Sé que en esta historia hay escenas fuertes, frases que pueden herir la sensibilidad de muchas personas, especialmente si en su vida han pasado por momentos como estos con alguien muy cercano. Pero, lastimosamente solo es pura ficción. Sí, hay personas que han tenido surte de contar con familiares que aceptan y entienden el cambio de la cultura con el paso del tiempo. Pero también hay otros, muchos, demasiados, que no han contado con la misma suerte, y soy completamente consciente que no son casos que se arreglan con un discurso y un abrazo.

Es por eso que quiero decirles a todos ellos que no están solos, y tampoco voy a decir que pueden hablar conmigo si lo necesitan. Por su puesto que sí, soy de las personas que escucha y da consejos, pero no todos pueden decir sus cosas a cualquiera y menos siendo algo tan personal. En cambio, si les aseguro que, entre sus allegados o familiares, siempre hay siquiera uno que está dispuesto a verte bien, sin tristeza ni lamentos. Hay que saber en quien confiar, saber ver quien es ese alguien y así la situación sería más llevadera.

Siempre he dicho algo, TODO PASA POR UNA RAZÓN. Si ello sucede, úsalo como combustible para ser tu mismo y salir de ahí. Puede que se arreglen las cosa, si es así felicitaciones y ojalá todos puedan pasar por ello, pero no siempre lo lograran. En esos momentos, lo mejor y más sano para todos es cortar relaciones. No teman separarse de la familia, no teman alejarse de quienes le hacen daño, no siempre es bueno aceptar a las personas solo porque son de tu misma sangre.

Amate a ti mismo, quiérete tal y como eres, lo que de verdad importa es la calidad de persona que eres no a quien decidas a mar. Eso es algo que a nadie debe importarle, más que a ti y tu pareja.

A los demás, solo quiero decirles que amemos más y juzguemos menos, ese sería el inicio de la verdadera inclusión.