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N°4: Gary x Stan x Wendy

Olfateó a conciencia el ambiente, notando que futuramente una gran tormenta azotaría el bosque y su cuerpo se estremeció por aquel helador viento que azotaba su denso pelaje negro. Sus patas y su cuerpo se estiraron para crujir sus huesos después de toda la noche en la misma posición. Su olfato captó una presa cercana, su cola se movió sinuosa y pasó la lengua por sus incisivos superiores. Giró la cabeza hacia los jóvenes cachorros que seguían dormitando acurrucados en el vientre de su madre, con la cual, frotó su hocico con su cabeza como si fuera un beso y procedió a salir de la cueva a por la comida.

Wendy y él habían estado viviendo por su cuenta casi desde que tenía memoria. Recordaba perfectamente que cuando era un cachorro, su madre lo agarró del cogote y escaparon de la manada por algo que había hecho su padre y no le permitían volver. Wendy, por su lado, era una loba solitaria que se encargaba de deambular por el bosque y vivir en completa soledad, guiada por sus propios pensamientos e ideales y no solapada por las reglas de un Alfa. Stanley había perdido a sus padres y a su hermana mayor por culpa de los humanos después de haber pasado bastantes años en soledad; ciertamente, Stanley no se había enterado de nada porque estaba tranquilamente durmiendo, y no fue hasta que se dio cuenta de la ausencia de su familia que empezó a buscarlos, encontrando a un par de peligrosos humanos cargando con ellos.

Fue traumático, la verdad, pero mientras escapaba, se cruzó con Wendy y los dos colisionaron.

A partir de ese momento lo pasaban juntos en todo momento, como soporte emocional y como compañero de caza. Stanley desde siempre había estado en compañía, por ello se pegó a Wendy como una garrapata, por su necesidad de estar en compañía. Y aunque Wendy odiara esa cercanía en un primer momento, con una base de roce, cariño y el exageradamente mimoso carácter de Stanley, acabó cediendo… Ciertamente Wendy seguía haciendo lo que quería sin la subordinación de nadie, porque la autoridad de Stanley no es que fuera su punto fuerte, la verdad.

Eventualmente, de tanto mimo y tanto cariño, Wendy y Stanley acabaron teniendo una camada de cinco cachorros. Y aunque en un primer momento, Wendy pensaba que con la poca autoridad que Stanley tenía, tendría que ser ella la que cargarse con el cuidado de los cachorros, Stanley la sorprendió gratamente siendo un lobo que cazaba por ella, cuidaba de ella, cuidaba de los cachorros, era atento, servicial y sobre todo, solía quitarle tanto trabajo como era posible. De hecho, Stanley era mucho más cariñoso y protector con las tres hembras, que no con los dos cachorros, y no porque ellas fueran dependientes y necesitadas de atención, al contrario, dado a que ellas eran tan sumamente espabiladas, Stanley las había enseñado a cazar desde temprana edad, las enseñado qué hacer en caso de ver humanos y les había mostrado a todos los cachorros la belleza y el fuerte significado de la luna.

La luna llena les permitía volverse humanos durante solo el tiempo que la luna bañara sus cuerpos. Los cinco cachorros admiraban la belleza de la danza de sus padres bajo la luna llena, a los pies de aquel bello lago, rodeados de naturaleza, Stanley sujetaba la cintura de Wendy, a veces era al revés, y los dos disfrutaban de una danza romántica, gentil, sinuosa, y sobre todo, con miradas llenas de amor y ternura… No había forma de negar que ambos se amaban… Y ambos se amaban de verdad…

Por el momento en el que los cachorros cumplieron unos siete años aproximadamente, fue una gran época de caza, los humanos estaban muy presentes en el bosque y Stanley les había dado la orden imperativa de que no salieran de la cueva.

Stanley se encargaba de la caza íntegramente, pues Stanley conocía los movimientos de los humanos. Pero también conocía los movimientos de "ese" humano. Era un leñador, inofensivo hasta cierto punto, porque el hacha seguía siendo un arma peligrosa, era vegetariano, por lo que no era un cazador potencialmente peligroso, hippie hasta cierto punto… Porque algunas veces lo había visto quemar incienso, rodearse de la naturaleza y cantar alrededor de una hoguera, rodeado de humanos… No es que le tuviera miedo, no es que le gustara, no es que tuviera cierta atención hacia él, pero ciertamente era mucho mejor que cualquiera de los cazadores con esas horribles y ruidosas escopetas.

Además, siempre sembraba sus alimentos al lado del río, en una finca que había creado de forma personal y que era un secreto para toda la aldea o asentamiento humano. En esa zona siempre había conejos, y por ello se estaba dirigiendo allí, porque había olfateado un apetitoso venado que seguramente sus cachorros agradecerían.

Al llegar a la pequeña finca del humano rubio, lo encontró al lado del venado, acariciando su pelaje de forma delicada, lo cual en un primer momento lo sorprendió por lo miedosos y desconfiados que eran los ciervos, pero luego se dio cuenta de que aquellas caricias se daban a que estaba dándole alimento, y tal vez por eso el venado le había cedido aparte de su confianza. El ciervo se tensó al notar su presencia y sus fieras patas y su cabeza empezó a moverse neguitosa de lado a lado y con un considerable miedo que provocó que el humano se apartara de él.

Fue ahí cuando el lobo y el leñador tuvieron contacto visual que fue cuando el ciervo escapó despavorido y el lobo corrió detrás de él. El humano no tuvo reacción y por obvios motivos tampoco impidió que Stanley consiguiera una buena presa para su amada y sus cachorros.

Aun así, aquella noche de luna llena, el olor del leñador aturdió sus fosas nasales y se puso alerta. Stanley se levantó rápidamente y miró a su amada y a sus pequeños, estos estaban despiertos, pues también habían notado el intenso olor del humano. A pesar de ser una noche de luna llena, noches que aprovechaban para merodear por los bosques hasta llegar al lago, aquella noche iban a tener que quedarse escondidos por aquel intenso olor que tan cerca de su cueva estaba.

- Tengo que alejarlo.

- Hoy es luna llena.

- Tengo que proteger a los niños… Te juro que no permitiré que me vea…

Wendy lo dejó marchar por su insistente mirada y el azabache salió de la cueva, tomando la forma humana en el mismo segundo que la luz blanca de la luna llena cubrió su cuerpo. Su piel lechosa se contrastaba por completo con la oscuridad de su denso y largo cabello, sus ojos resplandecían con un azul impresionante y deslumbrante que recordaba en todos los aspectos al fondo marino.

Recorrió el páramo sigilosamente, moviéndose entre los troncos y las ramas de los árboles, buscando y controlando los pasos de aquel humano que cubría todo su cuerpo con una capa hasta el último centímetro de su piel. Gruñó audiblemente para intimidarlo y que se alejara, pero solo consiguió que se girase en su dirección, sus ojos azules como el cielo tenían un toque de miedo y sus hombros estaban alzados, incluso sus manos se cubrían en guantes para que ni siquiera un milímetro de la luz de la luna cubriera su cuerpo. Stanley entrecerró los ojos escondido en el arbusto sin que el humano pudiera identificarle en absoluto, sumado a la oscuridad de la noche que solo se iluminaba por aquella resplandeciente luna llena, Stanley era una masa oscura que no sería fácilmente identificada.

Aprovechó esto para aplacar al leñador desde la espalda, y lo tiró al suelo boca abajo. Un par de chillidos emitidos por su voz, le sonaron a gimoteos caninos y aquello lo hizo estremecer y retiró la capucha de aquella capa de cuerpo completo, un par de gritos negativos no pudieron impedirle que lo hiciera, y al hacerlo, entre sus cabellos emergieron un par de orejas de un tono blanquecino.

Stanley se apartó de un salto, casi soltó un chillido. Si no fuera porque su voz estaba totalmente muda en esos momentos.

El leñador estaba totalmente avergonzado e intentó cubrir todo su cuerpo con la capa una vez más. Se levantó rápido y se alejó corriendo, Stanley se quedó perplejo al ver que bajo la capa y aquellos gimoteos de vergüenza se encontraba una cola fina blanca y unas orejas peluditas también de ese tono blanco o rubio platino. Al tomar consciencia, empezó a correr detrás de él, siguiendo su olor hasta el límite del bosque, donde se frenó abruptamente y sus orejas negras se agacharon con intimidación.

Rehizo el camino hasta su cueva, donde sus pensamientos dispersos no dejaban de repetir la figura del chico con aquellos atributos licántropos de tonos blanquecinos.

- ¿Qué sucede?- preguntó ella al verlo llegar con aquella cara tan desencajada y sorprendido.

- El leñador… es uno…- hizo una pausa.- Es un licántropo…

Ella se mostró sorprendida, pero más allá de eso, en su rostro también se instaló la preocupación, sobre todo en sus pequeños cachorros que miraban la escena confundidos.

- ¿Qué significa eso?

- Nuestros pequeños podrían estar en peligro…

Wendy miró a los pequeños y después a Stanley.

- No pienso permitir que toque a nuestros hijos…- dijo ella con severidad, y Stanley estuvo de acuerdo, pues su mirada estaba firme e incluso asintió con la cabeza.

Quien iba a decir que en realidad aquel leñador no era más que un gentil, dócil, manso y adorable licántropo que solo se transformaba las noches de luna llena en contra de su voluntad y escapaba al bosque para que, en caso de que alguien le viera, no cundiera el pánico…

Ni Wendy ni Stanley consideraron que el leñador era un peligro para sus hijos si incluso ellos eran capaces de asustarlo y hacerlo temblar…

E incluso era adorable hasta cierto punto…

Era totalmente inofensivo, tal vez por ese motivo, cuando se lo encontraron temblando ante los tiernos y adorables gruñidos de sus tres lobitas hermosas... Los dos se miraron entre ellos y después miraron al rubio...

- ¿Nos lo podemos quedar?

Wendy le dio un zape.

- Perdón, mi amor- bajó las orejas.

- Si no le hace daño a los pequeños, puede deambular por aquí, de vez en cuando...

- De acuerdo...- Stan sonrió ampliamente.

______________________________________

El problema de una relación que ya tiene hijos es meterle a un tercer integrante.

En este caso, Gary prácticamente sería como el "tío Gary", pero corté la historia justo en el momento en el que tanto Wendy como Stan están al modo de: "¿Lo adoptamos?"

No sé, me pareció tierno.

Gary tierno 👉👈✨💕

Aquí las opiniones --------->

Espero que os haya gustado, hacedmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line/ Ecchisforlife

[1725 Palabras]

P.D.: Los dos siguientes son pedidos >:3

P.D.2.: Después habrá uno que se me ocurrió cuando acabé de estudiar para el examen de hoy xD

P.D.3.: Después de ese, espero sus pedidos 👀✨

[1843 Palabras]

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