Reto 92 - Viaje al Pasado
92.Escribe una historia en la que un personaje retroceda al pasado.
31-05-2018
Época y Vida
Y entonces me encontré en medio de una calle que daba a una vías de ferrocarril, no había muchas personas pero las que había estaban armadas o caminando a prisa, la escena me hizo recordar a las obras de teatro que se hacen en las primarias para representar el movimiento de independencia.
—María Isabel, ¿Qué haces fuera de casa? —habló una mujer mayor, de seguro que me confunde con otra persona, yo nunca la había visto en mi vida— te dije que no volvieras a salir de casa es peligroso.
Salió moviendo totalmente aquella puerta de madera, con el ceño fruncido y me tomó del brazo fuertemente. Todo sucedió tan rápido que no me dio tiempo de reclamar, la verdad es que se parecía a mi madre cuando se enojaba con mi hermana menor, me metió en una habitación en la que no entraba mucho la luz del sol y la cerro por fuera al parecer.
—¿Quién eres tú? Y ¿Qué haces aquí? —escuche en un bulto encima de la cama, mientras me acercaba, estaba curiosa y hace unos minutos que me había dado cuenta que esto era un sueño, ¿Qué otra cosa podría ser?, de seguro me quedé dormida otra vez en el laboratorio mientras hacía cálculos.
—Soy Aina y ni idea, creo que tu madre me confundió contigo, podrías ir a decirle que no soy tu y saldré de aquí lo antes posible. —hable tan rápido como siempre lo hacía y dando la solución que se había presentado como siempre.
—¿Qué tipo de nombre es "Aina"? —dijo levantándose de la cama y alisándose el largo vestido, ¿o falda?, la vestimenta era parecida a la que se usaba alrededor de 1810. La luz comenzó a darle a la cara y en cuanto nos vimos las dos nos sobre saltamos y ella grito, ¿Cómo era posible?
"Aina, las personas creen que es sorprendente que te parezcas a tu abuela de dos grandes generaciones atrás, la que vivió en medio de la guerra de independencia. María Isabel, ¿así es como se llamaba?, quien diría que podrías averiguar quiénes son nuestros ancestros", recordé lo que dijo mi madre y las imágenes que vi en el libro que encontré en la biblioteca y en el internet. Creo que esto no es un simple sueño y lo que pasó realmente fue...
—Oye, podrías dejar de gritar, tengo una explicación para esto —dije cuando me di cuenta de que María seguía gritando y estaba asustada. Escuche pasos fuera de la habitación justo enfrente de la puerta de madera de la habitación en la que estábamos— oye no le digas nada de esto, por favor.
Nos vimos unos segundos a los ojos y ella asintió, creo que tiene la curiosidad nata que yo tengo o confía demasiado en las personas, tal vez ambas. Me metí lo más rápido posible debajo de la cama.
—Siempre quise tener una hermana gemela —dijo María, cuándo su madre se fue y yo luchaba por levantarme del piso. Mi ropa se había ensuciado.
—No es exactamente lo que somos, pero es lindo que lo digas, Maribel.
—Las personas me dicen Chabela, Aina. ¿Y de donde saliste?, ¿eres una hermana perdida? —Y ahí estaba la curiosidad nata de la que hablaba, de verdad éramos familia.
—Ni loca de diré de ese modo, pues es complicado y no me quedaré mucho tiempo así que no podremos ser hermanas o lo que sea que estés pensando, tengo que encontrar la forma de volver, ¿pero cómo es que vine? —me senté en la cama tratando de pensar, ¿cómo había logrado cruzar un agujero de gusano y viajar al pasado?
—Hablas muy rápido, aún más que yo... sabes no estoy entendiendo nada de lo que dices.
Ella se sentó a mi lado y entonces lo recordé mientras veía su pulsera en la muñeca; la pulsera, el portal, las sustancias, el laboratorio. Mire mi pulsera en la muñeca, hacer pulseras de tela con cuentas era algún tipo de tradición familiar, por eso la de ella era similar a la mía, pero lo único que cambiaba era el color de una de las cuentas de su pulsera en vez de seguir los colores del arcoíris una de ellas era de color negro. ¿Cómo es que éramos tan similares para hacer una pulsera casi idéntica?
—¿Alguna vez has pensado en los viajes en el tiempo? —Maribel me vio curiosa y negó con la cabeza— bueno al menos has tenido curiosidad por saber lo que pasará en el futuro, ¿no?
—Quisiera que la guerra termine, pienso que en un futuro terminará.
—Bien, que pensarías si te dijera que vengo del futuro —le dije mientras veía la pared enfrente y mi mirada se posaba en un cuadro de la virgen maría, Maribel se sorprendió y me observo fijamente, nos quedamos unos minutos así antes de que ella contestara, le estaba dando tiempo a que procesara antes de seguir.
—¿La Guerra Terminará? —Fije mi vista en sus ojos, estaban brillando más de que comúnmente, verla a ella era como verme al espejo, era extraño, era una versión de mi un poco mas soñadora y generosa, lo primero que se le vino a la mente fue eso. A mí ni siquiera se me habría ocurrido preguntar eso, primero cientos de preguntas más.
—Sí, pero no pronto... ¿en qué fecha estamos? Y ¿Qué edad tienes?
—1815 y 16.
Ella tenía la misma edad que yo, 16 años, en esta época las chicas no tienen derecho a estudiar y estar en medio de una guerra tampoco ayuda mucho. Yo terminé la universidad hace dos años y estaba trabajando en una máquina para comprimir la materia y crear un agujero de gusano estable; ella estaba buscando un marido y no dudo que pronto se casaría, ese era su destino.
Nuestra forma de ser era similar, tanto que daba un poco de miedo, la curiosidad y la forma de ver a las personas, lo único diferente era que habíamos nacido en épocas diferentes.
Después de una larga plática sobre cómo era el futuro y de juguetear con la pulsera, unos cálculos mentales también, encontrando la forma de crear el puente Einstein-Rosen que me llevaría a casa, por fin logré volver a la época en donde había venido. Pensando en Maribel y la vida de las personas de todas las diferente épocas.
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