118.Escribe sobre como un personaje escaparía de una habitación o de la cárcel.

27-07-2018

Han pasado 2 años desde que la policía logró arrestarme, me he acostumbrado al frio de la celda, a seguir las estúpidas reglas y a los insultos de mis compañeras, aún estoy esperando a que mi novio venga a rescatarme. Estoy comenzando a pensar que eso nunca va a pasar, ya no llegan cartas sobre él, no tengo nada, creo que algo terrible le ha pasado, tal vez me ha abandonado después de todo.

Es hora del plan B, no soporto ni una semana en este horrible contenedor. Se dice por ahí que nada sucede de la misma forma dos veces, pero tal vez funcione, no es la misma prisión. He estado revisando los horarios de los policías, a mis compañeras y la seguridad en sí.

Se acabó el comportarme, las reglas se hicieron para romperse y los golpes para callar a esas mujeres que se creen superiores. He estado en lugares peores, con personas peores, y siempre he sobrevivido. Nadie realmente conoce mi verdadera fuerza, ni mucho menos mi gran inteligencia.

—¿Qué es lo que haces enana? —preguntó mi compañera de celda, cuando vio que observaba dentro de mi boca.

—¿Sabes que hay muchos lugares donde puedes guardar un arma?, casi es la hora de la comida —le pregunté y dije lo último más para mí misma que para ella. Esperaba que hiciera una sola cosa ante mis palabras.

— Tienes algo que sirva en tus dientes, ¿algo que has guardado por todo este tiempo?, dámelo.

Se acerco a mí forcejeando y metió su mano a mi boca, siendo nada sutil saco un pequeño trozo de metal, que por dentro tenía otros elementos, en forma de diente que simulaba ser mi muela de juicio. No voy a mentir, el dolor fue muy intenso, pero mi plan iba a la perfección.

—¿Cómo se usa esto? —rodee los ojos ante su pregunta, de verdad no sabía, ¿Cuánto tiempo había estado aquí?, aún con mi dolor de donde saco el diente de metal le conteste.

—Es para crear una bomba de corto alcance, solo necesitas echarlo a un refresco en lata, podría volar una pared entera.

—¿Planeabas un escape con esta cosa?, lo lamento ahora es mío enana —fue lo último que dijo antes de salir de la celda e ir al comedor.

Si tan solo supiera que es parte de mi plan no estaría tan feliz. Caminé a la enfermería mi encía seguía sangrando y mi plan contaba con estar en ese lugar cuando la bomba explotará. Llegué y no hice más que contestar preguntas sobre lo que había pasado, esperar a dejar de sangrar y tomar las pastillas que me dieron.

En cuanto salí de la habitación de la enfermería, la explosión de escucho y esa era mi señal para la siguiente parte del plan, la parte en la que tenía que usar la fuerza bruta. Los guardias de esa parte corrieron al comedor que estaba al otro lado, mientras yo me escondía dentro de la habitación de limpieza, buscaba algo con lo que defenderme y detergentes que al unirlos hicieran una reacción nada conveniente, los cuales guarde en pequeños recipientes que había visto la vez anterior que estuve aquí para ayudar en la limpieza.

Salí y golpee al primer guardia que vi, ya no quedaban muchos por este lado, pues la mayoría estaba al otro lado de la prisión donde había sido la explosión. Logré noquearlo y tomar sus armas, la pistola, una navaja y las esposas. Corrí disparando a las pocas personas que quedaban en ese lado y llegando por fin a la última pared del lado este, el lado que daba justo al bosque, el prefecto lugar en donde esconderse.

—Ahora sí, mis conocimientos sobre química y hacer bombas caseras, no me fallen. —hablé conmigo misma notando el dolor en mi boca aún.

Tomé la pistola revisando que aún le quedará tan siquiera una bala, saqué de uno de mis bolsillos las sustancias que encontré en el armario de limpieza, dos de ellas sobre la pared, la tercera en mi mano izquierda y sobre la derecha la pistola. Me separé un poco de la pared, lancé al aire lo que tenía en mi mano izquierda y disparé sobre ella la última bala que tenia, creando una explosión no tan ruidosa, pero que de seguro muchos notaron. Corrí hacia el bosque, perdiéndome en él.

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