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Capítulo 5

Tras ser liberado el Campo de Prisioneros de Los Baños, el Cuerpo de Cazadores de Demonios y las Águilas de la Muerte volvieron a realizar trabajos incógnitos, puesto que las fuerzas aliadas continuaron su avance por gran parte del archipiélago filipino, logrando como resultado el retroceso significativo de las fuerzas japonesas en las Filipinas. Los trabajos duraron aproximadamente dos meses y medio, mientras las Águilas de la Muerte esperaban la llegada de sus compatriotas del Escuadrón 201 para que éstos continuaran con el trabajo que Izel y compañía comenzaron.

Mientras tanto, Tanjiro Kamado es nuevamente citado por el Gobernador Militar Japonés en las Filipinas, el General Tomoyuki Yamashita, quien decide establecer una conversación con Tanjiro para definir cuál sería la situación actual del Cuerpo de Cazadores de Demonios y su presencia en las zonas de ocupación japonesa, a medida que los ejércitos del sol naciente retrocedían ante un poderoso avance de las fuerzas americanas que, al parecer, no se pueden detener.

- Saludos, General. - saluda Tanjiro haciendo el típico saludo militar - ¿Me quería para algo importante? -

- Por supuesto. - responde Yamashita, quien deja pasar a Tanjiro para seguir con la plática - Me gustaría poder hablar con usted de un asunto muy importante, y que no me gustaría dejar pasarlo por alto. -

- Bueno, ¿Cuál es ese asunto del que me quiere comentar, general Yamashita? - pregunta Tanjiro.

- Si, verá; he recibido numerosos reportes de varios batallones del Ejército Imperial, y algunos de sus miembros sostienen que usted y los miembros del Cuerpo de Cazadores de Demonios han estado trabajando como dobles agentes, peleando de un lado y del otro; algunos de ellos incluso creen que ustedes son unos traidores y que pretenden hacer que los demás miembros del ejército puedan desertar o incluso cambiar de bando. - Yamashita prosigue - Aunque siendo sincero, yo valoro demasiado el trabajo que usted y los miembros de su unidad han realizado en las Islas. Y lo felicito por ello. -

- ¡Muchas gracias, General! - replica Tanjiro con una sonrisa - Pero, ¿A qué quiere llegar con todo eso? ¿Acaso planea desertar usted también? ¿Por qué piensan que mis compañeros y yo estamos incitando a una posible rebelión contra el Emperador? -

- A eso es a lo que quiero llegar. - dice el General Yamashita, quien prosigue - Soy leal al Emperador Hirohito, de hecho soy el más leal de todos los más leales al Sagrado Emperador; pero aquí el problema... aquí el problema es que me cae mal el imbécil de Hideki Tojo; es más, a Tojo lo detesto, hasta me gustaría levantarme en armas y sacar a ese bueno para nada de su puesto de Primer Ministro. Por culpa de ese mentecato, y del torpe del Almirante Yamamoto a quien se le ocurrió la idea de atacar Pearl Harbor, ahora tenemos a medio mundo haciéndonos la guerra. La verdad, eso de la guerra, ya me tiene hasta la coronilla; es más, dudo de que podamos ganar esa guerra... Pero nooooo... Ahi están esos tercos de los Kamikazes que lo único que hacen es matarse con explosivos y no conocer otra cosa que la guerra. ¿Y qué hace Tojo al respecto? Los aplaude cual si fuera una foca en medio de un circo. -

- Lo comprendo, General. Yo también estoy cansado de estar peleando en un ejército, solo por el mero hecho de seguir una causa tan inutil como es la dominación mundial y esas payasadas. - dice Tanjiro tratando de tranquilizar a Yamashita - Nuestro equipo se encargará de poner fin a ésta estúpida guerra en el menor tiempo posible. Es una promesa. -

- Ya veo. - responde Yamashita, quien luego dice - A propósito... Esos extranjeros que están con ustedes en el Cuerpo de Cazadores de Demonios... - 

- ¿Te refieres a los mexicanos? - pregunta Tanjiro.

- Si, a esos. - responde Yamashita.

- ¿Qué tiene con ellos? - pregunta Tanjiro.

- ¿Sólo quería saber si ellos estaban buscando a unos prisioneros en específico? - cuestiona Yamashita.

- Así es; ellos buscan a un par de prisioneros que estaban atrapados en Filipinas. - Tanjiro prosigue - Se tratan de Pilar Aguinaldo y Pedro de Alvarado. - Tanjiro muestra un par de fotos correspondientes a las dos personas en cuestión - La primera es una descendiente de una de las familias más influyentes de las Filipinas, y el segundo es un refugiado proveniente de España que escapó tras la Guerra Civil. Lo que he oido hablar es que ambos fueron capturados y enviados a un campo de prisioneros en alguna parte de las Filipinas; pero hasta ahora, no he tenido noticias de ellos. -

- Ya veo. - dice Yamashita, quien revisa las fotos y los documentos de los dos tipos en cuestión para después decir - Yo ya sé quienes son esos compañeros que buscan. Pero antes de eso, dejenme aclarar que la buena noticia es que están sanos y salvos. La mala noticia es que acaban recientemente de ser reubicados a un campo de prisioneros en el extremo norte de Taiwán. -

- ¿En qué parte de Taiwán, exactamente? - pregunta Tanjiro.

- En el campo de prisioneros de Kinkaseki, según tengo entendido. - responde Yamashita, revisando un poco el archivo de reubicación de prisioneros.

- ¿Y hay alguna forma de rescatarlos? - cuestiona Tanjiro con algo de preocupación.

- Puede, pero para eso tendrían que pasar sobre la temible Unidad 731, y créame, que éstos muchachos no son fáciles de vencer. - contesta Yamashita a modo de reto.

- Eso suena un poco atroz, ¿No parece? - dice Tanjiro.

- Lo es. - Yamashita continúa - Aunque hay una manera de cómo llegar allá sin que los de la 731 los descubra. - 

Yamashita saca algo de entre los archivos un enorme mapa con indicaciones  hacia una especie de cueva subterránea donde supuestamente hay "un enorme tesoro y un submarino de la más alta tecnología, capaz de recorrer a gran velocidad sin necesidad de ser detectado".

- ¡Es una gran ruta, no creo que podamos recorrerla! - dice Tanjiro a modo de preocupación.

- Tengo fé en que usted y los miembros de su Cuerpo lograrán dicho cometido. - dice Yamashita - Además, conozco a la perfección a esos salvajes de la 731; son literalmente unos monstruos, capaces de hacer con los prisioneros cualquier cosa, incluso experimentar con ellos. -

- Ya veo. No sé mucho acerca de los miembros de la 731, pero supongo que son seres terribles. - dice Tanjiro a modo de especulación - Bueno General, ya me voy, mi comitiva me necesita. -

Tanjiro abre la puerta, pero su acción fue interumpida por la voz del General Yamashita.

- Kamado... - dice Yamashita - Si ves al General Tojo, encárgate de clavarle una katana en su corazón para que sufra. - Yamashita termina con una sonrisa de confianza, mientras Tanjiro deja el recinto.

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Mientras tanto, los miembros de las Águilas de la Muerte hablan sobre los planes que tienen en mente mientras esperan alguna novedad del Cuerpo de Cazadores de Demonios.

- ¡Bien compañeros, creo que las nuevas municiones llegarán en unos minutos! - dice Izel.

- ¿Nuevas municiones? Eso sin duda que nos será de mucha ayuda. - responde Yun.

- Eso sin duda nos servirá de mucha ayuda para seguir pateando traseros de demonios. - exclama K'in de manera entusiasta.

- No cantemos victoria todavía amigos, también debemos proseguir con nuestros entrenamientos, ¿Lo recuerdan? - replica Zyanya, dando a entender que necesitan la reactivación física.

- Por supuesto, aunque también nos servirá de ayuda que juguemos algunos juegos de estrategia, como el ajedrez o las damas chinas. - comenta Xanastaku, dando mensaje implícito acerca de los ejercios mentales y de estrategia.

- Amigos, creo que ahí viene el comandante Kamado. - dice Nelli, avisando que Tanjiro ya viene en camino.

En estos mismos momentos, Tanjiro llega al recinto donde se encuentran los miembros de las Águilas de la Muerte.

- Amigos, tengo noticias improtantes. - dice Tanjiro a los combatientes mexicanos, y prosigue - ¡Ya tengo información acerca de los prisioneros de guerra que ustedes buscan! -

- Déjame adivinar, lo consultaste con el General Yamashita, ¿Cierto? - cuestiona Tanjiro.

- Si, pero dejenme aclararles un poco... - Tanjiro prosigue - Verán, el General Yamashita me ha conseguido un mapa secreto donde está ubicado una especie de submarino de último modelo, el cuál nos ayudará a llegar a la ubicación actual de los prisioneros, que según informes recientes, han sido reubicados en una prisión de Taiwán. -

- Taiwán... - Izel piensa - He oido hablar un poco de ése lugar. Dicen por ahi que la Unidad 731 está haciendo una nueva base de operaciones para ampliar su empresa, que según escuché por ahí se encargan de realizar armas químicas y biológicas. -

- ¡Acertaste, amigo! - dice Tanjiro - ¿Pero cómo lograste descubrir esto? -

- Fui yo quien le dijo eso. - dice Xanastaku en defensa de Izel - Mientras estábamos liberando el campo de prisioneros de Los Baños, realicé un interrogatorio sobre uno de los soldados japoneses que capturamos, y ése soldado comentó que los soldados de la 731 estaban realizando armas de destrucción masiva, y necesitaban conseguir prisioneros para realizar "diversos trabajos". -

- ¡Eso es entendible! - dice Tanjiro - Pero bueno. ¿Qué les parece si a partir de mañana emprenderemos la marcha hacia la Base Secreta de Yamashita? Los miembros del Cuerpo de Cazadores de Demonios los ayudaremos en el recorrido. -

- ¡Por supuesto! - dijo Izel.

- ¡Iremos todos! - dijo Yun.

- ¡Es pan comido! - dijo K'in.

- ¡Mientras más pronto nos marchemos, mejor! - dijo Zyanya.

- ¡Será una nueva aventura! - dijo Xanastaku.

- ¡Cuenten conmigo! - dijo Nelli. 

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Mientras las Águilas de la Muerte realizaban los preparativos para emprender una nueva cruzada para rescatar a los prisioneros, el Escuadrón Aéreo de Pelea 201 de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, mejor conocido simplemente como el Escuadrón 201, habían finalmente llegado a tierras asiáticas.

El día primero de mayo la FAEM desembarcó en Manila, Filipinas. Fueron trasladados a la estación de Florida Blanca por tren y de ahí en camiones a la base aérea de Porac e integrados como parte del 58° Grupo de Pelea, mientras el grupo de comando de la FAEM se estableció en Fort Stotsenburg.

El 17 de mayo comenzaron los vuelos de entrenamiento previo al combate, que incluía familiarización con la zona de operaciones y procedimientos, pero existía el problema de que los 25 aviones P-47 Thunderbolt de la unidad no llegaban aún, por lo que se decidió asignar 18 aviones en préstamo al escuadrón, pertenecientes a los otros escuadrones del grupo. Después, pusieron en vuelo a unidades tipo Republic P-47D bajo el programa estadounidense de alquiler y préstamo; eran aviones caza "Thunderbolt" de un asiento, con los cuales llevaron a cabo misiones tácticas de apoyo aéreo para las tropas aliadas, así como misiones de bombardeo sobre diversos blancos.

Pese a las diferencias de lenguaje y de procedimientos de operación, es decir, a las condiciones adversas de clima y de vuelo, las misiones de combate de dicha unidad fueron altamente efectivas, obteniendo así el elogio y reconocimiento del comandante de las fuerzas aliadas, el Gral. Douglas MacArthur, así como del jefe de la 5a Fuerza Aérea, el Gral. George Kenney.

Conocidas como las "Aguilas Aztecas", el escuadrón voló como anexo al Grupo 58 de combate de la 5a Fuerza Aérea del Ejército de los EE.UU en la liberación de la isla madre de Luzón durante el verano de 1945. En aquel entonces el escuadrón consistía de 30 pilotos seleccionados de entre lo mejor, más un personal de apoyo altamente calificado deaproximadamente 260 con diversas especialidades de aviación: armeros, peritos en radar y radio, inteligencia, meteorología, administración así como de mantenimiento.

Las tropas aliadas, en su avance por tierra en la isla de Luzón, constantemente encontraban bolsas de resistencia japonesas o eran atacados por concentraciones enemigas; el apoyo aéreo siempre era requerido. Numerosas veces el Escuadrón 201 salvó a los soldados de infantería norteamericana, atrapados por el fuego de los japoneses.

Sin embargo, el mayor logro del Escuadrón 201 fue cuando los mexicanos destruyeron unos fuertes japoneses en lo alto de una cadena de colinas en las cercanías de la ciudad de Manila capital de Filipinas (cuidad que algunas semanas antes había sido liberada, no sin antes haber sido salvajemente destruida por bombardeos de ambos bandos); el poder de fuego nipón ya estaba muy diezmado pero su resistencia y los pocos aviones que aún tenía seguían siendo impresionantes especialmente, los Mitsubishi Zero, que eran muy manejables y ofrecieron una gran resistencia, pero fueron derrotados por la superioridad numérica de los aliados.

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Tras casi diez horas de largas caminatas, el Cuerpo de Cazadores de Demonios y las Águilas de la Muerte finalmente llegaron a la Base Secreta de Yamashita, en donde nuestros héroes se establecen junto con varios convoyes militares pertenecientes al Cuerpo de Cazadores, mismos que trajeron las piezas de los cazas de los pilotos mexicanos para ser usados posteriormente en futuros conflictos.

- Llegamos, amigos. Ésta es la Base Secreta de la que nos comentó el General Yamashita. - dice Tanjiro mientras llegan al recinto.

- ¡Esa base es mucho más grande de la que me imaginaba! - exclama Zenitsu a modo de extasis ante la sorpresa que le ocasionó la presencia del lugar.

- Tal vez sea mucho más grande, pero también tiene muchas más municiones que podamos usar en un futuro. - dice Inosuke en un modo de certeza.

La Base Secreta de Yamashita estaba repleta de todo tipo de municiones y vehículos que estaban literalmente adelantados a su época; sin embargo, los miembros de las Águilas de la Muerte quedaron más sorprendidos cuando se dieron cuenta que la base también poseía toneladas y toneladas de muchos lingotes cubiertos de oro de más de 24 kilates.

- No puedo creerlo, son demasiados... ¡Lingotes de oro! - exclama Xanastaku al presenciar aquél incalculable tesoro.

- Es demasiado oro como para poder convertir a cientos de personas en multimillonarias. - replica Zyanya.

- Es increíble; durante los últimos tres años he escuchado rumores que decían que el General Tomoyuki Yamashita había ordenado a sus subordinados recolectar la mayor cantidad de lingotes de oro para poder mantener el financiamiento de los esfuerzos bélicos del ejército japonés. Escuché que dichos cargamentos de oro provenían de los territorios conquistados, como Malasia, Indochina o la nación cobeligerante de Tailandia, y que de esos territorios salían en dirección hacia Filipinas a través de una red de tráfico de metales. Hoy acabo de descubrir que todo lo que han dicho sobre ello es totalmente cierto. - dice Nezuko mientras contaba cierta leyenda relacionada con el General Yamashita.

- Si. Parece que los rumores resultaron ser verdad... Y eso que yo era demasiado escéptica respecto a ésto. También escuché que Yamashita había recolectado lingotes de oro que databan de la época del dominio español, y cuyos ejemplares venían no solo de Filipinas, sino también de países como los actuales Perú o México. - responde Kanao.

- ¡Amigos, ahí está el submarino! - exlama Aoi, quien señala hacia donde estaba el antes mencionado submarino.

- ¡Bien amigos, es momento de que vayamos al submarino! - exclama Tanjiro.

- ¡Ya escucharon, corramos hacia allá y partamos! - declara Izel.

Una vez que llegaron a la especie de "muelle", los miembros del Cuerpo de Cazadores de Demonios y las Águilas de la Muerte llegaron hacia donde estaba la puerta del submarino. Sin embargo, ninguno esperaría que dicho submarino ya contaba con algunos pasajeros dentro. Pero, ¿De quiénes se tratan?

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