Reto 63 - Triangulo Amoroso Bisexual
63.Haz un relato narrando un triangulo amoroso, donde una chica y un chico estén enamorados del protagonista que es bisexual.
01-04-2018
Yo estaba viendo las bellas aves que tenía el parque, mientras los demás habían decidido irse a sentar y comer algo, porque no les interesa verlas. Solo Marc se había quedado a mi lado unos minutos, pero había decidido irse.
—Alba, ¿me acompañas a buscar mi pulsera creo que se me cayó? —me preguntó mi amigo Marc, después de que se fue con los demás y regreso en menos de tres minutos.
—Claro, ven creo que pasamos por aquí —le dije mientras caminábamos fuera de la vista de los demás.
—Le gustas a Issac —me quedé viéndolo, sin saber porque lo afirmaba— cuando llegue con ellos lo escuché hablando sobre eso.
—Ah, ya lo sabía y supongo también que no has perdido nada, eh —le señale la pulsera en su muñeca derecha. Ambos reímos y sentí que él era un verdadero amigo.
Cuando me preguntó cómo es que o sabia, le dije que era simple saberlo, él se ha estado comportando raro conmigo desde hace unas semanas, digo Issac nunca me ha tratado como una señorita, nunca me había dejado pasar primero al entrar a una habitación ni ofrecido a ayudarme con algo y bueno su comportamiento no se sentía real, así que ya lo suponía.
No pasaron ni cinco minutos desde que nos perdieron de vista y todos los demás ya estaban a nuestro lado, Issac, Luna y María.
—Alba, ¿me acompañas a comprar algo? —escuché de Issac, sabía lo que se venía, quería decirle que no, no quería estar a solas con él, no quería contestar la pregunta que me haría, no hoy, pero claro no me gusta ser grosera, así que acepté.
Caminamos hasta la heladería y se compro un agua. La verdad es que no estaba prestando atención a lo que hacia él ni a lo que hacía yo, solo pensaba que le iba a responder si hacia la pregunta.
Estábamos a unos treinta pasos para llegar con los demás y evitar la pregunta, casi lo lograba, pero se paro enfrente de mí.
—Alba, yo sé que ya te lo dijo Marc, pero quería que lo supieras de mí, me gustas y quería preguntarte —comenzó a hablar, demonios va a hacer la pregunta. Trato de pensar formas de salir de eso pero solo consigo ponerme nerviosa— ¿quieres ser mi novia?
Y al fin hizo la pregunta, demonios, veamos, tengo que hacerlo como lo ensaye antes, simple y claro.
—No
—¿no? —pude ver como cambiaba su expresión y su voz
— sé —Issac me vio confundido y yo salí corriendo de ese lugar hasta quedar a unos pasos cerca de los demás pero sin llegar a ellos.
Demonios que acabo de contestar, tenía que decir que no, no quiero ser tu novia, firme y claro, pero tenía que dejarme por el hecho de que no quería que se sintiera mal y darle una esperanza, una forma muy rara de esperanza. ¿Acaso hay alguna forma en la que pueda gustarme?, me gustaría corresponderle, pues sé que es un chico que se esfuerza por lo que quiere y feo no es, se supone que tiene que ser el tipo de persona de la que me tenía que enamorar, pero no me gusta en lo absoluto. Tenía que ser firme por mí, no por él, ¿Por qué me lastima tanto lastimar a otras personas?
Veo como Issac va con María y mientras Luna y Marc van conmigo. Me ven y se sientan mi lado, ellos si son buenos amigos. Observo a Luna, sus ojos cafés, tan brillantes, su cabello lacio que pareciera que siempre se lo plancha y su cara tan suave: ella me mira mu dulcemente. Nos quedamos unos cuantos minutos sin hablar de nada, solo ahí sentados, disfrutando de la naturaleza.
—¿Podría hablar contigo a solas? —la tercer persona en preguntarme algo como eso en el día y la única que fue sincera y directa al hablar. Luna siempre diciendo todo tan directo.
—Claro, vamos podríamos ir a ver el jardín de allá —le dije sonriendo mientras señalaba el jardín en forma de laberinto que estaba como a unos cuarenta pasos. Ella se paro del pasto, me ten dio la mano y camino hacia el lugar.
—Eso no es justo, ustedes van a ir a perderse en ese lugar y yo voy a estar aquí solo —Exclamo Marc, cuando caminamos unos pasos
—Vendrás cuando terminemos de hablar —Luna le contesto sin voltear a verlo. Yo lo vi y me reí de la situación.
Cuando estábamos dentro y nadie nos podía ver, me tomó de la mano.
—No quiero que te pierdas —me dijo con tono dulce yo me pose nerviosa y me sentí del mismo modo que me volvía loca por su contacto en mi mano. De seguro que estoy sonriendo como tonta también, pero no puedo ver mi propia cara.
Después de caminar unos cuantos pasos, y sin que yo supiera muy bien en donde estábamos, pues solo andaba a donde ella me jalaba y seguía su hermoso cabello. Nos paramos ente una pared de pasto y ella me soltó y camino al lado contrario dejándome parada cerca de la pared.
—Creo que nos perdimos, pero también creo que es lugar perfecto para hablar —hablo mientras se acerca a mí.
—Se supone que venimos a hablar, se me había olvidado —dije pero no pensé en ello, solo lo dije. Ella sonrió, creo que se burla de algo que dije, pero su sonrisa es muy linda.
—Sé porque le dijiste que no sabias a Issac, digo no es un chico un tanto intenso me refiero a que no pensó mucho en lo que hacía y mucho menos en cómo te sentía tu, sino en lo que él sentía solamente. Digo así es como yo lo veo —Yo solo asentía ante lo que decía, la verdad no estaba prestando atención a la mayoría de lo que decía; en ese momento, no pensaba en cómo íbamos a salir o en lo que había pasado con Issac, sino en lo que quería que ella pronunciara— sabes realmente quería decirte algo, la verdad es que me siento atraída a ti de alguna forma, no sé cómo explicarlo, simplemente me gustas.
Pude ver y oír como se ponía nerviosa, por sus mejillas rosadas y el cambio de todo de su voz. La observé a los ojos, ¿de verdad está diciendo las palabras que quería oír?
—Yo Luna también me gustas —pronuncie las palabras y ella estaba tan emocionada que lazo a abrazarme. Yo como siempre estaba sonriendo como idiota.
—Dime, Alba, ¿puedo besarte? —dijo separándose un poco, pero sin dejar el abrazo. Yo sentí como mis mejillas se calentaban, ¿Cómo podía preguntar si podía?, eso solo me hacía que me gustase más.
Asentí, y me acerque a ella y ella a mí. Nuestros labios se unieron, la sanción era muy extraña, sus labios eran suaves, estaba muy húmedo todo y sentí como en medio de ello Luna mordía mi labio inferior. La sensación no se compara a nada que había sentido antes, pues mientras la besaba, las mariposas revoloteaban en mi estomago y el mundo parecía no existir, no podía pensar en nada más mas que ella, sus labios y sus manos una sujetando mi cintura y la otra sujetando mi cabeza; yo solo la abrazaba por el cuello. Ninguna pudo evitar que el beso no durara más de unos tres minutos.
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