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Capítulo 7

Después de haber realizado un recorrido que partió desde las Filipinas y navegó por el Océano Pacífico con una duración de aproximadamente una hora y media de recorrido, el ultraavanzado submarino Nautilus logra desembarcar en las costas de Taiwán, logrando divisar tierra en una bahía cercana a la base militar de Kinkaseki, donde supuestamente se encuentra uno de los diversos centros de operación en el que la Unidad 731 realizaba sus experimentos con prisioneros de guerra capturados. 

Después de realizar dicho desembarco, los miembros del Cuerpo de Cazadores de Demonios, así como la Liga de Combatientes Extraordinarios y las Águilas de la Muerte, se apresuran para bajar del submarino, no sin antes vestirse con las ropas usadas por el Ejército Imperial Japonés y de los ejércitos de los países de la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental.

- Bien. Éste es el plan: Con éste tipo de vestimentas, nos vamos a infiltrar adentro de la base, buscaremos la lista de prisioneros que aún estén vivos, y en caso de detectar presencia demoniaca, el Cuerpo de Cazadores de Demonios y las Águilas de la Muerte se encargarán de enfrentar a aquellos demonios infiltrados; mientras que la Liga de Combatientes Extraordinarios se encargará de distraer y neutralizar a posibles soldados que puedan dirigirse a la base. - dice Genya Shinazugawa, quien da algunas indicaciones a los demás héroes, mientras éstos comienzan a preparar su armamento y habilidades por si se presenta la batalla.

Todos los héroes que poco a poco bajaron del Nautilus tenían uniformes del Ejército Imperial Japonés y sus aliados. El Cuerpo de Cazadores de Demonios vestía ropas del Ejército Imperial Japonés, mientras que las Águilas de la Muerte vestían como miembros del Ejército de la Segunda República Filipina (un estado títere establecido tras la invasión japonesa de las Filipinas); mientras que la Liga de Combatientes Extraordinarios vestían con uniformes de los Ejércitos de los países del Eje; cabe resaltar al Capitán Nemo, quien estaba vestido como un comandante del Ejército Nacional Indio, brazo armado del Gobierno Provisional de la India Libre (un gobierno provicional conformado por nacionalistas indios, cuyo principal objetivo era lograr la independencia de la India del Imperio británico).

Poco a poco, nuestros héroes comienzan a caminar muy lentamente, escabulléndose para evitar generar sospechas. Inmediatamente, nuestros héroes se detuvieron al escuchar una serie de gritos provenientes de varias personas que empezaron a ser viviseccionadas. Tanjiro y Zenitsu comenzaron a expresar sentimientos de repugnancia al ver tales atrocidades, mientras que Inosuke se cubre su rostro y su cabeza con su ya icónica cabeza de jabalí gigante. Así mismo, Xanastaku utiliza sus poderes de amortiguación emocional entre los miembros de las Águilas de la Muerte para evitar sentir demasiada repugnancia ante lo que estaban viendo a sus ojos. Xanastaku también utiliza sus poderes para hacer que todos los héroes tengan una especie de "supresión auditiva" para no escuchar los fuertes gritos de los prisioneros que estaban siendo sometidos a experimentos, a fin de no distraerse en la misión que tienen encomendado.

- Esto que ven aquí es una fábrica letal, una fábrica donde se junta "ganado", y cuando digo "ganado", me refiero a ganado humano, prisioneros de guerra, tanto civiles como militares, provenientes de varios pueblos - prosigue Genya - Chinos, Mongoles, Rusos, Coreanos, gente del Sureste Asiático, todos ellos son trasladados a diferentes campos de prisioneros en las zonas de ocupación japonesa, con el fin de ser cuidadosamente seleccionados para futuros experimentos en los laboratorios de la 731. Aquellos que tienen suerte, son enviados al paredón para ser ejecutados. Por el lado contrario, aquellos que tuvieron la desgracia de ser elegidos para entrar en las instalaciones de los laboratorios, tendrán que vivir una serie de calvarios que van más allá de la imaginación humana. -

- ¿Calvarios que van más allá de la imaginación humana? - cuestiona Nelli - ¿Y eso con qué se come? -

- Es algo sencillo. - responde Nezuko, quien prosigue - Los científicos japoneses ya llevan un tiempo intentando crear enfermedades de laboratorio; los primeros intentos fueron muy básicos, hasta que finalmente encontraron la forma de desarrollar el enorme potencial: experimentaron con variaciones de sífilis, lepra y otras enfermedades degenerativas conocidas, las cuáles lograron inocular en algunos "conejillos de indias" humanos, a quienes se les ha encerrado en calabozos con paredes de vidrio para estudiar cuidadosamente los efectos. A algunos se les dejaba morir, mientras que los doctores llevaban cuenta de qué tan efectiva y agresiva había sido la enfermedad; a otros, sin embargo, se les llevó por la fuerza a quirófanos y ahí se les amarraba y se les abría el estómago para removerles los órganos uno por uno. -

- Eso suena demasiado aterrador, si me lo preguntan. - dice K'in a modo de desagrado tras escuchar el sermón de Nezuko.

- Una pregunta, ¿Por qué a los prisioneros les hacían esto estando vivos? ¿Por qué no los ejecutaban primero? - pregunta Yun a modo de cuestionamiento a lo dicho por Nezuko.

- Simple: Los doctores no querían correr el riesgo de que la descomposición de los cuerpos inertes afectara los resultados de sus investigaciones; además, el hecho de mantenerlos vivos durante éstas intervenciones les permitía estudiar otros efectos. - señala Aoi.

- Hay una cosa muy importante que ustedes deben de saber. - dice Kanao, quien continúa - a los prisioneros no se les daba anestesia antes de ninguna operación, puesto que no solo les abarataba los costos, sino que además, querían estudiar hasta qué punto un hombre, una mujer, un niño, o incluso un infante, podía aguantar el dolor. -

- Los miembros de la 731 son seres repugnantes; no muestran compasión alguna hacia sus prisioneros. - termina Genya a modo de sentencia.  

- Y eso no es lo peor - prosigue Tanjiro - Según reportes de varios miembros del Cuerpo de Cazadores de Demonios, se registran a diario más de 50 operaciones en todos los laboratorios de la 731, en donde a los sujetos de prueba se les removían algunos órganos internos del cuerpo, como el estómago, los intestinos, los pulmones y el hígado; esas prácticas sirven como entrenamiento para los doctores, que buscaban ver no solamente el límite de la resistencia humana, sino también cuánto podían manipular un cuerpo vivo sin la necesidad de matar al paciente. -

- Ja, esos "doctorcillos" no son más que unos miserables novatos. - comenta Inosuke - Mi cuerpo es capaz de mover mis órganos internos a voluntad, a fin de evitar los ataques del exterior. -

- Sé que suena a una vil atrocidad, pero hay casos de prisioneros que lograron sobrevir a éste tipo de "operaciones", si es que a eso se le puede llamar de esa forma. - comenta Zenitsu - Se les quitaba un órgano y se les volvía a reinsertar; a otros prisioneros les amputaban las piernas y los brazos para reinsertarlos también, y a veces reinsertaban los de otros pacientes en otros cuerpos. Lo que han hecho es algo que no puedo describir. -

- Bueno, ya he escuchado la parte del tema de las cirugías y esas cosas que me dan náuseas con solo oírlas. - dice Izel algo cansado - ¿Hay otra cosa más que quieran agregar aparte de lo ya mencionado? -

- Claro, la Unidad 731 también se destaca por sus experimentos en la industria médica y, en particular, en el desarrollo de pruebas químicas y biológicas. - dice Tanjiro, quien prosigue - En los laboratorios de la 731, los prisioneros son inoculados con enfermedades  de transmisión sexual, como la gonorrea y la sífilis, a fin de estudiar el progreso de las mismas en los pacientes. También realizaron inoculaciones con otras enfermedades, como el cólera, el carbunco y la peste bubónica. También hay que mencionar que los pacientes no recibían ningún tipo de medicación, porque los doctores querían realizar estudios para ver qué tan letales pueden ser dichas enfermedades. Dichos estudios dieron paso al desarrollo de armamento químico y biológico que el Ejército Imperial Japonés utilizó en la guerra de conquista contra China, ocasionando una serie de epidemias mortales en varias partes de China, matando a medio millón de personas mediante el uso de alimentos y ropas infectadas, traídas por los mismos soldados, quienes aparentaban realizar trabajos de ayuda humanitaria. - 

- Importante destacar también que, en los mismos laboratorios, se suelen inyectar todo tipo de sustancias a los prisioneros, con el objetivo de estudiar las diversas reacciones y efectos de dichas inoculaciones. - menciona Nezuko.

- ¿Quieren escuchar una historia real de ésto? - dice Inosuke, quien prosigue - Dicen las malas lenguas que algunos médicos de la 731 inyectaron la orina de un caballo en los riñones de una mujer en gestación. -

La anécdota de Inosuke provoca que Zyanya comience a reaccionar buscamente, sintiendo demasiado asco, por lo que procedió a vomitar en un pequeño bote de basura.

- ¡Eso que acabas de contar es totalmente asqueroso! - dice Zyanya - ¡Y peor aún, viniendo de alguien que literalmente tiene puesta la cabeza de un cerdo! -

- ¡Oye, fortachona, no me faltes al respeto! - replica Inosuke - ¡No es una cabeza de cerdo, es una cabeza de jabalí! ¡Aprende a diferenciar bien! -

- Yo no veo diferencia entre un cerdo y un jabalí; y además, ¿Yo cuándo te he faltado el respeto? - cuestiona Zyanya.

- ¡Sinencio, no dejan que los demás terminen de contar lo que pasa con la mentada unidad esa, guarden silencio, ¿Quieren?! - pide Izel a modo de súplica.

Inmediatamente, Zyanya e Inosuke guardaron silencio.

- Como sea, a pesar de que el Departamento de Armas Biológicas es de las subdivisiones más aterradoras de la Unidad, no se puede dejar de lado el mencionar la subdivisión enfocada en las pruebas de armamentos. - dice Zenitsu, quien continúa - En éste caso, los prisioneros tenían una muerte más rápida, pero dichas muertes se dieron en circunstancias demasiado... atroces. Se amarraban a personas a palos o las encadenaban a las paredes, y agarraban granadas provenientes de las fábricas militares japonesas para usar a los prisoneros como sacos de costal, a fin de comprobar las efecacias de las mismas granadas. Sin embargo, no solo probaban granadas en los seres humanos, sino que ambién realizaron pruebas con otro tipo de armamentos; como las bombas y los lanzallamas.

- También hay un departamento misceláneo, en donde se hacían diferentes experimentos con resultados demasiado interesantes. - dice Aoi - Como por ejemplo: ¿Qué tanto podría soportar el cuerpo humano las temperaturas extremas que estaban por debajo del punto de congelación?, ¿Qué reacción tendría el cuerpo humano al aplicársele transfusiones de sangre de otros animales?, ¿Cuántas cantidades de radiación podría soportar  el cuerpo humano?, ¿Cuánto tiempo podría soportar una persona enterrada viva antes de que pueda sofocarse?, ¿Qué tan efectivo sería el uso de agua de mar como una alternativa para la solución salina que se usa en los hospitales? -

- Me pregunto si los miembros de la Unidad 731 serían capaces hasta de beber las sangres de sus víctimas... - se cuestiona Alucard de manera filosófica - Pero ahora que lo pienso, existe cierta posibilidad del 50%. - 

- Si. Pero en fin... La verdad es que son muchas y muy variadas las acciones realizadas por la Unidad 731 que, de ser contadas, no terminaríamos el día de hoy. Importante decir que también se han desatado rumores de que, de algún modo u otro, el gobierno japonés, a través de su Ministro de Guerra, el General Korechika Anami, tomó muestras de los restos de Muzan Kibutsuji para recrear demonios y se lo entregó a los miembros de la Unidad 731, todo ésto bajo la supervisión del Doctor Shiro Ishii, director de la Unidad 731. Sea cierto o no, todo lo contado por mis compañeros anteriormente se resume en ona sola frase: "No porque se realice en nombre de la ciencia, quiere decir que sea beneficioso; puede crear incluso hasta la más letal de todas las armas habidas y por haber". - termina Tanjiro.

- Bueno. Creo que los Cazadores se han logrado aventar grandes discursos sobre la historia de la Unidad 731; como sea, hay que ir por la lista de los prisioneros, revisarla y rescatar a todos los prisioneros que logremos sacar; debemos hacerlo si no es que nos quieran tomar por sorpresa. - dice Izel como un comentario definitivo.

Nuestros héroes continúan caminando, hasta que inmediatamente son detenidos por un extraño olor a demonio que provoca que nuestros héroes hagan un alto inmediato.

- ¡Detengan el paso! - dice Genya, quien rápidamente comienza a oler fuertemente - ¡Comienzo a detectar un fuerte olor a demonio por éste sitio! -

- ¡Hay una silueta que me parece demasiado familiar! - comenta Alucard.

- Saludos a todos, Combatientes Extraordinarios. - se oye la voz de un hombre, que al parecer reconoce a varios de nuestros héroes - ¡Mucho tiempo de no vernos! -

- ¿Quién eres y qué haces aquí, demonio? - cuestiona Tanjiro, quien está a punto de desenfundar su espada Nichirin Negra.

- ¡Queremos saber a qué se debe tu nefasta presencia en éste sitio! - dice Izel, quien recarga su rifle Mondragón.

- ¡Amigos, deténganse! - exclama el Capitán Nemo, quien detiene a Tanjiro y a Izel - ¡Yo conozco a ése hombre! -

- ¡Felicidades, Capitán Nemo! ¡Es bueno saber que aún estás vivo! - dijo el miterioso hombre, quien comienza a manifestarse a nuestros héroes de inmediato.

- Mucho gusto verlos. Mi nombre es William James Moriarty III. -

- ¡¿QUÉ?! ¡¿Moriarty?! ¡¿Sigues vivo?! - exclamó el Capitán Nemo.

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