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Reto 75 - Había una vez...

75.Comienza una historia con "Había una vez..."

22-04-2018

Imagino viendo la Luna

Había una vez una joven llamada Gali de 17 años de edad, era la hija única de un gran empresario. Sus padres nunca la trataron muy bien, solo lo hacían cuando había vistas en su casa o cuando querían algo de la chica. Su padre la maltrataba físicamente y su madre psicológicamente, pero le decían a ella que era solo para que ella tuviera "disciplina", que de eso le sobraba mucho desde siempre.

Nunca tuvo el valor de rebelarse, pero siempre se preguntaba qué era lo que había hecho mal en su vida para merecer eso, siempre se estaba esforzando en la escuela, nunca salía a fiestas con sus amigos y nunca le faltaba al respeto a nadie. ¿Qué era lo que le hacía falta?, ¿Qué era lo que realmente querían sus padres?

Su actual novio en esos momentos, Hector, tampoco la trataba muy bien del todo, todo el tiempo se la pasaba diciendo cosas acusatorias hacia ella, cosas como "no eres un buena novia por...", "deberías de dejar de ser tan irresponsable y hacerme caso a mí", "¿Qué acaso no soy tu novio?" o "sé que eres una chica amable, ¿pero cómo puedes ser tan poco inteligente?"; muy dentro de ella sabía que no era la mejor persona con la que podía estar, 'pero tampoco es como que tuviera a alguien más.

Una vez se encontraba Gali viendo por la ventana de su habitación a la luna, ese día había luna llena, la fase lunar que a ella más le fascinaba. La observaba pensando en un mundo donde se libraba de sus padres y su novio, un lugar donde ella no se detendría de hacer las cosas que siempre quiso hacer solo porque no era parte de la disciplina que sus padres le habían enseñado. Un mundo donde tampoco se sintiera mal por el simple de no querer hacer algunas cosas con su novio o por no seguirle en sus locuras, como saltarse clases o salir a una fiesta a tomar alcohol. Sin darse cuanta se estaba quedando dormida y fue a su cama para dormir por fin.

Al día siguiente, mientras ella estaba caminando sola hacia su casa, se encontró con un chico. Ella recuerda es uno de los chicos que v en su salón en la escuela y por eso no le toma mucha importancia.

—Gali, el nombre que hace referencia a un manantial, a mí parecer uno de los nombres más bellos —hablo el chico caminando al lado de la chica con la misma intensidad.

—Cibran, me gustaría decir algo parecido pero la verdad no sé qué significa tu nombre, lo que puedo decir es que tu nombre me parece interesante —respondió con amabilidad la chica.

—No te preocupes, el significado no es tan interesante, ni siquiera yo lo recuerdo. La otra vez me entere de que nuestras familias se conocen desde años, bueno más bien nuestros bisabuelos, es raro que nunca nos lo hayan dicho.

Y con esa conversación fue que ella comenzó a hablar mucho más con ese chico llamado Cibran, sobre todo cuando se dio cuenta de que lo que dijo en esa conversación era verdad. Pasaron tanto tiempo juntos que se volvieron muy buenos amigos en poco tiempo. Ella estaba con él con el pretexto de que eran "primos muy lejanos", aunque ninguno de los dos sabía si ese término existía realmente. Por el simple hecho de que los padres de Gali no aceptarían que un chico entrara en su casa a menos que fuera familia, ni la dejarían salir por tantos días de casa para verlo y también servía para que su novio no se pusiera tan celoso.

—No puedo creer que este mintiéndole a mis padres por ti, me mataran cuando se enteren que de familiar tienes lo que yo de hombre —dijo la chica la tercera vez que Cibran entro en su casa y estaban sentados en un sillón.

—Pues será hora de que dejes de fingir y saques toda tu masculinidad —dijo mientras se reía el chico haciendo reír también Gali.

—Ya casi es hora de que mis padres lleguen a casa, deberías irte, sabes que no les gusta ver visita cuando llegan de trabajar —dijo ella viendo el enorme reloj de la sala frente a ella

—Lo sé, la ultima vez, te castigaron por tres días y ni siquiera fuiste a la escuela. Lo lamento, de verdad no creí que tus padres fueran tan estrictos, no lo parecen.

—No te preocupes, la verdad es que mis padres siempre dan esa impresión. Bien te acompaño a la puerta.

Cuando ella se levanto, vio los tacones medio altos que traía, su vestido rojo y su cabello agarrado en una coleta, se veía hermosa según él, pero lo que no le gustaba era que ella siempre vestía similar, pues hasta sus padres la obligaban a usar la ropa que ellos querían, Cibran lo sabía, Gali se lo dijo. En ese momento sé pregunto, como es que ella seria y se vería si no estuviera siendo educada por unos padres tan estrictos, de seguro igual de hermosa que siempre, tal vez más, porque por lo menos no estaría fingiendo esa sonrisa que tiene siempre.

Una vez parados frente la puerta, el chico se detuvo a ver la a los ojos. Y confirmo de nuevo que ella le gustaba demasiado, lo suficiente para querer hacer cualquier cosa para que ella fuera realmente feliz.

—Sabes sé que no debería meterme, pero... —El chico fue interrumpido por ella.

—De todas formas lo vas a hacer, solo dilo, sabes que considere cualquier cosa que me digas, pues eres tu después de todo —hablo la chica. Cibran, se pregunto como ella podía ser tan amable, hacerlo sentir querido y aceptado con solo unas cuantas palabras. Sintió más confianza y termino su oración.

—Creo que deberías terminar con Hector, no parece un chico confiable, podría jurar que te engaña.

—Lo sé, también estaba pensando en terminarlo pronto —contesto ella, la verdad es que se sentía hipnotizada por la amabilidad que tenía el chico frente a ella. Era la primera persona que la traba bien y nunca la había insultado, también siempre decía la verdad. Lo tenía a él, ya no necesitaba a nadie más, nadie como su actual novio, por lo menos.

La chica termino con Hector y las cosas no cambiaron en lo absoluto, la verdad él y ella no se veían mucho, nada parecía haber cambiado. Solo que ella ya tenía a alguien que la arreciaba realmente. Y que ella apreciaba como a nadie más y no solo por que fuera amable con ella, era la persona más increíble que había conocido.

Inteligente, apuesto, amable, honesto, con una sonrisa sincera, con una familia que la quería a ella también. Sobre todo la única persona que la hacía sentirse libre y revelarse ante sus padres.

—Tengo una propuesta —dijo Cibran cuando estaban en la habitación de él. Justo el día que ella fue a conocer a la familia de él. Ella no respondió ante eso, simple mente lo observo atentamente— bueno son dos cosas. La primera me gustaría que por tu cumpleaños 18 vallamos a comprar ropa que realmente quieras usar y la usaras ese día. —la chica solo se quedo pensando unos momentos, pero fue interrumpida porque él siguió hablando— La segunda quiero pedirte algo que tal vez te parezca raro, no me vallas a odiar. El hecho es que me gusta, lo has hecho desde siempre y cada que paso tiempo contigo me gustas aun más. Así que ¿quieres salir conmigo? —ella espero a que terminara de hablar para acercarse a él, que estaba enfrente de ella al otro lado de la cama. Acercaron ambos sus caras y se dieron un dulce beso en los labios. No fue necesario hablar del tema ambos tenían una conexión increíble que no dejaba dudas sobre nada de lo que sentían.

— La primera me parece demasiado arriesgada, no lo sé, mis padres...

—Está bien, ¿qué tal si salimos unos días antes, compramos la ropa, la usas y la dejas aquí para que tus padres no sospechen? —ella sonrió y asintió, parecía que su chico de verdad tenía un plan para todo.

Pasaron los días, faltaba una semana para el cumplamos de ella, y habían ido, como Cibran prometió, a comprar ropa. Ella se emociono tanto que se compro más de un cambio de ropa, toda de estilo lo más parecido a uno hipster nada a la ropa formal que normalmente usaba. Lo que se puso ese día fue una playera floja color rojo, unas medias negras, encima un short de mezclilla con tenis color blanco, con una camisa de cuadros amarada en su cintura.

Ambos chicos tuvieron una cita como la tendría cualquier pareja, sin preocuparse por los padres de ella y celebrando anticipadamente el cumpleaños de Gali. Los novios estaban tan enamorados y ella se sentía tan libre que él aprovecho para hacerle una propuesta que podría cambiar totalmente la vida de ella.

—Dime si estoy en lo incorrecto, tu recibes la cuarta parte de la empresa de tus padres, gracias a que eres la próxima heredera y que trabajas en como la jefa de la administración, viendo que todo este en orden —ella asintió viéndolo a los ojos— y no te podrían quitar eso porque esta escrito por la ley, también ya tendrás dieciocho. Y quieres tener la libertad que tienes ahora, pues es lo que te haría más feliz, ¿no es así?, entonces, ¿por qué no consigues una casa o departamento para vivir allí?, la tortura con tus padres acabaría, no tendrías que seguir todas sus locuras y harías todas la cosas que siempre quisiste hacer, algo como esto. Además que tendrías esa sonrisa verdadera en el rostro que tanto me gusta ver.

—Solo si tú me ayudas a mudarme y te quedas siempre conmigo, yo también adoro ver tu sonrisa que pones cuando estos feliz, así justo como ahora.

Y así lo hicieron, ambos planearon su mudanza, les dieron a los padres de ella y recibir una respuesta más que un "ya que" de parte de su padre. Gali se mudo a un pequeño departamento, en donde su vida se volvió como el mudo que imagino una vez viendo la luna.

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