"...esperé por años que mi conciencia terminase acabando conmigo mismo, el peso de éste recuerdo, el peso del recuerdo de Silver era hermoso y me mantenía feliz pero..."

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Cada día  que pasaba, cada día que terminaba recordándome que perdería a Silver, me hacía  más  duro de corazón. Estaba comprendiendo la realidad de mis sentimientos, el cómo su imagen y figura estaba cautivando mi corazón ya ocupado.

Yo amé al rey,  pero ahora ese sentimiento estaba tan distante como la estrella más lejana del cielo y contemplando la estelar noche, el destino me entregó a mi verdadero amor:

Dulce, cálido,  brillante y etéreo, 

Escuché  sus palabras, un destello en susurro.

—T- te a-mo.

¡Él me amaba! ¡Me amaba! Cabalgué hasta él,  pudiendo sostener lo que quedaba de su cuerpo y sin aún  comprender la eterna carga de su recuerdo que estaba a punto de vivir deposité en sus labios un beso.
No había nada, solo polvo de estrella adherido a mi armadura, un polvo que poco a poco dejaba su luz para parecer nada más  que arena.
El cielo adquiere su forma habitual, el mundo ha sido salvado y entre arena que alguna vez fue parte de Silver, soy incapaz de entender del todo lo que ha sucedido.

En los días siguientes, las personas siguen su vida, el día en que Silver existió parece ser sólo un sueño, un confuso sueño del que yo, YO, yo me acuerdo.
Nadie lo menciona, nadie me pregunta, nadie lo recuerda. Incluso mi rey, a pesar de ver la carta que aquel ser celestial me ha dejado, ha negado algún  recuerdo.

¿Qué? ¿Por qué? ¿Por qué  soy capaz de recordarte siendo el único que lo hace?

Escucho  que me llaman loco, murmuran a mis espaldas una historia de guerra donde mi persona a perdido la cordura.

Escucho que me llaman desdichado, murmuran en mi ausencia una historia de demencia donde mi mente te ha creado.

Escucho que me llaman brujo, murmuran entre un secreto a voces que poseo un objeto mágico  el cual celosamente custodio y que de el,  una fuente de poder inimaginable existe...

Una carta es lo que poseo, una carta hecha de polvo de estrellas, la única  prueba fehaciente de que exististe... amado mío...

Aunque... no es lo único que poseo de ti...

La peineta de diamantes, la dama de la noche sigue conmigo, otra prueba de que no estoy loco, otra prueba de que exististe; entre sus dientes de oro una púa brillante plateada se haya atrapada: la adoro como una deidad, como la reliquia de un ser divino que anhelo volver a encontrar, volver a ver, en tu carta hablas de volver, en tu carta hablas de regresar a mí,  ¡no tardes! ¡no tardes! ¡NO TARDES!

Pero...

Los años pasaron, mi vida se ha mermado, cayendo en cama aún  te llamo entre sollozos débiles,  aún... te recuerdo.

—¿En verdad... esa deidad de la que habla... existió?

El rey y  la dama del lago conversan, siendo los únicos esperando mi muerte.

—Existió,  pero me temo que su regreso será  bastantes años después, ni siquiera yo viviré para verlo.

—Lance debe morir en paz, y con honores le he de despedir, me encargaré  que su memoria sea honrada como es debido, sin todas esas habladurías  que a mis oídos han llegado, afirmando que mi más fiel y poderoso caballero... ha caído en la demencia.

—Es lo mínimo  que se merece, que su recuerdo sea inmortalizado como lo que realmente ha sido, el salvador de este mundo... la deidad estaba por fallar a su destino... fue gracias a él  que estamos vivos.

Mi cuerpo fue enterrado, mi cuerpo fue sepultado junto con mis pertenencias más  preciadas: la carta y la peineta, incluso en este oscuro lugar su luz brilla como lo hacía mi amado. Estoy vivo, estoy vivo de alguna forma, pero mi cuerpo no responde, éste a muerto pero yo no. ¡YO NO!

¡Debo salir! ¡Debo ir a buscarte! ¡Debo poder hacerlo! ¡Debo! ¡DEBO!

—¡DEBO!

—¿Uh? Abuelo... ¿Es normal que haya despertado con esa expresión, un rostro lleno de confusión?

Una niña, una niña extraña puedo ver. Está bajo el agua... no, yo estoy bajo el agua.

—Es normal María,  él  es mi creación más  perfecta, un androide biológico que es la forma de vida definitiva, él  te curará María,  él me llevará  a encontrar una cura para ti, sin que pierdas tu humanidad.

Un anciano, con extrañas ropas...

Un lugar con extraños artefactos...

Un cuerpo que siento ajeno a mí...

Un recuerdo... que se desvanece cada vez que intento rememorar su contenido...

—Dice mi abuelo que investigó en las antiguas civilizaciones sobre un erizo que fue una leyenda, y es por eso que tienes esa forma. El erizo era el más  fuerte guerrero, el cual poseía  el poder de una deidad, nadie era capaz de vencerle, pero su cuerpo era mortal, y sólo eso fue capaz de vencerle, su mortalidad.

—Si tenía  el poder de una deidad...¿Por qué  murió?

—Es solo una leyenda, tal vez sólo sea un cuento, pero mi abuelo dice que no es así,  que usó ADN de aquel erizo y algo más.

—¿Qué?

—No tengo idea, no me quiso decir.

—Son mentiras entonces.

—jijiji, me gusta pensar que eres aquel guerrero, y que las historias de que sólo  tu cuerpo mortal fue capaz de detenerte son verdad.

—... ¿Y ahora... Yo soy inmortal?

—Sí,  mi padre dice que eres incapaz de envejecer, así que lo eres en cierta parte, pero puedes morir si te lastiman.

—Entonces sigo siendo igual que ese dichosos guerrero, el cuerpo que poseo sigue siendo un lastre.

—¿Querías ser indestructible? Jejeje ¿un Dios? Dicen que los Dioses son incapaces de vencer, que viven eternamente y son quienes gobiernan el curso del mundo, el destino de éste.

—¿Tu abuelo es un Dios? Me ha creado y parece tener control del mundo.

—No tontito, jijiji, un Dios no viviría entre nosotros, ellos están...

—¿Están?

—mmm ¡abuelo! ¡abuelito~! ¿Dónde  están los dioses?

La niña se marchó,  fue saltando con su vigor de niña hasta el anciano que respondió su pregunta:

"Los dioses no existen, solo seres más  poderosos y habitan fuera de la tierra"

"Nosotros habitamos fuera de la tierra, ¿Somos Dioses? Jijiji"

"Jeje, mi querida nieta, me alegra ver que vuelves a ser mi radiante María"

Este lugar es extraño, el nombre que se me ha dado es Shadow, Shadow The Hedgehog,  la forma de vida definitiva. Vivo en un lugar llamado colonia espacial ARK,  todo a mi alrededor es negro con objetos flotantes a los cuales María  llama estrellas, y una gran esfera lejana, le llama Tierra.

"De ahí  viene el guerrero, mi padre dice que en su tumba encontró algo ¡mágico!"

María siempre me habla de la belleza de ese lugar, del mundo y de su gente, historias que escucha de su abuelo sobre los seres poderosos que existieron alguna vez y los que ahora intentan obtener ese poder. Aquel "algo mágico " dice que podrá mostrármelo el día que su abuelo se lo entregue, que será  su regalo de cumpleaños.

—¡Mira! ¡Mira! ¡Shadow! ¡Éste  es mi regalo de cumpleaños!

En su pelo dorado lleva puesta una peineta hermosa, y... por alguna razón que no comprendo... la conozco.

—Dama de la noche...

—¿Eh?

—¿Cómo es que conoces esa flor, Shadow?

El Doctor Gerald me ha escuchado, su pregunta, es la misma que me hago yo.

—¿Tú le hablaste de ella María?

—No abuelo, pero Shadow...no se ve bien.

Era verdad, mi cabeza dolía, dolía mucho al igual que mi pecho. Imágenes de esa peineta incrustada en el pelaje plateado de alguien más... me sofocaba, la sensación de olvidar algo muy importante... me hizo perder el conocimiento.

—¡Shadow!

Pero recordé,  su figura, su belleza, sus ojos, su voz, su forma de ser...

Lo había  perdido todo y esperado tanto morir para no perder la cordura en aquel lugar oscuro, mi propia tumba. Solo, sin poder moverme a causa de mi cuerpo podrido y mi encierro esperé por años que mi conciencia terminase acabando conmigo mismo, el peso de éste recuerdo, el peso del recuerdo de Silver era hermoso y me mantenía feliz pero... cada vez más perdía la noción del tiempo, ya no tenía idea si vivía o moría,  si todo había sido un sueño o ese lugar era el mismísimo infierno.

¿Por qué estaba vivo? ¿Porqué lo que llaman alma seguía unida a mi ya apenas existente cuerpo?

¿Era la carta? La cual mis manos incorruptas gracias al poder de ésta  misma seguían sujetandola como si fuese su más  preciado tesoro.

Lo es... esa carta mantenía viva mi cordura, pero la soledad va envenenando de a poco, lento y sin aviso y una vez que me di cuenta que jamás  saldría de allí...

Caí en la locura.

—¿Shadow? ¡Shadow despierta!

Pero ahora tengo un cuerpo, libertad nuevamente, poderes que sobrepasan a los que mi cuerpo mortal alguna vez tuvo y sobre todo... ahora soy inmortal.

Puedo esperarte los años que sean necesarios para volverte a ver... puedo estar contigo, te seguiré a donde sea que vuelvas esta vez y serás mío, mío en todos los sentidos amado, te esperaré hasta que eso pase.

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—¿Nos conocemos?

Preguntaste, siendo la primera vez en mucho,  mucho tiempo en vernos. Tu físico  era bastante parecido, no habías  cambiado demasiado pero no me recordabas a pesar de lucir igual.

La primera vez es siempre en Soleanna,  la primera vez que recuerdas todo es allí,  hacemos realidad todos tus deseos, playa, golosinas, fuegos artificiales, pasión y amor al hacer el amor, todo lo que deseaste en esa carta, lo hicimos una y otra vez y... una y otra vez regresé en el tiempo para no perderte...

Y fallé en todas...

Morirías y nuevamente debía  esperar años para volverte a ver... no, es inaudito, es imposible no perder la mente al esperar años para volverte a ver y perderte en un sólo día... no...

No  No No  No No

No  No No  No No  No

No    No  No  No  No  No No  No No  No

No   No No  No No  No No  No No  No

No No  No No  No No  No No  No

No No  No No  No No  No No  No No 

No No  No No  No No  No No  No

Debía hacer lo que tenía  que hacer, tener más poder, uno que superase la fuerza de tu destino y debía conseguirlo costara lo que costara.

No me importa nadie, nada ni nadie, has de ser mío siempre, por siempre y para siempre.

Silver, mi amado copo de nieve...
Espérame...

Continuará...

Y aquí el capítulo que revela que Lancelot no murió del todo gracias a los poderes de divinidad de Silver, sin en cambio su cordura se ha dañado al punto de hacer lo inimaginable todo por tener nuevamente a Silver.

Verlo morir una y otra vez sin poder evitar el destino que le aguarda lo ha roto por completo, y no piensa más verlo morir, mucho menos esperar años para volverlo a ver y volverlo a perder.

Anuncio también bien que esta historia ya le quedan poco capítulos.

Gracias por leer.