THE AMAZING TEAM RED.
MARZO 2015, MARTES 31.
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—¡...mierda! —Grita Wade lanzando su gorro contra el suelo.

—Wade, Wade —intenta hablar Peter—. Vamos a calmarnos.

—¡Carajo! —se volteó a golpear y patear el maniquí que tenía para entrenar—. ¡Hijo de puta!

—O puedes hacer eso —murmura.

—¡Muérete! ¡Muérete! ¡Muérete! —Gritaba el mercenario pateando el muñeco de goma con todas sus fuerzas.

—Está bien, está bien. Deja que descargue su ira —le dice Weasel a Peter entrando a la habitación.

El teléfono celular del rubio interrumpió los gritos de Wade.

—¡Búscalo! —Grita el mayor a Weasel—. ¡O en verdad voy a enojarme!

—¡Aquí está! ¡Aquí está! —el castaño le lanzó su teléfono al de lentes.

—Ya, ya cálmate. Es Vanessa.

—¡¿Qué?! —gruñe Wade corriendo hacia él al igual que Peter.

—Ouh, no. Es Francis —susurra el castaño—. Quiere que tú vayas a buscarla en el puerto.

—¿Y eso qué es? —Wilson pregunta algo alterado por el pequeño emoticono que había debajo del mensaje.

—Es el emoji de caca —explica Weasel—. El dibujo de un pedazo de mierda con boca y ojos. Antes yo creía que era yogurt de chocolate.

—Yo... Necesito armas —dice el mercenario ya calmado.

—Oh, ¿y cuántas armas?

—¡Todas las que tengas! —le gritó al rubio.

Peter fue con Al a ayudarla a buscar todas las armas que tenían en la casa junto a Weasel. El castaño estaba sorprendido de todo el armamento que tenían.

—Conseguí como dos mil balas debajo de tu cama. —Peter le entregó una caja con las balas adentro. Este las tomó y las metió en su mochila sin cuidado alguno.

—Ya sabes lo que puedo hacer con doce —murmura este en respuesta.

Al apareció en la puerta con una metralleta en sus manos.

—¡Oye, oye! Ten cuidado Stevie Wonder, estamos frente a ti —exclama el mercenario viendo como el arácnido le quitaba el arma a la morena para entregársela.

—Iba a pasar la noche ensamblando la silla pero esto es más interesante —Wade se volteó a ver a Al con exasperación.

—¡¿Qué no entendiste que la clásica no?! ¡Compraríamos la rustica, entiéndelo de una vez o ya vete de aquí!

Ella sisea para callarlo—. Son todas las armas que hay.

—Oh, ¡no, no! Sé que tienes una más. Anda, dásela a papá.

La morena se alzó el pantalón de pijama ignorando los comentarios de disgusto del mercenario para tomar la pequeña pistola que estaba en su media.

Wade se la guardó en su cinturón para después cerrar su mochila y guindársela en la espalda. Peter se puso su máscara y fue a despedirse de Al.

—Wade... —Comienza Weasel a hablar, estrechando su mano con la de él—. Iría contigo pero... No, no quiero.

Deadpool iba a salir de la casa, pero recordó la presencia de Al.

—Escucha, Al. Si no te vuelvo a ver nunca quiero que sepas que te quiero muchísimo.

Cuando iba a irse, se devolvió nuevamente.

—Oh, y hay 116 kilos de cocaína enterrados bajo el departamento. Junto con la cura para la ceguera.

Vanessa soltó un quejido al momento en que Angel la sentó con brusquedad en el suelo para amarrarla a un tubo del barco en donde estaban.

La pelinegra comenzó a hablarle a Francis, pero él no le entendió nada debido a la cinta que cubría su boca.

—Quítasela. —Manda el calvo.

Angel obedeció, sacándole un suspiro de alivio a Vanessa—. Gracias, zorrita. Y me refiero a ti —le dijo a Francis.

—Vaya. Te gusta la ironía, ¡igual que a Wade!

—He intentado decirles, imbéciles, que se equivocaron de chica. —Dice con exasperación—. Mi ex-novio ya no existe.

—Eso creía yo. Pero él insiste en volver, como una cucaracha... Sólo que más feo —ella lo miró confundida—. Tal vez yo no sienta pero él sí. A ver que hace para salvarte el pellejo.

Wade corrió a la puerta de vidrio de las instalaciones con Peter siguiéndolo.

Cuando iba a tocar el timbre, la cámara de seguridad se activó y a un lado se vio en una pequeña pantalla el Vengador que recibiría las visitas. Pues sólo ellos podían abrir las puertas, o sólo personal autorizado por ellos mismos.

—Muy buenos días, Bellota. —Wade saluda a Wanda, haciendo una pequeña reverencia.

—¿Bellota? —cuestiona la castaña con su acento bien marcado.

—De las Chicas Súper Poderosas.

—Púdrete, anciano —la pantalla se apagó.

—¡Oye, no, no! Debo hablar contigo y con el teñido, ahora.

—Hay veces que me dan ganas de llevarte a un psiquiatra, Wade. —Peter se quitó su guante y fue hasta la puerta para después poner su pulgar a un lado del marco. Segundos después, la puerta se abrió de par en par.

Ambos se miraron.

—Vivo aquí.

—Sh.

Los dos de traje pasaron. Al entrar, escucharon algunos ruidos desde la planta de arriba, mientras que en donde estaban era una clase de recepción junto a las escaleras. Había también un holograma de un hombre pelinegro con un traje.

—Oye, copia de los 4 Fantásticos. —Lo llama el mayor—. Quiero ver a Maximoff, ¿sí?

—Repito. Yo vivo aquí —dice Peter lanzando telarañas para llegar al segundo piso del edificio sin las escaleras. El mercenario subió a regañadientes.

—Ripiti. Yi vivi iqui —imita el mercenario con voz aguda, hablando para sí mismo—. Voy a matarlos a todos y me quedaré con todo esto. ¡Deadpool mata al Universo Marvel, perras!

—Steve no te dejará hablar así aquí —la voz de Wanda le hizo sobresaltar. Cuando Wade terminó de subir, se cruzó de brazos y se paró de manera similar a la de ella—. Mucho menos no siendo un Vengador.

—Cállate, Oz. Tráeme a ricitos de oro —se paró junto a Peter, quien se había quitado la máscara y se encontraba revolviéndose el cabello.

—¿Van a salir a comer? ¿Comida vegetariana? —Ironiza la sokoviana con los ojos entrecerrados, comenzando a acercarse a él.

—Como si tuviera algo de malo alimentarse sanamente. ¡Y no! ¿Recuerdas al hombre malo que ustedes dejaron escapar? Tiene a mi chica. Y me ayudarán a rescatarla.

—¡¿Wade?! ¡¿Eres tú?! —Se escuchó la voz de Steve desde el pasillo que estaba después de la cocina.

—¡Sí! ¡Soy yo, Deadpool! ¡Y tengo una oferta que no puedes rechazar! —exclama para que el Capitán logre oírla. Wanda se le quedó viendo con los ojos entrecerrados y una pequeña sonrisa, entrando a su mente—. Esperaré aquí. Es un lugar grande, es gracioso que sólo los vea a ustedes. Es como si a la escritora le diera flojera escribir a alguien más.

Una Harley en pijama apareció frente a ellos. La rubia corrió directo a los dos de traje. Pues la rubia conocía al mercenario desde hace meses.

—¡Harley! —Exclama Wade abriendo sus brazos, esperando a que loabrazara. Pero en cambio ella abrazó a Peter—. Me ofendí.

—Por eso, la película: "Amigas Inseparables" es pura pornografía. —Le dice Wade a Dopinder mientras acomodaba su mochila con las armas en la parte de los pies con dificultad, ya que estaba en la parte del copiloto sobre sus piernas.

—¿Y a qué se debe la compañía de el Sr. Rogers y la Srta. Maximoff? —Les pregunta en un susurro.

—Accedieron a hacerme un favor. Y a cambio, consideraré el unirme a su banda pop.

—No es una banda pop —gruñe el Capitán.

—Ay, ajá —soltó aire con fastidio.

—Y... ¿Ya recuperaste a Gita, Dopinder? —Pregunta Peter mirándolo con trabajo.

—Intenté de todo, pero Bandhu es más astuto y mucho más guapo.

—Pues, a mí me parece que eres una ternurita —habla Wade.

Cuando Dopinder cruzó en una esquina, no vio un hueco en la carretera, por lo que la llanta tropezó con él haciendo rebotar al vehículo.

Un grito desde la cajuela les hizo fruncir el ceño a todos.

Deadpool y Spider-Man se miraron—. ¿Le preguntas tú o le pregunto yo? —le susurra el arácnido.

—Creo que yo lo haré —el menor asiente. El mercenario se aclaró la garganta antes de hablar—. ¿Dopinder?

—¿Mhm?

—¿Eso qué fue?

El moreno ríe con nerviosismo—. Eso fue... Uh, Bandhu encerrado allá atrás.

—Band- ¿qué? —cuestiona Steve.

—Mi rival romántico Bandhu —le contesta con algo de molestia ante su mención—. Está atado allá atrás porque yo hice lo que me dijo, Deadpool —Peter miró al mercenario, luego a Dopinder—. Planeo destriparlo como a un pescado y dejar su cadáver en la puerta de Gita.

Wade miró a Steve con los ojos bien abiertos, haciendo el mismo efecto en la máscara.

—¡Yo no le dije que hiciera eso! ¡Obvio no! ¡Malinterpretó lo que le dije! Dopinder, ¡esa no es la forma de recuperar el amor de Gita! —lo señala con voz firme—. Estoy orgulloso de ti —le susurra, dejando confundido a Peter—. ¡Quiero que liberes a Bandhu sano y salvo! Mátalo —le susurra lo último.

—Ay por Dios santo —lloriquea el castaño.

—¡Y luego recupera a Gita a la antigua, con tu encanto juvenil! Ráptala...

Wanda miró a Steve intentando esconder su sonrisa.

—Está loco.

—¡Oh! Aquí es. —Dopinder detuvo el taxi y se volteó a verlos a ambos con una gran sonrisa—. Supongo que ahora me darán cinco cada uno.

—Para ti, diez, amigo —dice Peter para después chocar ambas palmas con él. Wade repitió su acción para después salir del auto.

—Es hora de hacer las putas chimichangas. —Dice el mercenario frotando sus manos.

Cuando todos estuvieron abajo, Dopinder aceleró. Los cuatro comenzaron a adentrarse a la propiedad. En la cabeza de Wade, con música épica y en cámara lenta.

Wanda volteó a ver a Wade—. Oye. —Lo detuvo—. ¿Dónde está tu mochila?

Dopinder se sobresaltó ligeramente al escuchar el sonido de su celular sonando. Cuando estiró su mano para tomarlo, esta tropezó con él e hizo que cayera al suelo del otro asiento y el moreno se estirara a buscarlo.

Pero este no se dio cuenta que un camión pasaba por delante de él y por suerte le dio tiempo de frenar; más no al que estaba detrás de su taxi.

Se escuchaban los gritos de Bandhu desde la cajuela al sentir el impacto—. Bandhu, ¿estás bien?

Wade tocó el lugar en donde está la oreja de Peter por debajo de la máscara mientras esperaba que Dopinder contestara. El arácnido alejó su mano de un golpe.

—¡Deje un mensaje! Qué tenga un buen día. —Escuchó la alegre voz del moreno en su contestadora.

—Ay, ¡no mames! —gruñe guardando su celular en el cinturón de su traje.

—¿Qué pasa?

—No contesta. Bueno, lo haré a la antigüita: con dos espadas, mi arañita, y máximo esfuerzo.