Reto 51 - ¿Los opuestos se atraen?
51.Escribe un relato en el cual dos personas totalmente opuestas se conozcan de forma poco corriente.
10-03-2018
Casiano estaba muy molesto y feliz a la vez, molesto porque su padre, que no le importaba trabajar, le había quitado como siempre la mitad del dinero que ganaba en su trabajo, le decía como siempre que era para los gastos de a casa, pero él sabía perfectamente que la mitad de ese dinero los gastaba para comprarse su alcohol. Y estaba feliz, porque después de un tiempo ahorrando un poco de dinero diario, por fin podría comprar, tan siquiera, un litro de nieve de galleta, que era lo único que le hacía soportar su vida tan miserable, como él pensaba a menudo.
Después de haber caminado hasta la sección del supermercado de refrigeradores, se quedo parado por unos minutos, no pudo evitar saborearse un poco el sabor de la nieve en su boca. Estaba a punto de levantar su mano y abrir la puerta del refrigerador, cuando escuchó la voz de una chica.
—¿podrías sacar uno para mí?, —le preguntó con una voz muy dulce, él la observó y vio que era una chica no tan menor que él, con ojos grandes de color miel con el cabello del mismo color y piel pálida. Le pareció que era un tanto tierna gracias a sus cachetes— es solo que estoy enferma y quería llevárselo a mi hermanito —continuo ella y Casiano vio un toque rojo en su nariz.
—No me interesa tu vida, ¿Cuál? —preguntó refiriéndose al helado. Su expresión era dura, no le gustaba hablar con nadie, siempre evitaba a las personas lo más que podía. Pero tampoco se negaba a ayudar a alguien.
—El favorito de mi hermano la nieve de chocolate —dijo la chica entusiasmada apuntando a la que quería. La verdad a la chica no le afectaba en lo absoluto la forma fría de ser del chico extraño; el chico de cabello desordenado y un poco largo del mismo color de ojos, negros y que obviamente era más alto que ella, le parecía de alguna forma atractivo.
—Toma, te puedes ir —exclamo después de sacar ambos envases de nieve, el bote de helado de chocolate de ella y el de galleta que era el de Casiano, para después extendérselo a la chica
—Muchas gracias, eres muy lindo espero que nos volvamos a ver —hablo mientras caminaba unos pasos— por cierto soy Liliana —termino de hablar y se fue.
—Como sea —él pensó que ella era muy extraña, pero no le tomó importancia fue a pagar por aquello y se fue a comérselo afuera de su casa.
No tenia ánimos de entrar a su casa, sabía que su padre borracho lo esperaría dentro, prefería pasar la mayora parte de la noche fuera de esta que ver como su padre rompía cosas, escuchar sus quejas o que intentará golpearlo.
Mientras saboreaba el dulce del helado en su boca, pensó en aquella chica que le habló en el supermercado, se veía tan vulnerable, se veía como si nunca hubiera sufrido en su vida, tan alegre, feliz y amable. Ella estaba pensando en su familia, de seguro volvería con ellos al regresar a casa y comerían un poco de helado, parece como si tuviera una vida perfecta y tranquila, que la hizo ser tan dulce. Nunca nadie lo había tratado tan bien, no después de que él les hablará.
En ese momento deseo ser como ella, no tener idea de lo que es sufrir, tener a una madre que cuidará de él, tener una familia feliz y no a su padre el que solo, sabia tomar y recordarle que por él había muerto su madre, ese hombre lo hace sentir miserable cada vez que tiene oportunidad. No pudo evitar derramar una lágrima mientras veía la luna llena y comía helado de galleta.
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