CAPÍTULO IV
—¿Un robot? ¿No eres humano? ¿No eres Taehyung?
—Si soy Taehyung, pero no "tu Taehyung" —le dijo colocando una mano sobre el pecho de Jungkook, justo del lado donde se ubicaba su corazón.
—Esto es una locura. —Se colocó las manos en la cabeza y las deslizó hacia atrás, despeinándose un poco—. ¿Cómo puede ser posible de que seas un robot cuando luces... —miró sus ojos— cuando te ves tan... humano?
—Ven conmigo —Taehyung lo tomó por una mano y lo condujo a una parte de la sala del grande y amplio apartamento donde se encontraban, le indicó que se sentara en un cómodo sofá, sentándose él en uno que le quedaba de frente al chico.
—Tengo muchas preguntas.
—Lo sé, pero primero come algo. Vi un video de 20 minutos para aprender a hacerte esto —señaló un pozuelo con comida que había sobre una mesita, en medio de los muebles—. Digamos que aquí no comemos comida humana, así que pruébala, no sé a qué sabe, solo me limité a seguir los pasos al pie de la letra.
Jungkook miró dentro del pozuelo, lo que vio era algo muy común y gustado por los coreanos de su época: ramen.
—Luce delicioso —tomó el recipiente, los palillos que estaban a su lado, enrolló un poco de fideo en ellos, los sopló y luego metió en su boca—. Mnn, por Dios, esto es una delicia, le has echado hasta huevo —mencionó, con la boca llena.
—¿De verdad? Me alegro mucho —sonrió un instante, satisfecho porque por lo que había hecho; pero luego su semblante so tornó en uno serio—. ¿Viste el pedazo de metal verdad?
Ante la pregunta Jungkook casi se atraganta, rápidamente tuvo que coger un vaso con agua que había en la mesita y beber un poco del líquido.
—¿Fuiste tú quien lo envió?
—No, no fui yo. Fuiste tú, o bueno el tú robot, antes de que lo capturaran los humanos. Necesitamos tu ayuda, quiero... que salves a "mi Jungkook".
Tras esa petición Taehyung le contó muchas cosas a Jungkook, no solo sobre la época en la que vivían, gobernada por robots, sino que aún quedaban humanos, y aunque algunos vivían pacíficamente con los robots, otros querían apoderarse del planeta. Típico del ser humano, quererlo abarcar todo, incluso lo que no le pertenece.
Le contó además que él era el representante de la ciudad, no solo por ser el único idol de su época, sino por ser quien daba la cara por el resto de los robots y quien los defendía de las fechorías de los humanos resentidos. La ciudad lo amaba muchísimo, pero nadie pudo hacer nada ante la amenaza de esos humanos cuando raptaron al Jungkook robot; dijeron que lo desarmarían en piezas si ellos no abandonaban la ciudad y se iban a vivir a otro lado.
—Eso es horrible.
—Lo sé, estoy asustado, no quiero que le hagan daño. A pesar de todo, le quiero.
—¿A pesar de todo?
—Nada, no le prestes importancia a ese comentario que hice. Ven, te mostraré tu habitación.
Taehyung llevó a Jungkook hasta un cuarto inmenso, allí no solo estaba una cama con almohadas de plumas y un closet para la ropa que iba de una esquina de una pared a la otra, sino que tenía el baño dentro, televisor gigantesco, mesa para estudiar, un balcón, una zapatera que llegaba al techo y hasta una estantería con libros. Por extraño que era el lugar, a Jungkook le gustaba, nunca en su vida había visto ese tipo de cosas, o al menos no a esa exageración.
—Espero te sientas cómodo. Te dejo para que te adaptes, en caso de que necesites algo puedes buscarme, estaré en la otra habitación.
Al quedarse solo Jungkook oteó todo el lugar, preguntándose cómo podría haber tanta ropa y zapatos de su talla, cosas que le gustaban: como su perfume favorito, discos de música, juegos, libros y otras muchas cosas. Luego de darse un baño con agua calentita de la ducha del baño, se tiró sobre la cama, con la vista fija en el techo. Todavía tenía muchas dudas.
—Jungkook, ¿estás despierto? —escuchó la voz de Taehyung del otro lado de la puerta. Se levantó con rapidez y le abrió—. Espero no haberte despertado.
—No no, no estaba dormido, y creo que no puedo hacerlo. ¿Pasa algo?
—Necesito tu ayuda. Jungkook y yo solemos ayudarnos en esto, ahora él no está, pero estás tú.
—Oh claro, qué necesitas.
—Necesito recargarme, me queda poca batería; pero el cable va conectado al centro de mi espalda y no alcanzo a ponerlo ahí. Por eso te necesito.
—Entiendo. ¿Dónde está el cable?
—En mi cuarto, acompáñame.
Jungkook se dirigió con Taehyung a la habitación contigua, entraron. Era muy parecida a la anterior, con la diferencia de que el techo era de cristal y que el cielo nocturno lleno de estrellas, era como una manta que cubría la habitación. Incluso había un telescopio.
—Wow, esta habitación es increíble.
—Puedes quedarte a dormir aquí si quieres, estaré cargándome toda la noche —comentó Taehyung sin ninguna malicia, pero Jungkook sintió como sus mejillas se ruborizaban; el chico que estaba viendo ahora, obviando la parte de que era una máquina, era muy diferente a aquél que quedó en el 2023, al humano.
—Oh no, no hace falta.
—Puedes hacerlo Jungkook, no hay problema. Viniste a esta época para ayudarme, y no quiero que te sientas incómodo con algo.
Jungkook guardó silencio, no quiso responder a eso, se acercó al telescopio y se entretuvo observando las estrellas. El cielo que veía era el mismo que había dejado atrás y la nostalgia se apoderó de él por breves segundos, hasta que la voz de Taehyung lo sacó de sus lejanos pensamientos.
—Bien, ya estoy listo.
Cuando Jungkook se giró para observar a Taehyung, inmediatamente se dio la vuelta, mientras que sus mejillas se tornaban rosa. El Tae robot estaba completamente desnudo y los ojos de Jungkook habían ido a parar directo a un sitio privado. De hecho ya se estaba preguntando si a los robots le hacían pene.
—¿Po-porqué te desnudas? —casi tartamudeó la pregunta.
—No me recargo con la ropa puesta, si sufro una sobrecarga puedo quemarla o incendiar el lugar, por eso debo hacerlo sin ella puesta.
—Ah... bueno.
—¿Es muy incómodo verme sin ropa? —Jungkook asintió—. Lo siento, como soy una máquina no creí que eso fuera problema.
—Bueno, técnicamente no es problema pero... —se giró para verlo a los ojos— es que, luces tan real que yo... —guardó silencio, se sentía algo tímido, el cuerpo del Tae robot era más fornido que el del humano. Jungkook sentía su corazón palpitar con mucha fuerza.
»¿Taehyung crees que pueda... tocarte? —preguntó nervioso, y algo ansioso para variar. Después de todo, tenía curiosidad por saber cómo era la piel de un robot, ya que Taehyung lucía igual que un humano.
—Vale, puedes tocarme —respondió, acercándose a Jungkook—. Y también puedes preguntarme lo que quieras.
La mano derecha de Jungkook se acercó al pecho de Taehyung; pero antes de tocarlo la retiró. Había acabado de hacer una petición demasiado vergonzosa e irrespetuosa incluso. Dudaba. No obstante, el Tae robot tomó su mano y la colocó en su pecho, Jungkook ensanchó sus ojos por la sorpresa, encontrándose con unos ojos color púrpura, rodeados por una areola azul luminosa que lo cautivaron. Hasta ahora no se había dado cuenta de los bonitos ojos de ese Taehyung que tenía justo en frente.
A pesar de su semejanza con el Taehyung humano, la diferencia era enorme y en muchos sentidos. Jungkook lo sentía, no tenía dudas de quién era este robot, no tenía dudas de quién fue la persona que lo creó; pero de algo se había dado cuenta, además de lo anterior: la personalidad de este robot, fue precisamente él quien se la dio. Comprendió que, al final, Sejin si había logrado utilizar la memoria USB que le había dado para crear a un Taehyung diferente al humano que era su novio; uno más cariñoso, atento y considerado con él.
Una enorme felicidad lo embargó en brevedad de segundos, y terminó presionando sus labios contra los del robot. Pero qué extraño, el beso fue correspondido.
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