y solo llegó hasta el mostrador.

— ¡Hola, señora Bae! – Una energética morena con una amplia sonrisa salía de la puerta que llevaba a la cocina y saludaba. La mujer mayor sonrió.

— Chenle, querido, ¿Cómo ha ido todo? —Cuestionó y la sonrisa del menor se amplió.

— Bastante bien.

— ¿Y tu esposo? ¿Y la pequeña Kazhua? – Cuestionó la alegre mujer mientras el joven panadero embolsaba aquella orden que se sabía de memoria, la que siempre pedía aquella mujer – Chaewon está muy emocionada por verla.

— Jisung debe bajar dentro de poco con Zuha – Contestó y dicho y hecho, apareció otro alegre rubio con una niña de unos cinco años en sus brazos.

— ¡Zuha!

— ¡Chae! – Jisung bajó a su pequeña hija para que se encontrara felizmente con su mejor amiga mientras le daba una tierna sonrisa.

Jisung volteó y se acercó a su esposo, saludándolo con un tierno beso en sus labios, aquellos labios que a pesar de sus diez años de relación y cinco de matrimonio, nunca se cansaba de probar.

— Hola, señora Bae – Saludó con su conocida sonrisa tímida, dejando a un rubio aún atontado por el beso y por la belleza de su hombre, más con aquel tinte que se colocó con la excusa de estar igual que el y que supieran que son pareja.

Una vez Chenle recuperó la compostura, abrazó al otro rubio por sus hombros, lo acercó a el y besó su cabeza.

— Ah... – Suspiró la mujer mayor — realmente son una pareja muy linda – Una amplia sonrisa que mostraba las arrugas de la mujer — Realmente les deseo lo mejor del mundo y que Dios las cuide siempre.

— Amén – Ambos menores respondieron con sonrisas y pequeñas reverencias desde el otro lado del mostrador.

La mujer se retiró y se sentó en una de las mesas para ver a su nieta y a la pequeña Park Zhong jugar juntas alrededor del local, causando ternura y risas en algunos clientes y en las dueñas del lugar.

Jisung abrazó la cintura de su novio y le dio un pequeño pico.

— Estuve haciendo los cálculos y pensándolo – El mayor alzó las cejas y miró con curiosidad a su pareja.

— ¿Qué cosa?

— Me debes veintiún besos, Chenle – Una sonrisa que mostraba su nostalgia, una sonrisa que el rubio inmediatamente correspondió.

— Y... – Lo incitó a seguir.

— Diez besos franceses y cinco rondas de sexo – No era broma que aquello eran nuevas maneras de endeudar al mayor — Me tienes descuidado, solo trabajas – Lo abrazó y se acurrucó en el.

— Cobraremos eso está noche. ¿Si?

Jisung sonrió ampliamente y besó nuevamente los labios de su esposo.

— Te amo, quiero ser feliz contigo durante muchísimo más tiempo.

— Digo exactamente lo mismo – Y otro beso para sellar lo dicho.

Amé esta historia 😓💕

Pd: no sabia a quien poner de hija del ChenJi, asi que puse a Zuha pq segun yo es la q más se parecía¿

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