Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🖤̟⋆꤫⤷Día 20

~Te amo~

JUNGKOOK

Oh, Taehyung... Tu nombre es tan precioso como la luz de la luna sobre el agua. Es un sonido tan suave como una canción de amor, y tan hermoso como una rosa en plena floración. Es como una melodía que fluye de las vocales, tan seductor y encantador como una canción de amor.

Mirándote, me di cuenta de que todo lo que había entendido antes sobre la perfección era erróneo. Eres más que eso, más que perfecto. Mientras miraba tus ojos expresivos y profundos, tu nariz bien formada y labios prominentes, tu imagen se superpuso a las palabras que me habían definido la belleza.

Muchos dicen que nadie es perfecto, pero tú eres la excepción. Mirando tu imagen, los conceptos y descripciones que antes definían a la perfección y a la belleza, ahora me parecen tontos y envanecidos, insuficientes para describir la magia que irradia de ti.

No sé si es mi amor que ciega mi juicio o simplemente es tu presencia, pero lo que antes me parecía perfecto me parece cotidiano y vulgar al lado de ti. Lo que antes me sonaba poético, ahora me parece infantil. Tú eres todo aquello que desde siempre busqué y nunca encontré hasta que te conocí.

¿Sabes qué es lo que más me gusta de ti? Cómo reaccionas cuando trato de ser divertido. Me encanta cómo te ríes de mis malos chistes y me muestras esa sonrisa tan tierna, tan cálida, tan llena de amor. Me encanta verte apreciar las pequeñas cosas de la vida, las pequeñas cosas que hacen grande nuestra historia juntos. Y me encantan los gestos que haces, esos pucheros que te vuelven tan adorable, tan querible. Me encanta besarte, sintiendo la calidez de tus labios, la suavidad de tu caricia.

¡Oh, Taehyung! ¿Qué puedo decir sobre tu cabello, cada rizo suave y sedoso, desparramándose sobre mis ojos mientras duermes a mi lado? ¡Qué hermosa visión! ¿Y qué decir de tu mirada distraída, concentrada en otros detalles? ¡ ¡Qué dulce es verte así! Me derrito por dentro, como un loco enamorado.

El mundo exterior se desvaneció durante un momento, mientras que mi mente viajaba por un paisaje de recuerdos y pensamientos. Entonces, un pequeño movimiento junto a mí me devolvió a la realidad. Mis ojos se posaron sobre ti, descansando sobre mi torso desnudo, inconsciente de mi presencia y pareciendo tan vulnerable y delicado. Eres tú, mi amor, mi Taehyung.

Un suspiro, imposible de contener, escapó de mis labios y una sonrisa tierna se dibujó en mi rostro. Mi corazón era una esfera de calor, imposible de frenar, y mis ojos no podían dejar de admirarte, disfrutando de tu belleza como si fueras una obra de arte. Porque, al fin y al cabo, eso eras para mí.

Tu labio inferior se movió y formó un pequeño puchero, como si quisieras decir algo, y tu hermoso rostro se cubrió de una máscara de inocencia. Yo quería besarte, deseaba sentir el roce de nuestros labios, pero me mantuve a la expectativa, temiendo despertarte de tu hermoso sueño. Era un momento deliciosamente inquietante.

El tiempo pasaba en silencio, sin preocupaciones ni escenas ni expectativas. Yo estaba ahí, contemplando tu presencia como si fuera el reflejo de la luna en un lago tranquilo. Era un instante para disfrutar de tu belleza, de tu esencia, de tu gracia. Cada minuto que pasaba era otra oportunidad para admirarte, para aprovechar cada segundo en tu compañía.

—¿Vas a besarme o te quedarás ahí toda la mañana, Jeon?

Susurraste mi apellido, y tus palabras se deslizaron sobre mi rostro como un soplo de rosa. Me encontré sorprendido por tu voz, inesperada y cautivadora, y mis mejillas se colorearon con vergüenza ¿Cómo podía ser tan descuidado como para que me atrapadas mirando tu luz? ¿Y ahora, qué hacer? Tú sabías lo que yo quería.

—Creí que estabas dormido, pero vaya sorpresa -balbuceé tontamente, esperando que la risa se escapará de tus labios.

—¿Pensaste que podrías quedarte aquí, mirándome como un verdadero Jomin, y que no me daría cuenta? -me dijiste con un dejo de desafío en tus palabras.

Las ganas de responderte al instante eran casi imposibles de resistir —Es que tengo que aprovechar de darme el lujo de quedarme a mirarte indefinidamente.

Sus pestañas se separaron y sus ojos se abrieron lentamente, como si fuera la primera vez que el Sol saliera de su escondite bajo la tierra. Tus pupilas brillaban como lágrimas de oro sobre un fondo oscuro y profundo, y en tus iris pude ver reflejado a mi corazón preso entre tus rayos de luz.

— ¿Vas a contestar la primera pregunta o te quedarás por segunda vez callado?

Tus palabras fueron dulces como miel, pero también calientes y retadoras, como un néctar templado que hacía que mis huesos se derritieran.

—¿Quieres una respuesta franca y breve? -dije, mientras que mis manos recorrían su cintura- O ¿Quieres que te demuestre la verdad?

—Prefiero que me la muestres -estabas jugando con fuego y lo sabías.

Mis dedos volaron alrededor de tu espalda, explorando su curvatura y su calor. Mis labios se posaron en la parte superior de tu cuello, rozando tu piel como si fuera una pregunta que ansiaba por ser respondida.

—Y ¿Cómo vas a hacer eso, Jeon? —preguntaste, mientras la excitación se reflejaba en tu voz- ¿Cómo vas a mostrarme la verdad?

Con un movimiento de lentitud y sensual, me moví contigo sobre mí para acomodarme en la cama. El sol iluminó tu rostro tan atractivo, mostrando una expresión de sorpresa y placer. Mirabas como estaba casi sobre ti, mi antebrazo estaba recargado en el colchón tan fuerte que se me podían notar desde lejos las venas, mi otro brazo entraba lentamente por las sábanas, tan lento que ponía sentir tu cálida piel rozando con la mía. Fue tan placentero que pude escuchar un gemido salir de tus labios.

Mis dedos se aferraron a tu jodido glúteo, rozandolo con suavidad como garras de un león que suavizan su presa antes de apretarla y levantarlo hacia mi espalda.

Mis ojos se adentraron en tu rostro, explorando cada poro y cada curva como si fueran mapas de un territorio desconocido. Y en tu expresión, en esa mirada que me devolviste, vi que estaba tomando el camino correcto. Tu deseo se manifestaba en cada uno. Fibra de tu ser, al igual que el mío. Y en ese momento, yo lo supe: estábamos hechos para estar juntos.

Nuestros labios se entrelazan como si fueran piezas de un rompecabezas que se ajustan a la perfección. Se encuentran en un intercambio de calor y placer, una sonrisa que se va llenando de deseo.

—Joder, sé que siempre lo digo, pero me encantan tus labios -susurré con las palabras escurriendo de mi boca.

—Ya sé pero no tienes que decirlo tanto.

—¿Y qué pasa sí quiero decirlo tanto? —respondí mediante una pregunta, devolviendo mi sonrisa— Sé que no puedo detenerme. Tú me has hechizado ¿Sabes?

—¿Me estás diciendo brujo? -cuestionó Tae entre risas y con su ceja alzada- ¿Será porque ya te he conquistado? —sugirió, acercando su rostro al mío, dejando su sonrisa seductora.

—Eres el brujo más sexy que he visto.

—Ya cállate y bésame, Jeon.

—¿Ordena el brujo ahora? —dije con la sonrisa todavía pegada a mi rostro.

Sus dedos jugaban sobre mis mejillas, suaves como algodón y deliciosos como miel fresca. Mi piel ardió en respuesta al contacto, y mis labios se entreabrieron con deseo. Entonces, suavemente, pero sin vacilar, sus labios se entrelazaron con los míos. Era un beso que era un alimento y una seducción al mismo tiempo, siempre con la misma tensión y aumentó de intensidad.

Mi lengua estaba ansiosa por explorar, para saborear la dulce oscuridad que estaba a su alcance. Con un leve rasguño, mis dientes rozaron sus labios antes de que mi lengua empezara a invadir su boca, ansiosa por explorar todos los rincones.

Un gruñido de satisfacción escapó de mis labios cuando sus dedos me agarraron por detrás de la nuca. El estremecimiento de placer recorrió mi columna vertebral, se abrió como un manto de fuego y quedó allí suspendido, esperando a que se derramara en todo mi cuerpo. La sensación era erótica y excitante, y me sentía sumiso en un océano de pasión y deseo. Sus dedos se enterraban suavemente en mis cabellos, agarrando mechones para estirar de ellos suavemente.

Mis manos descendieron con intención, como cazadores bajando al territorio salvaje. Su espalda curvada era una invitación, y mi piel se estremeció con excitación al tocarlo. Mis palmas se posaron en su trasero, firmes y fuertes, marcando el territorio y reclamándolo como mío.

Mis labios abandonaron el mundo suave y carnoso de sus labios para iniciar su viaje hacia un nuevo territorio. Mis besos se clavaron en su oreja, una serie de picotazos suaves que invocaban un gemido cargado de excitación. Luego, mis labios descendieron lentamente por su cuello, como una cascada de placer que se abría paso hacia su torso.

Como un ciervo que ofrece su cuello, Taehyung se inclinó de inmediato. Sus ojos se cerraron en una mezcla de placer y sumisión, y su piel se tensó bajo mis labios. Sus chupones eran como un himno de amor carnal, una declaración de posesión. Que me dejó salivando por más.

Aquello era un espectáculo sublime, una visión que iluminó mis ojos como una lámpara de aceite. Taehyung estaba completamente bajo mi control, su voluntad una prisión de deseo mientras yo le otorgaba su dosis de deleite. Era el goce de un dictador amante, el placer de ver cómo una criatura divina se arrodillaba ante mí.

—A-Ah... J-Jeon... -gimió sin vergüenza.

Su voz era como una canción desesperada, un canto al deseo que hacía resonar toda mi sangre.

—Taehyung… -susurré, permitiendo que mi voz fuera la sarta de cuerdas que tensara su presión- ¿Qué es lo que tanto quieres, mi rey? -era una pregunta que implicaba una concesión de poder, una oferta para tomar más.

—T-Te necesito, Jeon -su respuesta me dejó entumecido, mis dedos temblaban con el ansia de tener más.

—¿Qué tanto me necesitas, Taehyung? -me incliné hacia él, arqueando una ceja como si fuera una flecha tirada por Cupido- ¿Así de mucho, mi rey? ¿Por qué no demuestras cuánto me deseas? -mi voz era un azote suave contra su deseo desenfrenado, desafiante y seductora al mismo tiempo.

—Quiero que me hagas tuyo, ahora mismo -me exigió sin descaro, acercando sus labios a mi oreja para dejar un lenguazo en ella.

Su petición era como una invitación a la depravación, una provocación para los sentidos. Mis dedos se hundieron un poco más en su piel, perforando los límites del placer.

—¿Estás seguro de lo que quieres, mi Tae? -seguí provocándolo, cantándole el canto de las sirenas en su oído.

De pronto sentí como su traviesa mano apretaba mi miembro bajó de las sábanas. La sorpresa de su mano fue como una descarga eléctrica, enviando impulsos en todos mis sentidos. Mi miembro, lujurioso y a la expectativa, respondió a su presión con una expansión incandescente. Mi respiración se agitó al oír mi propio gruñido, la maldición apresurada de mi boca.

—¿Te basta con esa demostración? ¿O quieres más? -su voz estaba cargada de más confianza que una montaña de oro, brillando como la luz del sol en medio de la oscuridad.

—¿Qué te haría más feliz, mi amor? ¿Mi boca o mi mano? -susurré, con un tono cargado de promesas y amenazas.

—Quiero tu mano -rogó Taehyung, entre gemidos.

Su petición era como una oración en medio de la oscuridad, una promesa de un paraíso carnal y de destino. Sus palabras me acorralaron, y yo no podía negarle nada.

—Entonces mi mano es tuya -murmuré, y mis dedos se movieron por su miembro.

Mi mano se deslizó con una increíble suavidad por su miembro, acariciando la tersura de su piel y los nervios sensibles que hacían que su piel vibre de deseo. Su semen era como un lápiz trazando líneas como recuerdos, y su calor era un incitador para mis dedos que viajaban más allá de los límites de su dominio.

Sus suspiros eran como un canto, un himno al placer que se elevaba hasta el cielo. Me dejaba llevar por su ritmo, apretando más fuerte y moviéndome más lento a medida que su cuerpo se sacudía de placer. Se retorcía contra mi mano, sediento de más, sediento de siempre más.

—Estás malditamente apretado y solo con mi dedo -escondí mi rostro en su cuello, dejando mordida tras mordida. Taehyung arqueó su espalda y gimió, su cuello ardiente bajo mis dientes.

—T-Tu polla, Jeon. Quiero tu polla

—¿Quieres mi polla, mi amor? ¿Quieres que te llene? -mis palabras eran un susurro seductor, lleno de promesas y amenazas.

Sus ojos se entrecerraron y miraron hacia abajo, señalando mis dedos, que ya estaban a punto de deslizarse.

—Mi amor ¿Estás listo para mi miembro? -susurré, con una sonrisa malvada y un lenguazo en su cuello.

Su respuesta fue un gruñido hambriento, ansioso por más. Mi mano se deslizó más abajo, por sus regiones testiculares, y los acaricié con una confianza deliciosa.

—¿Estás listo para que te penetre? —pregunté con voz grave y carnal.

—Sí, sí ¡Quiero más! —respondió él, su cuerpo en tensión contra el mío. Mis dedos se movieron más allá, más cerca de su entrada. Pero se detuvieron, y mi mirada encontró la suya, como si fuera a esperarla.

Su mirada era una llamada, un reclamo para la locura. El calor de su cuerpo ardía con fiebre, y mi mirada arrebató su sentido. Y entonces mis dedos se movieron, entrando en su entrada, poco a poco y con suavidad. Taehyung gritó bajo mis dedos, sus ojos cerrados y su boca abierta en un gemido prolongado.

Mis dedos se hundieron en su mejilla para atraerlo hacia mí, una invitación carne a carne. Nuestros labios se conocieron, mi beso un aliento caliente y cruel en su boca abierta. Y mientras lo besaba, mi miembro se deslizaba poco a poco dentro de su entrada.

Mis pulmones se expandieron y se contrajeron, y mi aliento se volvió irregular. Sentí que me hundía en su calor, un calor que era una alcoba para mi miembro. Sus dedos eran como tenazas en mi cabello, y sus maldiciones una oración de pasión que se escapaba entre sus labios entreabiertos.

Taehyung se tensó con cada movimiento, su sollozo una nota desesperada de deseo que resonó en mis oídos —¿Quieres más? -susurré contra su boca, prometiendo salvación y perdición.

Mi miembro se movía dentro de él, las caderas moviéndose con una suavidad cargada de feroz y apremiante fiereza. Mis gemidos se soltaban libremente, como si quisieran jugar con las uñas de Taehyung que me azotaban la espalda.

—¡Ay! —grité con una excitación que avivaba mi pasión aún más.

— ¿Q-Quieres que te pongas loco, Jeon? -Taehyung sonreía, sus labios rojos, y sus ojos brillaban como una fiera en celo. Mi mirada era una incitación.

—M-Me aprietas jodidamente bien, bebé -grité, mis caderas golpeando contra él más rápido que un corazón.

Taehyung se estremeció bajo mis manos, sus uñas como unos incesantes cuchillos contra mi piel —Q-Quiero hacerte sentir más loco de lo que has estado -gimió, y empujó contra mí.

La habitación retumbaba con el sonido de nuestros cuerpos moviéndose en un caos de placer, nuestras voces como el preludio de una tormenta. Mis manos acariciaban su cuerpo, hundiéndose en el dorso y en los músculos de su espalda, mientras nuestras caderas golpeaban como si quisieran desgarrar las ataduras del tiempo y el espacio.

Su piel brillaba de sudor y placer, y sus piernas me arañaron la espalda con sus temblores. Mi boca se cerró en su cuello, dejando marcas rojas sobre su piel y mordiéndola mientras me movía dentro de él.

Las palabras se volvieron una mezcla en mi lengua, como si quisieran brotar como lágrimas ardientes en mi garganta —Me vengo, Taehyung -maldije, mis palabras convertidas en un balbuceo seductor.

—Joder -gimió Taehyung, su cuerpo dejándose llevar por la lujuria- Correte, correte en mi interior -mi cuerpo se estremeció al oír sus palabras, como si sus cuerdas vocales fueran un instrumento para mi placer.

Me derrumbé contra él, mis brazos abrazando su cuerpo trenzado en un aflojamiento de músculos y alivio. Mi semen se esparció dentro de él, y su respiración rápida se desaceleró, convirtiéndose en jadeos que resonaban contra mi hombro.

Mi mirada era como el viento después de una tormenta, limpia y brillante. Taehyung yacía ahí, su piel arrebolada, la desordenada mata de su pelo salpicada por el sudor, sus labios rojos e hinchados por mi boca. Era una vista que me atraía como un alma hacia el infierno.

Mi cuerpo se aflojó contra el suyo, y mi cabeza descansó en su hombro. Su mano recorrió mi pelo suavemente, como si sus dedos quisieran seguir tocando y explorando.

—Te amo -solté de la nada. Las palabras salieron de mi garganta como un fuego salvaje, lamiendo mis labios y atreviendo en el aire.

Taehyung se estremeció, su cuerpo tensándose bajo el mío —Siempre eres tan cursi después del sexo -susurró, sus ojos buscando el mío.

Su risa fue una cascada de luz en la habitación, y yo me reí con él —¿Qué puedo decir? -respondí con un encogimiento de hombros- Me vuelves cursi.

Taehyung me miró y alargó la mano hacia mi rostro, sus dedos suaves sobre mi piel. Sus dedos acariciaron mi mejilla, como si estuviera nadando en la suavidad de su toque —Eres demasiado adorable -dijo con una sonrisa dulce como la miel.

—¿Después de eso me dices adorable?

Taehyung sonrió con picardía y, en un movimiento rápido, pasó sus labios por el lado de mi cabeza —¿Quieres que te diga algo más lujurioso? -preguntó, sus labios un beso contra mi piel.

—Lo puedes decir mientras nos bañamos.

Un chispazo de sorpresa iluminó su rostro y, alzándose en mis brazos, sus labios se acercaron a mi oreja y susurró —Entonces vámonos -se incorporó, llevándolo hacia la bañera- ¿Estás listo para bañarte, mi amor?

El murmullo de mi risa retumbó por el aire como una advertencia antes de la batalla —Eres muy bueno en eso ¿Verdad? -comenté, mientras Taehyung me besaba el cuello, luego sus labios bajaron hasta mi pecho- Lavándome para ensuciarte de nuevo.

—Joder, cállate -me sonrojó.

⸼⸱☁️⋆꤫Fin... Uhmm. No sé qué decir, me costó hacer estás pequeñas historias, pero me gustaron un ¿poco? Creo que tendré que arreglar unas cuantas. Mientras tanto... Los quiero

⋆  ̟@Kᴏᴏɪ_Tᴀᴇ𔘓

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro